miércoles, 23 de julio de 2014

                                    EL QUÉ HACER
                         (Política Internacional del Paraguay).

1.- POLÍTICA DE REALIZACIÓN.                                  

               Lo que el Paraguay necesita para asegurarse a largo plazo una posición mejor –que la que predomina ahora– en el orden internacional, es un Estadista con visión y paciencia suficientes para anular las discriminaciones de sus vecinos y de otros Estados. Ese líder parece haber aparecido ahora, desde que Horacio Cartes fundó su movimiento “Honor Colorado” y fue electo como contendor por el Partido Nacional Republicano para Presidente de la República, ganando ampliamente las pasadas elecciones generales del 21 de Abril de 2013.
               Su método para reconstruir la Política Internacional del Paraguay podemos llamarlo Política de Realización”, que equivale a una inversión total de la política paraguaya anterior y el abandono de la inocua “guerra de guerrillas” diplomática que sus predecesores habían entablado contra las cláusulas del Tratado de Asunción de 1991, los protocolos subsecuentes del MERCOSUR y, en general, su retraimiento del mundo exterior. Una de las facetas de la “realización” se basaría en aprovechar la obvia incomodidad de Brasil y Argentina ante el abismo que hay entre los principios y las condiciones del Tratado, y el trato que dan a sus vecinos más pequeños, Paraguay y Uruguay, mas la flagrante violación de la legalidad en que incurrieron con la suspensión del Paraguay y el ingreso “manu militari” de Venezuela como socio pleno del MERCOSUR. A cambio de un esfuerzo paraguayo de cumplir con un reducido y renovado programa de acción y de renunciar a su exigencia de reparaciones, esta política se esforzó por lograr que los propios socios lo liberaran de las cláusulas políticas más onerosas que pretendían imponerle.
Una Nación más débil frente a los Estados extranjeros que la circundan tiene, básicamente, dos opciones: Puede desafiar al más fuerte, con la esperanza de dificultarle demasiado la aplicación de su política; o puede colaborar con el más fuerte, mientras acumula fuerzas y aliados para una confrontación ulterior. Ambas estrategias tienen sus riesgos: la resistencia provoca una prueba de fuerza en el momento de máxima debilidad; la colaboración hace correr el riesgo de desmoralización, porque las políticas que apelan al más fuerte también tienden a confundir la opinión pública del más débil.
               Antes de la aparición de Cartes, Paraguay había seguido la política de resistencia pero débilmente y sin mucha convicción; pero la afrenta sufrida en el MERCOSUR desató una apasionada oposición nacionalista: hay presiones generalizadas por librarse de las restricciones impuestas a la fuerza económica y política paraguaya, y es casi unánime el consenso de que las actitudes y exigencias de sus socios son escandalosas. En contraste, creemos que Cartes comprende que, por muy odiado que ahora ya fuese el tratado del MERCOSUR –y en realidad, no sabemos si él mismo lo odia– nuestro País necesita la ayuda de sus miembros para librarse de sus cláusulas más onerosas. La búsqueda de nuevas alianzas y mercados sería una táctica útil para desconcertar a aquéllos, pero su verdadera repercusión sólo se sentiría después que Paraguay estuviera lo bastante fuerte y apoyado para desafiar abiertamente el acuerdo del MERCOSUR. Ante todo, recuperar la fuerza económica requeriría obtener préstamos del extranjero, lo cual sería difícil para el Paraguay en una atmósfera de enfrentamiento. De éste modo, la “política de realización” a practicarse por Cartes, reflejaría ante todo su realista evaluación de las necesidades de la recuperación política y económica paraguaya. “La básica debilidad política y económica paraguaya –ha dicho– muestra los límites, la naturaleza y los métodos de la política exterior paraguaya”.
               Aunque la “política de realización” se fundara en un estricto realismo, éste no abunda mucho más en el Paraguay del MERCOSUR que en los días anteriores al Tratado de Asunción; sin embargo todos tienen que reconocer, aunque sea cansadamente, que “la venganza es demasiado costosa en estos días”. Además, con esta nueva política la República se verá plagada por agitadores nacionalistas chauvinistas e izquierdistas –cada cual por su lado– aunque se le conceda unas condiciones de arreglo mucho más generosas que las que hubiese podido obtener con la confrontación. Vemos ahora mismo, y el futuro lo confirmará, que nuestro anterior Gobierno democrático Liberal no recibió ni recibirá ningún reconocimiento por conservar el núcleo del país en las circunstancias más difíciles. Sin embargo, hay que recordar que en política hay pocas recompensas por mitigar daños, porque rara vez es posible demostrar que las consecuencias habrían podido ser peores de lo que fueron.
               Sólo un Estadista con impecables credenciales Nacionalistas y Democráticas como Cartes puede pensar en fundamentar la política exterior del Paraguay en “colaborar”, así fuese en forma ambivalente, con el odiado acuerdo del MERCOSUR. Hombre de gran cordialidad, que ama la praxis (hacer que sucedan cosas), sus conversaciones suelen estar salpicadas de alusiones  a nuestro pasado clásico. Y ahora tiene que lidiar con una Opinión Pública cada vez más convencida que Paraguay había sido atraído con engaños al tratado del MERCOSUR por un Brasil y una Argentina suspicaces, celosos cada cual de su supremacía. El hecho de que quien es el representante de los Nacionalistas Republicanos, para los que el Tratado de Asunción constituye “la mayor estafa de la historia”, iniciara una política de realización sólo podrá parecer un extraño giro de los acontecimientos a quienes creen que la Realpolitik no puede enseñar los beneficios de la moderación. Pero Cartes es el primer líder paraguayo –y el único líder democrático– capaz de explotar las ventajas geopolíticas que el tratado confiere a su país; porque captó el carácter esencialmente frágil de esa relación y lo utilizaría para clavar una cuña entre los dos aliados inmersos en grandes problemas internos.
               Ahora, la “polvareda” que ha levantado la aceptación paraguaya del ingreso de Venezuela al MERCOSUR ilustra la polarización de actitudes  a que hemos aludido y el alarmante maniqueísmo ante el llamado “caso Venezolano”. Por eso es nuestra intención abordarlo desde otro ángulo y encontrarle una salida para lo cual debemos empezar recordando a Hans Kelsen, aquel jurista maestro de la llamada “Escuela de Viena” y su doctrina de la “Teoría pura del Derecho”. Kelsen ha elaborado una teoría del conocimiento jurídico tratando de depurar la construcción jurídica de todos los elementos históricos, políticos y sociológicos extraños a la misma. Su afirmación fundamental es que el Derecho pertenece al mundo del deber ser, netamente distinto del mundo del ser; se limita a la fría lógica pura del Derecho positivo sobre las bases de la Filosofía Crítica Neokantiana en antítesis a la orientación histórica y sociológica. Pero el mismo Kelsen reconocía que basarse en la “Teoría Pura del Derecho” supone que los problemas metajurídicos (mas allá, de otro modo del Derecho) ya están resueltos; es decir, se presupone la existencia de un “agreement on fundamentals” (acuerdo sobre lo esencial), que actúe como término fundante de la pirámide de normas.
               En nuestro caso, con el advenimiento de la Democracia en Sudamérica, entramos al “Estado de Derecho” cuya base radica, en un marco demoliberal, no violar ni torcer la Ley. Sin embargo, en el problema que nos ocupa, guiarse por la fría lógica del Derecho implica entrar en colisión con la posibilidad de solución política negociada de un conflicto no previsto por la Teoría Pura del Derecho. El problema planteado por la aplicación de la fría lógica del Derecho a la cuestión del ingreso de Venezuela radica en el hecho de
que el “agreement on fundamentals” no existe en este caso porque para su existencia deberían suponerse dos cosas: por un lado, que no hay un fuerte actor político capaz de resistir y por el otro, la aceptación por parte de todos los involucrados de una misma definición de los límites que deben imperar en la convivencia societal. Pero en la medida en que uno o varios de los actores involucrados no participa de ese encuadre fundante, se siente lesionado por él y posee el Poder real para sustentar su posición, la lógica del Derecho, considerada neutra a partir del consenso sobre la Teoría Pura del Derecho, pasa a ser visualizada como política y a incidir políticamente en la situación. Por otra parte, en este juego perverso que estamos observando, el actor político por excelencia en el marco del “agreement on fundamentals” demoliberal (el Gobierno Paraguayo) no podía intentar utilizar el Derecho para desactivar un potencial efecto político (la inclusión de Venezuela en el MERCOSUR) sin hacer peligrar el fundamento mismo del estado de Derecho. Todo se podía negociar a partir del reconocimiento –aunque sea tácito– de que el “acuerdo sobre lo esencial” (agreement on fundamentals) ya no existía o había cambiado.    
               Ahora bien,  lo anteriormente expuesto no significa que Horacio Cartes desdeña la petición de ayuda norteamericana e inglesa dados los guiños amistosos de ambas potencias anglosajonas; en ningún caso  dejaría de evaluar las consecuencias del “éxito” de esa política propuesta. Si la política de realización triunfase, Paraguay sería cada vez más fuerte y estaría en posición de “contar” en el equilibrio de poder del Cono sur, toda vez que su progreso económico y social –también parte de la Política de Realización– acompañase ese avance. De manera similar, si un programa internacional de ayuda (como pasa con Colombia) alcanzare su objetivo, la creciente fuerza paraguaya tendría consecuencias geopolíticas en toda la vasta periferia de América del Sur. En ambos casos, los partidarios de la conciliación tienen metas positivas y hasta buena visión del futuro, porque si el Paraguay recobra algo de Poder, naturalmente recuperará todo lo perdido; acaso valga la pena pagar un precio, pues sería un error no reconocer que sí hay un precio, ya se estuviese buscando una conciliación duradera o un cambio radical del orden existente.
               De hecho, Colombia es un ejemplo palpable: durante los últimos años recibió ayuda por varios miles de millones de dólares por parte de los Estados Unidos para modernizar y fortalecer su Industria así como sus Fuerzas Armadas. Si nos sucede algo similar, los paraguayos podríamos decir en un futuro no muy lejano: todas nuestras medidas de índole política y diplomática, mediante la deliberada colaboración con las dos potencias anglosajonas, se han combinado para crearle a nuestros vecinos una situación que a la larga no podrán sostener”.
              



Para colmo de males de ésta época, ya prevalecen en Sudamérica tres series de compromisos: la primera consiste en alianzas tradicionales, apoyadas por la maquinaria ya habitual de conversaciones de Jefes de Estado y consultas políticas. La segunda serie consiste en unas garantías especiales como las de los protocolos ulteriores al tratado de Asunción de 1991, consideradas obviamente como menos obligatorias que las alianzas en toda forma, lo que explica porqué nunca encontraron obstáculos en los Parlamentos excepto el paraguayo. Por último, ahí está el compromiso de la propia Organización de los Estados Americanos (OEA) con la democracia y la seguridad colectiva, que en la práctica fue devaluado por Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, pues si en realidad la seguridad colectiva es fidedigna, es también, por definición, inadecuada para garantizar la seguridad de los derechos, incluso de sus principales miembros fundadores, ya que la maquinaria burocrática causa interminables retardos para investigar hechos, arbitrariedades y otros diversos medios de conciliación, como lo hemos sufrido en el MERCOSUR y la UNASUR. La única esperanza que queda para un nuevo y pacífico orden Sudamericano es que el alivio emocional e ideológico de los propios acuerdos y las expectativas que produjeron, pudiesen superar sus fallas estructurales. En retrospectiva, se ha vuelto obvia la mala política de crear dos clases de organizaciones en América del Sur (ALBA y UNASUR) pero Hugo Chávez la consideró como una extensión esencial de los compromisos estratégicos de Venezuela, que llegaba al límite de lo que los Gobiernos Sudamericanos apoyarían hablando de “justicia”, aun cuando discreparan marcadamente en su definición.
               Ante estas perspectivas, la política paraguaya debe evitar volverse cada vez más reactiva y defensiva, porque los Dirigentes confundidos suelen tender a sustituir un sentido de la dirección por simples maniobras de relaciones públicas. Hay que tener una política decidida; y una alianza política, económica y militar con los EE.UU. y Gran Bretaña, como ya lo estuvieron propugnando líderes del área empresarial, políticos y militares, no era descabellada, ante la manifiesta hostilidad –entonces– económica y política hacia el Paraguay por los Estados Bolivarianos y sus aláteres, además del rearme iniciado por Venezuela, Ecuador y sobre todo Bolivia, que resulta alarmante para nuestra propia seguridad. Con la alianza antes citada, Paraguay podría respirar más tranquilo organizando unas pequeñas Fuerzas Armadas, pero muy modernas y excelentemente armadas y equipadas, que servirían como una “fuerza de disuasión”, una Force de Frapper, como dijera De Gaulle, ya que el derecho de defensa propia y el hecho de que cada Nación fuera su propio juez de las necesidades de esa defensa propia es un reconocimiento consuetudinario de todo el Derecho Internacional; y así, el apoyo económico, comercial y militar de ambas potencias anglosajonas sería tan necesario y su amistad política tan deseable para Paraguay que, sin tener que recurrir a la maquinaria internacional, podría hacer por sí sólo un acuerdo amistoso con sus vecinos….
               Así pues, incluso en este aspecto, la “política de realización” sigue siendo la única opción realista del Paraguay; y eso sólo puede hacerlo un frío practicante de la Realpolitik, que favorezca el interés nacional paraguayo con implacable persistencia.
               Sin embargo, a diferencia de sus críticos Nacionalistas Chauvinistas –y en total contraste con Liberales e Izquierdistas– Cartes confía en la paciencia, las componendas y la venia del consenso Sudamericano –si ello fuere posible– para alcanzar sus metas. Su agilidad mental le permitiría cambiar concesiones de papel –especialmente en la cuestión sensible y simbólica de las reparaciones por parte del MERCOSUR– por el fin de la injusticia y la hostilidad hacia el Paraguay y la perspectiva de unos cambios a largo plazo que no dejarían de colocar a su Patria en una posición cada vez más vital. Hasta el fin del Gobierno Luguista y Liberal la Cancillería paraguaya ha practicado una política de sumisión. Ahora que Horacio Cartes ejerce el poder, debe estar comenzando a aplicar una política positiva… de firmeza, que pronto se convertirá en una política de exigencias. Por de pronto, según la declaración de los “socios” del MERCOSUR, con las elecciones generales de Abril de 2013 cesó la “suspensión” del Paraguay y éste pudo regresar con el halago de restituírsele “todos sus derechos e igualdad en un sistema que daría seguridad a todos sus miembros”, frase ambigua que implica el derecho teórico a esa paridad que las prescripciones de los Protocolos de Ushuaia 1 y 2 hacen tan difícil, cuando no imposible, de lograr,  ya que la fórmula de “igualdad” dentro de un sistema de “seguridad” es una contradicción de términos, y desde Agosto del 2013 ni el ánimo del nuevo Gobierno ni el público paraguayo están para tales sutilezas.

2.- PERSONALIDAD POLÍTICA DE HORACIO CARTES.

               Horacio Cartes nació hace 58 años en un Paraguay que consolidaba el largo camino hacia la Dictadura unipersonal signada por el “culto a la personalidad”. Desligándose de cualquier trato con el sistema, se dedicó al contrario, a construir y solidificar desde muy joven su imperio empresarial, para luego incursionar en la dirigencia deportiva, pero no obstante estas actividades que ocupaban bastante de su tiempo, nunca dejó de interesarse en el rumbo político de su patria, siendo un perspicaz y sagaz observador del mismo. Con las facciones campechanas de un paraguayo típico, despertaba rápidamente la confianza de la gente. Su proverbial caballerosidad, adquirida en su juventud, refleja una serenidad asombrosa, tan necesaria en un Gobernante de un país pobre y atrasado, pleno de problemas de asimetrías estructurales, pocos de cuyos ciudadanos adultos podían recordar un pasado político del que pudieran enorgullecerse. En la oficina de Cartes, las cortinas estaban siempre a medio correr, haciendo que todo el que entrara se sintiera como en un capullo donde el tiempo se había detenido. Esa serenidad que la personalidad de Cartes trasmite, es la característica más necesaria en un Gobernante cuya misión será dar a su país –que tiene muchas razones para dudar de su pasado político– el valor necesario para enfrentarse a un futuro incierto. Cuando Cartes se decidió a dedicarse de lleno a la actividad y la lucha política, pareció que toda su vida había sido una preparación para la responsabilidad de devolver el respeto a su sociedad, jaqueada, desmoralizada y dividida.
               El sentido de seguridad interna de Cartes se debe más a la fe que al análisis. Aunque no es un estudioso erudito de la historia, sin embargo todo el tiempo que pasó apartado de la política práctica lo dedicó a la reflexión; había pasado por la escuela de las convulsiones de su patria y tenía (y tiene) una intuición extraordinaria de las corrientes de la época. También posee una penetrante comprensión de la psicología de sus contemporáneos, y especialmente de sus flaquezas; en una ocasión deploró la carencia de gobernantes fuertes en el Paraguay de las últimas dos generaciones; cuando se le mencionó a Stroessner contestó a su manera lapidaria: “Nunca confunda la energía con la fuerza”.
               Horacio Cartes se esfuerza (y se esforzará aún más) desde el Poder por superar las turbulentas pasiones del Paraguay y por dar a su país –con su historia de extremismo y su inclinación a lo romántico– una reputación de confiabilidad. Devoto interesado en la Realpolitik, sobre todo ahora que el Paraguay se halló tan atacado, la grandilocuente centralización política autoritaria siempre le pareció ofensiva a su propio estilo, sobrio y objetivo. No tiene ninguna afinidad con la oligarquía aristocrática, que había creado un Paraguay dividido en clases muy distantes donde una exigua minoría lo tiene casi todo, y consideraba que había sido un gran error de política exterior fundamentar la seguridad paraguaya en su habilidad de maniobrar entre Argentina y Brasil. En su opinión, un Paraguay fuerte, próspero y libre, en el centro de América del Sur, no representaría una incomodidad para nadie a expensas de su propia seguridad.
               La respuesta de Cartes al caos del mundo Latinoamericano de la post-guerra fría y la aplicación cruda y a rajatabla del Neoliberalismo –que Sudamérica aún no supera– es que un país dividido y pobre, sin sus raíces históricas, requiere una política firme si desea recuperar algún dominio sobre su futuro. Él se niega a dejarse desviar de este curso por simple nostalgia del pasado, ni por la tradicional relación paraguaya de amor-odio con Argentina y Brasil; opta incondicionalmente por la Democracia de Occidente aún al precio de exponerse a la vindicación de los adeptos al “Socialismo del Siglo XXI” y sus simpatizantes autoritarios. Los adversarios internos del Partido Colorado y por supuesto de Cartes: los Liberales  (PLRA), pueden jactarse de tener antecedentes intachables de oposición a la dictadura;  su tradicional base de apoyo de sus discursos siempre ha sido que se habían opuesto a ella valerosamente y en gran parte es verdad. Serán tan desconfiados de la “política de realización” como devotos de la “democracia liberal” y darían mayor prioridad a la unificación de políticas con las naciones del Pacífico que a sus relaciones con el Atlántico. Si se da una orientación pro anglo-sajona de Cartes, la combatirán, y pagarían con gusto el progreso de los objetivos nacionales del Paraguay haciendo un compromiso con la neutralidad en el MERCOSUR y la UNASUR.
               Pero pensamos que Cartes rechazará la negociación de neutralidad (dejar las cosas como están) que  desearían hacer, en parte por razones filosóficas, pero en parte por otras sagazmente prácticas: él no desea ni deseará en el futuro, despertar reacciones nacionalistas chauvinistas ni poner al Paraguay en subasta, sobre todo habiendo ya dos modelos de Estados en Sudamérica; y comprende mucho mejor que sus adversarios locales que, en las condiciones históricas de la época, un Paraguay unido y fuerte sólo podría surgir de un acuerdo organizado contra el autoritarismo. De lo contrario, al nuevo Estado Paraguayo se le impondrían severas restricciones y se restablecerían los controles internacionales al libre tránsito de su economía. Los vecinos poderosos creerían tener un permanente derecho de intervenir.
                Creemos que Cartes considerará que para el Paraguay esta subordinación implícita, derivada de la neutralidad ante la división que ya impera en América del Sur, sería más peligrosa psicológicamente que reconocer y aceptar francamente esa división. Y el carácter de su personalidad política nos hace creer que él optará por la igualdad y la integración con la Democracia Occidental y la respetabilidad para su Patria.-



jueves, 17 de julio de 2014

LA CRISIS DE UCRANIA

      LA  CRISIS DE  UCRANIA
        De acuerdo a la información que los Medios de Comunicación Occidentales nos brindan sobre Ucrania, este es “un pueblo homogéneo que lucha por su libertad” y nada está más lejos de la verdad; pues lo que pasa es que en Ucrania habitan al menos dos pueblos con orientaciones geopolíticas, estratégicas, culturales y religiosas contrarias: No existe un pueblo Ucraniano. Es un nombre general basado sobre el criterio territorial. Los Ucranianos son literalmente “los habitantes de Ucrania” que en eslavo significa “provincia”, “lugar de tránsito”, “tierra fronteriza”. Hasta el 8 de Diciembre de 1991 en que se firmó el acuerdo de la “Comunidad de Estados Independientes” (CEI) Ucrania nunca había sido una Estado independiente y soberano ni una Nación homogénea en toda su milenaria historia. Desde que alrededor del año 900 Rurik (de cuyo nombre deriva Rusia) tomó el poder en el Principado de Novgorod y luego lo extendió hacia el oeste en Ucrania, sus descendientes, para administrar mejor el Principado, fijaron su Capital en Kiev y que se denominó el “Rus de Kiev”, que duró hasta principios del siglo XIII cuando el empuje de las hordas de Genghis Khan lo desmoronó con la dominación que su nieto Batu impuso sobre casi todos los pueblos eslavos y amenazó a Occidente. Luego advino Tamerlán quien dejó como “legado” la dominación de la “Horda de Oro” hasta que para fines del siglo XV (1480) ésta languideció y fue derrotada por los Polacos que luego formaron con Lituania la “Unión de Lublin o de Los dos Reinos” en 1569. La dominación polaca sobre toda Ucrania se quebró en 1648 por la rebelión de los Cosacos Zapórogos –dirigida por el Hetmán Bogdan Chmielnicki– que después de algunas victorias iniciales, viéndose a punto de ser derrotados por Polonia pidieron ayuda al Zar Alejo de Rusia, ofreciéndole prácticamente el dominio de Ucrania Oriental por el “Tratado de Pereyaslav” del 18 de Enero de 1654. Esto provocó la Guerra Ruso-Polaca que terminó en 1667 con el “Tratado de Andrussovo” por el cual Polonia cedió Esmolensko, Kiev y la Ucrania del Este a Rusia. Ello duró hasta la “Primera Partición de Polonia” en 1772 entre Prusia, Austria y Rusia, por la cual la Ucrania Occidental, que todavía seguía siendo Polaca, pasó a poder del Imperio Austríaco, mientras que la Ucrania Oriental, agrandada con más porción territorial, y la Ucrania del Sur, quedaron a la soberanía del Imperio Ruso. Esta situación continuó así hasta el final de la 1ª Guerra Mundial en que al derrumbe del Zarismo la Ucrania Oriental tomó decisivo partido por los Bolcheviques durante la Guerra Civil, convirtiéndose en 1920 en la “República Socialista Soviética de Ucrania” mientras que la Ucrania Occidental ante la desintegración del Imperio Austro-Húngaro se proclamó independiente como “República Popular de Ucrania” pero fue vencida por los Polacos que reclamaban su territorio y quedó anexada a Polonia hasta finales de la 2ª Guerra Mundial, en 1944, cuando el Ejército Rojo penetró en Polonia y Ucrania Occidental expulsando a los Alemanes. Entonces, Ucrania Occidental también pasó a formar parte de la Unión Soviética hasta la desintegración de ésta en Diciembre de 1991. Recién desde entonces hasta nuestros días (22 años) Ucrania es “independiente y soberana”.  Étnicamente los rusos llaman a los Ucranianos malorossi, literalmente: pequeños rusos”. La Lengua Ucraniana fue creada artificialmente en el Siglo XIX por los Polacos que utilizaron varios Dialectos “malorossis” con formas artificiales horrorosas imitando torpemente al Polaco, creando un monstruo lingüístico (según el Lingüista Norteamericano Noam Chomsky), imprimiéndose el primer Libro en “Ucraniano” recién en 1798 (la “Eneida” de Virgilio), y que fue desarrollándose en las primeras décadas del 1800, aunque todos los Documentos Oficiales y Administrativos seguían escribiéndose en Ruso hasta 1935 año en que un “úkase” de Stalin ordenó que se hiciera en ucraniano. Así tenemos a esta Ucrania actual profundamente dividida: la Élite Política gobernante después de la destitución de Yanukóvich es “Naranja”, orientada hacia la OTAN, la UE y se basa en el apoyo del Oeste Ucraniano. La Revolución naranja (en Ucraniano: Pomarancheva revolyutsiya) consistió en una serie de protestas y acontecimientos políticos que tuvieron lugar en Ucrania, desde finales de Noviembre de 2004 hasta Enero de 2005. Estas protestas ocurrieron en el contexto de las elecciones Presidenciales, en las cuales hubo fuertes reclamos de corrupción, intimidación de votantes y fraude electoral directo. Kiev, la capital ucraniana, fue el punto foco de la campaña del movimiento civil de resistencia, en el cual participaron miles de manifestantes diariamente. A nivel nacional, la revolución democrática fue caracterizada por una serie de actos de desobediencia civil y huelgas generalizadas organizadas por el movimiento de oposición. Las protestas fueron incentivadas por los reportes de diversos observadores domésticos y extranjeros, así como por la percepción pública de que los resultados de la votación del 21 de Noviembre de 2004 entre los candidatos Víktor Yushchenko y Víktor Yanukóvich fueron amañados por las autoridades a favor de este último. Las protestas nacionales se llevaron a cabo cuando los resultados de la contienda original fueron anulados, y nuevas elecciones fueron ordenadas por la Suprema Corte de Ucrania para el 26 de Diciembre de 2004. El color naranja fue adoptado originalmente por el campo político de Yushchenko como el color significativo de su campaña electoral. Después, el color dio nombre a toda una serie de términos políticos, como "Los Naranjas" (Pomaranchevi en ucraniano) por sus simpatizantes. Al momento en que las protestas masivas se incrementaron, y especialmente cuando provocaron el cambio político en el país, el término de "Revolución Naranja" representó toda la serie de eventos. En vista de los resultados de la utilización de un color como símbolo para la movilización de simpatizantes, el equipo de Yanukóvich eligió el color azul para sí mismo. En los años que siguieron a la Revolución Naranja fue usual que en Bielorrusia y Rusia ésta fuera considerada como una asociación negativa entre los círculos a favor del gobierno.
          La zona Occidental no entra en el espacio Euroasiático, hay que reconocerlo. Pero esta “Élite Naranja” quiere imponer su voluntad sobre las masas del Este donde la población se considera Rusa, rechaza a la UE y a la OTAN y quiere existir dentro del gran espacio común con los Rusos y la Federación Rusa. Esta masa constituye el segundo pueblo (o el primero) de Ucrania: este pueblo es Cristiano Ortodoxo, malorossi” (pequeño ruso) o velikorossi (gran ruso), y está formado en su mayor parte por descendientes de Cosacos y se identifica con el “Imperio Euroasiático”. Este pueblo votaba  regularmente por el “Partido de las Regiones” y en favor de Yanukóvich. La carta electoral de Ucrania muestra como este país está dividido en dos partes. En el caso de Ucrania, los Euroasiáticos Rusos y Ucranianos actúan lógicamente con su versión del mundo: están contra el Estado-Nación Ucraniano porque es pro-americano, atlantista y anti- euroasiático.
             En un artículo que apareció en una reciente edición digital del New York Review of Books (la impresa circula desde el 20 de marzo de 2014) el historiador inglés Timothy Snyder sostiene que tras la sublevación civil en Ucrania y la consecuente tensión de ese país con la Rusia de Vladimir Putin existe una profunda división ideológica.
     Esta división, dice Snyder, es entre una parte de la población de Ucrania, que se ve a sí misma como europea y que quiere adherirse a la Unión Europea porque cree en su modelo político basado en los principios de la Democracia Occidental, y otra en la que están quienes aspiran a un modelo de integración que se expresa en la “Unión Euroasiática”: un ente que abarca a ex-naciones Soviéticas. Su eje está en Moscú y debería entrar en funcionamiento el 2015. Este Organismo Regional, promovido por Rusia con el respaldo de Bielorrusia y Kazajstán, tiene fundamentos ideológicos diametralmente opuestos a los de la Unión Europea. Su posición frente a Ucrania ha sido muy intensa. Cree que ese país debe ser nuevamente anexado a Rusia porque como un Estado independiente, con ambiciones territoriales, representa un enorme peligro para toda Eurasia”. Esta visión ‘Euroasiática’‘ es el fundamento de la ideología antioccidental que Timothy Snyder ubica en la consolidación de la “Unión Euroasiática”, que tanta relación tiene con la situación actual en Ucrania.
        Varios errores comunes jugaron un papel  excesivo en la formación del discurso Occidental sobre Ucrania, aseguran los observadores polítólogos. Estos deben corregirse, y únicamente entonces se podrá obtener un progreso real, según escribe un Profesor de Politología de la Universidad de Rhode Island, quien publicó esta tesis en The National Interest”. 1)  "Los ucranianos son un solo pueblo, unidos en el apoyo al cambio": Este es un dicho familiar entre los Políticos Occidentales; sin embargo, como ya hemos dicho,  cualquiera que esté familiarizado con la historia de Ucrania sabe que sus fronteras han cambiado muchas veces en el último siglo. Como resultado, millones de personas sin ningún apego étnico, cultural o lingüístico hacia Ucrania terminaron dentro de sus fronteras actuales. Desde varios siglos, la división más visible ha sido entre los Ucranianos Occidentales, muchos de los cuales buscan una Ucrania cultural y políticamente distinta de Rusia, y los Ucranianos Orientales, que quieren vivir en una Ucrania independiente, pero que también mantenga una estrecha relación espiritual, cultural y lazos económicos con Rusia. El hecho de que los Gobiernos Occidentales hayan identificado las aspiraciones nacionales de Ucrania con las de las Regiones Occidentales del país los pone en contradicción con la mitad del país. 2) Apoyar el golpe de Estado contra el presidente Yanukóvich por parte de Euromaidán: En el punto más álgido de los disturbios en Euromaidán, “los Gobiernos Occidentales advirtieron al presidente Yanukóvich de no utilizar la fuerza para disolver las protestas, incluso a medida que se tornaron violentas”. Más tarde, durante una fase crítica de las negociaciones con la oposición, funcionarios de Estados Unidos fueron grabados cuando discutían qué Líderes de la Oposición deberían reemplazarlo. Para un público ucraniano ya muy dividido sobre la legitimidad de las protestas públicas en Maidán (tres cuartas partes de la población en las ciudades del Este de Ucrania considera que las protestas de Euromaidán son ilegales), esto solo prueba que Occidente estaba interviniendo para frustrar las preferencias políticas de la mitad del país. 3) El fracaso de Francia, Alemania y Polonia en hacer cumplir el acuerdo del 21 de febrero de 2014: El fracaso de Francia, Alemania y Polonia de apoyar la transición negociada del poder que ellos habían pedido ha sido un duro golpe a la legitimidad de las Instituciones Estatales Ucranianas, del cual ha sido muy difícil recuperarse. La posterior toma del poder por la Oposición no solo derribó al Presidente legítimamente electo, también llevó al colapso del mayor Partido Político del país que, con todos sus defectos, encarnaba las aspiraciones políticas de más o menos la mitad de la población. Al día de hoy, menos de un tercio de la población de habla rusa en Ucrania ve al Presidente “electo” y al Primer Ministro como legítimos, mientras que en Donetsk y Lugansk, los focos de resistencia, esta cifra cae a menos del 15%. 4)Ignorar el ascenso de la derecha radical: Los Medios Occidentales han tardado en entender que los grupos Derechistas Nacionalistas como Svoboda y el Sector de Derecha jugaron un papel decisivo en la radicalización del Euromaidán, y en la dramática toma del poder inmediatamente después de los acuerdos del 21 de febrero de 2014. Oficialmente, sin embargo, los Gobiernos Occidentales siguen insistiendo en que su papel es marginal. De todas formas, aún hoy en día estos grupos ejercen excesiva influencia en el Parlamento y en las calles del centro de Kiev, que siguen ocupando a pesar de los ruegos del Presidente autoproclamado entonces y del actual “electo” de que desalojen. Ellos intimidan a los políticos, jueces y periodistas, de hecho a cualquier persona que hable en contra de las políticas del actual Gobierno. Su intimidación a los Candidatos Presidenciales asociados con el Partido de las Regiones no ha provocado casi ningún comentario de los Gobiernos Occidentales. Muchos en las Regiones Orientales y en el Sur de Ucrania ven esto como una confirmación más de la participación Occidental. El apego a Rusia en estas Regiones es cultural y lingüístico, y no político. 5)Etiquetar a los manifestantes en el Este y el Sur de “separatistas”: Vale la pena señalar que en todos los casos en que el separatismo ha surgido, la demanda original era por mayores derechos regionales y autonomía dentro de Ucrania. Solo cuando Kiev respondió reemplazando a los Funcionarios Locales con Oligarcas leales al nuevo Gobierno, surgió la cuestión de la secesión. Esa es una razón de por qué la mayoría de la gente en las Regiones Orientales y Meridionales de Ucrania (62%) culpan a Kiev de la pérdida de Crimea, en lugar de culpar a los manifestantes de Crimea (24%) o a Rusia (19%). El mismo enfoque se está tomando hacia el Este y el Sur de Ucrania, con los mismos resultados desastrosos. 6) Culpar a Rusia por los problemas de Ucrania: A pesar de la acalorada retórica proveniente de los Gobiernos Occidentales, el objetivo principal de Rusia en Ucrania ha sido reducir el nivel de inestabilidad interna. Las razones no son difíciles de comprender. En primer lugar, dicha inestabilidad es mala para los negocios que, en el caso de Ucrania, implica inversiones militares, industriales y de energía que son importantes para Rusia. En segundo lugar, la continua inestabilidad es mala para Rusia, ya que aumenta la probabilidad de que Ucrania se convierta en un Estado fallido, lo que haría que Rusia se sintiera obligada a brindar una asistencia humanitaria de grandes proporciones. En tercer lugar, dicha inestabilidad es mala porque aumenta las tensiones con Occidente, que tiene la tendencia de culpar a Rusia por todo lo que sucede allí.                                     .                                                                     A Rusia le gustaría mucho ver a Ucrania como un socio económico y político estable, capaz de proporcionar suficiente crecimiento y empleo a sus propios ciudadanos para reducir el flujo anual de más de 3 millones de trabajadores migrantes de Ucrania hacia Rusia, y así contribuir a la prosperidad de los 11 millones de rusos que viven en las zonas fronterizas con Ucrania. Después de haber gastado más de 300 millones de dólares en las últimas dos décadas para impedir el colapso de la economía de Ucrania, parece poco probable que Rusia busque ahora su desaparición económica. Sin duda no quiere gastar las decenas de miles de millones de dólares que se necesitarían para absorber estas regiones, y elevar su nivel de vida al de Rusia.
LO QUE LA PRENSA OCCIDENTAL ESTÁ OCULTANDO: La gran mayoría de Medios de Comunicación Occidentales están presentando la situación que ocurre en Ucrania como un alzamiento popular en contra de un Gobierno corrupto y sumamente impopular. De ahí que esté generando una simpatía generalizada, favorecida por unos Medios que, todavía estancados en la ideología de la Guerra Fría, ven a Rusia como el enemigo. Y puesto que Rusia había apoyado a ese Gobierno, mientras que los que se le opusieron favorecían más su conexión con la Unión Europea, se explica la lectura tan favorable de la revuelta popular contra el Gobierno de Yanukóvich, la cual ha acabado deponiéndolo, aun cuando dicho Gobierno había sido elegido democráticamente.
          Ni que decir tiene que la revuelta contra el Gobierno depuesto ha sido una revuelta popular. Pero la realidad es más complicada que la que los Medios anuncian. En realidad, no se ha señalado (con algunas excepciones)  que hoy Ucrania es el único país de Europa donde existen miembros de un Partido Nazi en posiciones de gran Poder. El Partido Nazi se llama paradójicamente Libertad (Svoboda) y sus miembros en el Gobierno de transición (confirmados en su mayoría por el actual Presidente Poroshenko) eran el Ministro de Defensa (Igor Tenyukh), el Viceprimer Ministro para Asuntos Económicos (Aleksandr Sych, que es el ideólogo del Partido que ha presionado, entre otras medidas, para que se prohíba el aborto), el Ministro de Agricultura Igor Shvaika (uno de los mayores terratenientes de Ucrania), el Ministro de Ecología (Andriy Moknyk, que había sido la persona de contacto con grupos nazis europeos), el Director del Consejo Nacional de Seguridad Andry Parubiy (y Director de la milicia militar del Partido), el Fiscal General del Estado (Oleh Makhnitsky), y el Ministro de Educación Serhiy Kvit, entre muchos otros. El Poder de este Partido condiciona claramente al nuevo Gobierno de Ucrania.
          Dicho Partido fue fundado en 1991, presentándose como el sucesor de la Organización de Nacionalsocialistas Ucranianos (ONU) fundada por un personaje, Stepán Bandera, clave en la historia reciente de Ucrania. El Partido Svoboda lo presenta como su máxima inspiración. Fue definido como un héroe nacional en el año 2010 por el Presidente Victor Yushchenko, más tarde sustituido por el democráticamente elegido Yanukovich, el Presidente del Gobierno depuesto como resultado de la revuelta popular. Este último Gobierno retiró el honor que se había concedido a Bandera, aunque es más que probable que el nuevo gobierno lo restituya.
         Bandera, cuyo homenaje conllevó la protesta del Tribunal Europeo de Justicia (European Court of Justice), fue el mayor aliado del Régimen Nazi de Hitler en Ucrania, habiendo dirigido dos batallones que se integraron en las SS nazis alemanas en su lucha contra la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial (según el Centro Simon Wiesenthal, esos batallones detuvieron a 4.000 judíos ucranianos, enviándolos a campos de concentración nazis en Lviv en julio de 1941). En los escritos de la organización fundada y dirigida por Bandera (ONU) se habla explícitamente de la necesidad de limpiar la raza, eliminando a los judíos. El Profesor de Historia de la Tufts University, Gary Leupp, en su detallado artículo Ukraine: The Sovereignty Argument, and the Real Problem of Fascism(Ucrania: El Argumento de la Soberanía y el Problema Real del Fascismo”; CounterPunch, 10.03.2014), del cual se extraen todos los datos que presentamos en esta  parte del artículo, cita textos enteros mostrando el carácter Nazi de dicha organización. Cuando la Alemania Nazi invadió Ucrania, Bandera declaró su independencia, y su Gobierno trabajó muy próximo y hermanado con el Nacionalsocialismo de la Gran Alemania, bajo el liderazgo de Adolf Hitler, que está formando una nueva Europasegún proclamó entonces.
          El Partido dominante en el nuevo Gobierno de Ucrania, Svoboda, se considera orgulloso heredero del ONU, y quiere purificar la sociedad ucraniana, persiguiendo violentamente a homosexuales, prohibiendo el aborto, estableciendo un orden jerárquico y disciplinado, enfatizando la masculinidad y la parafernalia militar, llamando a la expulsión de la mafia judía moscovita y eliminando el Comunismo, comenzando por la prohibición del Partido Comunista y la persecución de sus miembros o intelectuales afines. Piensa también eliminar más tarde a todos los Partidos. En realidad, el programa no puede ser más claro. En el año 2010, la Web del partido indicaba: “Para crear una Ucrania libre tendremos que cancelar el Parlamento y el parlamentarismo, prohibir todos los Partidos Políticos, estatalizar todos los Medios, purgar a todo el funcionariado y ejecutar (término que utilizan) a todos los miembros de los Partidos Políticos antiucranianos”. El Congreso Mundial Judío (World Jewish Congress) declaró a este Partido como “Partido Neonazi” en mayo del año pasado.
     ¿Cómo es que un Partido Nazi está gobernando hoy Ucrania?: Las movilizaciones populares que terminaron con el Gobierno de Yanukóvich eran en su mayoría movilizaciones espontáneas, con escasa estructura organizativa. De ahí que un grupo, incluso armado, con apoyo político internacional, pudiera adueñarse fácilmente de aquellas movilizaciones, jugando un papel importante en las etapas finales del movimiento popular. Y, por paradójico que parezca, tanto EE.UU como la UE jugaron un papel clave en esta promoción. En realidad, EEUU más que la UE. Fue precisamente Victoria Nuland, “Responsable del Departamento de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos” –una funcionaria de la “ultraderecha dura” nombrada por el Vicepresidente Cheney durante la Administración Bush, y que sorprendentemente fue mantenida en este cargo por la Administración Obama– la que apoyó más fuertemente y abiertamente al Partido Svoboda, pues era el más anti-ruso de los grupos que existían en esas manifestaciones. Fue ésta personaje la que utilizó la famosa expresión ¡Que se joda la UE! (“¡Fuck the EU!”), insistiendo en que el Gobierno tenía que tener en cuenta a Svoboda, por muy mala imagen que ello creara. En realidad, dicho Partido, en las últimas elecciones, solo ha recibido un 10% del voto. Pero su enorme influencia no deriva de su apoyo popular, sino de las maquinaciones que han tenido lugar, en las que el Gobierno Estadounidense y el Alemán han jugado un papel central. Ambos desean expandir el área de influencia de la OTAN hacia el este de Europa, y ven la situación de Ucrania como favorable a ello. El miembro de Svoboda que es ministro de Defensa es favorable a la OTAN y ha estudiado en el Pentágono en EEUU.
                            ¿Cuál es el futuro de Ucrania?
             El Pentágono parece querer aspirar a que Ucrania entre en la OTAN (luego de su fracaso en Georgia) e instalar su flota en el Mar Negro. ¿Se podría imaginar un “conflicto” en aquél país y una escisión en dos o tres entidades, a la manera Yugoslava? No es imposible dado que en Ucrania Occidental hay mucha malquerencia y hasta odio contra Rusia y la Ucrania Oriental. Volvamos a recalcar que la Ucrania Occidental ha estado en los últimos cuatro siglos y medio bajo el dominio de Polonia y Austria, nunca de Rusia; son Católicos en oposición a los Ortodoxos del Este y aunque el ruso es la segunda lengua, la mayoría habla el Ucraniano, el Polaco y el Serbio preferentemente. Kiev es la “Capital” formal, pero los Ucranianos Occidentales han considerado siempre como su Capital a Lviv, mientras que los Ucranianos Orientales a Járkov. Tampoco olvidemos que durante la 2ª. Guerra Mundial, cuando las tropas de Hitler invadieron la URSS, al entrar primero en Ucrania Occidental fueron recibidas con vítores y aplausos y contaron con la colaboración de un “Ejército Nacional Ucraniano”; encontrando resistencia seria recién en Ucrania Oriental. Incluso ya después de Stalingrado, el General Vlassov formó el “Ejército Nacionalista Ucraniano” que combatió codo a codo con el Ejército Alemán hasta la derrota final. Vlassov fue capturado por los Norteamericanos quienes lo entregaron a los Soviéticos que lo ejecutaron por “Traidor”.
        Ya estamos presenciando los umbrales de una Guerra Civil que podría terminar en una partición como sucedió en Yugoslavia a la muerte de Tito, luego de una cruenta guerra entre Serbia y Croacia que culminó en la partición y la aparición de otros Estados; a no ser que prime la cordura, especialmente de los EE.UU. –que se ha metido en una guerra que no podrá ganar y de no rectificar rumbos sufrirá otro Viet Nam– y se instituya una República Federativa con verdaderas Repúblicas Autónomas y un Gobierno Democrático sin extremismos “Derechistas” ni “Izquierdistas”.   
          Hoy las Élites Gobernantes a los dos lados del Atlántico Norte se encuentran en una situación conflictiva. Por un lado, está el complejo militar industrial de EEUU, que está muy a la defensiva (debido a los recortes tan notables del gasto militar del gobierno federal, resultado del hartazgo de la población estadounidense hacia las campañas bélicas que caracterizan la política exterior de EEUU) y que desea reavivar por todos los medios la Guerra Fría para justificar la recuperación de su papel central en el sistema político-económico estadounidense.
          Pero esta estrategia choca claramente con los intereses financieros y económicos de la UE y también de EEUU: Rusia es el tercer socio comercial de la UE después de EEUU y China, con un intercambio comercial de más de 500.000 millones de dólares en 2012 (Bob Dreyfuss: Capitalism Will Prevent a Cold War Over Ukraine” [“El Capitalismo evitará una Guerra Fría sobre Ucrania”]; The Nation, 10.03.2014). Alrededor del 75% de todas las inversiones extranjeras en Rusia proceden de la UE, siendo Rusia la mayor proveedora de gas de la UE. Y el capital de los grandes Oligarcas rusos está en Bancos Europeos, en su mayor parte en la City de Londres. Hoy, el gran Capital Financiero e Industrial no desea una Guerra Fría. En realidad, gran parte del armamento de Rusia es construido hoy en Suecia y Francia (la última compra es de helicópteros, 1.700 millones de dólares). De ahí que por mucho que se hable de penalizar a Rusia, poca acción militar es probable que ocurra. No estamos en la primera página de la III Guerra Mundial, pero ello no implica que no estemos viendo el resurgimiento del Nazismo, apoyado paradójicamente por Élites Gobernantes a los dos lados del Atlántico Norte, que representa la mano dura necesaria para llevar a cabo las políticas de corte Neoliberal que el Gobierno Ucraniano realizará para facilitar su integración en la UE.
           EL CASO DE CRIMEA: Lo que sorprende sobremanera es la ceguera e ineptitud de los Estrategas Políticos, Diplomáticos y Militares  Norteamericanos quienes creyeron que Rusia iba a quedarse quieta ante la “cuestión Ucraniana” dado que el problema Geopolítico fundamental de Rusia “por los siglos de los siglos” ha sido siempre el hecho de ser un inmenso territorio “encajonado” entre mares que se hielan 6 a 8 meses al año siendo su “Destino Manifiesto” la salida a los mares cálidos. Y sólo tiene dos opciones: al Sur de Vladivostok ya empieza el océano cálido, pero enseguida está China con su mar territorial; quedando por tanto, solamente el Mar Negro con Crimea. Así, Rusia de ningún modo podía permitir que Crimea y el Mar Negro quedasen bajo la soberanía de una Ucrania pro-Occidental –miembro de la “Unión Europea”, incorporada a la OTAN– y anti-Rusa. También los “Estrategas” de marras, no se dieron por enterados que la Rusia de hoy, bajo la batuta de Putin, ya no era la Nación desquiciada y debilitada de Gorbachov y Yeltsin, y que en 25 años se había recuperado económicamente llegando a ser una de las 8 Naciones más ricas del Mundo (de ahí el “G 8”) y reorganizado y aumentado su poderío Militar, impulsada por  una “idea-fuerza” basada en el Nacionalismo Pan-Ruso y la Ideología del Eurasismo.
        Históricamente, Crimea pertenece a Rusia desde 1774, en que a raíz de la “Guerra Ruso-Turca” (1768-1774) con las resonantes victorias tras victorias del legendario héroe nacional ruso: General Alejandro Suvórov, el Imperio Turco cedió la totalidad de la Península de Crimea a Rusia por el Tratado de Küçük Kaynarca  el 21 de julio de 1774 , que ponía fin a la guerra. De acuerdo con el Tratado, el Imperio Otomano reconocía la independencia de un reducido Kanato de Crimea (cosa que lo convertía de facto en un “Estado” satélite de Rusia), quedando desde entonces Crimea –habitada en su mayoría por Eslavos Rusos– con sus playas sobre el Mar Negro, como el Balneario y lugar de vacaciones de la Nobleza Zarista.
         Recién, en fecha muy próxima todavía: 1954, luego de la muerte de Stalin, el entonces Gobernante de la Unión Soviética, Nikita Khruschov (quien era Ucraniano), cedió la Provincia de Crimea a la “República Socialista Soviética de Ucrania” sin soñar siquiera que la URSS se disolvería y Ucrania se volvería un “Estado Independiente y Soberano” a partir del 8 de Diciembre de 1991 cuando la Unión Soviética colapsó finalmente. Tras el fallido Golpe de Estado  de Agosto, los acontecimientos se precipitarían: Yeltsin decidió disolver la Unión Soviética de acuerdo con el Tratado de la Unión de 1922, apartando de su cargo a Gorbachov y al propio Gobierno de la URSS en Diciembre de 1991. El día 8 de ese mes se firmó el Tratado de Belovesh por el que las tres Repúblicas eslavas — Rusia, Bielorrusia y Ucrania — declaraban la URSS disuelta y constituían la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Gorbachov acabaría dimitiendo el 25 de Diciembre, y el Soviet Supremo reconocería al día siguiente la extinción de la Unión, disolviéndose también, y asumiendo Rusia los compromisos y la representación internacional del desaparecido Estado. Durante la disolución de la URSS en 1991, la posesión de Crimea se convirtió en un foco de tensión entre Rusia y Ucrania. Pero he aquí que relataremos algo que la Prensa Occidental ha ocultado total y meticulosamente: que a poco de haberse vuelto “independiente” Ucrania, el 21 de Mayo de 1992  el Parlamento Ruso aprobó un Decreto declarando Nulo y sin efectos la Resolución del Presidium del Sóviet Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia de 1954 por la cual la Provincia de Crimea era transferida de la RSFS de Rusia a la RSS de Ucrania, al considerarla una violación de la Constitución Rusa. Así pues, aunque bajo la Presidencia de Borís Yeltsin, anuló la cesión de Crimea a Ucrania hecha por Krhuschov; y poco después, el 17 de Septiembre de 1993 el Consejo Supremo de Crimea dio luz verde a la Institución del Cargo de Presidente de la República, convocando elecciones para el 16 de Enero del año siguiente. Durante las Elecciones Generales de Crimea, cinco de los seis Candidatos a Presidente eran “pro-Rusos”.  En la primera ronda de los comicios, con una participación del 80%, los dos Candidatos más votados fueron Yuri Messkov del Bloque Ruso (38,2%) y el Comunista Nikólai Bahrov (17,6%), histórico dirigente del PCUS en la región. Sin embargo, en la segunda vuelta, celebrada el 30 de Enero, Meshkov le superó claramente con el 72,9% de los votos frente al 23,4%. Tras su investidura, Meshkov nombró a Yevgueni Saburov, un ex Ministro Ruso de Economía sin pasaporte ucraniano, como Vicepresidente, con competencias análogas a la de Primer Ministro. Asimismo, el nuevo Presidente anunció su voluntad de convocar el referéndum sobre la soberanía de Crimea –pospuesto en 1992– para el 27 de Marzo de 1994, coincidiendo con la celebración de las elecciones legislativas ucranianas, a las que propuso boicotear. Aunque el plebiscito fue prohibido desde Kiev, finalmente se llevó a cabo en forma de consulta no vinculante con un triple enunciado. Participaron 1,3 millones de Crimeos, que dieron apoyo mayoritario a las tres propuestas: la recuperación de la Autonomía establecida en la Constitución de 1992  (78,4% de los votos a favor); la recuperación de la doble nacionalidad Ruso-Ucraniana, establecida también en la Constitución de 1992 (82,8%) y la autorización al Presidente de la República para promulgar decretos ley (77,9%). Como vemos, el ganador por amplio margen, apenas se hizo Cargo del Poder designó como Primer Ministro a un Ruso e hizo gestiones para la incorporación de la “República Autónoma” a  la Federación Rusa.
         Por supuesto, El Gobierno Ucraniano reaccionó y quiso solucionar “manu militari” la cuestión, convirtiendo a Crimea en “Provincia Ucraniana”. El 17 de Marzo de 1995 la Rada Suprema de Ucrania, apelando a la Ley fundamental del país y a su integridad territorial, abolió la Constitución y otras leyes Crimeas, entre ellas, la de Institución Presidencial. Pero se encontró con tan férrea oposición popular y de la Dirigencia Política, tanto así que el 21 de Septiembre de 1995 el Consejo Supremo de Crimea aprobó una nueva Constitución, reformada el 1 de Noviembre del mismo año. El nuevo texto, que definía a Crimea como una República Autónoma dentro de Ucrania, fue parcialmente aprobado por Kiev el 4 de Abril de 1996, con múltiples emmiendas. Entre ellas, la relativa a la denominación oficial del territorio, que tras largos cabildeos de “tira y afloje”, en ese mismo 1996 se llegó a un acuerdo por el cual Crimea continuaría teniendo el Status de República Autónoma, pasando el nombre de «República de Crimea» a «República Autónoma de Crimea». El  28 de Junio de 1996 la Rada Suprema de Ucrania aprobó una nueva Constitución, la primera tras la independencia del país. Esta Constitución fue refrendada por el Parlamento de Ucrania el 23 de Diciembre de 1998. Se mantuvo vigente hasta la crisis de 2014 cuando Sebastópol asumió el rol de Ciudad Federal (al igual que Moscú y San Petersburgo), mientras la República de Crimea, con Simferópol convertida en Capital, se convirtió en una República de Rusia, el modelo más autónomo entre los tipos de Sujetos Federales existentes en el país.  El lazo que la unía hasta entonces  con el Gobierno Central Ucraniano era en cierto modo parecido al del “Estado Libre Asociado” de Puerto Rico con los EE.UU. Así, pues, solamente durante 16 años (1998-2014) Crimea estuvo nominalmente bajo el “dominio” de la República de Ucrania. Esta es la verdad lisa y llana sobre la “Cuestión de Crimea”.
          RESUMIENDO: En Ukraine, le Gouvernement des États-Unis a fait une grosse merde, puis s'assit sur ​​elle, et maintenant il ne sait pas comment nettoyer son derrière”.-
           Asunción, Paraguay, Julio de 2014.-
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domingo, 13 de julio de 2014

ENTREVISTA A V. PUTIN

Por considerarlo de interés para nuestros lectores transcribimos a continuación la:
Versión completa de la entrevista a Vladímir Putin en vísperas de la gira a Latinoamérica.
Publicado: 10 jul 2014 | 21:00 GMT Última actualización: 10 jul 2014 | 21:00 GMTTO/ RIA-NOVOSTI/ ALEXEY DRUZHININ
En víspera de su gira por Latinoamérica, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha concedido una entrevista a las agencias Prensa Latina e Itar-Tass. Les presentamos la versión completa de la conversación.
-Los líderes rusos visitan América Latina con menos frecuencia que otras partes del mundo. ¿Qué —no solo en sentido material, sino en sentido amplio— puede ofrecer América del Sur a la Rusia de hoy y viceversa?
Vladímir Putin: Es poco probable que se puedan estimar las relaciones entre los Estados y, lo principal, entre naciones solo por el número de visitas de alto nivel. Lo más importante es el beneficio mutuo que nos da nuestra cooperación. Precisamente esto es la base más segura para desarrollar los vínculos polifacéticos entre Rusia y América Latina. América del Sur o —hablando en el sentido amplio de la palabra— América Latina es un continente de una cultura única y muy cercana a nosotros espiritualmente. El muralismo mexicano y el tango argentino, la canción peruana 'El cóndor pasa' y los poemas de Pablo Neruda ya hace mucho tiempo que se han convertido en parte del patrimonio mundial. Todos nosotros nos inspiramos por las obras del gran escritor y pensador colombiano Gabriel García Márquez y nos admiramos con las creaciones del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
América Latina es una fuente riquísima de recursos naturales, los cuales son el petróleo y la bauxita, el agua dulce y los alimentos. Los países de esta región tienen una experiencia interesante en la creación de un modelo sostenible de desarrollo democrático y crecimiento económico, un modelo con un componente social significativo. Las naciones latinoamericanas que lucharon por su independencia nos inspiran mucho respeto por su autonomía y por su derecho de autodeterminación. Los legendarios Bolívar y Martí, 'Che' Guevara y Salvador Allende son muy bien conocidos en nuestro país. El 'continente ardiente' no es algo solo de cierta etapa del pasado latinoamericano. Es un símbolo de la aspiración a una vida mejor, la prosperidad, el progreso y la justicia social. Hoy la cooperación con los Estados de América Latina es una de las direcciones claves y muy prometedoras de la política exterior de Rusia. El multilateralismo en los asuntos mundiales, el respeto al derecho internacional, el fortalecimiento del papel central de la ONU y el desarrollo sostenible son los principios que nos unen. Todo eso nos convierte en colegas a nivel internacional y nos permite desarrollar la interacción para resolver una amplia serie de problemas.
Estamos agradecidos a los sudamericanos por su apoyo en nuestras iniciativas internacionales, incluidos la desmilitarización del espacio, el fortalecimiento de la seguridad internacional en materia de información, la inadmisibilidad de la glorificación del nazismo. Es crucialmente importante para nosotros que en las relaciones entre Rusia y América del Sur se mantenga una continuidad que refleje los intereses fundamentales y nacionales, independientemente de la formación política que lidere en uno u otro país de la región en este momento.
Sin embargo, si hablamos sobre el aspecto material de la cooperación, aspiramos a aumentar la interacción económica y comercial, ante todo su componente de inversión. Estamos interesados en crear alianzas plenas, tecnológicas, de proyectos y producción con los países de la región, aprovechar al máximo las posibilidades de las economías complementarias, cooperación en materias tan requeridas como la petrolera y la gasífera, la hidroenergía y la energía atómica, la construcción de aviones y de helicópteros, las infraestructuras y, en los últimos tiempos, también la biofarmacia y la tecnología de la información. Continuaremos apoyando a los latinoamericanos en su lucha contra nuevas amenazas, participaremos en la formación de cuerpos policiales antidrogas en Managua y Lima.  
Vamos a cooperar a la hora de paliar las consecuencias de los desastres naturales. Consideramos importante contribuir a la ampliación de las relaciones culturales, estudiantiles, intercambios de jóvenes y turistas, contactos entre personas. Con vistas a resolver este problema, recientemente se suprimió el régimen de visados para los viajes de ciudadanos de países latinoamericanos y rusos, medida que benefició a casi todos los países de América del Sur, América Central y el Caribe, y es más, el número de países (con los que Rusia suprimirá los visados) va a aumentar .
-¿Qué piensa usted de nuevas plataformas de integración como Celac, Unasur y Alba? ¿Cuáles son los vínculos que podría desarrollar Rusia con estas asociaciones?
Vladímir Putin: Estamos interesados en una América Latina unida, fuerte, económicamente sostenible y políticamente independiente, que se está convirtiendo en una parte importante de un mundo policéntrico y emergente. En esta región son fuertes las tradiciones del respeto a la libertad, respeto a otros pueblos y otras culturas y, normalmente, son casi nulas las contradicciones entre Estados; tampoco hay ganas de seguir el juego de 'divide y vencerás'. 
Al revés, están dispuestos a trabajar conjuntamente para defender su casa latinoamericana común. Los procesos de integración en América Latina reflejan en muchos aspectos las tendencias mundiales del desarrollo de la integración regional y demuestran la aspiración a la consolidación política de la región y el fortalecimiento de su influencia en el mundo.
Quisiera destacar especialmente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Se trata de una asociación de todos los países del continente diseñada para ser el foro de consulta sobre asuntos regionales, sin participaciones ni impertinentes intervenciones del exterior. Celebramos la buena disposición de la Celac a establecer contactos con países de fuera de la región, Rusia entre ellos. El año pasado tuvo lugar en Moscú la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Troika Ampliada de la Celac. Ahora es importante determinar las direcciones específicas de interacción. Estamos dispuestos a trabajar. Consideramos prometedor el establecimiento de contactos entre la Celac y los países miembros de la Unión Aduanera, el Espacio Económico Común. Rusia, junto con Bielorrusia y Kazajistán, amplía los procesos de integración (en mayo se firmó el Tratado sobre la Creación de la Unión Económica Euroasiática, que entrará en vigor completamente el 1 de enero de 2015). Se está formando uno de los mercados comunes más grandes en el mundo, que incluye una población de casi 170 millones de personas y en la que hay libre circulación de capitales, bienes, servicios y mano de obra. Es un mercado que funciona sobre la base de los principios universales, las normas y las reglas de la OMC. Esto mejora significativamente el ambiente para hacer negocios en el espacio euroasiático, esto amplía las posibilidades para desarrollar con los socios de otros países contactos empresariales mutuamente beneficiosos.
Quiero señalar que estamos abiertos a interactuar de manera sustancial también con otras asociaciones de integración en la región latinoamericana, incluso en el marco de la comunidad que está emergiendo. Me refiero a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), la Alianza del Pacífico (AP), el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la Comunidad del Caribe (Caricom).
 Lo más importante es que todas estas asociaciones, al establecer sus propias relaciones exteriores, trabajen para la unidad y no para la separación de los países latinoamericanos, ni siquiera por criterios políticos e ideológicos. Esperamos que el fortalecimiento de la cooperación multilateral sirva como factor adicional de desarrollo de nuestras relaciones con los colegas latinoamericanos.
Cuba.
-Cuba y Rusia tienen una larga tradición de relaciones bilaterales y nuestros países se esfuerzan en desarrollarla en el espíritu de la cooperación estratégica. ¿Cuál es la base de las relaciones ruso-cubanas hoy? ¿Cómo ve su futuro? 
Vladímir Putin: Las relaciones ruso-cubanas se basan en una larga tradición de amistad inquebrantable y en la gran experiencia de una cooperación fructífera que es única en muchos aspectos. El pueblo ruso siente una sincera simpatía por los cubanos y los respeta. Estoy convencido de que estos sentimientos son mutuos.
Como se sabe, en los años noventa del siglo XX los ritmos de nuestra cooperación bilateral se redujeron un poco y los socios extranjeros de otros países nos dejaron atrás en varias áreas. Por ejemplo, los canadienses ofrecieron a Cuba prometedores proyectos conjuntos en la industria minera, los europeos desarrollaron activamente el turismo.
Estamos dispuestos a recuperar las posibilidades perdidas. Hoy Cuba es uno de los principales socios de Rusia en la región. Nuestra cooperación es de carácter estratégico y está orientada a largo plazo. Tenemos una coordinación estrecha en el campo de la política exterior y en el marco de las organizaciones multilaterales. Nuestras posturas respecto a muchos temas globales y regionales coinciden. La tarea prioritaria de nuestra agenda bilateral es la ampliación de los vínculos económicos sobre la base del Programa Intergubernamental para la Cooperación Económico-Comercial y Científico-Técnica 2012-2020.
Se estudian unos grandes proyectos en el campo de la industria y las altas tecnologías, la energía, la aviación civil, el uso pacífico del espacio cósmico, la medicina y la biofarmacia. Una de las más importantes áreas de nuestro trabajo conjunto es intensificar los intercambios culturales. Se ha convertido en una buena tradición celebrar en Cuba giras de  grupos musicales y teatrales rusos y organizar amplias exposiciones. Seguiremos desarrollando los contactos juveniles y científicos, la cooperación en la esfera de la educación y el turismo. En una palabra, somos optimistas sobre el futuro de las relaciones ruso-cubanas. Hay buenas perspectivas prácticamente en todas las áreas clave de la cooperación bilateral. 
-Los volúmenes del comercio y de las inversiones entre Moscú y La Habana todavía no han alcanzado el mismo nivel que las relaciones políticas y diplomáticas. ¿Qué podría ofrecer Rusia para aumentar los volúmenes de las inversiones rusas en Cuba y para ampliar considerablemente el comercio entre los dos países? ¿Hay grandes proyectos en Cuba en el que con seguridad vayan a participar empresas rusas? 
Vladímir Putin: Los lazos ruso-cubanos en el campo del comercio y de la inversión tienen un gran potencial. Con el fin de realizarlo de manera efectiva funciona con regularidad una comisión intergubernamental. Su XII reunión está prevista para el otoño de este año en La Habana. Hemos establecido una estrecha cooperación entre las estructuras empresariales (Consejos Empresariales Rusia-Cuba y Cuba-Rusia). Nuestras empresas tradicionalmente han participado activamente en la anual Feria Internacional de La Habana, en la que en 2013 los productos de 50 empresas rusas fueron presentados. 
Vemos todas las posibilidades para llegar a un nivel de cooperación cualitativamente nuevo incluso por medio de  grandes proyectos conjuntos. En particular, en agosto del 2013 la compañía Zarubezhneft S.A. comenzó la perforación del primer pozo de explotación en el yacimiento Boca de Jaruco.
En el futuro próximo se explorarán nuevos yacimientos de la plataforma marina de Cuba. Con estos fines las compañías Zarubezhneft S.A. y NK Rosneft S.A. cooperan activamente con la empresa estatal cubana Cupet. La compañía INTER RAO S.A. planea incorporarse a la construcción de las unidades de generación eléctrica para las Centrales Termoeléctricas Máximo Gómez y del Este de La Habana. Se suministra a Cuba equipo eléctrico y energético ruso. Debido al desarrollo en Cuba de la Zona Económica Especial de Mariel, han mostrado su interés por emprender la cooperación una serie de empresas rusas especializadas en particular en la fabricación de productos metálicos y plásticos, de piezas de repuesto para automóviles, en ensamblaje de tractores y en el montaje de maquinaria pesada para la industria ferroviaria.
Se está estudiando el proyecto a gran escala con la participación de Rusia, Cuba y con posibles inversiones de terceros países para crear un gran intercambiador de transportes. Esto implica la modernización del puerto de Mariel y la construcción de un moderno aeropuerto internacional con la terminal de carga en San Antonio de los Baños.
Atribuimos una gran importancia a la cooperación en el ámbito de las altas tecnologías. En particular, estamos trabajando activamente para instalar en la isla la infraestructura terrestre del GLONASS, para suministrar a Cuba los productos, servicios y tecnologías en el campo de la teledetección de la Tierra y de las telecomunicaciones de satélite.
El hecho de que Rusia haya tomado la medida sin precedentes de condonar el 90% de la deuda cubana contraída en la época soviética demuestra el carácter estratégico de las relaciones bilaterales. El monto total de la deuda es enorme (más de 35.000 millones de dólares). El correspondiente Convenio Intergubernamental fue firmado en octubre del año pasado y ahora está en la etapa final de su ratificación. Al mismo tiempo el 10% restante, que asciende a 3.500 millones de dólares, serán invertidos justamente en Cuba en significativos proyectos que nosotros con la parte cubana planificamos elegir y concretar. Los proyectos abarcan el desarrollo social y económico de la república. Contamos con que estas inversiones sean fructíferas. 
-¿Cómo se desarrollan las relaciones tradicionales entre nuestros países en el campo humanitario, cultural y turístico? 
Vladímir Putin: Consideramos prioritario el desarrollo de las relaciones en estos ámbitos. Decenas de miles de cubanos se graduaron en los centros de educación superior de nuestro país. Anualmente damos a los estudiantes cubanos la oportunidad de estudiar en las universidades rusas a cuenta del presupuesto del Estado (para el año académico 2014-2015 hemos concedido 100 becas a Cuba). Los proyectos conjuntos en el campo del teatro y de la música se realizan con gran éxito. Un ejemplo convincente es el triunfo que tuvo en octubre del año pasado en La Habana la escenificación de 'Anna Karénina' del Teatro de Yevgueni Vajtángov, que fue reconocida en Cuba como el mejor espectáculo extranjero de 2013. 
Rusia participa activamente en las ferias anuales internacionales de libros en La Habana, entre ellas la 23.ª Feria que tuvo lugar en febrero de este año. Apreciamos la oportunidad de dar a conocer a los cubanos la literatura clásica y actual de Rusia. Está bien que después de una pausa de muchos años Cuba haya vuelto a la Asociación Internacional de Profesores de Lengua y Literatura Rusa. En el seno de la Asociación de Lingüistas de Cuba fue creado un grupo de especialistas de lengua rusa, a la par con la inauguración de cursos de ruso en la Universidad de La Habana. El verdadero monumento de la amistad ruso-cubana es la catedral ortodoxa de La Habana, que fue construida en 2008 por iniciativa del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro. 
Hace menos de un mes una delegación de jóvenes cubanos visitó nuestro país en el marco del programa Nueva Generación, que comprende viajes a Rusia de jóvenes representantes de los círculos políticos, sociales, científicos y empresariales de países extranjeros. Ya es el segundo año consecutivo que se realizan estos viajes. Contamos con que se organicen regularmente. Consideramos mutuamente beneficiosa y prometedora la cooperación en el sector turístico. El año pasado aproximadamente 70.000 ciudadanos rusos visitaron la isla. Actualmente damos pasos para aumentar la cantidad de compañías aéreas que realizan vuelos directos entre ciudades de los dos países. Por lo tanto, planificamos asegurar el crecimiento sostenible del flujo de turistas rusos a Cuba.


Argentina.
-¿Cuáles son las tendencias principales del desarrollo de las relaciones ruso-argentinas? ¿Qué espera usted de la visita a este país? ¿Qué objetivos espera alcanzar para que la visita se pueda considerar un éxito?
Vladímir Putin: Rusia y Argentina tienen una historia de relaciones estrechas y atracción mutua que dura más de 100 años. Se dice que uno de cada seis argentinos tiene por lo menos una gota de sangre rusa. Para muchos procedentes de nuestro país, Argentina se convirtió en su segunda patria. En 2015 celebraremos los 103 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas.
Argentina es hoy el principal socio estratégico de Rusia en América Latina, en la ONU y en el G20. Nuestra visión de las principales cuestiones de política internacional es parecida o coincidente. Igualmente entendemos que es necesario formar una estructura mundial nueva, más justa y policéntrica que se base en el derecho internacional y en el papel central coordinador de la ONU. Un buen ejemplo de la cooperación de nuestros países fue la firma de la declaración conjunta entre la Federación de Rusia y la República Argentina de no ser los primeros en emplazar armas en el espacio ultraterrestre. Aprecio mucho el diálogo constructivo y confidencial con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Veo mi visita a Buenos Aires como una posibilidad de discutir sobre todas las cuestiones actuales de la agenda bilateral e internacional, seguir el intercambio fructífero de opiniones sobre los modos de profundización de las relaciones en distintas esferas y concretar proyectos conjuntos de cooperación mutualmente ventajosos.
-El nivel actual del intercambio comercial entre Rusia y Argentina es relativamente bajo. ¿Qué, según su opinión,  se debe hacer para impulsar las relaciones económicas entre los dos países?

Vladímir Putin: En 2009 nuestros países firmaron el Plan de Acción para el Establecimiento de Relaciones de Cooperación Estratégica, sobre cuya base hemos trabajado fructíferamente estos últimos años y parece que hemos avanzado significativamente en la realización de los objetivos marcados en él.
Cuando hablamos de números es importante aclarar qué es lo que estamos comparando. En la última década el volumen del comercio ruso-argentino se ha multiplicado por seis y ha alcanzado un punto firme de 1.800 millones de dólares que nos permite considerar a Argentina uno de los principales socios económicos y comerciales de Rusia en la región de América Latina. 
La cooperación se realiza con base en el beneficio mutuo. Por ejemplo, compramos la cantidad necesaria de la producción agrícola para nuestro país. La cuarta parte del total de la energía eléctrica en Argentina está generada por turbinas fabricadas en Rusia. Por otra parte, los proyectos realizados últimamente por los empresarios rusos y argentinos en las esferas de energía renovable, energía eléctrica, petróleo y gas, maquinaria de transporte y otras todavía no han llevado a un aumento significativo del intercambio comercial bilateral. Aquí hay posibilidades de mejora. Vamos a prestar una atención especial a la intensificación de la cooperación tecnológica e inversionista especialmente en los sectores de energía, energía atómica y maquinaria. La cooperación en la Antártida nos parece prometedora. Pienso debatir todas esas cuestiones durante las negociaciones con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
-En marzo apareció información de que Argentina podría ser el sexto país del BRICS. Tres de los cinco países del grupo han apoyado la idea: India, Brasil y Sudáfrica. ¿Qué opina Rusia? ¿Tiene sentido ampliar el BRICS? ¿Cuáles son los criterios para que un país se adhiera al BRICS? 
Vladímir Putin: Rusia aprecia el deseo del Gobierno argentino de unirse al BRICS. Es muy posible establecer relaciones de alianza estratégica entre el BRICS y Argentina —igual que con otros países en desarrollo— en temas de política internacional, economía y finanzas. No obstante, la cuestión de aumentar el número de miembros del BRICS ahora no se contempla desde el punto de vista práctico. Primero se deben optimizar los numerosos formatos de cooperación establecidos en el grupo. No hay criterios rigurosos para que un Estado se una al BRICS. La decisión se toma individualmente. En general, hoy en día cada vez más países ven perspectivas en nuestro grupo. Por eso es probable que en el futuro se plantee una cuestión acerca de ampliación gradual del BRICS.
Brasil.
-¿Cómo calificaría usted la situación actual y las perspectivas de las relaciones de cooperación estratégica entre Brasil y Rusia? ¿Qué cuestiones esenciales y propuestas concretas tiene para su visita a Brasilia?
Vladímir Putin: Nuestra cooperación bilateral tiene un carácter estratégico. Esto se debe a que Brasil es un miembro responsable de la comunidad internacional, su peso político aumenta constantemente. También es uno de los Estados más grandes de América Latina y una de las principales economías del mundo. Basta mencionar la participación activa de Brasil en el grupo BRICS, el G20 y en varias organizaciones regionales latinoamericanas (Celac, Mercosur, Unasur). 
Apoyamos a Brasil como candidato digno y fuerte para un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estoy seguro de que este país potente y de rápido crecimiento tiene una función importante en la formación de la nueva estructura mundial policéntrica. 
Quiero subrayar que Brasil es uno de socios principales de Rusia en América Latina. Desde hace mucho tiempo estamos vinculados por relaciones de amistad y confianza. Estamos desarrollando activamente el diálogo político, la cooperación militar, técnica y cultural y aumentando las interrelaciones económicas e inversionistas. Así, en los últimos diez años el intercambio comercial se ha multiplicado casi por tres (5.500 millones de dólares en 2013). Las empresas de los dos países mantienen un contacto estrecho en el marco del Consejo de Empresarios Rusia-Brasil. Nuestros ciudadanos ya no necesitan solicitar visados para sus viajes.
Decenas de universidades rusas que participan en el programa de educación Ciencia sin Fronteras están preparadas para abrir sus puertas a los estudiantes brasileños. Los intercambios culturales son ya tradicionales. En el transcurso de la visita vamos a discutir sobre los marcos de cooperación futura y trazar nuevos proyectos conjuntos en las esferas de energía, inversiones, tecnologías innovadoras, agricultura, ciencia y técnica. Planeamos firmar un gran paquete de acuerdos sobre diferentes sectores, también en el plano institucional, entre empresas públicas y privadas y centros de educación e investigación científica. 
-El nivel de las relaciones económicas y comerciales ruso-brasileñas todavía está lejos del potencial que constatan los líderes de los dos países. ¿Qué, en su opinión, se debe hacer para dar un impulso a la explotación de ese potencial? ¿Qué nos frena y no nos deja alcanzar un nuevo nivel en el comercio bilateral?
Vladímir Putin: Es verdad. A pesar de los resultados conseguidos, buenos en general, no se está aprovechando completamente el potencial de la cooperación económica y comercial con Brasil. Además, en este contexto de inseguridad en la economía mundial se ve cierta reducción del intercambio comercial bilateral (3,3% en 2013). Para corregir esa situación necesitamos diversificar los vínculos comerciales: aumentar los suministros de artículos de alta tecnología y maquinaria, desarrollar la cooperación en las áreas de aviación y energía y en la agricultura. 
Las empresas rusas están interesadas en el mercado brasileño. Se han iniciado con éxito varios proyectos inversionistas con la participación de empresas de ambos países en las áreas de energía, maquinaria y farmacia. Así, la corporación Rousseff y la empresa petrolera de Brasil HRT realizan de forma conjunta la exploración y explotación de yacimientos de hidrocarburos en la cuenca del río Solimões.
La corporación Silovýe Mashiny organiza en el estado de Santa Catarina la producción de turbinas hidráulicas de una potencia de hasta 100 MW para suministrarlas a los mercados de Brasil y otros países del Mercosur. La empresa BIOCAD está creando en Brasil un centro de educación, investigación científica y producción donde van a producir medicamentos modernos e innovadores para curar el cáncer. Estoy seguro de que estos proyectos ayudarán a llevar la cooperación bilateral económica y comercial a un nivel más maduro que corresponda a las prometedoras posibilidades actuales de nuestros países en desarrollo.
-Rusia relevará a Brasil en la celebración de la Copa del Mundo de fútbol. ¿Sigue usted el Mundial? ¿Qué aspectos de la experiencia brasileña en la preparación y el desarrollo del campeonato han llamado su atención y podrían ser útiles en la organización del Mundial 2018?
Vladímir Putin: Cuando mi horario me lo permite trato de estar al corriente del campeonato. Las selecciones de los países latinoamericanos han mostrado un fútbol brillante y espectacular. Lamentablemente, nuestra selección ha finalizado su participación en la fase de grupos, aunque creo trataron de jugar con dignidad. 
Por invitación de la presidenta de Brasil y del presidente de la FIFA voy a asistir a la final del campeonato para participar en la ceremonia del traspaso del país anfitrión a Rusia. En 2018 Rusia acogerá por primera vez en su historia este evento deportivo mundial tan popular. En febrero y marzo ya celebramos los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno en Sochi y sabemos muy bien lo difícil que es organizar un evento de estas dimensiones.
Seguimos de cerca la experiencia de Brasil, que también va a organizar los Juegos Olímpicos en 2016. Los representantes de varios departamentos generales, incluso el Ministerio del Deporte de Rusia y el Comité Organizador del Mundial Rusia 2018 están en contacto permanente con sus colegas brasileños. Ya han visitado Brasil y estoy seguro de que van a visitarlo muchas más veces. 
Quiero destacar que en algunos aspectos planeamos ir más allá del país anfitrión del Mundial 2014. Así, hemos incluido en la Ley Federal un régimen de visados especial para los extranjeros que van a ayudar a preparar el campeonato del 2018. En la víspera de las competiciones y durante su celebración no solo todos sus participantes oficiales –deportistas, árbitros, entrenadores etc.– sino también los hinchas podrán visitar Rusia sin visados. Esto es un evento sin precedentes en la historia de los campeonatos de fútbol. 
En general, estoy seguro de que la Copa Mundial en Brasil va a ser un evento espectacular en la historia del fútbol. Deseo a los organizadores finalizarlo exitosamente y nosotros, por nuestra parte, vamos a hacer todo lo posible para alegrar al mundo en el 2018 con una fiesta de fútbol inolvidable y con verdadera hospitalidad rusa.
-¿Qué lugar en las negociaciones en América Latina van a tener las cuestiones de la estructura mundial actual cuando las fuerzas políticas en la arena mundial se reservan los derechos más amplios, incluso los derechos a vigilar y escuchar aún a los líderes a quienes llaman sus socios?
Vladímir Putin: El mundo del siglo ХХI es global e interdependiente. Por eso ningún Estado o grupo de Estados puede resolver los principales problemas internacionales por su cuenta. Asimismo, cada intento de establecer algunos "focos de estabilidad y seguridad" están condenados al fracaso. 
Los diversos desafíos y amenazas de los tiempos modernos exigen negarse a los intentos de imponer a otras naciones los modelos de desarrollo ajenos. Esa actitud ya había demostrado su impotencia. No solo no ayuda a arreglar los conflictos, sino lleva a la inestabilidad y al caos en asuntos internacionales. Hoy día es muy importante unir los esfuerzos de toda la comunidad internacional para establecer una seguridad igual e inquebrantable, resolver todas las cuestiones controvertidas basándose en los principios del derecho internacional y en el papel central coordinador de la ONU. 
En lo que se refiere a los hechos del espionaje cibernético esto no solo es hipocresía pura en las relaciones entre los aliados y los socios, sino también un ataque directo a la soberanía del Estado, una violación de los derechos humanos y de la privacidad. Estamos dispuestos a elaborar conjuntamente un sistema de medidas para garantizar la seguridad de información internacional. 

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