martes, 24 de mayo de 2016

RIERA

     ENRIQUE RIERA ESCUDERO: UN PÁJARO DE CUENTAS

      El flamante Ministro de Educación y Cultura es un personaje ubicuo, que según el Diccionario significa: “Que está o puede estar presente en varios lugares al mismo tiempo”. Aludimos con esto a su falta de postura consecuente y coherente. En efecto, repasemos un poco de su historial político para sacar conclusiones. Cuando la caída del Stronismo en 1989, él ya tenía 31 años y aunque pertenecía nominalmente a la juventud del MOPOCO, del cual era Dirigente su padre, no se le conoce ninguna actuación relevante que haya supuesto un peligro para su persona. Fue un personaje anodino cuya carrera política recién comenzó cuando ya no hubo peligro ni molestias, luego del Golpe que puso fin al Régimen. Así fue como poco después de la asunción presidencial del Gral. Andrés Rodríguez, su padre Enrique Riera Figueredo, logró que aquél lo nombrara Secretario General del Ministerio del Interior, cargo desde el cual perpetró su primera traición a la democracia y al Partido Colorado, al firmar la orden para que la Policía atracase la Junta de Gobierno del Partido Colorado para robar, “manu militari” la victoria lograda por el Dr. Luis María Argaña para la Candidatura Presidencial en las elecciones internas del 27 de Diciembre de 1992. Si hubiese tenido una pizca de dignidad hubiera renunciado a un Cargo –que no necesitaba económicamente– antes que firmar tal ignominiosa orden. Pero esta obediente acción le valió también el reconocimiento del “vencedor” fraudulento, Juan Carlos Wasmosy, quien cuando fue Presidente, gracias al robo descarado y violento, lo nombró “Secretario de la Juventud” (que ahora es Vice-Ministerio). Años después, viendo que el Poder de Wasmosy tocaba a su fin, se acercó al Gral. Lino César Oviedo, “chupándole las medias” y ganándose así su buena voluntad  lo que hizo que, con votos Oviedistas, lograse la elección a Diputado, para luego traicionar muy arteramente al Oviedismo cuando con su voto solitario dirimió el resultado en la Cámara de Diputados a favor del Juicio Político al Presidente Constitucional Raúl Cubas, inclinando la balanza durante el “Marzo paraguayo” a favor de la oposición Argañista, Liberal, Encuentrista. Este “mérito” le ganó la voluntad del Argañismo, con ayuda del cual consiguió ser electo Intendente de la Ciudad de Asunción donde tuvo un quinquenio de actuación desastrosa que puede verificarse consultando los Periódicos de la época y el informe y declaraciones de su sucesora, Evany de Gallegos. Su pobre y corrupta administración lo desprestigió tanto que estuvo recluido por cinco años en el limbo reservado a los políticos fracasados que intentaron emprender algo muy superior a su capacidad. Volvió del “invernadero” en el 2011 postulándose como “Candidato Presidencial” con la altisonante declaración que “no descabalgaría de su Candidatura por ningún motivo y menos para intentar una banca Senatorial” diciendo que “la flecha está lanzada y nada la detendrá”, para después hacer exactamente lo contrario, con tan poca fortuna –pues el pueblo no olvidó su pasado– quedando en el último lugar de la lista de los 45 Senadores y como el Partido logró 23 Bancas, estuvo fuera, sin rumbo fijo. Ello no lo amilanó y se acercó a Cartes, “chupándole las medias” como hizo con Rodríguez, Wasmosy y Oviedo, hasta conseguir que Cartes lo nombrara representante del Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura. Enrique Riera Escudero nunca cuestionó a ningún Gobernante durante los desastrosos Gobiernos que se sucedieron durante la “Transición Democrática” buscando –y logrando– el acomodo con todos ellos, sin excepción alguna. Ahora ha conseguido la “presea” de Ministro de Educación, un “presente griego”. Y ya algunos apologistas suyos, como el Periodista entrevistador de ABC, Hugo Ruiz Olazar, que ya años atrás lo calificara como “una isla de credibilidad en el Partido Colorado”, gritan a voz en cuello que “logró solucionar en un día el problema estudiantil” sin parar mientes en que hizo lo que cualquier otro hubiese hecho: aceptar todas las demandas de los estudiantes, y, por supuesto, con eso más el logro de la renuncia de la Ministra Lafuente, todo estuvo solucionado, “muerto el perro se acabó la rabia”. Pero a Enrique Riera le aguardan “las tareas de Hércules” que creemos –vistos sus antecedentes– superan en mucho sus capacidades administrativas e intelectuales así como sus cualidades morales. Enrique Riera Escudero debe su Cargo Ministerial al hecho de que es un pillo que apareció en el momento oportuno.-

lunes, 23 de mayo de 2016

WALL STREET


         Wall Street  en  la  Casa Rosada
Un nutrido grupo de ex-Ejecutivos de Bancos de Inversión internacionales desembarcaron en Economía, Banco Central, CNV, Anses, UIF, YPF, Banco Nación y hasta en el Ministerio de Desarrollo. JP Morgan es el que tiene más representantes. También hay del Deutsche, Morgan Stanley, Citi, Barclays, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Chase.
Una legión de por lo menos 27 financistas ocupa diferentes cargos estratégicos en la estructura del Gobierno de Mauricio Macri, y la mayoría ha trabajado en Wall Street. Están en el Ministerio de Hacienda y Finanzas, Banco Central, Comisión Nacional de Valores, Anses, Unidad de Información Financiera, YPF, Banco Nación, y hasta en el Ministerio de Desarrollo Social. Es tan impactante este desembarco que sorprende a los propios protagonistas del Mercado Financiero Internacional, que lo festejan pero a la vez les genera intriga el experimento. Wall Street está acostumbrada en Estados Unidos a colocar en ciertos cargos claves alguno de sus representantes, para luego desplegar una extraordinaria capacidad de lobby para conseguir condiciones que permitan ampliar su fabuloso negocio sin interferencias. La Administración Macri fue más allá y entregó directamente el manejo de varios Organismos Estatales al mundo de las Finanzas Internacional. Wall Street se instaló de ese modo en la Casa Rosada como no lo ha hecho en ningún otro gobierno.
En los Gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa la Banca Internacional apoyó, estuvo muy cerca de los funcionarios y ganaron mucho dinero. Pero con Macri directamente asumieron el control de áreas sensibles para su negocio. Y no han perdido tiempo en empezar a valorizar ese espacio privilegiado en el poder. Diseñaron operaciones de canjes de deuda (Tesoro Nacional y Banco Central), colocación de bonos del Estado Nacional (títulos para pagar a los fondos buitres), provinciales (Buenos Aires, Mendoza, Neuquén) y de empresas (YPF), y especulación con las Lebac. Además ya tienen previsto avanzar en otros negocios que hoy son negados por el Gobierno pero que están en agenda, como la venta de los paquetes accionarios de empresas privadas en manos de la Anses (La Administración Nacional de la Seguridad Social o ANSES es un Ente descentralizado de la Administración Pública Nacional de la Argentina dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que gestiona las prestaciones de seguridad social, entre las cuales figuran las asignaciones) y la privatización parcial (Arsat) o total de Empresas Públicas luego de asfixiarlas financieramente afectando de esa manera la calidad del servicio, siendo Aerolíneas Argentinas el caso más evidente.
La Banca Internacional liderada por JP Morgan y Deutsche Bank se ha quedado con los negocios que se abrieron en Argentina a partir del Gobierno de Macri desplazando a Bancos nacionales En la mega emisión de bonos para pagar a los buitres inversores locales casi no tuvieron espacio para sus ofertas, que quedaron concentradas en entidades de Estados Unidos y Europa. Esa colocación significó una ganancia directa por comisiones de 29,7 millones de dólares para el Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan, Santander, BBVA, Citigroup y UBS. Pero el filón para esos Bancos fue quedarse con los bonos a un precio más bajo que la cotización inicial, que al subir en los dos días posteriores significó una ganancia de unos 600 millones de dólares, según consignó la Agencia de información financiera Bloomberg, Argentina pagó caro, esos Bancos internacionales ganaron fortunas y la banca local no pudo morder.
El JP Morgan es el que tiene más representación en la gestión de Gobierno. El 6 de marzo pasado se describió en este mismo espacio la presencia de cuatro ex ejecutivos de esa entidad (Alfonso Prat Gay, Luis Caputo, Vladimir Werning y Demian Reidel) en puestos relevantes (“JP al poder”), situación que ya de por sí era impactante. Pero la sospecha de que no eran los únicos derivó en una paciente búsqueda en organigramas de dependencias estatales, tarea no sencilla porque en varias no está publicado, en otros no informan los nombres de todos los funcionarios a cargo, cuando lo hacen no detallan los curriculum vitae y la mayoría no responden a requerimientos de información solicitados por este diario.
El saldo de esa labor es el cuadro que se publica acompañando este artículo, donde se observa que además del JP Morgan hay ex Ejecutivos de otros grandes Bancos internacionales en dependencias públicas. Provienen de Goldman Sachs, Morgan Stanley, HSBC, Citi, Deutsche, Chase, Barclays, Merrill Lynch. La banca nacional está representada solamente por el Galicia con un par de ejecutivos que pasaron a ocupar cargos en el Banco Nación. El otro banco local privado de envergadura, el Macro, por ahora no ha tenido espacios para algunos de sus ejecutivos, exclusión que se explica por cuestiones políticas vinculadas al ex hombre fuerte de la entidad, Jorge Brito, banquero que creció con el alfonsinismo, se consolidó con el menemismo, avanzó con el duhaldismo y se expandió con el kirchnerismo, hasta ser un importante financista del massismo. Este recorrido, sumado a diferencias políticas con su socio histórico (Delfín Ezequiel Carballo), tuvo como consecuencia la marginación del Macro en estos meses del macrismo, y un golpe de timón en manejo del banco impulsado por Carballo en alianza con la Anses (el organismo estatal tiene el 30,9 por ciento de las acciones), dejando a Brito como presidente formal. El titular del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, Luis María Blaquier (ex Goldman Sachs), será uno de los directores del Macro, y aliado de Carballo en esa movida.
Relaciones carnales
 “Wall Street a cargo de Argentina (otra vez)”, tituló un Artículo la Agencia especializada en economía y finanzas Bloomberg el 10 de marzo pasado, cuando el equipo económico informó sobre un acuerdo con los fondos buitre en el que se comprometió a pagar en efectivo la sentencia del juez Thomas Griesa. Dos meses después, el británico Financial Times publicó “Argentina recupera su relación con Wall Street”, artículo de su enviado a Buenos Aires Benedict Mander en el que repasa la nueva relación del Gobierno de Mauricio Macri con las finanzas internacionales. Los dos Medios de Comunicación con estrechos lazos con Bancos globales destacaron la presencia en el Palacio de Hacienda de ex ejecutivos del JP Morgan y Deutsche Bank. El ministro Alfonso Prat Gay se incorporó al JP Morgan en 1994, casi al mismo tiempo que el secretario de Finanzas Luis Caputo. El subsecretario de financiamiento Santiago Bausili se sumó a esa entidad un par de años más tarde, al igual que Vladimir Werning, el economista que ahora se desempeña como Secretario de Política Económica. El caso de Werning es muy fuerte porque no hubo tiempo de espera en otra firma: antes de asumir ese cargo en la cartera de Hacienda y Finanzas era el economista jefe para América latina de JP Morgan.
Bloomberg describió que “Wall Street se vuelve a mostrar a favor de esta nueva Argentina, y a lo grande. Desde su victoria en Noviembre, el Presidente Mauricio Macri, un ex hombre de negocios, ha llenado su administración con miembros de sectores exportadores, financieros, economistas y ejecutivos corporativos”. Para luego advertir que “no es el tipo de estrategia que un Líder podría considerar en este momento, digamos, en Estados Unidos, España o Grecia, lugares donde el rechazo contra lo financiero ha llegado a un punto álgido en los últimos años”. El Financial Times también elogia la estrategia económica del Gobierno de Macri contraponiéndola al “intervencionismo” que predominó durante el kirchnerismo, a la vez que destaca el impactante desembarco en la Casa Rosada de hombres que trabajaron en Wall Street. Pero al final del Artículo hace una advertencia a través de una declaración del Director Gerente del fondo Advanced Capital, Agustín Honig, quien recordó la crisis de 2001 y que el Presidente Fernando de la Rúa huyó en helicóptero de la Casa Rosada. “El gobierno de De la Rúa hizo lo que Wall Street dijo que había que hacer en el país, y explotó”, afirmó. Entonces el Periodista concluye su crónica planteando dudas acerca de si un Gabinete con Banqueros puede estar capacitado para hacer frente a algunos de los problemas del mundo real que enfrentan, entre ellos, el conflicto Sindical por la defensa de puestos de trabajo, la respuesta social por el tarifazo y la inflación elevada de dos dígitos.-

FUENTES: Alfredo Zaiat; Diario “Página 12”; Suplemento Cash; Prensa económica en general.-

ARGENTINA


                  Argentina:  La  gran  apuesta
El Gobierno deja entrever una apuesta al borde del abismo: “Este es el peor momento, en el segundo semestre se verán los beneficios” dice. Espera que baje la inflación. Pero su política antiinflacionaria es a costa de los trabajadores, de su estabilidad laboral y de la capacidad adquisitiva. Cuando baje la inflación (si es que sucede) será porque los trabajadores estarán en su peor momento, del cual será difícil recuperarse porque habrán cerrado fuentes de trabajo y el salario habrá quedado muy atrasado. Es un juego arriesgado este relato ficcional: el desempleo es un factor de inestabilidad social bastante mayor que la inflación con generación de empleo del kirchnerismo. El nuevo Gobierno argentino espera que la inversión privada se convierta en el motor del crecimiento. El ajuste deprime el mercado interno y el contexto internacional es desfavorable. La opción oficial es que el pago a los “buitres” convoque a capitales especulativos. Desde lo simbólico, la calificación de “campeón de las reformas económicas” que le dedicó el buitre Paul Singer a Macri y los elogios del FMI a la nueva orientación del Palacio de Hacienda alertan que lo peor está por venir.
Una pregunta que ha empezado a recorrer con intensidad en el mundo de los hombres de negocios es si puede funcionar la estrategia económica del Gobierno de Mauricio Macri. La definición de “funcionar” la refieren a ubicar a la economía en un sendero de crecimiento con preservación de una tasa de rentabilidad elevada, disminución de la inflación y estabilidad social. No es que extrañan lo que despectivamente mencionan como “populismo”. Conseguido el objetivo de desplazar el proyecto político que rechazaban, incluyendo al repudiado “intervencionismo estatal” en la dinámica de la actividad privada, empiezan a emerger dudas sobre las perspectivas de la Economía en general, y de su Empresa en particular. La promesa oficial es que superado el conflicto con los “fondos buitre”, última estación del ajuste que denominan “sinceramiento” que recorrió las paradas de la megadevaluación, el daño fiscal autoinfligido con la eliminación de retenciones, el tarifazo y la apertura comercial, comenzará la recuperación de la economía. La cuestión que no tiene respuesta oficial, dado que el consumo interno tiene una relevancia central en la economía doméstica, es cómo lograrán encender los motores del crecimiento luego de provocar una muy fuerte regresión distributiva del ingreso castigando el salario y beneficiando al complejo agroexportador, sectores industriales exportadores, empresas de servicios públicos y al sistema financiero local e internacional.
La economía transita el peor momento del ciclo; tranquiliza el Gobierno y promete que a partir de ese piso comenzará la recuperación. La duda que atraviesa al sector Empresario es si el presente ajuste es sólo un trago amargo o el inicio de uno mayor porque se abrieron las puertas a un círculo vicioso de deterioro. En estos meses ha habido inflación elevada provocada por la megadevaluación, el tarifazo y la eliminación de las retenciones conviviendo con salarios viejos en muchos sectores a la espera de las negociaciones paritarias. Coexistiendo además con altas tasas de interés del Banco Central, cuya conducción asegura que las seguirá sosteniendo en esos niveles hasta tanto no haya señales de reducción de la inflación. Así ha aumentado el costo financiero y disminuido el acceso a préstamos.
Si bien el canal dinamizador del crédito es limitado debido a su escasa relevancia en la economía, representando apenas el 12 por ciento del PIB, las tasas altas enfrían aún más esa demanda para el consumo y las empresas. En lo que va del mes, ha habido un importante retroceso en el promedio mensual del stock de los Adelantos en cuenta corriente, la financiación vía Documentos y a través de Tarjetas, según las estadísticas proporcionadas por el BCRA. Hasta el año pasado el crédito productivo estaba impulsado por líneas subsidiadas que el Banco Central restringió.
La gran apuesta del Gobierno a la inversión privada queda entonces condicionada a una tasa de rendimiento esperada casi imposible de competir con el costo de oportunidad del capital al 38 por ciento anual de las Lebac (Letras del tesoro) del BCRA (Banco Central). Las inversiones se postergan además por el enfriamiento del mercado interno, la debilidad del crecimiento del comercio internacional y la pronunciada recesión brasileña.
Inversión
Existe una notable disociación en los protagonistas del mundo Empresario entre la ideología y las condiciones materiales para permitir su desarrollo. Con una estrategia económica “populista” crecía su actividad pero no tenían “libertad”; ahora tienen libertad pero su negocio no prospera. Antes criticaban a los subsidios porque significaban derroche de recursos públicos, y ahora cuando se aplica una reducción de ese beneficio reclaman porque registran un aumento de sus costos asfixiante. Son propagandistas del Liberalismo pero cuando se aplica esa receta se sienten amenazados por la apertura económica que facilita la colocación de productos de China o excedentes de producción de países en crisis, como Brasil, en el mercado local. El argumento de la “herencia recibida” es de corto trayecto político y sólo podrán seguir manteniéndolo aquellos que padecen el Síndrome CCL (Capacidad de Comprensión Limitada).
Es una gran apuesta del Oficialismo que el sector privado invierta y actúe como motor del crecimiento. Todas las medidas económicas que ha implementado son procíclicas, o sea agudizan las condiciones internas y externas desfavorables para la economía. El Empresariado invierte cuando tiene perspectivas de aumento de la demanda por el crecimiento económico; la relación causal es inversa a la que postula el Gobierno. El panorama no es el más favorable para reclamar inversiones y cuidar el empleo como interpeló el Presidente Macri a los dueños y principales Ejecutivos de las grandes firmas que operan en el país. El comercio mundial no muestra señales positivas, Brasil está en una profunda recesión y el mercado interno ha sido castigado por la suba de la tasa de interés y el shock inflacionario que deprimió la capacidad de compra del salario.
Como la inversión privada no muestra la vitalidad reclamada, el Gobierno se abraza al salvavidas del ingreso de Capitales Financieros Especulativos luego de firmar la capitulación en el juzgado de Griesa y posterior pago a los “fondos buitre”. Pero la tranquilidad transitoria que esos fondos puedan brindar junto al período de mayor liquidación de divisas de la cosecha, sigue sin ofrecer un horizonte que permita prever la salida de la actual recesión hacia un sendero de recuperación del Producto Interno Bruto. En ese tránsito, si los dólares especulativos no son suficientes, la opción prevista para el segundo semestre es un nuevo blanqueo de capitales. De ese modo la gran apuesta es que la acumulación financiera se convierta en el factor dinamizador del crecimiento, aunque los antecedentes de esa estrategia no son muy alentadores en ese sentido.
El objetivo oficial de corto plazo, pensando en las elecciones de medio término de 2017, es alcanzar una tasa de inflación anualizada similar a la de Octubre del año pasado. O sea, llegar al mismo punto de partida previo al nuevo Gobierno, aunque concretando en el trayecto una impresionante transferencia de ingresos. Con una tasa de inflación de abril estimada del 6,5 al 8,0 por ciento, la acumulada en lo que va del año sumará 20 por ciento, y del 27 al 29 por ciento desde fines de Octubre. Los aumentos de precios empezaron a filtrarse por la expectativa de megadevaluación luego del resultado en la primera vuelta y por la declaración de Alfonso Prat-Gay referida a que la modificación de la paridad cambiaria no iba a impactar en los precios. No fue así y el shock inflacionario ha provocado una caída del 16 al 20 por ciento en el salario real en apenas cuatro meses.
Tarifazo
El titular de Techint, Paolo Rocca, trasmitió el siguiente reclamo en un Encuentro Multisectorial organizado por IDEA, el jueves pasado: existe “la necesidad de que el gobierno vaya mostrando ‘senderos’ que permitan a los empresarios acelerar la planificación y los proyectos de inversión”. En áreas del Gobierno y en ámbitos del Poder económico (IDEA, Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) y (AEA, Asociación Empresaria Argentina) existen lapidarias críticas a la falta de coordinación en el Equipo Económico, que promete saldar con la presentación del programa fiscal-financiero (Prat Gay) y monetario (Sturzenegger). Esa falta de coordinación –”senderos” para Rocca– en la gestión de Gobierno quedó más en evidencia con el manejo del tarifazo. Por un lado, el Ministro de Energía, Juan José Aranguren, sumando irritación en las semanas previas al anuncio y confusión luego de informarlo. Por otro, el Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, mostrando su costado humorístico al indicar que el ajuste sería gradual y cuidando el bolsillo de la población para luego desmentir a su colega de Energía acerca de que no habrá una segunda vuelta.
La Consultora de Miguel Bein realiza en su último informe una observación crítica acerca del fuerte ajuste aplicado a la tarifa de gas. Considera que los aumentos en los servicios (luz, gas, agua, transporte y naftas) no pueden calificarse de “graduales” (estima que en forma directa suma 8 puntos porcentuales a la tasa de inflación en Abril-Mayo). Indica que la devaluación aumentó los costos en pesos de los subsidios energéticos, y advierte que el tarifazo en gas priorizó la transferencia de recursos a las Petroleras en lugar de disminuir la carga en las cuentas fiscales. Estimó que de los 3500 millones de dólares que implican el nuevo precio que pagarán familias y empresas, sólo una tercera parte reducirá las erogaciones del fisco, mientras que el resto irá a las arcas de las Petroleras. Menciona, como es previsible, que el aumento del gas impactará en los costos (competitividad) de las Empresas (por ejemplo, en las petroquímicas) y también en los costos de generación de energía eléctrica. Entonces especula con que si no se modifica ese sesgo del ajuste subirá la cuenta de los subsidios o habrá un nuevo aumento de las tarifas eléctricas.
Deuda y atraso cambiario
En el esquema del ajuste ortodoxo del Gobierno, el endeudamiento es el puente para cruzar hacia el camino del crecimiento ayudado con el ingreso estacional de dólares por el período de mayor ritmo de liquidación de la cosecha. El atraso cambiario también empieza a ser evaluado como un atajo para disminuir la tasa de variación de los precios y frenar la caída de la economía. No deja de sorprender la capacidad de adaptación discursiva de la ortodoxia. Durante los últimos años ha cuestionado lo que evaluaban como una política de atraso cambiario y ahora, luego de padecer la perturbadora experiencia de la megadevaluación, terminan apelando a esa misma estrategia de estabilización. ¿No será que la mejora de la competitividad de la economía argentina requiere de otras variables que no sea el tipo de cambio? ¿No será que quienes insisten con la competitividad-tipo de cambio, en realidad, lo que están buscando son rentas extraordinarias para sus capitales dolarizados? Mientras la ortodoxia sigue confundida en su laberinto conceptual, continúan las expectativas de una mayor devaluación en los principales actores económicos, por ahora contenidas con una tasa del 38 por ciento anual de las Lebac del BCRA.
Luego de la megaemisión de deuda y si Prat-Gay cumple con lo prometido, no habrá nuevas colocaciones de deuda en el Mercado Internacional. El financiamiento para pagar deudas y cubrir el desequilibrio fiscal –una parte se atenderá con adelantos del BCRA– será entonces con emisión de deuda en pesos y en dólares en el mercado doméstico. La estimación es que el Gobierno requerirá de 13.000 a 16.000 millones de dólares para cerrar las brechas fiscal y externa.
El desafío de este objetivo es doble: la escasa profundidad de la plaza local para absorber el monto requerido para cubrir esas necesidades, que desplazará el escaso crédito al sector privado para destinarlo a financiar al Estado, y la alteración de la confianza inversora luego de manipular el índice de actualización de bonos atados al CER,(Banco Central de la R.A.) fue reemplazado el IPC-CABA, (Índice de Precios al Consumidor), elegido inicialmente por Economía, por el IPC-San Luis, que se ubica por debajo del primero. En su momento, cuando comenzaron los cambios en el indicador de precios del Indec, Instituto Nacional de Estadística y Censos, en 2007, expertos en Finanzas aseguraron que se trataban de un nuevo default y que, por ese motivo, empezó a subir el riesgo país –la tasa de interés que debía pagar Argentina para emitir deuda–. Si bien en otro contexto político, no aparecen ese tipo de análisis que más que técnicos se revelan ahora que tenían una clara intencionalidad política de obturar el acceso del anterior Gobierno al financiamiento en el Mercado de Capitales.
Si bien la apertura de la cuenta capital puede ayudar a financiar la transición propuesta por el Macrismo, con un menor costo en términos de inflación y recesión, no es condición suficiente para asegurar el lanzamiento de un vigoroso proceso de inversión privada. Más aún cuando existe un fenómeno estructural de la economía local que lo limita: la fuga de capitales. En el primer trimestre de este año sumó de 3500 a 4000 millones de dólares, información que el Banco Central conoce y no difunde. La restricción del desarrollo no es la existencia de un cuestionamiento social a que los Empresarios ganen mucho dinero, como se lamenta el Establishment, sino a que gran parte de las ganancias la fugan.
El esquema macroeconómico del Macrismo está basado fundamentalmente en domesticar la puja distributiva para alentar la inversión privada. Para ello impulsa una ola de despidos masivos (público y privado) que no debe ser frenada por ley para que una tasa de desempleo creciente discipline a los trabajadores en sus reclamos salariales. Es un supuesto muy fuerte teniendo en cuenta la historia económica argentina, el elevado piso desde donde parten las condiciones materiales de los trabajadores y la tradición de resistencia de Sectores Gremiales que se evidenció en la gran protesta del Viernes 29 de Abril que reunió a más de 350.000 personas.-

FUENTES: Alfredo Zaiat; Página 12; Revista Noticias; Prensa y opiniones en general.-

CARL SCHMITT

CARL  SCHMITT: “El Concepto de lo Político”: el  criterio amigo-enemigo.
        Como en la entrega anterior sobre Natella Speranskaya hemos hecho referencia importante a la obra de “Carl Schmitt: “El Concepto de lo Político”, y como este autor es muy poco conocido fuera del ámbito de los Cientistas Políticos, creemos necesario dar una reseña de su Libro y su pensamiento aunque sólo sea parcialmente.
       Carl Schmitt (Plettenberg, Westfalia, Imperio alemán; 11 de julio de 1888  ibídem, 7 de abril de1985) fue un juspublicista y Filósofo Jurídico alemán, adscrito a la Escuela del llamado “Realismo Político, lo mismo que a la Teoría del “Orden Jurídico. Escribió centrado en el conflicto social como objeto de estudio de la Ciencia Política, y más concretamente la guerra. Su obra atraviesa los avatares políticos de su País y de Europa a lo largo del siglo XX.
      El objetivo de este Ensayo es mostrar cómo la persecución de “Lo Político” en Schmitt conduce a una 'deconstrucción' del espacio Liberal a través del criterio “amigo-enemigo” el cual aparece como condición sine qua non de lo político. Asimismo, se pretende identificar, a través de la distinción amigo-enemigo, al “Concepto de lo Político” fuera de las arenas institucionales y con ello establecer su carácter ubicuo y desterritorializado. Lo político no visto ya como una referencia específica a un objeto, sino como una relación de oposición que se caracteriza, fundamentalmente, por la intensidad, la hostilidad y por la posibilidad extrema de la guerra.
I.                  La persecución de 'lo político' en Schmitt y la              .   deconstrucción del espacio Liberal.
       La historia de la modernidad ha sido representada por Schmitt como una tragedia; la considera una época de decadencia y de ruina, como el momento en que lo político se desdibuja frustrando la promesa del orden. Así, “la valentía de su miedo”, como señala Derrida, hizo que descubriera la fragilidad de las estructuras Liberales, dotándonos con ello de elementos en contra de la 'despolitización', "Como si el miedo de ver venir lo que viene efectivamente hubiese agudizado la mirada de este centinela asediado" (Derrida, Jacques: “Políticas de la amistad”, Editorial Trotta, Madrid, 1998, p 102). En su obra es posible distinguir una aguda preocupación por la desaparición de lo político y, en su afán de persecución, por recuperarlo, nos hereda un modelo que permite imaginar nuevas formas de identificación y sobrevivencia de lo político.
      El planteamiento teórico de Carl Schmitt inevitablemente obliga a volver la mirada hacia la historia y reflexionar sobre la función que ha tenido el Estado en relación con lo Político. Hasta antes de la aparición del Liberalismo en el siglo XIX, lo político se había podido explicar a partir de su relación con el Estado. Desde el punto de vista de la jurisprudencia, mientras el Estado y sus instituciones estuvieron constituidos como algo firme, lógico y natural, pudo mantener el monopolio de lo Político. Con el surgimiento de las Democracias Parlamentarias Liberales se inició un proceso de contaminación recíproca entre el Estado y la sociedad civil, sus fronteras se volvieron borrosas y lo político dejó de formar parte exclusivamente de la esfera del Estado. Algunas instancias estatales se volvieron sociales y viceversa, "los ámbitos 'neutrales' –religión, cultura, educación, economía– dejaron de ser naturales en el sentido de no Estatales y no Políticos"(Schmitt, Carl: “Concepto de lo Político”, p 53). En este proceso surgió el Estado Total con sus intentos de abarcarlo todo: Estado y sociedad. Estos sucesos fueron eliminando la posibilidad de lo Político al desdibujar la relación de Oposición que permitía su existencia. El 'desplazamiento borroso' de lo político comienza a darse a partir del siglo XVIII con el Estado Absolutista, pasando por el Estado Natural (no intervencionista) del siglo XIX, hasta llegar al Estado Total del siglo XX (Ibídem). En este sentido, el Liberalismo es señalado por Schmitt como el que impide la distinción y la existencia de lo político, al volver 'porosas' las fronteras que existían entre el Estado y la sociedad, además de intentar disolver la oposición “amigo-enemigo” al reducir a este último, a ser un simple competidor del Mercado y un oponente en la discusión (ibíd. Pág. 58).
      Al tocar su fin la época de la Estatalidad, se vuelve imprescindible re-conocer el concepto de “lo Político” que había sido circunscrito al Estado y desentrañar tanto el lugar donde aparece como los nuevos vínculos que establece. El concepto sobrevive, lo que cambia es su ubicación. Tal vez por esta razón Schmitt inicia su persecución con el siguiente enunciado: "El concepto de Estado presupone el de Político".(ibid. Pág. 49) Esta afirmación sugiere que lo Político no presupone necesariamente el concepto de Estado, por lo que ello implicaría que, aunque en algunos momentos de la historia ha formado parte únicamente del terreno del Estado, puede sobrevivir fuera de él.
      Esto muestra una primera definición de “lo político” como una decisión constitutiva y polémica. Constitutiva porque su nueva forma exige la configuración infinita de los pueblos alrededor de una identidad (en la esfera pública), para oponerse y construirse frente a otros pueblos; y, polémica, porque en ella se establece una agrupación, dentro y fuera de las arenas estatales, con vistas a un antagonismo concreto entre amigos y enemigos que se manifiesta en una relación de hostilidad. Lo político deja de ser monopolio del Estado. En este proceso de dislocación de lo político-estatal se observa un salto de la estructura cerrada a una no cerrada en la que se ubica un centro que no escapa al juego infinito de las diferencias (Derrida, Jacques: La escritura y la diferencia, Anthropos, Barcelona, 1989, p 385). Lo político, paradójicamente, estará dentro del terreno institucional del Estado pero también fuera de él.
      De esta manera Schmitt plantea que "Se puede llegar a una definición conceptual de Lo Político sólo mediante el descubrimiento y la fijación de las categorías específicamente políticas. Lo político tiene, en efecto, sus propios criterios que actúan de manera peculiar frente a diversas áreas concretas, relativamente independientes, del pensamiento y de la acción humana, en especial del sector moral, estético y económico. Lo político debe por esto contener alguna distinción de fondo a la cual pueda ser remitido todo el actuar político en sentido específico. Admitamos que en el plano moral las distinciones de fondo sean bueno y malo; en el estético, belleza y fealdad; en el económico, útil y dañino o bien rentable y no rentable. El problema es entonces si existe un simple criterio de lo político, y dónde reside; una distinción específica, aunque no del mismo tipo que las distinciones precedentes, sino más bien independiente de ellas, autónoma y válida de por sí".
      Señalamos de manera total esta cita porque consideramos que de aquí se desprenden varias cuestiones que permiten identificar en Schmitt la articulación del concepto de lo político. Cuando subraya la necesidad de descubrir y fijar las categorías específicamente políticas, está apuntando en su planteamiento un criterio de decisión y, por consecuencia, un criterio de discriminación. Si estos criterios corresponden a formas concretas y peculiares que actúan de manera relativamente independiente de otras acciones humanas, significa que están construidos de manera a priori con el fin de alejarlos de toda impureza. De ahí concluye que la distinción específica, aquella a la que pueden reducirse todas las acciones y motivos políticos, es la distinción amigo-enemigo. Esta distinción, que se configura como la esencia de lo político, permite identificarlo a partir de un criterio y no como una definición exhaustiva. Sugiere también que es un concepto polémico y no estático, y que su relación con otras oposiciones ya existentes –bueno y malo, belleza y fealdad, o beneficio y perjuicio– también es cambiante. Lo político no visto como algo que se ubica en un espacio específico, sino en relación con la oposición “amigo-enemigo”. La verdadera especificidad de lo político está dada por el hecho de que no se funda en ninguna otra distinción y tampoco puede reducirse a ninguna de ellas.
      Al hablar de un concepto y no de un cuerpo específico, histórico, Schmitt sumerge a lo político en el tiempo y en las circunstancias dándole vida. Rompe los esquemas de ubicación fijos. Abandona la totalidad racionalizadora en la que lo político estaba referido al monopolio del Estado, a un centro. Al definir el criterio amigo-enemigo como la esencia de lo político, lo 'fija en el movimiento'. Lo político sale y a su vez permanece en el espacio institucional de la política, aparece la doble inscripción de lo político. La idea abstracta de 'distinción' se disuelve, para reaparecer constantemente en relaciones diferentes. 
II. El criterio “amigo-enemigo” como distinción específica del   concepto de “lo político”.
      El criterio amigo-enemigo, planteado por Schmitt como una expresión de la necesidad de diferenciación, conlleva un sentido de afirmación de sí mismo (nosotros), frente al otro (ellos). Así pues, es posible observar el contenido positivo de la relación amigo-enemigo como conciencia de la igualdad y de la otredad, la cual se define marcando al grupo entre los que se distinguen de los otros con base en ciertos referentes. La diferencia nosotros-ellos establece un principio de oposición y complementariedad. La percepción que un grupo desarrolla de sí mismo en relación con los otros es un elemento que al mismo tiempo que lo cohesiona, lo distingue. La posibilidad de reconocer al enemigo implica la identificación de un proyecto político que genera un sentimiento de pertenencia. Pero, ni la identificación con/del enemigo, ni el sentimiento de pertenencia, ni la misma posibilidad de la guerra que le dan vida a la relación amigo-enemigo son inmutables. Antes bien, se encuentran sometidos a variaciones continuas, es decir, no están definidos de una vez y para siempre.
     Schmitt argumenta que la esencia de lo político no puede ser reducida a la enemistad pura y simple, sino a la posibilidad de distinguir entre el amigo y el enemigo. El enemigo no puede pensarse en términos de cualquier competidor o adversario, como lo planteaba el Liberalismo, ni tampoco como el adversario privado (inimicus). La oposición o antagonismo de la relación amigo-enemigo se establece si y sólo si el enemigo es considerado público (hostis). "Enemigo es sólo un conjunto de hombres que siquiera eventualmente, de acuerdo con una posibilidad real se opone combativamente a otro conjunto análogo. Sólo es enemigo el enemigo público, pues todo cuanto hace referencia a un conjunto tal de personas, o en términos más precisos a un pueblo entero, adquiere  eo ipso (de hecho) carácter público".
      El término 'eventualidad' remite a la posibilidad latente de la guerra que aún antes de iniciar ya está presente en la relación remarcando el concepto de analogía como condición fundamental entre los dos grupos que se oponen; es posible pensar que el hermano es el que se revela como el enemigo. Por último, si como señala Derrida, el enemigo está en casa, en la familiaridad del propio hogar,  se puede adivinar la presencia y la acción del enemigo, ya que se constituye como la proyección y el espejo del propio amigo, incluso es más que su sombra: no hay representación, es real, está aquí y ahora, se puede identificar y nombrar. Pero si ambos se albergan en la misma casa significa que 'aprendieron a convivir', y la hostilidad que definía la relación entre ellos de pronto desapareció cuando el enemigo decidió marcharse. Ahora solamente está presente en la memoria, se recuerda, se añora y se habla de él. Cuando Schmitt habla del grado máximo de intensidad de unión o separación entre el amigo y el enemigo está exigiendo el regreso del enemigo, lo nombra para traerlo nuevamente a casa y de esta manera re-abrir el espacio de la hostilidad que reclama ambas presencias. El amigo y el enemigo están aterrados en la soledad, uno apela al otro, sin olvidar nunca que la llegada del otro puede también ser peligrosa.
     Hay un enorme parecido entre el amigo y el enemigo; son hermanos, gemelos y, sin embargo, también subyace en ellos una esencia que los hace existencialmente distintos en un sentido particularmente intensivo: '¿quién decide por quién?' Responder a esta pregunta es lo que los lleva, quizás, al punto más extremo de su relación ya que se podría generar un conflicto. ¿Existe alguien, fuera de ellos, que pueda intervenir en la decisión del conflicto? Schmitt responde a esta cuestión diciendo que sólo es posible intervenir en la medida en que se toma partido por uno o por otro, cuando el tercero se convierte en amigo o enemigo. De ahí que el conflicto sólo pueda ser resuelto por los implicados, pues sólo a ellos les corresponde decidir si permiten su domesticación o viceversa como una forma de proteger su forma esencial de vida. Sin embargo, este punto de vista de Schmitt se verá modificado cuando aborda el término de neutralidad como se verá más adelante.
     El criterio amigo-enemigo implica la autonomía de la oposición y se concibe en relación a cualquier otra dotada de consistencia propia. Esto muestra el rasgo específico y polémico de lo político. Es posible amar al enemigo en la esfera privada y en la esfera pública desarrollar el antagonismo político más intenso hasta el extremo de la guerra. Schmitt hace una importante distinción con respecto a la guerra, dentro del criterio amigo-enemigo. La guerra es una lucha entre dos unidades organizadas y la Guerra Civil es la lucha dentro de una unidad organizada. La finalidad de la lucha, lo esencial en el concepto del armamento es que se trata de producir la muerte física de las personas. De esta manera, la esencia de la oposición amigo-enemigo la explica a partir de la intensidad máxima de su relación, la esencia de la lucha, no es la competencia, ni la discusión, sino la posibilidad de la muerte física. La guerra procede de la enemistad y tiene que existir como posibilidad efectiva para que se pueda distinguir al enemigo. En este sentido, la guerra no es entendida por Schmitt como la extensión pura de la política por otros medios como señalaba Clausewitz, sino como el presupuesto presente que determina el pensamiento y la acción. Sin embargo sí hay un punto de coincidencia en ambos autores cuando afirman que la finalidad de la guerra no es anular al enemigo, sino desarmarlo, domesticarlo, para que se rinda ante el opositor en la relación.
      La domesticación no obliga a la neutralidad con el otro, ya que como señala Schmitt, "Si sobre la tierra no hubiese más que neutralidad, no sólo se habría terminado la guerra sino que se habría acabado la neutralidad misma, del mismo modo que desaparecería cualquier política […] Lo decisivo es pues siempre y sólo la posibilidad de este caso decisivo, el de la lucha real, así como la decisión de si se da o no se da ese caso. La oposición amigo-enemigo no tiene pues, como fundamento, la neutralidad, sino la posibilidad del enfrentamiento, lo que hace excepcional la oposición amigo-enemigo es la posibilidad particularmente decisiva que pone al descubierto el núcleo de las cosas. Y justamente, es esta referencia a la posibilidad extrema de la vida la que hace posible la existencia de lo político. Es por esta razón que no se puede pensar en la neutralidad como el fin último del hombre ya que esto significaría la pacificación y la desaparición de lo político. El fenómeno político sólo se dará en la medida en que se agrupen amigos y enemigos, independientemente de las consecuencias extrañas que esto pueda generar, "La guerra como el medio político extremo revela la posibilidad de esta distinción entre amigo-enemigo que subyace a toda forma de representarse lo político".
      Para concluir este apartado es necesario plantear dos preguntas, ¿por qué Schmitt elige la distinción amigo-enemigo, en los términos planteados anteriormente, si la vida y la muerte son fenómenos individuales? ¿Será, tal vez, que la distinción amigo-enemigo permite crear un imaginario colectivo en términos de vida y muerte? Luego, entonces, si el único sentido de la pasión son los eternos modificables, como dice Maffesoli, (Maffesoli, Michel: La política y su doble. Instituto de Investigaciones Sociales, Colección Pensamiento Social, México, 1992, p 1.) “la vida y la muerte del imaginario colectivo se inscriben en el ámbito de la pasión”. La distinción amigo-enemigo tiene en sus extremos la distinción entre la vida y la muerte.
III. Desaparición del espacio certero de lo político
      La argumentación realizada en los apartados anteriores permite vislumbrar algunos elementos que conducen a la idea de la noción de ubicuidad y desterritorialización de lo político. Al construir Schmitt el criterio “amigo-enemigo” como forma esencial del concepto de “lo político” y desentrañar lo político del terreno Estatal, permite abandonar la idea de referir lo político únicamente a las arenas institucionales. Si lo político ha dejado de referirse a un espacio para ubicarse en una relación de oposición, significa que toda relación está sujeta a ser politizable, con lo cual lo político adquiere las características de estar presente en varios sitios a la vez y de habitar en diversos territorios.
      Schmitt permite imaginar una nueva forma de pensar lo político al plantear que el rasgo que lo distingue es la relación de oposición amigo-enemigo, sin límite asignable, sin tierra segura y tranquilizadora. Tal vez pueda ubicarse en un mundo que ya no puede mantenerse unido, que se disloca, que ya no se cierra y que está más cercano a la incertidumbre, al caos y a la contingencia, como es nuestro siglo XXI. Un mundo al cual se pertenece sin pertenecerle.
                IV. ¿Anulación del otro, anulación de lo político?
      Para Schmitt lo político no existiría sin la figura del enemigo y sin la posibilidad determinada de una verdadera guerra, ya sea guerra internacional, civil o simplemente lucha de Partidos o facciones. La desaparición del enemigo marcaría el comienzo de la despolitización, el fin de lo político. Perder al enemigo no significaría reconciliación o progreso y mucho menos recuperación de la paz o de la fraternidad humana, sino por el contrario, traería consigo la violencia desterritorializada y ubicua. El enemigo permite la identificación de la violencia, el reconocimiento del peligro y por lo tanto la posibilidad de la defensa, de la protección y de la tranquilidad. El reconocimiento del otro, del extranjero, del enemigo, permite la construcción de la identidad política.
      En el criterio “amigo-enemigo”, Schmitt reconoce implícitamente que la construcción del enemigo es fundamental para la reproducción histórica, cultural y moral del amigo y de su sentido peculiar del mundo, del centro, del conocimiento, del Poder. Reconoce el hecho de que nombrar es poseer y domesticar es extender el dominio. El amigo está dispuesto a reconocer las diferencias del enemigo en la medida en que permanezcan dentro de su dominio, de su conocimiento y de su control.
      Este Ensayo oscila entre 'lo que es' y el 'como si' de lo político, pero si como señala Schmitt, el concepto de Estado presupone el de político y la existencia de lo político tiene su esencia en la relación amigo-enemigo, ambas cuestiones se vuelven polémicas y contradictorias. Si por un lado “Lo Político” ha existido en el Liberalismo, a pesar de haberle abierto la puerta al enemigo para despedirlo de casa y a cambio darle la bienvenida al 'discutidor-competidor', sugiere que puede existir fuera del estricto ámbito del Estado; apelando a la propuesta de Schmitt, hay que re-pensarlo de otra manera en el marco de lo que lo distingue: la ubicuidad y la desterritorialización. Por el otro, la idea de ubicar a lo político en la relación amigo-enemigo y no en un espacio, conduce a la conclusión de que lo político es el resultado de un imaginario colectivo que lo ha visto morir y a su vez lo ha revivido a lo largo de la historia; todo el tiempo lo reconstruye a partir de la idea de que el hombre tiene que atravesar y restaurar, parte a parte, la existencia y la carne. Es decir, Lo Político, como el concepto que a fuerza de morir, ha acabado ganando una inmortalidad real.-
FUENTES:
 María Concepción Delgado Parra.                       .
(Maestra en Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México).-

Carl Schmitt:El Concepto de lo Político”;  publicado originalmente en 1927 y con revisiones de 1932 y 1933, es una obra considerada como clásica dentro del pensamiento del autor, a la vez que referencia. EditorialRutgers University Press.-

domingo, 1 de mayo de 2016

ENDEUDAMIENTO

EL ENDEUDAMIENTO PARAGUAYO Y LA EXPERIENCIA ARGENTINA
La idea de una Justicia que defiende a las Empresas y a los Bancos frente al Estado. La mayoría de los integrantes del Gabinete tanto en Paraguay como en la Argentina actual son Ejecutivos de Grandes Empresas y Bancos. No han sido formados en la gestión del Estado como expresión de los intereses del conjunto. Entienden más los intereses de las Empresas y los Bancos, que muchas veces son limitados por normativas Estatales. Por eso entienden más los argumentos de los “buitres” que los del Estado argentino. Para ellos el fallo de Griesa representa como un símbolo, un freno a los desmanes de un Aparato Estatal que perjudica a los privados. Argentina estaba obligada por el fallo injusto de un Juez Municipal Norteamericano que favoreció a los “fondos buitre” a contrapelo de la tradición y la práctica internacional en situaciones similares y en contra de las normativas sobre procesos de quiebra que rigen en todos los países, incluyendo a los Estados Unidos. Presentar como alivio o alegría el pago, hacerlo con una urgencia inusitada sin amagar siquiera una negociación para mejorar las condiciones, forma parte de una concepción ideológica que los acerca más a los intereses de los fondos de inversión más usureros que litigan contra Argentina que a los intereses del Estado argentino. Para ellos es alivio y alegría porque implica también reabrir el negocio de la deuda que desde 2001 estaba muy limitado y que enriquece al mundo de los Bancos con el que están relacionados. Es el mundo del cual ellos decían que Argentina estaba aislada, como si se tratara de todo el mundo o del único posible. Para el argentino común se trata de un recorrido que ya hizo, se abre un horizonte difícil. Si mira hacia atrás en su propia experiencia, tiene más motivos para alarmarse que para alegrarse. De un lado la crisis del 2001, el default y el infierno desatado por una deuda descontrolada. Del otro lado este alivio, e incluso alegría del Gobierno Macrista, virtual o parcialmente verdadera porque, al pagarles a los “fondos buitre” Argentina podrá tomar deuda nuevamente. Un país fundido por la deuda y un país que se alegra porque vuelve a endeudarse. Parecieran dos países diferentes, pero es el mismo.
Es el mismo país el que sufrió y el que ahora se alegra porque va a volver a sufrir. Es absurdo. No tiene sentido desde la experiencia real. Hay un sentido que debería asentarse y consolidarse en esa experiencia durísima. Pero hay otro sentido que lo contrapone y que tiene la fuerza insólita para desdibujar de la memoria colectiva esa experiencia tan dura. A veces el resultado de esa confrontación de sentidos es la unanimidad por uno de ellos, como sucede en las guerras. A veces simplemente es el desbalance: uno de ellos logra más aceptación que el otro y se convierte en dominante. El otro pasa al territorio de lo resistencial hasta desaparecer o recuperarse.
El endeudamiento como está planteado por el Gobierno Macrista, que en pocos días está tomando deuda por 20 mil millones de dólares para pagar deuda y que espera colocar otros 50 mil millones en los meses que vienen, puede ser la ruina para el país. Implicará el derrumbe de la pequeña y mediana Industria que ya tiene problemas graves; la pérdida de millones de puestos de trabajo, que ya en pocos meses suman más de cien mil, y la caída de los salarios, que ya sobrellevan una inflación del 40 por ciento y una devaluación del 60 por ciento además del “tarifazo” (aumento de 300% de agua, luz, electricidad, transporte). Lo mismo puede ocurrir en Paraguay a raíz del “bicicleteo” de las nuevas deudas con bonos soberanos.-