domingo, 14 de febrero de 2016

MACRI (II)

            LOS  POSIBLES  PASOS  DE  MACRI
                   (SEGUNDA PARTE)
      Un Decreto para avanzar contra la Ley de Medios

      Mediante un Decreto simple, el Presidente Mauricio Macri resolvió el 23 de Diciembre de 2015, apenas asumido el Poder, intervenir la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) un Organismo descentralizado y autárquico creado a partir del artículo 10 de la Ley Nº 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Su función principal es aplicar, interpretar y hacer cumplir la nueva Ley.
       La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sancionada en 2009 y reglamentada en 2010, es una norma de vanguardia, que entiende la Comunicación como un derecho humano equivalente a la libertad de expresión, y que promueve la democratización de las voces prestadoras de servicios. Su modo de concebir la comunicación es inclusivo, plural, y fuertemente antimonopólico y anticorporativo.
       Y también resolvió intervenir la AFTIC (Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) un Organismo plural y democrático creado por la Ley 27.078 “Argentina Digital” aprobada por el Congreso de la Nación en diciembre de 2014 para asegurar el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en todo el país, garantizando el acceso a todos los ciudadanos en condiciones de calidad. Estos son dos Organismos clave que regulan los medios audiovisuales y las telecomunicaciones.
       La medida desconoce los mecanismos de remoción establecidos por el Congreso Nacional y desplaza a sus respectivos Presidentes, Martín Sabbatella y Norberto Berner, cuyos mandatos vencen en 2017 y 2019. El anuncio lo realizó el ministro de Comunicaciones, el radical Oscar Aguad, quien consideró que “existe como una rebeldía” de los funcionarios “para atenerse al nuevo régimen de Ministerios”, fijado la semana pasada por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Tanto la AFSCA como la AFTIC solicitaron a la Justicia una medida cautelar contra la Resolución del Poder Ejecutivo, que designó en esos organismos a una persona claramente identificada con el Macrismo y a un familiar del Ministro del Interior. En la AFSCA, se nombró a Agustín Garzón, ex legislador del PRO y en la AFTIC a Mario Frigerio, tío de Rogelio Frigerio. Al conocerse la noticia, Dirigentes y agrupaciones Kirchneristas se manifestaron en las puertas de la AFSCA mientras que Organizaciones de Derechos Humanos, académicos y referentes del Derecho expresaron su rechazo. En paralelo, el PRO presentó una denuncia penal contra Sabbatella por “abuso de poder y usurpación del cargo”, que recayó en el juzgado de Julián Ercolini.
      Menos de quince días tardó Macri en avanzar contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada luego de años de debate en la sociedad civil y con un amplio consenso multipartidario: en Diputados obtuvo 146 votos a favor, 3 abstenciones y 3 en contra y en el Senado 44 votos a 24. La norma aprobada en 2009 contó también con el aval de la Corte Suprema, que declaró su Constitucionalidad tras años de litigio por parte del Grupo Clarín. El Multimedio todavía continúa su batalla judicial para impedir su adecuación a la Ley. La AFSCA había apelado el fallo del juez Pablo Cayssials, quién le dio la razón a Clarín respecto del proceso de adecuación de oficio. El nuevo Interventor probablemente desistirá de esa apelación, beneficiando así al Grupo Empresario Clarín conducido por Héctor Magneto.
      El primer paso de Macri fue el DNU 13/15 en el que subordinó a la AFSCA y la AFTIC a la órbita del Ministerio de Comunicaciones y a éste último le otorgó facultades que eran propias de esos dos Entes. El DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) fue cuestionado por el Frente para la Victoria en el Congreso pero continúa vigente ya que se necesita del rechazo de ambas Cámaras Legislativas para que sea derogado.
      A ese Decreto de Necesidad y Urgencia se le sumó el Decreto simple publicado el 24 de Diciembre en el Boletín Oficial. Sorpresivamente, en la página web correspondiente no figuró el boletín oficial del día hasta que Aguad anunció mediáticamente la intervención. “Ambos organismos y sus autoridades no responden a la nueva estructura orgánica de la Ley de Ministerios”, sostuvo el ex-Diputado Radical, apodado “el milico”, en un breve intercambio con la Prensa. El Ministro calificó como “rebelión” la continuidad de los funcionarios. “Obviamente estamos frente a un caos donde las decisiones se contraponen y se contradicen razón por la cual no podemos seguir funcionando de esta manera”, afirmó. La intervención tiene un plazo de 180 días, aunque desde Cambiemos dejaron entrever que se buscará una modificación de la legislación vigente para unificar ambos organismos bajo el mando del ex-Secretario de Medios porteño, Miguel de Godoy. El propio Aguad lo deslizó ayer al señalar que “por ahora” no se modifica la Ley de Medios y que van a “seguir tomando medidas sobre lo que es la regulación y la planificación estratégica de la Argentina”. “Nosotros no pretendemos nombrar Funcionarios en estos entes que perduren en el tiempo después del Gobierno que viene. Cada Gobierno tiene derecho a ejecutar sus políticas y nombrar sus funcionarios, para eso hay elecciones”, afirmó Aguad, en abierta contradicción con el artículo 14 de la LSCA (Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual). La norma buscó expresamente mayor independencia al desfasar el mandato del Poder Ejecutivo con los del directorio de la AFSCA, tal como sucede en otros Organismos similares del mundo, por ejemplo en Francia y Estados Unidos. De hecho, durante el debate parlamentario en 2009, los propios Legisladores de lo que hoy se llama Cambiemos reclamaron otorgarle no menos sino más independencia al Organismo respecto del Poder Ejecutivo.
      De hecho, a partir de la intervención no sólo se removerá al titular de la AFSCA, sino que Garzón concentrará atribuciones que hoy competen a los siete miembros del Directorio del organismo, que tiene representantes de las tres principales fuerzas Parlamentarias, de Académicos y de un Consejo Federal compuesto por las 24 Provincias.
      En declaraciones a la Prensa, Sabbatella detalló que se presentó una Medida Cautelar y un Hábeas Corpus preventivo para garantizar la libertad de trabajadores y funcionarios. En el Organismo tomaron como un acto intimidatorio el despliegue policial montado en la zona del Organismo, que incluyó un vallado y un operativo de infantería. El Ministro sostuvo que se trató de “un error de información”, pero sin embargo esa noche la Policía ingresó al edificio de la AFTIC para advertirle a los trabajadores que debían evacuar el lugar ya que pasados 10 minutos cortarían la luz. A los 10 minutos, el edificio se quedó a oscuras.
      “Este decreto es ilegal, anticonstitucional y está violentando la Ley. Macri no tiene facultades para hacerlo”, aseguró ayer Sabbatella, que calificó la situación como “un conflicto de Poderes”. “Lo que están haciendo es una barbaridad, es un atropello brutal, por eso le pedimos al Poder Judicial que ordene esto”, aseguró y denunció que se busca evitar la aplicación de la Ley de Medios para favorecer a Clarín.
      Desde la AFSCA negaron que se encuentren “atrincherados” y adelantaron que acatarán la Resolución del Amparo. La causa quedó en manos del Juzgado Contencioso Administrativo Federal número 8, a cargo de la Jueza subrogante, Cecilia Gilardi. En respuesta, el PRO presentó una denuncia penal contra Sabbatella, que recayó en el juzgado de Ercolini. El fiscal Carlos Stornelli le pidió al Magistrado que allane el Organismo. Según fuentes judiciales, Ercolini por el momento tomará algunas medias previas antes de dar inicio a la investigación. La cautelar de la AFSCA pide la “nulidad absoluta” del Decreto 236 en virtud de su “arbitrariedad e ilegalidad manifiesta”. Además, solicita la nulidad del DNU 13/2015, que dispuso que las funciones y competencias de la AFSCA pasaran al ámbito del nuevo Ministerio de Comunicaciones. En sus considerandos sostiene que se violan derechos constitucionales, el principio de división de Poderes, el principio de razonabilidad y que esto lleva como “correlato la amenaza concreta del derecho a la libertad de expresión de todos los ciudadanos y ciudadanas”. Al mismo tiempo se detalla que no se cumple con el mecanismo de remoción establecido en el artículo 14 de la LSCA: “El Presidente y los Directores solo podrán ser removidos de sus cargos por incumplimiento o mal desempeño de sus funciones o por estar incurso en las incompatibilidades previstas por la ley 25.188. La remoción deberá ser aprobada por los dos tercios del total de los integrantes del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, mediante un procedimiento en el que se haya garantizado en forma amplia el derecho de defensa, debiendo la resolución que se adopta al respecto estar debidamente fundada en causales antes previstas”, reza la norma.
      En el escrito de la AFSCA se señala también que el DNU que reformó la Ley de Ministerios no cumple con los requisitos establecidos en la Constitución para que el Presidente pueda emitir disposiciones de carácter Legislativo. Según la presentación, se podría haber convocado a sesiones extraordinarias y no existe urgencia que impida seguir el trámite Parlamentario.
       Ya Organizaciones de Derechos Humanos como el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales: es una Organización no Gubernamental argentina con sede en Buenos Aires, fundada en 1979, orientada a la promoción y defensa de los Derechos Humanos y el fortalecimiento del sistema democrático), además de colectivos de Comunicadores y Asociaciones Periodistas habían expresado su rechazo a la medida. Se espera que en los próximos días se realicen presentaciones judiciales en distintos puntos del país. Hubo, además, críticas de los dos Bloques Legislativos del Frente para la Victoria, así como del Líder de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas, de Libres del Sur, Humberto Tumini, y de la Dirigente del Frente de Izquierda, Myriam Bregman.


     ¿POLÍTICA EXTERIOR IDEOLÓGICA?

       Todo parece indicar que la reflexión en materia de Política Exterior del nuevo Mandatario Argentino se funda en resignificar el país en el contexto internacional; y ello, básicamente, implica 'retornar' el país al mundo del que se fue durante los años anteriores: el espacio Atlántico-Europeo. Este sería el primer anillo de la nueva Diplomacia Argentina si bien, geográficamente hablando, el primer espacio es la sub-región o, como lo denominan algunos expertos argentinos, el exterior próximo”. De manera particular, las mismas autoridades de la nueva Administración argentina han indicado que relanzarán la relación con Brasil, primer país que visitará oficialmente Macri.
       En principio, claro que se trata de una decisión correcta: es imperativo desmontar la irresponsable confrontación a la que se llegó con Estados Unidos, el actor más poderoso del orden interestatal, así como con otros países centrales de Europa, como Alemania, Francia o Reino Unido, situación que retrotrajo la Diplomacia Argentina a viejos vicios o constantes”: la (muchas veces innecesaria) confrontación con Washington. Sin embargo, ahora nos encontramos en un contexto diferente puesto que, otrora, implicó un Poder Nacional preeminente en la región         –incluso, a escala continental– y no casi irrelevante, aunque durante los últimos tiempos, cuando se llegó a practicar una suerte de antipolítica externa”, estuvo desprestigiado; es decir, fue una gestión exterior con beneficios socioeconómicos intrascendentes y riesgos para la misma seguridad nacional.
Sin duda, Washington es clave para la diplomacia argentina, puesto que allí residen en buena medida las llaves que podrían destrabar cuestiones capitales (económico-financieras, principalmente) para el país. En este sentido, no ha sido un desacierto nombrar a un calificado Economista al frente de la Embajada en ese país. En menor medida, en Europa también se encuentran algunas claves, aunque no sería del todo acertado considerar que el viejo continente es un actor que aportará capitales copiosamente. Sin embargo, en esta relocalización de la Política Exterior Argentina se puede correr el riesgo de repetir la imprevisión de hace algunos años, cuando Argentina consideró con Menem que, anclando su política exterior al país del norte     –desde el que mayor impulso recibió la globalización como “régimen de poder”– los beneficios nacionales quedarían asegurados. Esta consideración ignoraba los más elementales patrones en Política Internacional, sobre todo los que previenen sobre el hecho de que la emotividad en las relaciones internacionales, sencillamente, no existe, pues solamente existen los intereses. La pregunta es: ¿está mirando la nueva Administración Argentina más allá de ese espacio? Y, si está mirando, ¿tiene en cuenta la dirección de las nuevas realidades que viven en ese otro espacio? Las preguntas son pertinentes, porque una excesiva relocalización de la política exterior argentina en el marco Atlántico-Europeo relegaría potenciales ganancias nacionales en espacios y sub-espacios dinámicos del mundo, que ofrecen posibilidades reales para las necesidades y urgencias argentinas. Esos espacios no solo son los sitios habituales de los que casi todos hablan –China, Rusia y, en menor medida, India– sino otros menos conocidos y sobre los que, hasta la fecha, la nueva Administración política argentina casi no se ha enfocado. Quizá no haga falta recordar que, hace dos décadas, con el Menemismo, la predominancia de la Política Exterior univectorial no sólo privó a la Argentina de aprovechar la evolución de las economías emergentes, sino que el País perdió mercados de exportación ante países vecinales. Por otra parte, se argumenta que la reorientación Atlántico-Europea de la Política Externa Argentina rebajará la relación con Rusia. Si sucede así, implicará la predominancia de un enfoque ideológico desfavorable para el interés nacional. Hace tiempo que el mundo dejó de estar dividido en esferas de influencia. Esta realidad hace convenientemente posible desagregar issues (asuntos, cuestiones) es decir: la relación comercial con Rusia (u otro gran Poder no Occidental) no significa que se comparta una relación estratégico-militar. Una Política Exterior excesivamente Atlántico-Europea también podría impactar en la región en cuanto a espacio de complementación económico-comercial, que debe profundizarse necesariamente. A Estados Unidos y a la Unión Europea, el aumento de Poder o masa crítica regional siempre les restará espacios para negociar acuerdos favorables a sus intereses. En este sentido, no se deben olvidar las palabras de Henry Kissinger a principios de los años noventa, cuando sostuvo que si Estados Unidos incitaba a la Argentina a firmar un acuerdo bilateral comercial o, incluso, a ser parte asociada del naciente Nafta, Washington hubiera logrado una decisiva ganancia de Poder, pues su consecuencia habría sido la disgregación del Mercosur y, por tanto, el mantenimiento de la división interestatal en la región.           Una orientación excesivamente Atlántico-Europea, es decir, que considere que la pertenencia “civilizacional” a Occidente representa casi la única opción internacional, podría llevar a que el País no sólo desaproveche oportunidades, sino que incremente, una vez más, el nivel de riesgos en un mundo carente de régimen internacional, inmerso en una acumulación militar, devaluado en sus organizaciones intergubernamentales, con profusa actividad de grupos fácticos, próximo a una nueva era de imperialismo de recursos, etc.
       Por ello, una mirada internacional Occidental, pero también Mundial, implicará mayores posibilidades en relación con una genuina construcción de Poder Nacional, la única baza probada para lograr ser parte real y no declamatoria de los Países "que hacen lo que pueden, y no de aquellos que sufren lo que deben", según la vieja clasificación interestatal de Tucídides.
       Así las cosas, el nuevo Presidente Argentino se volcó de lleno a diferenciarse de Brasil y los otros socios del Mercosur. El ritmo fue de vértigo: elecciones en Venezuela el 6, cambio de Gobierno Argentino el 10 y cumbre del Mercosur el 21 de Diciembre de 2015. Mauricio Macri hizo con la Política Exterior lo mismo que con el dólar: adelantó el momento y el escenario del conflicto. El solo anuncio de un dólar único produjo una suba de precios. Y  ya hay otra suba más ahora que la mega-devaluación es un hecho. El solo anuncio de un pedido de sanciones al Gobierno de Venezuela produjo una cadena de reacciones a nivel Regional. Y a partir del 10 de Diciembre pudo cambiar aún más el tablero. Cuánto podía cambiar era algo imposible de predecir. Pero ya hubo una fecha en juego: el 21 de Diciembre Macri y su canciller Susana Malcorra afrontaron la Cumbre del Mercosur en Asunción del Paraguay donde tuvieron que desdecirse de las sanciones a Venezuela.
       Como sucedía antes con Cuba, proponer una posición públicamente diferenciada o divergente sobre Venezuela no dice tanto sobre la opinión de fondo acerca de Nicolás Maduro como revela la intención de ganar el favor de Washington.
       Los vecinos
       La clave de lo que sucederá es el tipo de relación que el futuro Gobierno establezca con el Brasileño, el grado de acuerdo y desacuerdo entre Macri y Dilma Rousseff, a quien aconseja su asesor internacional Marco Aurélio García, y el nivel de vinculación entre Malcorra y el canciller Mauro Vieira. Malcorra tiene una gran experiencia en las industrias norteamericanas de servicios como IBM y en la secretaría general de la ONU, un sitio donde el staff de Ban Ki-moon tiene relación próxima con los distintos Departamentos (ministerios) de los Estados Unidos. La relación argentina con Brasil será su primer desafío en un terreno nuevo para ella.
       El Gobierno Brasileño y el Partido de los Trabajadores apostaron por Daniel Scioli y no por Mauricio Macri. Pero como entre las personas, entre los Estados la vida continúa. El columnista de “Folha do Sao Paulo” Clovis Rossi, un periodista informado e influyente, escribió que Marco Aurélio García admitió que la simple presentación de una propuesta divisionista por parte de Macri creará un litigio dentro del bloque. Pero, pragmático, dijo: “No será el primer problema con el que lidie el Mercosur”. García aceptó que fue portador de una carta de Rousseff a Maduro con “opiniones y percepciones sobre el proceso electoral, con total respeto de la soberanía venezolana”. Dijo que Maduro se mostró “sensible” a las observaciones pero no dio más detalles. Vieira, un prestigioso diplomático de carrera que antes de ser Canciller fue Embajador en la Argentina y en Washington, se empeñó personalmente en facilitar el diálogo dentro de Venezuela. El Congreso Brasileño también envió una misión a Caracas. Como era de esperar en un clima tremendamente enrarecido como el de los vecinos, la comitiva parlamentaria no solo no ayudó a descomprimir la crisis venezolana sino que acentuó la crisis en Brasil, donde “chavista” se convirtió en un insulto dentro del “Operativo Demolición” que tiene por blanco a Dilma y Lula. Unasur mandó una misión de observadores a las elecciones. Incluyó dos Diplomáticos brasileños. Uruguay esperó el resultado de las elecciones. El canciller Rodolfo Nin Novoa hizo declaraciones de no interferencia en un sentido contrario al de su antecesor Luis Almagro, actual Secretario General de la Organización de los Estados Americanos.
       El nuevo temario
       De acuerdo a lo que detalla Rossi sobre lo que piensa el asesor de Dilma, si se pone a un lado la cuestión venezolana en el primer encuentro con Macri no debería haber sorpresas desagradables. Traducido del lenguaje brasileño al argentino, eso significa que como para el Planalto y para Itamaraty la relación con la Argentina sigue siendo prioritaria, Brasilia buscará desdramatizar los puntos de fricción y tratará de hallar los elementos comunes.
       Hasta ahora Macri y sus voceros económicos plantearon un acercamiento a la Alianza del Pacífico, formada por países que ya tienen firmados acuerdos bilaterales de libre comercio con los Estados Unidos: Chile, Colombia, México, Perú y Costa Rica. Darle un alto perfil al tema tiene su costado ideológico; naturalmente eso supondría una estocada mortal para el Mercosur, una organización que sigue paralizada en disputas bilaterales y que lleva lustros negociando un tratado con la Unión Europea. En la práctica el bloque creado en 1991 se ha transformado en un foro político casi decorativo donde los Líderes insisten en la importancia de la unión de los pueblos del Sur, pero que a la hora de la verdad no avanza hacia una verdadera integración económica o comercial.
        Analistas Neoliberales como Andrés Oppenheimer suelen insistir en que la Alianza del Pacífico sería el factor nuevo y moderno contra el supuesto anacronismo representado por el Mercosur. A diferencia del Mercosur, la Alianza del Pacífico nació en el 2011 como un espacio de confluencias de economías abiertas; el dato más notorio es el que acabamos de apuntar: que todos los países miembros tienen firmados TLC con los Estados Unidos en forma bilateral. Si el Mercosur, aún en su etapa noventista, estaba pensado como un proyecto de integración complejo donde tienen cabida, por ejemplo, la confluencia productiva de la industria automotriz, la administración del comercio y el cuidado de los mercados internos frente a las exportaciones de otras regiones, la Alianza del Pacífico es todo lo contrario: un mecanismo de “integración hacia afuera”, una plataforma internacional para la colocación de productos primarios fuera de la Alianza  y sin ninguna protección para proyectos de industrialización local.
       Pero lo cierto es que, por un lado, son realidades históricas distintas y, por otro lado, en 2014 ya hubo aproximaciones encabezadas justamente por los Cancilleres de ambos bloques. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señaló que la convergencia entre los dos bloques sería un modo útil de avanzar hacia la integración. “Un proceso de integración de características regionales parece, pues, más adecuado a los signos de los tiempos y a las exigencias del cambio estructural en pro de la igualdad en América Latina”, indicó un informe firmado por la Secretaria Ejecutiva Alicia Bárcena. “La gradual convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur podría constituir un catalizador decisivo de ese proceso”. En 2013, el comercio total entre ambos grupos de países alcanzó los 47.400 millones de dólares, con exportaciones de la Alianza del Pacífico al Mercosur de 23.700 millones de dólares, monto muy similar al de las exportaciones del Mercosur a la Alianza del Pacífico.
       Otro punto de la agenda posible entre Macri y Rousseff es un acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Según dice Rossi que dice Marco Aurélio, los dos Gobiernos ya están de acuerdo en iniciar tratativas con la UE. Escribe el columnista citando sin textualidad la opinión de García: “Como máximo, Macri tendrá mayor inclinación a concesiones aperturistas pero de todos modos actualmente el problema de la negociación está más del lado Europeo que del Sudamericano”.
       Pero Latinoamérica no  cambiará tanto con Macri©
       Si los argentinos han podido dar un giro de timón hacia la Derecha, ¿por qué no puede hacerlo también el resto de la región? Macri tomó los mandos el pasado 10 de Diciembre, fecha de su juramento constitucional. A partir de ese momento su gestión puede pasar a la historia sin dejar huella, aumentar las incertidumbres actuales o marcar una nueva era. Pero, pase lo que pase, ya le rodean circunstancias inéditas. Es la primera vez desde 1916 –cuando se celebraron las primeras elecciones argentinas por sufragio universal, secreto y masculino– que llega a la Casa Rosada una coalición que representa al Centro-Derecha y a la Derecha. Y es el primer Presidente que no es Radical ni Peronista.
       Los más optimistas creen incluso que el triunfo de Macri abre la puerta a la fundación de una formación política de Derechas capaz de ganar elecciones en Argentina. El PRO (Propuesta Republicana) tiene todavía demasiado poco bagaje –echó a andar en 2005– y el nuevo Jefe del Estado puede ser de enorme ayuda (o no) de cara a los Comicios Legislativos de 2017. En esa cita electoral se comprobará si el triunfo de Macri ha sido o no coyuntural, es decir, si ha sido más el fruto del cansancio de una fórmula basada en el Peronismo que la atracción de los ciudadanos hacia un modelo Neoliberal que busca retirar poderes al Estado. También para entonces sabremos cuánto ha calado en  otros países ese volantazo político.
       "Mirando hacia atrás Macri debe soñar con lo que consiguió el ex-Presidente Carlos Menem: un giro a la derecha rotundo que supo conservar el Poder en dos mandatos. Y tomar en cuenta los finales prematuros de los Presidentes Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, un Radical y un Peronista", escribe con acierto el analista Mario Wainfeld en el periódico Página 12”. Pero sí –repetimos– habrá transformaciones significativas en materia de Política Exterior. Macri anunció durante su campaña electoral que pedirá que Venezuela sea suspendida del Mercosur mediante la aplicación de la cláusula democrática. "Lo que está pasando en Venezuela no tiene que ver con el compromiso que hemos asumido todos los argentinos", ha dicho ya el Presidente electo, citando en concreto "los abusos" del Gobierno de Nicolás Maduro "con los opositores y la libertad de expresión". La cláusula democrática del Mercosur prevé la posibilidad de suspender a un país socio y hasta aplicarle sanciones comerciales o el cierre de fronteras en caso de ruptura del orden democrático. La petición, que no se formalizó en la Cumbre de Presidentes del Mercosur y Estados asociados que se celebró el pasado 21 de Diciembre en Asunción, la Capital de Paraguay, supone la ruptura de facto del eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires. No obstante, era luego muy improbable que triunfase la solicitud de Macri, máxime al celebrarse las Elecciones Legislativas venezolanas el pasado 6 de Diciembre y donde la Oposición obtuvo la mayoría de los escaños, como pronosticaban las encuestas. Pero además, el resto de los países integrantes del Mercosur no está en absoluto por la labor de apoyar semejante puñetazo en la mesa. Empezando por Brasil y terminando por Bolivia. Unos por pragmatismo y otros por lealtad. Por último, habría que destacar que más allá de la evidente sintonía política y hasta personal que tuvieron Chávez y los Kirchner (mucho menos intensa desde que asumió Nicolás Maduro) la cercanía de Buenos Aires con Caracas tuvo también un beneficio económico evidente. Durante los último cinco años, en un contexto internacional muy complejo, donde el saldo comercial argentino disminuyó notoriamente, la balanza comercial con Venezuela parece el sueño de cualquier proyecto Desarrollista: no sólo el intercambio se multiplicó por diez en la última década; Venezuela pasó –en cinco años– de ser el undécimo destino para las exportaciones argentinas a ser el quinto, y entre los productos exportados, además de las consabidas carnes y granos, figuran algunos con valor agregado como medicamentos y bienes industriales.
       Habría que agregar otro dato: EL Secretario de Relaciones Internacionales del PRO, Fulvio Pompeo, dijo que no tenía sentido tener un “Ministerio de Malvinas”, en alusión a la Secretaría de Estado a cargo de Daniel Filmus, dedicada a seguir el tema del reclamo territorial frente a Gran Bretaña. En este sentido, si bien se descarta un cambio abrupto en la posición argentina, también es de esperar un acercamiento con Londres bajándole el tono al conflicto. Incluso más: siguiendo al mismo Funcionario Macrista, la óptica del Gobierno del PRO podría volcarse a una cooperación con los “Kelpers” y su Gobierno local, en función de lograr acuerdos sobre la explotación de recursos. A fin de cuentas, un retorno moderno al esquema de seducción que estuvo vigente durante el Gobierno de Menem. Todas estas modificaciones, tal vez pequeñas individualmente, marcan una clara coherencia ideológica en todos los temas. El Gobierno de Macri parece estar diciendo que tendrá en la Política Exterior un sello de su visión del mundo.
       Pero como ya dijimos más arriba, aunque Washington se frota las manos por el nuevo mapa político Sudamericano, es posible que no haya otra vez relaciones "carnales" con Estados Unidos, tal y como ocurrió en la década de los 90 Menemista del siglo pasado. ¿Por qué? Porque lo que ahora más necesita Argentina es diversificar su oferta internacional y abrirse al exterior para atraer el mayor número de inversiones extranjeras, más allá de las Chinas o las Rusas.
       La llegada de Macri al Poder ha despertado obviamente oleadas de ánimo y esperanza entre los Partidos de Derecha latinoamericanos que ahora se encuentran en la oposición, especialmente los grupos políticos de Venezuela y Bolivia. Todos ellos han recibido la noticia como una bendición divina. Así, la ex-Diputada opositora venezolana, María Corina Machado, declaró: "Gana Argentina, gana Venezuela, gana América Latina, gana la democracia y la libertad". Y para Samuel Doria Medina, quien sueña desde hace 10 años con sustituir al Presidente boliviano, Evo Morales: "El pueblo venció, la democracia ganó, comienza un nuevo tiempo".
       ¿Supone entonces la aparición en escena de Macri un cambio de ciclo? No necesariamente. Ciertos expertos siguen viendo a Argentina como un ejemplo para toda el área. Consideran que los movimientos de Izquierdas que se desarrollaron en los últimos 15 años en Sudamérica imitaron la fórmula Peronista de movilizar a los pobres para luchar por una mayor distribución de la riqueza. De ahí que pronostiquen que este desplazamiento hacia la Derecha que ha ocurrido en Buenos Aires va a ser copiado –como si se tratara de un efecto dominó– por aquellas otras Naciones vecinas con Gobiernos de Izquierdas que precisamente atraviesan momentos muy delicados como consecuencia de la tormenta económica. Pero en un mundo globalizado como el actual, ese seguidismo ya no es válido. La crisis se ha convertido en un fenómeno continental, y afecta a todos, independientemente de la ideología política de cada país. En unos Estados se asiste a la desaceleración del crecimiento; en otros más graves, a la recesión pura y dura. Las etiquetas partidistas han perdido bastante valor. En cualquier caso, no existen recetas mágicas. Cada país debe elaborar la suya propia, teniendo en cuenta sus recursos, su potencial y su pasado. La meta común para América Latina es diseñar una hoja de ruta que genere de nuevo riqueza y empleo, pero sin perder de vista tres elementos esenciales: la integración regional, la igualdad social y la sostenibilidad, entendida ésta como el respeto al medio ambiente. En resumen, Latinoamérica no cambiará tanto con la irrupción de un Presidente Argentino de Derechas.
Colofón: objetivos de la restauración Neo-liberal
      América Latina transita un inicio de 2016 bien diferente a lo acontecido en la región en la última década y media. Mientras algunos analistas hablan de “Restauración Conservadora”, que nosotros preferimos llamarla “Restauración Neoliberal” (porque ése es el objetivo de los más radicalizados), otros ponen el acento en un supuesto “fin de ciclo” de los Gobiernos Post-Neoliberales. La coincidencia entre ambas lecturas es que la época de mayor apogeo de los Gobiernos de “Centro-Izquierda” ha dado paso a otro momento, de mayor convulsión y confrontación entre dos proyectos disímiles, opuestos, de Países y también de Región. Una disputa que, vale la pena repetirlo, no está saldada: sólo Mauricio Macri ha accedido al Gobierno, experiencia que aún no han podido concretar ni Henrique Capriles (Venezuela), ni Aécio Neves (Brasil), ni Mauricio Rodas (Ecuador), ni Samuel Doria Medina (Bolivia). Por ende, aún el “balance” es favorable para las Fuerzas Progresistas del Nacionalismo Desarrollista de Centro-Izquierda (excepto Venezuela que se ha desviado de ese camino y ha ido a un desastre social, político y económico) quienes todavía tienen hegemonía en el mapa global regional.
      En ese contexto, hay dos figuras que tienen una popularidad importante a pesar de los embates de los Medios concentrados de sus Países. Hablamos de Luiz Inácio Lula Da SilvaCristina Fernández de Kirchner, ex-Presidentes de Brasil y Argentina, respectivamente. Ambos se han ido de Planalto y la Casa Rosada con una alta popularidad, como en su momento le sucedió a Michelle Bachelet, quien retornó a la brevedad a la Casa de la Moneda. Es decir: son figuras que aún conservan buenas chances para volver a dirigir los destinos de sus respectivos países. Esta es la razón principal que explica el envalentonamiento de sectores del Poder Económico concentrado en lo referente a estos dos Dirigentes. Y, por ende, un recrudecimiento de los ataques Mediáticos, que pregonan asimismo un avance del ámbito Judicial como denuncia la Revista argentina NOTICIAS en su tapa y artículo: El PACTO. Para que Cristina no vuelva nunca más.El Pacto: los acuerdos que el nuevo Gobierno teje para marginar a Cristina Kirchner. Coincidencias y conversaciones con Moyano, Massa, Magnetto y hasta Scioli. Urtubey y el nuevo PJ. Las causas del Cristinismo en la Justicia. El factor Lorenzetti”. Macri busca blindar su gobernabilidad negociando con el PJ, el Sindicalismo, la Justicia y los Medios. El objetivo es aislar a la ex-Presidenta (17 de Diciembre de 2015).
      En una reciente columna titulada “Apunten a la cabeza” el periodista argentino Horacio Verbitsky alertó sobre el plan del nuevo Gobierno Argentino, encabezado por el ingeniero Mauricio Macri: dar vía libre a sectores de la Justicia influenciados por Olivos para avanzar sobre CFK, buscando asimismo lograr un descrédito público sobre la ex-Presidenta. Para Verbitsky, “el modelo es el de 1955, con la exhibición de vestidos y zapatos en la Residencia Presidencial, las Comisiones Investigadoras que ocuparon el lugar del clausurado Congreso, y la ilusión de borrar al “tirano” depuesto de la memoria popular, presentándolo como un ladrón de los dineros del pueblo”. La analogía con la autodenominada “Revolución Libertadora” (la Fusiladora, para amplios sectores) resulta esclarecedora: ésta no sólo no logró su cometido -erradicar al Peronismo, comenzando por sus símbolos- sino que además convirtió a Perón en mito y leyenda viviente (aunque en el exilio) ante amplios sectores que comenzaron a perder lo logrado en aquella década de Perón. “Detrás de mí vendrán los que bueno me harán” fue la famosa frase del propio Perón, quien retornó triunfador a su País y murió ejerciendo la Presidencia.
      El plan actual cierra (o pretende cerrar, mejor dicho) con un blindaje Mediático inédito sobre el actual Presidente Argentino y sus primeras medidas: devaluación cercana al 60%, masivos despidos en el ámbito Estatal -más de 25 mil, al momento de escribir estas líneas- decenas de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) sobre las más amplias esferas -sin pasar por el Congreso y violando leyes, como sucedió con la LSCA (Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual)- un Plan de endeudamiento externo firmado por los propios autores del Megacanje, y una represión a los reclamos como no se ha visto desde la década del `90. Como se ve, una batería de medidas impopulares, cuyo círculo sólo se podría redondear con una Oposición fragmentada, de Líderes dispersos: hacía allí apunta, entonces, el Poder de turno, intentando una ruptura en un Peronismo que debería asimismo confluir (unido) con otros sectores, a fin de intentar volver a la Casa Rosada en el menor tiempo posible.
      En Brasil el panorama es similar, aunque una diferencia sustancial separa a Brasilia de Buenos Aires: aún gobierna allí el Partido de los Trabajadores, quien aparece amenazado por dos vías: hablamos del intento de “impeachment” que pesa sobre Dilma Rousseff -ahora parcialmente aliviada por un freno momentáneo en esta tentativa- y de los planes de avanzar judicialmente sobre el ex-Presidente Lula. En este último punto, hay una similitud con el objetivo que, de acuerdo a Verbitsky, planea Macri. Tanto el Establishment Brasileño como el nuevo Gobierno Argentino saben que, frente a las medidas antipopulares que planean (o ya ejecutan), la única alternativa es descabezar los Liderazgos que aún tienen clamor popular. Tratarán de evitar, a como de lugar, que Lula y CFK se presenten a las Presidenciales de 2018 y 2019. El ex-Líder metalúrgico se ha convertido por ello en tapa permanente de O Globo, Folha do Sao Paulo y O Estado de Sao Paulo, los tres principales Periódicos del país, que buscan erosionar su imagen en forma negativa en el mediano plazo, aún a costa de mentir. Lo mismo sucede con Noticias y Veja, dos Revistas socias que, de uno y otro lado de la frontera arremeten contra estos dos ex-Presidentes.
      ¿Cuál es el temor principal de la Derecha regional Neoliberal? Que el supuesto “fin de ciclo” no se verifique en otros países. Que pase rápido la “primavera” que para estas fuerzas supone la seguidilla Argentina-Venezuela. Que pueda suceder lo de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet en Chile. La elección de Bolivia, entonces, tendrá inédita atención continental para ser un referéndum local: un triunfo de Evo quebraría la novedosa racha, mientras una derrota completaría la trilogía Neoliberal. Por ello la Derecha Regional apunta a “cortar” las cabezas de CFK y Lula: ve en ellos, ni más ni menos, la posibilidad de recomposición del ciclo de cambios abierto en la región hace una década y media. Habrá que ver la intensidad y los tiempos. Y el tiro puede salir por la culata, como advierte el Asesor Jaime Durán Barba quien pone paños fríos a la idea analizando la propia historia del Peronismo y su vitalidad influyente en millones de trabajadores. Pero la decisión está tomada: van por la cabeza de Lula y Cristina.--
FUENTES: Juan Manuel Karg; Dr. Alberto Hutschenreuter; RT Noticias; Página 12; Le Monde Diplomatique; Revista NOTICIAS; La Nación; Clarín; The Guardian; Reportes de AFP; Reuter; CNN y Prensa Internacional en general.--


KHOMEINI

          ¿PORQUÉ  APARECIÓ KHOMEINI?
  Génesis y evolución del Régimen Teocrático Iraní
      Mucho se ha escrito ya sobre la Revolución Islámica Iraní y sus secuelas, de la que en este final de Febrero se cumplen ya 37 años. Se han dado las más diversas explicaciones a este fenómeno inédito de la política contemporánea, mas nosotros quisiéramos agregar algo más y muy particular en el contexto global de los análisis de la caída del Sha y el ascenso y permanencia del ya fallecido Ayatolah Khomeini y sus Mollahs. Tal vez ahondando en la historia, la estructura y la psicología del Chiismo iraní podamos explicarnos mejor el hecho de la caída fulminante de uno de los Monarcas más poderosos de la tierra, apoyado plenamente por los EE.UU. en su papel de “gendarme del Golfo Pérsico”, empeñado (hasta entonces aparentemente con éxito) en la modernización acelerada de la sociedad iraní y en franco progreso económico, militar, legal y educacional.
                      I- UN POCO DE HISTORIA
      La historia de Persia se pierde en la noche de los tiempos. Más allá del Tigris y el Éufrates, durante toda la historia de Grecia y Roma, estaba el casi secreto Imperio que por un millar de años había resistido la expansión de Europa y las hordas Asiáticas, no olvidando nunca su gloria Aqueménida, recobrándose siempre de sus caídas y manteniendo orgullosamente su singular y aristocrática cultura que había de transformar la conquista Islámica del Irán en un Renacimiento Persa.
      La geografía misma de Irán nos da, ya, una idea de su fuerza y su debilidad: situado en esa zona del Medio-Oriente donde se cruzan las rutas que unen Europa, Asia, el sub-continente Indio y África. Bañado por tres mares y separado de la civilización Mediterránea sólo por Irak y Siria, he ahí su fuerza. Mas, por otra parte, el Irán es una inmensa llanura ocupada por estepas, desiertos salados y montes abruptos, lo que ha hecho que las poblaciones, la actividad, la riqueza y la cultura, se concentraran en la periferia, con minorías étnicas y caudillajes políticos, además de influencias exteriores que impulsaban un constante movimiento centrífugo, habiendo sido a lo largo de los siglos el factor determinante que hiciera del Imperio y de la Religión los fundamentos de la unidad.
      La Dinastía Aqueménida creó no sólo el Imperio más grande que el mundo había conocido, sino también el primer auténtico Imperio es decir, el Gobierno de un solo Jefe sobre numerosos y extensos pueblos diferentes. Pero hizo algo más: bajo el influjo de la veneración del déspota oriental único, fue tomando conciencia el ser humano de la idea del Dios único eterno e inmutable que superaba el grosero Politeísmo rendido a las fuerzas ciegas de la naturaleza: el Monoteísmo de masas comienza con el oriente Persa. Con Zoroastro nace el espíritu religioso mazdeo               –expandido fuera de Persia como Maniqueísmo– intolerante, fatalista y despiadado. La religión Mazdea era una religión de ritos lúgubres, triste; de un puritanismo fatigoso, exigía de sus adeptos una extraordinaria pureza, una perpetua vigilancia de todos sus instintos, un salvaje ataque a todos los intérpretes del “Mal”: Ahriman, el “Taghout” (Diablo), el espíritu maléfico; en nombre del puro Aura Mazda, la luz, el Bien, mas no amoroso ni misericordioso, sino implacable. Para Zoroastro el mundo todo no es más que un campo de batalla donde se enfrentan Ormuz y Ahriman, y no sólo metafísicamente, sino con la espada en la mano y bajo la guía de los Sacerdotes, los Magos: los Mobeds. ¿No parece acaso escuchar todavía a Khomeini y sus sucesores cuando leemos este pasaje del Zend-Avesta?: “Es malo ser bueno con el malo... Los príncipes hechiceros han sometido al hombre al yugo de su imperio para destruir la existencia con sus malas acciones. Hay que destruir a los huéspedes de la casa del Mal”. Así pues, gran parte del alma de esa religión se nutría de la desgracia, la intolerancia, la muerte, la evasión y el renunciamiento, y subsistiría vivaz a través de los siglos.
      La decadencia Aqueménida sucumbió ante Iskandar, el nombre con que el Oriente inmortalizó a Alejandro Magno, pero, contrariamente a lo que puede creerse, Persia no se helenizó; fue Alejandro quien abrazó la civilización Persa y este fenómeno se ha repetido con los demás conquistadores, pues los Persas conservaron e impusieron a sus vencedores su propia cultura y los Magos Zoroastrianos no solo conservaron su influencia sino que la acrecentaron.
      Con la desaparición de la estructura administrativa del Imperio, con la disolución de las Satrapías y la eliminación de los “ojos y oídos del Rey” los magos Zoroastrianos fueron quedando como los únicos administradores válidos, tal como los clérigos cristianos de la baja Edad Media; su Poder fue creciendo a tal punto, que ni siquiera el breve eclipse sufrido bajo los Partos Arsácidas pudo desplazarlos de la historia persa.
      Hacia 248 (antes de nuestra era) un Caudillo Escita, Arsaces, se rebeló contra la autoridad Seléucida y convirtió a Parthia en un Estado soberano, fundando la Dinastía Arsácida. Hacia fines del siglo II, a. C., toda la Mesopotamia y toda Persia habían sido absorbidas en un nuevo Imperio Parto. Los soberanos Arsácidas conservaron la estructura administrativa creada por los Seléucidas pero le superpusieron un Feudalismo derivado de los Reyes Aqueménidas. La descentralización relativa que ese feudalismo supuso, debilitó grandemente la influencia de los sacerdotes Zoroastrianos; si a eso sumamos el hecho de que los Partos Arsácidas eran muy tolerantes para con las diversas confesiones, permitiendo a los griegos, judíos y más tarde a los cristianos que vivían entre ellos practicar sus cultos sin molestias, más su desvío de la ortodoxia mazdea, prefiriendo a Mitra, el Dios Sol que en la religión de Zoroastro solo recibía un culto menor como principal ayudante de Ormuz, comprenderemos que, ya entonces, los Magos, desdeñados por los reyes Arsácidas, estaban al constante acecho detrás de las masas para derrocar a la Dinastía. A la muerte de Vologases IV (209 de nuestra era) los Mobeds Mazdeos apoyaron una serie de revueltas y guerras civiles hasta que en 227 Ardashir, Señor Feudal de Persia, venció a Artabano, el último Arsácida, y se proclamó Rey de Reyes, estableciendo la Dinastía Sasánida.-

                          II- LOS SASÁNIDAS
      Con los Sasánidas la religión de Zoroastro fue restablecida en autoridad e influencia; se asignaron tierras y diezmos a los Sacerdotes; el Gobierno se cimentó plenamente en la religión, como en la Europa Medieval… “Un Archimago, sólo inferior en Poder al Rey, encabezaba una ubicua casta sacerdotal hereditaria de Magos, que dominaba casi toda la vida intelectual de Persia, atemorizaba a los pecadores y rebeldes con la amenaza del infierno y mantuvo en servitud el pensamiento y el pueblo persa durante varios siglos” (J. B. Bury: History of the later Roman Empire” ; T.I. pág. 91¸ Londres, 1923). No debemos olvidar que la primera Iglesia organizada por el Estado fue la Mazdeísta, por el Rey Sasánida Ardechir, quien en el siglo IV de nuestra era lo hizo así y planificando todos los detalles, convirtiendo al clero Mazdeo, los Mobeds, en sostén oficial del trono.
      Como dice Gobineau en su obra Trois ans en Asie”: “Bajo los Sasánidas, un cuerpo de Sacerdotes del fuego, los Mobeda, habían adquirido una enorme influencia en el Estado. Eran casi todopoderosos en los Consejos del Soberano, se habían introducido en la Administración Civil y, confundiendo el dominio de la fe y el de la política, no admitían que ninguna parte de ésta última les fuera vedada…” “Los Mobeds, que constituían un poderoso cuerpo bien organizado y dirigido por fogosos Jefes, no dudaron en introducir un sistema constante de persecución que dejó muy lejos todo lo que se pueda contar o inventar sobre la Inquisición española…”.
      La organización de los Magos (Mobeds) era tan rica que los Reyes a veces tomaban en préstamo grandes sumas de la tesorería de los templos. Pero también ella protegía al ciudadano común contra los recaudadores de impuestos y a los pobres contra la exagerada opresión (G. Rawlinson: “The Seven Great Oriental Monarchy”; pág. 636; Londres, 1876). Cada ciudad importante tenía un templo del fuego donde una llama sagrada simbolizaba al Dios de la Luz. Sólo una vida de estricta, obsesiva virtud y limpieza ritual podía salvar el alma de las acechanzas de Ahrimán (el “Gran Satán” de Khomeini); en la lucha contra el demonio era vital contar con la ayuda de los Magos y su “magia”: sus plegarias, su guía, sus consejos, sus adivinaciones etc. Solamente de esta manera y con esa ayuda el alma podía alcanzar santidad y pureza, pasar la prueba del Juicio Final y gozar la eterna felicidad del Paraíso.
      Pero los sacerdotes Mazdeístas, como los Mollahs de Khomeini y de ahora y, ¿porqué no decirlo?, como los Cristianos y Judíos de otros tiempos, hacían delito capital de la apostasía del credo nacional. Cuando Manes (que pasó a nosotros como Maniqueo) alegando ser el cuarto mensajero divino –después de Buda, Zoroastro y Jesús– anunció una religión de celibato, pacifismo y quetismo (Quetismo: movimiento místico-religioso, en reacción a las prácticas ascéticas, propuestas excesivamente formales. Se determinó como una propuesta de un camino espiritual centrado en el pasivo del alma ante Dios, el espíritu de la quietud y la oración mental, que tiene por objeto lograr la total unión del alma con Dios), los nacionalistas y militantes Magos lo hicieron crucificar y el Maniqueísmo tuvo que encontrar su expansión en el extranjero.
      Es que todas las áreas de la vida espiritual y material estaban regidas por los Mobeds, como luego lo serían bajo el Islam. No solamente eran Dirigentes políticos y religiosos, sino que tenían bajo su jurisdicción la enseñanza, la justicia, los servicios civiles, la supervisión del comercio y aún de la agricultura y la industria. Decidían en casi todos los casos –tal cual después como Mollahs del Islam– siguiendo el enfoque o el capricho, el interés o la pasión del momento; tan poderosos llegaron a ser dentro de la sociedad persa, que hasta el Derecho era creado por los Reyes. Sus Consejeros y los Mobeds, sobre la base del viejo Código Avesta (como ahora el Corán) pero su administración e interpretación eran dejadas a los Sacerdotes. El Rey atribuía su Poder a Dios, se presentaba como su Virrey y cuando no había heredero directo, los Nobles y Sacerdotes escogían el Soberano.
      A tanto llegó el Poder de los Mobeds que hasta los Reyes llegaron a temerles, y no era para menos, pues los Magos lograban que todas las clases sociales acudieran a ellos: los Nobles para recabar su apoyo en las decisiones del Soberano; los Comerciantes porque siempre los necesitaban en su calidad de Jueces Civiles; los Terratenientes porque se hizo de la agricultura un deber religioso pues las labores agrícolas (se decía al pueblo) aseguraban la victoria final de Ormuz sobre Ahrimán; hasta los Líderes de facciones políticas porque los Mobeds habían llegado a ser verdaderos Jefes del populacho. Para conservar esta fuerza se hicieron complacientes con la plebe –como ahora– mantenían con limosnas a los miserables, agitaban a las masas con demagogia, y en su calidad de administradores de Justicia, la aplicaban según su conveniencia política o económica.
      El paralelo –a tantos siglos de distancia– es asombroso. Así como hoy, mientras las clases inferiores siguen fanáticamente a sus clérigos Mollahs (recordemos que solamente el Chiismo tiene clérigos en al Islam) las clases superiores han aprendido a despreciarlos, y es difícil comprender ¿cómo en este país, al cual quienes han vivido unos años en él, lo conocen –respecto a sus Clérigos– revoltoso, escéptico, haciéndolos blanco de toda clase de bromas por sus malas costumbres, su pereza, su ignorancia y hasta -¡oh, paradoja!– su ebriedad; cómo lleva al Poder a estos mismos Mollahs y se hunde en un siniestro puritanismo?” (J. Lartéguy: “Dieu, l’or et le sang”; París, 1980). Solamente conociendo la historia del Clero Mazdeo es posible comprenderlo, amén de otros factores que más adelante veremos.
      El dominio  clerical llegó a tanto, que las Clases citadas –con la aquiescencia del Monarca, que deseaba mantener y acrecentar su autoridad– reaccionaron con odio y fuerza y, bajo el reinado de Kobad I (488-531) se fomentó un Movimiento de comunismo primitivo que hacía de los Mobeds el principal motivo de su ataque. Fue cuando el Sacerdote Zoroástrico Masdak, hacia 490, se proclamó Dios, predicando la destrucción de los Magos, la comunidad de bienes y de mujeres, que ninguno tiene derecho a poseer más que otro y que todos los hombres nacen iguales y pueden alcanzar la salvación sin intermediarios. Pero lo más extraño fue que durante diez años contó con la aprobación del Rey. Mas luego el Rey Kobad fue derrocado, Mazdak ejecutado, y el Clero volvió al Poder más influyente que nunca.
                        III- LA CONQUISTA ÁRABE
      El Régimen Sasánida no cayó solo por el empuje militar árabe y por la fuerza persuasiva del Islam. Sucumbió por las mismas razones que ya estuvieron a punto de hacer triunfar a Mazdak: el anquilosamiento cultural, la desintegración social, la corrupción moral y el estancamiento económico de un país agotado por la anarquía y la rigidez del sistema dirigido por los Mobeds. Los Árabes con su Islam triunfante fueron vistos como liberadores por los Persas, cansados del puritanismo religioso y la opresión agobiante. Pero, volvamos a Gobineau en otros pasajes de su obra citada: “En esos momentos nació el Islamismo. El día del rencor resplandecía En las ciudades, los disidentes oprimidos levantaron la cabeza. La multitud de artesanos, el pueblo maltratado por los Mobeds, los artistas, los incrédulos, se echaron en brazos de los árabes vencedores. La pasión por las revoluciones y el pillaje hiso el resto”. Y en otro pasaje, Gobineau continúa: “…Los árabes, como confesó un Califa, tenían genio militar pero en modo alguno poseían el del Gobierno y la Administración. Los Mobeds ofrecieron poner su experiencia al servicio del vencedor si el vencedor quería utilizarla La utilizó; tomó a los Mobeds como Intendentes con la condición de que reconocerían al Islam; consintieron, arreglando de inmediato un Islam de tal manera que hubiera sido irreconocible para Mahoma y que no se parece en nada a lo que se ve en el mundo MusulmánVolvieron a constituirse en un Clero inquisitivo, dominador, cambiando solo el nombre de Mobeds por el de Mollahs. Establecieron que en principio, leer el Corán sin la participación de un Mollah constituía una herejía grave en sí y que sólo el Mollah podía y debía dar a los Fieles el verdadero sentido del libro sagradoInventaron el culto de los Imanes contra el propio Islamismo…”
      Hasta aquí Gobineau. Y podemos agregar que los Persas otra vez volvieron a afirmar la supremacía de su cultura y su originalidad al elaborar la Doctrina Chiita, con lo cual se independizaron política y espiritualmente de los Califas hereditarios de Bagdad. La “Chía” (significa: secta, grupo) que rechazó el Sunismo oficial, tuvo su origen en los asesinatos de Alí, yerno de Mahoma y el de su hijo Husein y su familia. Hasta ahora, cada año representan la tragedia de su pasión venerando la memoria de Alí y sus hijos Hasan y Husein. Y, precisamente       –corroborando a Gobineau– notamos que el clero Mazdeo, convertido ya en clero Musulmán, pero influido quizá por sus originarias y arraigadas ideas Persas y por el Judaísmo y el Cristianismo acerca de un Mesías, y por la concepción Budista de los Bodhisattvas (santos repetidamente encarnados) hizo que los Chiitas consideraran que los descendientes de Alí eran Imanes (modelos) o sea, infalibles encarnaciones de la sabiduría divina. Y como el último y duodécimo Imán desapareció a los doce años de edad, según la creencia Chiita no murió sino que aguarda el momento de reaparecer para conducir a los Chiitas a la supremacía universal y a la felicidad. Todo lo cual encaja perfectamente con el “iluminado” Ayatollah de Quom y la “exportación” universal de la Revolución Islámica.
                           IV- CONCLUSIÓN
      A través de los siglos, y pasando por las conquistas Mongolas, Turcas, y el de las Potencias Imperiales de Occidente, Persia, con altibajos de gran esplendor,  fue hundiéndose cada vez más en el atraso, la miseria, el estancamiento general, la anarquía y la desesperación. Pero el clero Chiita continuaba firme en el dominio férreo que ejercía sobre las diversas instituciones de la vida del pueblo iraní. Ni siquiera la singular personalidad de Reza Khan,  el fundador de la Dinastía Pahlevi, pudo arrancarle ese Poder. Reza Khan, a pesar de soñar para el Irán una República laica como la Turquía de  Kemal Atatürk (a quien tomaba como modelo de Estadista), y aunque logró proscribir la poligamia, el velo de las mujeres, y hacer vestir a su pueblo de occidental, no logró quebrar la espina dorsal de los Mollahs: su disciplinada y rígida jerarquía clerical y su impresionante red de intereses creados, en especial la tenencia de la tierra. Aunque logró retirar todos sus Poderes al Clero, como ser la enseñanza, la Justicia y el Estado Civil, con la introducción en 1926 de un sistema judicial basado en el modelo Francés, y en 1927 con la instauración de la Enseñanza Primaria obligatoria y laica. Así comenzó el odio terrible contra la Monarquía y su subsecuente movilización, de una Secta única en el mundo musulmán: única por contar con un Clero organizado y con disciplinada jerarquía, cosa ésta que la previsión de Mahoma había evitado al Mundo Islámico.
      Las causas políticas y sociales de la caída de Pahlevi han sido ya muy estudiadas y analizadas como para detenernos a examinarlas otra vez. La índole de este trabajo es la de completar esos estudios. Por tanto, sólo queremos agregar que el Sha, al querer ir demasiado lejos y muy rápido, ebrio de orgullo y despotismo, fracasó además porque los tecnócratas suyos e internacionales, desconocieron y subestimaron al pueblo iraní. La Reforma Agraria quebró la aldea que era el eje ancestral de una especie de unidad cooperativa, sin proporcionarles a los campesinos, recién devenidos en propietarios, ni los conocimientos ni los medios para producir mejor, llevándoles a desarraigarse y –endeudaos y enfurecidos– a engrosar el proletariado creciente de las ciudades, que una industrialización planeada según los intereses transnacionales no podía absorber.
      Pero, por sobre todo, el Sha se malquistó con el más rico y poderoso terrateniente al que obligó a malvender sus inmensos dominios: el Clero Chiita. Con la Reforma Agraria, más la nacionalización de los bosques y las tierras de pastoreo, la laicización extensiva y acelerada de la enseñanza, además de la introducción de la Justicia laica en el campo por medio de las “Casas de Equidad” y, por último, la concesión de sufragio a la mujer, sólo les quedaba a los Mollahs el camino de la insurrección si no aceptaban quedar relegados como los Derviches de la moderna Turquía.
      Ahora, a Treinta y siete años de distancia, ¿hacia dónde va el Irán? ¿se consolida una nueva forma de Organización Social con un Estado Teocrático? ¿caerán en ello las demás Naciones Islámicas? Es difícil saberlo, pero con la existencia bien organizada del Clero Chiita, al que Khomeini y sus sucesores han reformado totalmente de sus vicios y malas costumbres, dándoles una gran autoridad moral y material, llevando al Irán a un gran progreso político, militar, y económico; y con toda la estructura del Estado dependiendo de la voluntad omnímoda de un Líder Religioso (Velagat Faghi) asistido por su “Comité de Vigilancia” compuesto por 6 Sabios Doctores de la Ley Islámica, con un Poder absoluto e inapelable; este reemplazante del Ayatollah Khomeini, con toda la autoridad y el poder carismático heredados  de aquél que le permitieron capear las más diversas tempestades políticas, está saliendo adelante contra todo pronóstico.
      Y el mundo asiste, perplejo aún, al espectáculo que ha dejado puesto en escena ese nuevo Zoroastro y su República Teocrática,  que con palabras del Zend-Avesta –aún después de muerto– apostrofa al universo con frases como éstas:
      Europa no es más que un hato de Dictaduras llenas de injusticias. Estamos convencidos de que ustedes, iranios, han perdido su capacidad de distinguir el bien del mal a cambio de algunos aparatos de radio y de ridículos sombreros occidentales”.
      Todo Poder laico, cualquiera que sea su forma en que se manifieste, es por fuerza un Poder ateo, obra de Satán. Y el Poder Satánico sólo puede engendrar  corrupción sobre la tierra, es el Mal Supremo que debe ser despiadadamente combatido y desenraizado”.
      Se deben castigar las faltas por la Ley del Talión: cortar la mano del ladrón, matar al asesino y no encarcelarlo... ochenta latigazos a un bebedor de vino, cien latigazos al hombre adúltero, lapidar a la mujer adúltera si es casada...”.
      “Debemos hacer todo lo posible para derrocar los otros Gobiernos tiránicos, pseudo-musulmanes puestos por el extranjero, y una vez conseguido este propósito, instalar el Gobierno Islámico Universal”.                            .                                                        (de: “Pensamientos y Reglas de Conducta”, del Ayatollah Ruhollah Khomeini).-
                      NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
(1)            J.B. Bury: “History of The Later Roman Empire” (Historia de la última etapa del Imperio Romano)          T.I. pág. 91; Londres, 1923.-
(2)            G. Rawlinson: “The Seven Great Oriental Monoarchy” (Las Siete Grandes Monarquías Orientales) pág. 636; Londres, 1876.-
(3)            J. Lartéguy: “Dieu, l’or et le sang” (Dios, el oro y la sangre) París, 1980.-
(4)            Will Durant: “Historia de la Civilización”;                          Tomos: VI-VII-VIII-IX y X.-
(5)             Conde de Gobineau: “Trois ans en Asie” (Tres años en Asia); 1859; Metaillé, París, 1980.-

(6)            Mohammed Reza Pahlevi: “Reponse a l’histoire” (Respuesta a la historia); París, 1979.-

sábado, 6 de febrero de 2016

STROESSNER

EL PARTIDO COLORADO Y
                   STROESSNER

         Los acontecimientos del 2-3 de Febrero de 1989, signados por la caída de Stroessner, pusieron de relieve la perenne vitalidad del Partido Colorado y su capacidad de sobreponerse a las más trágicas y terribles circunstancias, pudiendo emerger de su “cautiverio” con sus cuadros intactos, para ofrecer aún al pueblo paraguayo la alternativa más válida de recuperación institucional y democracia participativa. En los prolegómenos de este análisis queremos señalar el mérito, por un lado, del Coloradismo de la resistencia”, el maquis colorado”, que preservó, con singular heroísmo y constancia, la autoridad moral del Partido; así como de un gran sector de la “corriente Oficialista”, que aún teniendo que tascar el freno del stronismo, pudo “mantener el pie” en las estructuras del Poder Partidario y Estatal, conservando la organización del Partido a nivel nacional, evitando la caída a la llanura, para esperar pacientemente el momento en que Stroessner cometiera un error o que la relación de fuerzas Stroessner-Partido favoreciera a éste último para intentar la caída del dictador.
       Al considerar el tema que estamos tratando, queremos señalar que debemos tener siempre presente, la peculiaridad esencial de la historia política y social del Paraguay, que consiste en el extraordinario Poder del Estado sobre la sociedad nacional. Tal es así, que podemos añadir con propiedad, que mientras en la mayoría de los Países Latinoamericanos las Oligarquías crearon el Estado, en el Paraguay el Estado ha dado origen a la Oligarquía; incluso el Capitalismo paraguayo nació como una criatura del Estado. La inmadurez pues, de las clases sociales de nuestro país, ha inducido (y sigue induciendo) a los Dirigentes de la intelectualidad y a pequeños grupos de Caudillos políticos, a suplantar al pueblo y a obrar como sus representantes sin consultarlo demasiado.
       Expliquémonos: la formación histórica de la Nación Paraguaya se ha operado de una manera bastante singular y diferente de la mayoría de las naciones latinoamericanas. En efecto, mientras que en el Río de la Plata la conquista española se asentó sobre la explotación de las grandes estancias ganaderas; en el Virreinato del Perú sobre la gran minería extractiva, en las Antillas sobre las plantaciones de caña de azúcar, y en el Brasil la colonización portuguesa sobre las grandes plantaciones de café, por ej., en el Paraguay no había nada de eso. La presencia de los factores que prometían riqueza fácil y extraordinaria, hizo que los conquistadores y sus sucesores –sobre todo los nobles aristócratas que se fueron sumando– sentaran sus reales en los centros antes mencionados. Y formaron la aristocracia hispano-criolla, blanca, noble, que nunca se unió a los naturales; al contrario, sometió a los indios de los Andes, a los negros traídos del África y a los mestizos peones de las estancias de la Pampa húmeda, a una esclavitud no prevista por las Leyes de Indias, degenerando su estirpe con coca, alcohol y hambre; problema social tremendo que aún arrastran los países que han heredado esa masa humana tanto tiempo sometida.
       En el Paraguay, ante la ausencia de posibilidades de riqueza fácil y pronta, los aristócratas y grandes caballeros españoles, pasaron de largo; quedando solamente los segundones, los “hijosdalgos”, los que no tenían los medios adecuados para ocupar un espacio en los ricos Virreinatos. Y tampoco tuvieron mucho desdén hacia los indios como para no unirse con sus hijas y hermanas. Además cuentan los cronistas, que la raza Guaraní pura (que no es la misma que las tribus “guaranizantes” que todavía pueblan nuestra tierra, pues los guaraníes fueron absorbidos casi en su totalidad por la población mestiza ya para mediados del siglo XIX) poseía mujeres atractivas y limpias. Y además los “hijosdalgos” tenían otro motivo poderoso para casarse con las indias: una ley no escrita pero muy respetada de los naturales que obligaba a los “cuñados” a ayudar al marido de su hermana. Demás está decir que los conquistadores –como buenos españoles– se casaban con varias mujeres para tener así un ejército de “cuñados” a su disposición. Esto puede explicar que en el Paraguay no exista problema racial, ni compartimentos estancos entre sus clases, ni “alta aristocracia” excluyente y tradicional. En el Paraguay el que tiene el Poder Político se vuelve “aristócrata”; valga un ejemplo: con el derrumbe del Stronato en   Febrero del ’89, el Club Social más “aristocrático” del país, el CLUB CENTENARIO, quedó acéfalo, pues su mesa Directiva estaba compuesta casi en su totalidad por los nuevos ricos poderosos de la camarilla de Stroessner.
       Así pues, en el Paraguay, ante la ausencia de todo tipo de grandes explotaciones y unidades económicas, la base de su sociedad fue la pequeña chacra del campesino libre. Esta clase social que por su misma mentalidad e intereses era la que tenía que apoyar la independencia absoluta de la corona española y posteriormente el Nacionalismo férreo de la Dictadura del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia quien destruyó la alta “Aristocracia blanca española” empotrada en el Cabildo de Asunción y la Oligarquía comerciante agro-exportadora “Porteñista” interesada, por sus vínculos comerciales, en la incorporación del Paraguay a las Provincias Argentinas. En este mundo agrario, bucólico, de pequeños campesinos, sin “intelligentsia” aristocrática, ni burguesía, ni grandes latifundistas, el Estado adquirió un Poder absoluto. Los 29 años del Dr. Francia en el Poder, de los cuales 24 fueron de suprema Dictadura Perpetua, plasmaron la unidad nacional y dieron al Estado paraguayo su supremacía total y completa iniciativa en la toma de decisiones de todos los aspectos de la sociedad. A la muerte del Supremo Dictador en 1840, y la ascensión al Poder del Pte. Carlos Antonio López, el cambio que se operó fue sólo de grado, no de esencia. El Estado continuó siendo la principal fuente de acumulación de capital así como el impulsor y propietario de las bases de una industria siderúrgica y metalúrgica, el ferrocarril y el comercio de exportación. Con la destrucción del Estado Paraguayo, por la Guerra de la Triple Alianza de 1865-1870, que costó al Paraguay la muerte de las dos terceras partes de su población total y la nueve décima parte de su población masculina, nuestra Nación adquirió la forma –impuesta por los vencedores– de una Democracia Liberal de formato constitucional. Pero este sistema nunca pudo funcionar apropiadamente. Y la postración popular luego del genocidio del ’70 hizo que careciese de energías para presionar sobre el Gobierno de un Estado que era débil ante los intereses dominantes pero seguía siendo poderoso en su dominio sobre las masas campesinas bajo la fachada de una pseudo democracia liberal.
       Este sistema funcionó más mal que bien durante casi 32 años de gobierno ininterrumpido del Partido Liberal. Pero las energías latentes de las masas hicieron eclosión a raíz de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia. Esta guerra fratricida puso al descubierto y agudizó al máximo, todas las falencias del sistema. Y es así como el Ejército toma, por primera vez, participación directa en la dirección de la vida política paraguaya. La cronología comienza con el Golpe de Estado revolucionario del 17 de febrero de 1936, dirigido y liderado por un héroe del Chaco: el Coronel Rafael Franco.
       Hecha esta breve e incompleta sinopsis histórica, necesaria para comprender las peculiaridades de la Nación Paraguaya y de su política, pasaremos a tratar de ilustrar sobre el fenómeno clave: la aparición en el escenario gubernamental del Partido Colorado y el Stronismo. Sin ello no podríamos referirnos a nuestra visión del proceso de transición democrática y nuestras expectativas hasta ahora fallidas.

                    LA REVOLUCIÓN COLORADA Y EL STRONISMO.

       Después de una irrupción relativamente breve, pero intensa, de las energías populares, durante las jornadas de 1936 y la década subsiguiente, el agotamiento de esas energías en la guerra civil de 1947 y la cuasi-desintegración post-revolucionaria de la sociedad, produjeron un efecto aún más devastador. El ascenso del Coloradismo al poder con la guerra civil –seis meses de matanzas pavorosas– fue una REVOLUCIÓN. Porque el gran derrotado: el Partido Liberal –y su ejército profesional– era el sostén de una rancia Oligarquía que se había ido formando lentamente por la clase de los grandes estancieros latifundistas, comerciantes exportadores y abogados o accionistas de las grandes empresas de capital extranjero. Imitando a su símil Rioplatense, adoptaban los usos y costumbres europeos, poseían una vasta cultura Positivista y hablaban correctamente el francés.
       El advenimiento del Coloradismo, significó el ascenso popular al poder; o como otros lo prefieren, el ascenso del populismo. Muchos de sus Jefes y sobre todo sus mandos medios, no poseían una cultura exquisita: por primera vez se escuchaba en los pasillos del Palacio de Gobierno y en los Ministerios, voces que hablaban en guaraní o en un mal castellano mezclado, el “jopará”. Entonces, ¿porqué esta Revolución Popular Colorada, que había derrotado incluso –con su milicia de “pynandíes”– al Ejército profesional, no pudo llevar a cabo las transformaciones que sus mismos Estatutos y sus Caudillos prometían? Esta es la pregunta que trataremos de responder, porque, a nuestro juicio, de este fracaso deviene la larga noche stronista.
       Entre 1947 y 1954, con los demás Partidos derrotados, incapacitados para defender sus posiciones, el Partido Colorado y su Junta de Gobierno asumieron el papel de custodios del orden y la legalidad. La lógica de este “sustitutismo Republicano” los llevó a establecer el monopolio mucho más estrecho de la facción “Guión Rojo” y luego la “Democrática”. Y éste fenómeno agudizó el ya prolongado eclipse de la conciencia social de las masas, y devino en una verdadera parálisis de la voluntad política del Partido, reflejada en su fragmentación, confusión y falta de identidad política con sus bases, pudiendo ser descripto –en terminología Sartriana– como un “Partido en sí”, pero no un “Partido para sí”. Expliquémoslo: un “Partido en sí” cumple su función política en la sociedad, pero no tiene conciencia de su lugar en dicha sociedad, es incapaz de concebir su propio interés colectivo e histórico y de subordinar a éstos las aspiraciones particulares de sus miembros, especialmente de sus Dirigentes. Esos Dirigentes habían supuesto –sin expresarlo nunca directamente– que, una vez que el Partido Colorado lograra el pleno Poder y la autointegración social que ello implicaba, conseguiría también, automáticamente, esa conciencia política que haría de él un “Partido para sí”; y que se mantendría en adelante en esa posición sin recaer en la inmadurez, que atribuían a los 40 años de llanura. Pero, en lugar de eso, el Partido Colorado, después de derrocar a la rancia Oligarquía liberal y a su Ejército de élite, y afirmar su preeminencia sobre todos los demás adversarios, volvió a sumirse en la condición de una clase política inconsciente de sus verdaderos intereses y objetivos, e inarticulada.
       Así pues, sobrevino la reacción “Bonapartista”(1) de Stroessner, quien aprovechó el hecho de que los impulsos y las influencias que determinaban el comportamiento del Partido eran intrincados y contradictorios, con el resultado de que el temor y la fe, el horror y la esperanza, la desesperación y la confianza, luchaban en los sentimientos de las masas coloradas, dejándolas enervadas, resentidas, y sin embargo renuentes a resistir la autoridad del Estado y de la Junta de Gobierno, remitiéndose a rumiar sus agravios en indolente sumisión. Y Stroessner tuvo el campo orégano.
      Y entonces, el deseo febril de poner orden, de lograr la expansión económica –por un lado– más la inestabilidad general, el eclipse de la conciencia social de las masas y la extenuación de la voluntad política del Partido –por el otro– formaron el trasfondo del desarrollo posterior mediante el cual el Gobierno de una facción partidaria se convirtió en el Gobierno de un solo Jefe. A los Colorados les tocó el turno de descubrir, horrorizados algunos, que, después de haber privado de libertad a todos sus adversarios, se habían privado de libertad ellos mismos y se habían puesto a merced de su propio Jefe. Después de proclamar que el Partido debía ser monolítico o no sería Colorado, Stroessner insistió en que su propia facción debía ser monolítica o no sería stronista. Y el Partido Colorado dejó de ser una “asociación de hombres libres” o la expresión de un grupo político: se convirtió en el interés, la voluntad y el capricho personal de Stroessner.
      Y mientras más poderoso parecía, y mientras más enérgicamente hablaba y procedía Stroessner, y mientras más abyectamente se arrastraban ante él sus nuevos partidarios y muchos antiguos colorados, más delirante se hacía su obsesión por el Poder y más incansablemente trabajaba para que todo el Paraguay compartiera su obsesión de perpetuidad. El frenesí con que llevó adelante su empresa, convirtiéndola en la preocupación capital de su Gobierno, supeditando a ella todos los intereses políticos, tácticos, intelectuales y de cualquier género, supera toda descripción; no existe en toda nuestra historia otro caso en que recursos tan inmensos de Poder y Propaganda hayan sido empleados para un solo individuo. Pero mórbida y todo, como era su obsesión, tenía una base en la realidad: Stroessner no había conquistado el Poder de una vez por todas; tuvo que afirmarlo y reconquistarlo una y otra vez: en el ’55; en el ’57; en el ’59; del ’60 al ’65; en el ’67 y etcétera. Su éxito no debe oscurecer el hecho de que hasta la Convención del ’67 y la caída de Edgar L. Ynsfrán, su supremacía no alcanzó a consolidarse totalmente. Y mientras más alto ascendía, mayor era el vacío que lo rodeaba y más numerosa la masa de colorados que tenían razones para temerlo y odiarlo y a quienes él a su vez temía y odiaba.
      Stroessner veía que la viejas divisiones entre sus adversarios, las diferencias entre Guiones y Democráticos o de MOPOCOS y “MendezFleytistas”, se borraban y se esfumaban; y ese temor le inspiraban aquellas “conspiraciones comunistas” o “bloques, coaliciones de colorados izquierdistas” que su policía tenía que descubrir o inventar una y otra vez. Por último, el ascendiente de su propia facción stronista convertía a los viejos Colorados tradicionales (y a muchos jóvenes) en aliados potenciales de aquellos colorados marginados. Endiosado y elevado por encima de todo el Partido Colorado, Stroessner veía, no sin razón, a todo el Partido como una coalición potencial contra él; y tenía que utilizar cada gramo de su fuerza y de su astucia para impedir que lo potencial se volviera real.
       La falta de cohesión política de la sociedad paraguaya, que al comienzo del régimen de Stroessner era rural en casi un 80% y aún ahora llega casi al 40%, determinó, como ya lo dijimos, la omnipotencia del Estado. Y Stroessner al obtener el control del Gobierno, del Partido y del Ejército, se convirtió en árbitro supremo. Y si después de la guerra civil del ’47 el Régimen Colorado fue instaurado sobre el trasfondo de la desintegración económica  y la dispersión de la clase obrera y campesina, ese Régimen adquirió luego con Stroessner un poder virtualmente ilimitado, merced a la masiva ayuda económica y diplomática internacional –producto de la Guerra Fría– que produjeron un crecimiento y expansión económicos que habrían de darle, en 30 años, una nueva forma a la sociedad; pero en lo político, por la terrible represión y corrupción, hicieron a ésta aún más amorfa y aumentaron su atrofia. En el Régimen Stronista pueden distinguirse dos períodos de entre 15 a 20 años cada uno: el primer período –de 1954 a 1974 aproximadamente– fue de lo que podríamos llamar una Dictadura. El segundo período –de 1974 a 1989– ya constituyó una Tiranía. Expliquemos la diferencia: Dictator era el sujeto de una Institución Romana prevista por las leyes por la cual, en caso de peligro extremo para la República, se entregaba todo el Poder a un ciudadano por el plazo de seis meses, prorrogable, que lo convertía en un Magistrado absoluto para tiempos difíciles. En cambio τύραννος (Türannos) Tirano llamaban los Griegos a aquél que usurpaba el Poder y gobernaba con despótica crueldad en beneficio suyo y de sus allegados. Así que decir de un Gobernante que es un Dictador simplemente significa que tiene concentrado todo el Poder en sus manos, con prescindencia del buen o mal uso que haga de él. En cambio considerarlo Tirano implica ya descalificarlo desde el punto de vista moral.
       Durante el primer período del Stronismo, se logró la tan ansiada paz y orden, se ejecutaron importantes obras materiales, se ensanchó la frontera agrícola y empezó la construcción de la represa de Itaipú; y en lo político, cierta libertad de acción y opinión   –muy controlada– a la Oposición.
       La personalidad de Stroessner reflejaba una serenidad asombrosa en el Gobernante de un país desquiciado, en total desorden cuando él tomó el Poder, pocos de cuyos ciudadanos adultos podían recordar un pasado político reciente del que pudieran enorgullecerse. Y la serenidad era la característica más necesaria en un Gobernante cuya misión era dar a su país el valor necesario para enfrentarse a un futuro incierto. Cuando Stroessner llegó al Poder, a la edad de 41 años, pareció que toda su vida había sido una preparación para la responsabilidad de devolver el respeto y orden a su sociedad desordenada, desmoralizada y dividida.     
       El sentido de seguridad interna de Stroessner se debía más a la fe que al análisis: era un lector asiduo y estudioso de la historia y todo el tiempo que tuvo antes del Poder lo dedicó a la reflexión; había pasado por la escuela de las convulsiones de su Patria y tenía una intuición extraordinaria de las corrientes de la época. También poseía una penetrante comprensión de la psicología de sus contemporáneos, y especialmente de sus flaquezas. Stroessner se esforzó por superar las turbulentas pasiones del Paraguay y por dar a su País –con su historia de extremismo y su inclinación al fanatismo– una reputación de confiabilidad.
       La respuesta de Stroessner al caos paraguayo de la post Guerra Civil, fue que un país dividido y en desorden, con sus raíces históricas en entredicho, requería una política firme si deseaba recuperar algún dominio sobre su futuro. Y se negó a dejarse desviar de este curso por simple nostalgia del pasado, ni por la tradicional relación paraguaya de amor-odio con sus vecinos. Optó incondicionalmente por el Occidente Anticomunista aun al precio de transgredir principios democráticos y violar los derechos humanos. Debemos recordar que se estaba en la “hora de las espadas” en que, luego de la Revolución Cubana, declarada Socialista-Marxista, se produjo en Sudamérica una trepidante sucesión de Golpes de Estado Militares, quedando para la década del ’70 solamente Colombia y Venezuela con Regímenes Civiles.
        Stroessner, consciente de sus limitaciones intelectuales, durante la primera fase de su Gobierno se rodeó de excelentes Consejeros con gran bagaje intelectual y experiencia política práctica, como Juan José Soler, Emilio Saguier Aceval, J. Bernardino Gorostiaga, Víctor Morínigo, J. Eulogio Estigarribia, Edgar L. Ynsfrán (y detrás de él J. Natalicio González), Tomás Romero Pereira  y otros más. Pero cuando con el paso de los años, por ley natural fueron desapareciendo y reemplazados por la “nueva hornada” de Dirigentes mediocres encabezados y prohijados por Mario Abdo Benítez, su Dictadura degeneró en total y grotesca Tiranía. De la misma manera relata Víctor de Laurestán (2) en sus “Memorias”, que Napoleón basó sus éxitos militares en su gran equipo de Mariscales; pero cuando fueron desapareciendo por morir en los combates o enemistarse con el Emperador, fueron reemplazados por segundones mediocres como el Mcal. Grouchy, el responsable de la derrota de Waterloo.
       En los años subsiguientes a la expulsión, prisión y exilio de los Dirigentes del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), que sucedió en 1959, las energías del pueblo paraguayo se ocuparon en tratar de subsistir, evitar la represión, tratar de tomar parte en cierto progreso material; y con los prodigiosos esfuerzos que esto exigía, quedaron pocos recursos para dedicarlos a la afirmación de propósitos políticos, morales y sociales de cualquier índole. Y, puesto que el Poder del Estado era cada vez mayor, cuanto que era ejercido sobre una Nación políticamente triturada, el amo del Poder y sus epígonos hicieron todo lo posible, sin escrúpulo alguno, por mantener a la República precisamente en esa situación.
       No es necesario detallar todo lo que el stronismo hizo, todo el mundo lo sabe; solamente deseamos puntualizar sus consecuencias. Porque el terror del período de Stroessner fue equivalente a un GENOCIDIO POLÍTICO: destruyó toda especie de organizaciones antistronistas. A medida que transcurría el tiempo y se consolidaba su Gobierno, no quedó en el Paraguay ningún grupo capaz de plantearle un desafío serio, excepto el Movimiento Popular Colorado, pero cada vez más arrinconado e implacablemente perseguido. Ni siquiera se permitió la supervivencia de algún Centro de pensamiento independiente. Stroessner “secuestró” a todo el pueblo paraguayo, inclusive a los Partidos opositores; no olvidemos que tanto el Partido Liberal (dividido en dos facciones) y el Partido Revolucionario Febrerista, participaron de las farsas electorales del oficialismo efectuadas bajo Estado de Sitio, en 1963 y 1968, y estuvieron presentes en la “Asamblea Nacional Constituyente” que aprobó una nueva Carta Magna al sólo efecto de prolongar “constitucionalmente” el período de mando del Dictador.
       En la conciencia de las masas coloradas se produjo un tremendo hiato; se trató de despedazar su memoria colectiva; la continuidad de sus tradiciones republicanas y revolucionarias fue liquidada; y su capacidad de formar y cristalizar cualquier idea anticonformista fue destruida. El Partido Colorado y el Paraguay todo, quedaron finalmente, no sólo en su política práctica, sino inclusive en sus procesos mentales, sin ninguna alternativa aparente frente al stronismo.
       Tal es la triste verdad de este aserto, que, aún en los últimos años del régimen de Stroessner, ya con el deterioro causado por su decadencia física, la crisis económica (causada, además de todos los problemas inherentes al subdesarrollo, por el fin del flujo de dólares a la construcción de la represa de Itaipú y el cierre de los créditos “Stand-By”), el fin del aislamiento político del Paraguay con su “manto de silencio”, la descomposición interna del stronismo con la emergencia de los Colorados Tradicionalistas de la “generación de la paz”, el ascenso del nivel cultural de las masas como resultado del desarrollo de las relaciones socioeconómicas etc., aún con todo eso, ningún Movimiento antistronista pudo surgir firmemente de abajo, desde el fondo de la sociedad paraguaya, y ningún Movimiento de resistencia pudo llegar a estar tan fuerte como para derribarlo, mucho menos el MOPOCO. Inclusive, Stroessner logró la sumisión de jóvenes y brillantes colorados protegidos y elevados políticamente por Juan R. Chaves, que luego fueron prominentes figuras de la transición para después caer en el olvido y la nada, como Angel Roberto Seifart, quien en 1984 defendió en el pleno de la Cámara de Diputados la clausura del Diario ABC Color y en la Campaña Electoral de 1983, para la “reelección” del Dictador, lo proclamó “el conquistador del Este” en alusión de la apertura al Alto Paraná con la ruta respectiva y la fundación del entonces llamado “Puerto Presidente Stroessner”; también la misma suerte corrió el intelectual Julio César Frutos (Papuchín) quien no supo sostener con gallardía el natural idealismo rebelde de la juventud sirviendo sumisamente al tirano desde su escaño de la Cámara de Diputados expresando en la Nota Editorial de “Clásicos Colorados”, pág. VI, año 1984, de la reimpresión del libro “Luchad”, de Juan Manuel Frutos que éste “…inauguraba en 1948 un  proceso revolucionario pacífico y continuo, que encontró en el General Alfredo Stroessner un empecinado moldeador de obras espirituales y materiales que las nuevas generaciones tenemos que sostener y afianzar en la República”. Pero también debemos destacar que hubo otros jóvenes que acompañaron al Stronismo mas sin la sumisión al personalismo de aquellos citados, sino en función de “hombres de Partido”, como “Carlín” Romero Pereira y Bader Rachid Lichi. Carlos Romero-Pereira en su Discurso en Coronel Oviedo, su Carta a la H. Junta de Gobierno (1985), Ética Política (1985), y su libro Una Propuesta Ética (1987), documentos que ya son parte de la historia, denunció claramente que el resorte principal del Stronismo era la defensa del privilegio, que era lo único ya –sobre todo en la última década– que daba cierta unidad a todos los aspectos de la política de Stroessner en su creciente degradación del Partido Colorado. Y también analizó la composición de los Grupos Administrativos, del Aparato del Partido, de los Altos Empleados Públicos, del Equipo Gobernante, que sumaban un estrato masivamente poderoso, extraordinariamente reaccionario a causa de los privilegios de que disfrutaba y empeñado en mantener a cualquier precio el “statu quo”.
       Pero el equilibrio social, policlasista, del Partido Colorado –añadía “Carlín” en los documentos citados– era inestable. A la larga debía prevalecer uno de los dos elementos, el democrático o el autoritario personalista. El aumento contínuo de la desigualdad en Poder y Riqueza era una señal de peligro. Los grupos de Burócratas-Administradores metidos a “Dirigentes Políticos” no se contentarían indefinidamente con sus privilegios de consumidores; tarde o temprano tratarían de constituirse en una nueva clase política detentadora del Poder total mediante la “expropiación” del Partido Colorado y su conversión en el “Partido Stronista”. Y esto se cumplió ya en su primera parte en la Convención Partidaria de 1984 para culminar en el atraco de 1987. Pero Stroessner, al estimular la voracidad de su Burocracia, estaba socavando inconscientemente no solo su propio Régimen, sino todas las conquistas del Coloradismo. Tan inminente le parecía este peligro a “Carlín” que no vaciló en afirmar, ya antes de 1984, que se estaban creando las premisas políticas del “vitaliciado autoritario hereditario” y consideró sin ambages a la Burocracia Militante-Stronista como el agente potencial y directo de la defenestración del Partido Colorado y su reemplazo por el Partido Personal Stronista.
      También el tribuno popular” Juan Carlos Galaverna, hizo escuchar su estentórea voz: en una histórica reunión en la quinta del Dr. Ángel Florentín Peña, requirió que “el gringo Stroessner” fuera desplazado del Poder, lo que le valió la persecución e intento de captura por la policía de la Dictadura que pudo eludir a duras penas asilándose en una Embajada y exiliándose luego a la Argentina, de donde sólo pudo volver, después de muchos intentos, a mediados de 1987, para seguir la lucha desde el Paraguay sufriendo en ese lapso varios apresamientos.
      Y así las cosas, tuvo que ser el EJÉRCITO   una vez más, el árbitro de la situación, entregando las principales palancas del Poder al grupo aparentemente más fuerte y mejor organizado, que resultó ser el de los antiguos colaboradores de Stroessner, los Tradicionalistas, también denominados “Chavistas” (por alusión a sus prominentes cabezas: Federico Chaves y Juan R. Chaves), que debían emprender entonces, “desde arriba”, la reforma de los rasgos más anacrónicos del Régimen. Pero aún solamente como “reformistas” ellos resultaron un fiasco.
      De ésta manera, habiendo devenido ya la superación del stronismo en una necesidad histórica, y habiendo sido el Gral. Andrés Rodríguez con las FF.AA. quienes tomaron la iniciativa práctica del rompimiento, sin embargo, por una ironía de la historia, tuvo que ser el propio grupo gobernante el encargado de llevar adelante y completar esa tarea. Pero ¿no les hemos dicho, lectores, que habían resultado un fiasco? ¿Podían ellos todavía rectificarse y hacerlo? ¿O era necesaria otra Revolución Política? ¿Aunque esa Revolución no fuese violenta y se diese sólo a nivel de Partido?

                  VISIÓN DESDE EL PARTIDO COLORADO EN 1989.

       El golpe militar del 2 y 3 de Febrero de 1989 hizo pensar a muchos extranjeros (y también paraguayos) que con la caída de Stroessner caería también el Partido Colorado, o que quedaría tremendamente debilitado; que su masa no era tal, que era Stroessner el que sostenía el Partido, que su credibilidad popular era nula, y etc.  También muchos políticos notables y experimentados pensaban así; por ejemplo, el Dr. Domingo Laíno, Presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), afirmó ante las cámaras de televisión, que derrotaría al Gral. Rodríguez y al Partido Colorado, en las elecciones generales del 1º de Mayo de ese año. Todos se equivocaron, porque los verdaderos Colorados sabían que el pueblo colorado no era stronista. El correligionario es primordialmente HOMBRE DE PARTIDO, y sus mandos medios, los caudillos, son hombres de Partido, generación tras generación, y hacen política sin importarles muchas veces quién es el Gobernante, con tal que sea su Partido el que gobierne. El Poder de la Junta de Gobierno del Partido Colorado y su influencia son extraordinarios, aún hoy, porque deben saber los lectores    –sobre todo los extranjeros– que en el Paraguay, el bipartidismo está tan acendrado, que la pertenencia al Partido Liberal o al Partido Colorado, escapa a la Ideología, al Estatuto o al Programa; es cosa de raigambre familiar, una tradición histórico-cultural que sólo puede parangonarse con los célebres clanes escoceses. Así fue como el Partido Colorado no defendió a Stroessner, antes bien, las masas coloradas dieron un gran suspiro de alivio: ¡se había roto su cautiverio! Y de un confín a otro de la República los correligionarios fueron a ponerse a las órdenes de sus JEFES NATURALES, y allí –al hablar de Jefes Naturales– comenzó el desgaste de los ex colaboradores de Stroessner. Pues las masas buscaron acercarse a aquellos Dirigentes, que en la lucha clandestina del “exilio interior” o dentro de la misma estructura stronista, mantuvieron enhiesta la bandera de las reivindicaciones y los principios del auténtico Coloradismo.  Y resultó  que   los    republicanos    llamados    “Tradicionalistas Autónomos” –liderados por el último Caudillo Colorado del siglo XX: Luis María Argaña– por su oposición intransigente a un “Stronismo sin Stroessner”, fueron creciendo día a día, ante el estupor de los colorados stronistas y de los Partidos opositores. También al influjo de ese “vendaval de verdades” que sacudía las estructuras del Partido, otros grupos de Dirigentes, no muy comprometidos con Stroessner, abandonaron al Tradicionalismo ortodoxo y se congregaron bajo la misma bandera. Y aquí viene la respuesta  del porqué los Tradicionalistas “Chavistas” a quienes se entregaron las palancas del Poder resultaron un fiasco: porque esas viejas fuerzas decadentes que conformaron los ex colaboradores  durante 30 años, presentaban un problema ideológico, político y moral.
       Eran un problema ideológico y político porque representaban la expresión de la vieja oligarquía partidaria de los “veinte apellidos”, los “Partido jara” (dueños del Partido)       –como sagazmente los denominó el pueblo– que habían constituido siempre ese sector autoritario, anti-agrarista y reaccionario del Partido Colorado, y que con Stroessner evolucionó hacia un neofascismo sin ambages, reflejándose claramente en su conducta e intención después del golpe: mantener un esquema vertical de rígida obediencia piramidal, condenación del disenso y por ende, de las corrientes internas, apelar emocionalmente a las bases para obtener especies de “plebiscitos” dirigidos, y propender a un programa que preservase el ordenamiento socioeconómico heredado de la dictadura, en un marco de liberalismo sustancial mitigado por algunas concesiones sociales de tipo asistencial, todo con una fraseología “revolucionaria” efectista, de populismo verbal. Esta es en parte  la explicación del porqué, a pesar de copiar la fachada de los métodos democráticos, el espíritu del “ancien régime” se trasuntaba en todos sus actos, porque, más allá de los mecanismos formales de la democracia, el Tradicionalismo “Chavista” seguía siendo fiel a sí mismo, como una estructura formada en el stronismo, jerárquica y autoritaria, donde el jefe mandaba sin disputa. Pero lo más peligroso para nuestra incipiente democracia estribaba en que el “Tradicionalismo Chavista” representaba la “ideología” del “Sustitutismo Partidario”; es decir, la “sustitución” de la voluntad y el protagonismo de las masas por una élite privilegiada, exclusiva y excluyente, que se operaba de la siguiente forma: Primero, la masa de afiliados era sustituida por los caudillos, digitados y amparados por Seccionales controladas; Segundo, esos mandos medios eran “sustituidos” por los Presidentes de Seccionales y Convencionales, generalmente prebendarios; luego, los Consejos de Presidentes de Seccionales (Departamentales y de la Capital), “sustituían” a los Presidentes de Seccionales cuando las decisiones se iban volviendo importantes; después, la Junta de Gobierno “sustituía” a los Consejos; y el Comité Político sustituía a la Junta; entonces el Presidente y los Vice-Presidentes “sustituían” al Comité Político; hasta que por último, el “único Líder” y Presidente Honorario del Partido, también Presidente de la República, “sustituía” a todo el Partido Colorado en la toma de decisiones trascendentales. Al no haber elección directa de autoridades, y al no tolerarse la libre expresión de las corrientes internas, más el manipuleo de las elecciones de base y de convencionales, por el prebendarismo y aún por la fuerza, la representación se volvía sustitución. Tal el esquema de vida “institucional”  partidaria que hasta el 3 de Febrero había ofrecido el Partido Colorado durante el stronismo.
       En fin, la oligarquía “Chavista” era también un problema moral; la crisis de credibilidad que padecía por su larga y abyecta sumisión a Stroessner, hizo que la ciudadanía en general –cada día en mayor proporción– les haya negado el derecho a comparecer ante la historia de la patria en el mismo pie de igualdad que el resto de sus correligionarios, convirtiéndolos en políticos sin futuro, cuya causa había perimido, desde que los dos principios tenidos por intocables hasta el 3 de Febrero, quedaron vulnerados: primero, el predominio dictatorial del Coloradismo Stronista sobre todos los aspectos de la vida política y administrativa; segundo, la sumisión de la masa partidaria en medio de un Estado despótico de autoritarismo total.
       Todo lo apuntado en éste ítem es lo que los Republicanos de ahora ya no debemos permitir en pleno siglo XXI. Porque como lo expresó certeramente ese gran filósofo del Pragmatismo Norteamericano George Santayana: “Los pueblos que olvidan la historia están obligados a repetirla”.-
                                                        N O T AS.
(1)            Bonapartista: Denominación dada al Golpe de Estado militar de Napoleón Bonaparte, el 18 de Brumario (9 de Noviembre de 1799), contra el Directorio Civil que gobernaba Francia después de la Revolución y el “Terror”, aprovechando el desorden circundante. Y a todo Golpe Militar efectuado con el pretexto de “poner orden en el país”.-
(2)            Víctor de Laurestán: “Memorias”; (Ed. KRAFT; Bs. Aires, 1955) V. de Laurestán fue amigo de infancia de Napoleón en Córcega y luego una especie de Secretario Privado y Consejero personal además de amigo íntimo y confidente hasta Santa Elena.-