domingo, 21 de diciembre de 2014

EL NACIONALISMO REPUBLICANO

¿QUIÉN DIJO QUE EL NACIONALISMO REPUBLICANO                 DEL “ESTADO SERVIDOR DEL  HOMBRE LIBRE” ESTÁ PERIMIDO?

          Cuando en el libro “UNA PROPUESTA ÉTICA”. “Análisis de la realidad nacional” (Editorial Histórica; Asunción, 1987), Carlos Romero-Pereira escribía que la ideología del Nacionalismo Republicano …Asegura al Estado un papel activo para que, como Servidor del Hombre Libre, intervenga en la vida social y económica de la nación para evitar el abuso del interés privado y promover el bienestar general; un bienestar basado en la igualdad, la justicia y la soberanía popular(p. 19), y cuando ahora, en el decurso de este trabajo exponemos la esencia y características del Estado regulador, planeador, ordenador de los objetivos políticos con los económicos, que se diferencia del Estado omnívoro, totalitario, del Socialismo Marxista, como del Estado mínimo, meramente subsidiario, “mirón”, del Neoliberalismo; y aún del “Welfare State” (Estado de Bienestar) de la Socialdemocracia –con  esa subvención generalizada de todos los bienes y servicios que ese Estado considera vitales según su ideología política (al servicio de la “Clase Obrera” y con gran poder de los Sindicatos, mientras que el Republicanismo es “Policlasista”), deprimiendo en parte la iniciativa privada y anulando el principio de subsidiariedad que nosotros consideramos indispensable hasta cierta medida, y donde el Estado determina las necesidades de los ciudadanos lo que lleva a gastos muy altos de ese Estado y a la instauración de impuestos también muy altos– no estamos mas que actualizando lo que BLAS GARAY escribía en 1898 en su estudio de las organizaciones jesuíticas:…Somos partidarios de la intervención del Estado. La requerimos, si no como absolutamente necesaria, como sumamente conveniente…, y donde, ya entonces, advertía contra la tentación de copiar mecánicamente modelos de naciones más desarrolladas: …El Laissez Faire no debe ponerse en práctica en los países nuevos, que empiezan a desenvolverse, tropezando a menudo con obstáculos, para vencer los cuales no basta la acción natural y libre de sus intereses empeñados en vencerlos. Es necesario que el Estado, con los poderosos medios que dispone, concurra a allanar el camino y hacer más fácil su evolución”. Y también estamos recordando lo que FULGENCIO R. MORENO señalaba en 1902 ante la Cámara de Diputados: “…La intervención del Estado en la esfera económica es, pues, una condición necesaria para el desarrollo progresivo, para la integración constante del cuerpo social; pero el grado, favor y ocasión en que esta necesidad se manifiesta no es ni puede ser uniforme, por lo mismo que la complejidad de los hechos económicos no puede estar sujeta a fórmulas aplicables en todas la situaciones, tiempos y lugares”.
       Afortunadamente, esta concepción del Estado regulador, interventor, ordenador de objetivos, que ha sido la constante –salvo, tal vez, breves desviacionismos episódicos– del Nacionalismo Republicano, es la moderna impulsora del desarrollo que se ha impuesto en la Europa de la revolución científico-tecnológica, del poderoso Japón contemporáneo y de sus discípulos los “Tigres del Asia”. Vale, pues, detenernos en un somero análisis.

El Nacionalismo Económico y el Estado Transformador de  los “Tigres del Asia”:
          Cuando describimos la característica del Estado Transformador señalamos su etimología: del griego “Meta-Morfé”, y lo hacemos porque queremos expresar con claridad meridiana que Transformar no significa simplemente “cambiar de forma” o “cambio” común y corriente (que en griego se dice “trapelós”), sino “cambiar para mejorar”, la traslación hacia algo más bueno y hermoso. Meta significa “paso a otra parte, traslación, cambio; y Morfé es el delineamiento de una forma o figura de belleza o perfección. “Morfo” = formar, delinear; “Morfúno” = hermosear; así, el sobrenombre de la diosa Venus entre los Lacedemonios era “Morfus”. De ahí viene la palabra Metamórfosis.
        Esto, que parecería una pedante disquisición filológica, viene, sin embargo, a cuento, porque es básico para comprender mejor la esencia ideológica del Nacionalismo Republicano, que no ha sido el Liberalismo, sino el Conservadurismo Ideológico, muy opuesto al “Reaccionarismo” o “Conservadurismo Reaccionario” –muy propio de los actuales “Partidos Conservadores” de EE.UU. y Europa– con el que fácil y generalmente se lo suele confundir. Es el que está expresado en la fórmula de Edmund Burke cuando espetaba a los Liberales de su época: “…En vuestros antiguos Estados teníais los viejos cimientos; pero habéis preferido actuar como si no hubierais formado nunca una sociedad civil y como si tuvierais que comenzar todo desde la base. Comenzasteis mal porque empezasteis a despreciar todo lo que os pertenecía… Respetando a vuestros antepasados habríais aprendido a respetaros a vosotros mismos” (E. Burke: “Textos Políticos”; Fondo de Cultura Económica, p. 71; México, 1984). Para Burke, el ordenamiento institucional no debe ser producto de doctrinas no experimentadas largamente, sino la consecuencia de la moderación, la utilización de elementos probados y el resultado de construir sobre lo ya construido. En otro pasaje de su obra (p. 178) dice aún mejor: “…No puedo concebir cómo un hombre de Estado puede llegar a una presunción tal que le permita considerar a su país como nada más que una “carte blanche”, en la que puede dibujar lo que se le antoje”. Por eso “…un verdadero político piensa siempre en la manera de conseguir mejor resultado con los materiales de que dispone. Mi tipo ideal de hombre de Estado reúne una tendencia a conservar y una capacidad para mejorar. Cualquier otra cosa es vulgar en la concepción y peligrosa en la ejecución”. Es lo que escribía el Príncipe Metternich –arquitecto de la organización y la política del “Equilibrio del Poder” europea, después de Napoleón, que dio un siglo de paz a Europa– diciendo que: “…Ser Conservador no exigía ni el retorno a un periodo anterior ni una reacción, sino una reforma cuidadosamente estudiada. El verdadero Conservadurismo entraña una política activa: Pero la Reforma debe ser el producto del orden y no de la voluntad; debe afirmar la universalidad del Derecho contra la contingencia del Poder…” (Metternich, citado por Henry Kissinger: “Un Mundo Restaurado. Metternich, Castlereagh, y la Ideología Conservadora”. Tesis Doctoral en Harvard; pp. 195, 318;  Grosset & Dunlap, New York, 1964). Y es lo que entendía el General Bernardino Caballero, cuando en su célebre Manifiesto del 11 de Agosto de 1904 afirmaba: “…El Partido Nacional Republicano, que es la Escuela Conservadora de la política paraguaya… y “…Nuestro Partido con el concurso de todos los intereses conservadores del país…” cuyos  “…Heroicos miembros netamente paraguayos...” han sido “…en primer término los obreros en la noble tarea de la reconstrucción nacional…”  y “…el restablecimiento de los negocios, el acrecentamiento de la renta y de la inmigración que recobran su movimiento ascendente…” (B. Caballero: “Mensajes”. “Presidencias Republicanas”; Fundación Cultural Republicana, pp. 207-209; Asunción, 1987); y que lo llevó a oponerse resueltamente a la Candidatura Presidencial de José Segundo Decoud, aquel personaje oportunista que, al decir del insigne e imparcial historiador Liberal Gomes Freire Esteves, “…pretendía incubar un Partido del Poder, sin conexiones confesadas con el pasado… pensamiento que explicaba su posición adventicia en las filas del régimen (Nacionalista Republicano), pero profundamente artificial, para alterar el curso de la historia”. (G. Freire Esteves: “Historia Contemporánea del Paraguay. El Paraguay Constitucional”, p. 3; Empresa Gráfica del Paraguay. G. Peña & Cía. Baires, 1921); (Manuel Pesoa: “José Segundo Decoud”; Talleres Gráficos Orbis, pp.81-83; Asunción, 1979), y que a principios de la década del ’90 fue exaltado (Decoud) por el Senador Juan Carlos Galaverna y los Neoliberales del Partido, que además denostaron al Mcal. López y al Gral Caballero en pleno Congreso Nacional.
          Ahora los lectores se estarán preguntando: ¿qué tiene que ver todo esto con los “Tigres del Asia”? Pues –como lo demostraremos– que el impresionante progreso de ellos y del Japón (su modelo) no ha sido logrado merced a la dirección ideológica y la receta económica del Neoliberalismo –como por aquí nos quieren hacer creer– sino a una ideología, a una ética y a una línea económica profundamente Nacionalista, con  raíz en el Conservadurismo ideológico, con el Estado Transformador, Regulador, Ordenador de los objetivos políticos y sociales con el crecimiento económico.
         En efecto, si nos concentramos en el examen de Corea y Taiwán que, como ya dijimos, tienen perfiles más nítidos del “tercer mundo”, nos encontraremos con muchas características que avalan nuestro aserto. Dejaremos por tanto de lado a HONG KONG y SINGAPUR pues son, más bien, “Ciudades-Estados” que constituyen principalmente una base de producción para las Multinacionales extranjeras atraídas por los bajos costos relativos y buena formación de la mano de obra, y una infraestructura eficaz, cuyas impresionantes mejoras de los niveles de vida han provenido del perfeccionamiento de la calidad de los recursos humanos e infraestructura, que ha permitido mejorar la calidad de los puestos de trabajo, pero que siguen siendo, cada cual, un lugar de producción extranjera, no una auténtica base central, y cuyo desarrollo económico depende principalmente de las Multinacionales susodichas.
          COREA DEL SUR y TAIWÁN, como la mayoría de los otros países triunfadores en este “juego de suma cero” de la lucha por el poder económico internacional, son débiles en términos de recursos naturales. Pero ambos han hecho muchas cosas parecidas al igual que JAPÓN. Una de las primeras ha sido una Reforma Agraria exitosa; el papel de un Gobierno fuerte y decidido fue decisivo; en el caso de TAIWÁN, el ejemplo puede ser valedero para nosotros: a los Terratenientes se les pagó su tierra expropiada con bonos del Estado que solamente podían canjearlos para invertir el dinero en actividades productivas. La Cooperativización, respetando las ancestrales costumbres de asociaciones familiares, dio resultados igual que en Japón. Otra característica ha sido la excitación del espíritu nacionalista y republicano avivado por el estado de peligro y guerra continua (contra Corea del Norte por un lado y China Popular por el otro) y la idea del Republicanismo de la “cosa de todos” en que los sacrificios en pro del desarrollo y la defensa nacional eran compartidos por todas las clases y estamentos, sin excepciones para “Barones” y Militares corruptos. Eso dio lugar a que ambos países gozasen de estabilidad política y social, al menos la mayor parte del tiempo, junto con una movilidad económica.
          Ambos Gobiernos se habían propuesto, “en serio”, como meta nacional lograr el desarrollo económico y crearon los ambientes institucionales necesarios así como los mecanismos eficaces y eficientes para la toma de decisiones sociales. En ese aspecto, la experiencia de Taiwán ha sido constantemente utilizada como un ejemplo para los países en desarrollo de cómo lograr crecimiento económico con equidad y avance social. Y no nos cansaremos de repetir que el éxito Taiwanés se debió en gran parte a la ideología nacionalista republicana de los líderes de la nación que se propusieron explícitamente mejorar las condiciones de vida del ciudadano medio basados en los tradicionales valores Confucianos de los “Tres Principios del Pueblo” con el acento puesto en la Lealtad, el Respeto a los mayores y una firme creencia en el Trabajo como una Virtud Moral. (Ramón H. Myers: “El Desarrollo Económico de la República de China en Taiwán, 1965-1981”; y Sung Yeung Kwack: “El Desarrollo Económico de la República de Corea, 1965-1981”; en “Modelos de Desarrollo”, CINDE, 1993. También Edward K. Y. Chen: “China: Market in the Asia Pacific” y “Las Políticas Comerciales en Asia”; en “Lecciones sobre el Desarrollo”; ICS PRESS, EE.UU., 1989). No es casualidad que el Partido Político gobernante en Taiwán, en esa época –y otra vez ahora– se llame KUO-MING-TANGque significa: PARTIDO NACIONALISTA DEL PUEBLO y “fue fundado nó como un Partido de clase, sino como un bloque o Frente Unido de obreros, campesinos, clases medias, (es decir policlasista), organizado bajo la forma y disciplina del Partido” (Víctor Raúl Haya de la Torre: “El Antiimperialismo y el APRA”; p. 68;  Ed. Ercilla, Santiago de Chile, 1936).
             En este respecto, el investigador socioeconómico Tibor Scitovsky (“El Desarrollo Económico en Taiwán y Corea del Sur, 1965-1981”; p. 23; CINDE, 1993), analizó en cierta profundidad “las filosofías” detrás del desarrollo económico de Taiwán y Corea del Sur, relacionando estas filosofías al tamaño promedio de los negocios y el grado de desigualdad en los ingresos de cada país. Como ya se mencionó, estos “Dragones Asiáticos” siguieron estrategias bastantes similares; “…sin embargo, las filosofías que guiaban las estrategias eran diferentes en cuanto a ciertos aspectos básicos y sus resultados han sido únicos” (Ibídem). La diferencia fundamental –según Scitovsky– “radica en su visión acerca del papel del Estado: hubo más esfuerzo de los planificadores económicos del Estado en Corea del Sur para lograr economías de escala; específicamente, los medios utilizados por el Estado coreano para controlar la empresa privada –como en Japón– fueron más importantes que en Taiwán el cual puso también en práctica una serie de controles económicos, pero que tendieron a ser más selectivos y menos intervencionistas que en Surcorea”. Es decir que en Corea “el Estado adoptó un rol muy activo en el control de las fuerzas del mercado. Sin embargo, la diferencia es sólo en el grado: de acuerdo a los stándares de las economías occidentales industrializadas avanzadas, AMBOS ESTADOS PUEDEN SER CONSIDERADOS INTERVENCIONISTAS”. (Laurence J. Lau: “Modelos de Desarrollo”; y R. Myers y S.Y. Kwack: op. cit. También Dong Sung Cho: “La esplendente Corea”; c/M.Porter, pp. 574-603, loco citato et passim).-


sábado, 13 de diciembre de 2014

ENTREVISTA IMAGINARIA

ENTREVISTA IMAGINARIA SOBRE EL
           NEOLIBERALISMO.

               Pregunta: ¿Cuál es su apreciación de la subida al poder del Kirchnerismo en Argentina, el caso de Hugo Chávez, la formación de los Estados Bolivarianos del ALBA y la crisis de las reformas Neoliberales?
               Respuesta: ---Indudablemente sus pueblos votaron por el cambio. Pero quiero señalar también un hecho indubitable: En todos aquellos países en que se ha impuesto a rajatabla, en forma brutal, sin gradualismo, la política de “Shock” del Neoliberalismo, luego de transcurrido un tiempo suficiente como para apreciarse sus resultados, los Partidos que la aplicaron sufrieron su derrota más estrepitosa. Vamos cronológicamente a algunos ejemplos: el régimen de Pinochet, que comenzó lo que llaman la más exitosa experiencia neoliberal, para 1982 –por el colapso socioeconómico sobreviniente– tuvo   que despedir a los “Chicago Boys”, discípulos de Milton Friedman, y aún así para 1990, luego de 17 años de neoliberalismo, vio cómo su candidato Hernán Büchi era contundentemente derrotado. En Gran Bretaña, Margaret Thatcher comienza con la experiencia neoliberal en 1979 con la sigla propagandística TINA (There is no alternative=No hay alternativa) pero después de 13 años de “thatcherismo” el Partido Conservador sufrió su peor derrota del siglo. En Francia, Jacques Chirac a pesar de ser un “Gaullista” intentó aplicar rápidamente una política neoliberal y en la primera elección anticipada que convocó fue barrido por el Socialista Lionel Jospin con quien tuvo que cohabitar en el poder teniendo que rever su política para consolidarse en la Presidencia de la Rca. Y no olvidemos que el mismo intento de aplicar la política de “shock” neoliberal, como propugna la “Escuela de Chicago”, ha provocado tumultos populares tan violentos como el “Caracazo” de 1989 contra Carlos Andrés Pérez, con más de 500 muertos, que causó en unos años la caída de la “partidocracia” venezolana, llevando a Chávez al poder;  así como la de Bucaram en Ecuador, y de Sánchez de Lozada en Bolivia con el entronizamiento de Evo Morales. Y volviendo a su pregunta, 30 años es mucho tiempo para evaluar los resultados de una determinada política económica y social con respecto a los beneficios al pueblo, y el pueblo de esos países ha dado su veredicto. Y pensar que los pontífices del Neoliberalismo arguyen siempre que los resultados se verán luego de algunos años y recomiendan aplicar esta fórmula globalizada brutalmente, sin anestesia; me recuerda la experiencia Comunista que llevó por el lado opuesto a sufrir 75 años a sus pueblos, 75 años de sacrificios reales a cambio de  esperanzas etéreas; los ideólogos Neoliberales parecen pretender otro tanto; yo los llamaría “Bolcheviques al revés”.
               Pregunta: ¿Qué significa entonces para Ud. ideológicamente el Neoliberalismo?
               Respuesta: ---El Neoliberalismo puede ser definido como la expresión teórica e ideológica de la internacionalización de un nuevo modelo de acumulación y dominación del capitalismo. La crisis de los ’60, el avance de nuevos patrones de acumulación, la revolución científico-tecnológica, y el predominio definitivo del capital financiero a escala mundial, determinaron la quiebra del Keynesianismo y el despliegue de una versión renovadora del Liberalismo, favorecido, además, por la caída estrepitosa de la Unión Soviética y el “Socialismo real” de Europa Oriental.
               Pregunta: ¿Es el mismo Liberalismo clásico aplicado a nuestra época que está de vuelta?
               Respuesta: ---Este Neoliberalismo no es igual al Liberalismo clásico. Aunque  lo proclamen, basados en la apariencia, al Neoliberalismo actual no le interesa ni puede reproducir el libre mercado del siglo XIX. Ahora imperan las Transnacionales con su lógica centralizada del dinero, la regulación de sus precios y las ganancias, y la planificación de su gestión que modifica el carácter de la competencia en el mercado. Éste capital, muy concentrado, hegemoniza los procesos de acumulación, mientras los grandes espacios económicos introducen nuevas formas de cooperación e integración entre los países industrializados del 1er. Mundo y de interdependencia entre ellos. Unido a eso, surgen modalidades más complejas de competencia derivadas de la celeridad y profundización de la revolución científico-tecnológica que Alvin Toffler describe certeramente en dos de sus libros: “La Tercera Ola” y “El Cambio del Poder”. Aunque Milton Friedman, el “Gurú” de los neoliberales, repetía la conocida máxima de Adam Smith en el sentido de que la mejor forma de servir lo social es promoviendo la iniciativa privada individual sin regulación de ninguna clase, no pasa de ser una frase simbólica; y es así porque el sujeto actual de la propiedad privada individual, el más poderoso, es la Empresa Transnacional o Multinacional –si se prefiere ese término– que es otro radicalmente diferente del sujeto del siglo antepasado. Entonces el Neoliberalismo no es un regreso al pasado Liberal: es una respuesta nueva del Capitalismo a otra fase de su desarrollo, siendo a la vez un modelo económico que opera a nivel social como una ideología.
               Pregunta: ¿Cuáles serían los fundamentos de esa ideología?
               Respuesta: ---En primer lugar la idea del “Estado subsidiario” unida al antinacionalismo; se argumenta contra la pertinencia, utilidad y eficacia del Estado Nacional ante la globalización de la economía y los avances en las comunicaciones y la circulación; entonces, desposeído de hecho del dominio sobre su territorio y su mercado, el Estado-Nación ya no tendría mucho por aportar en tanto sujeto y lugar de la regulación política y económica. Se minimiza “lo político” y se maximiza “lo económico”.
                En segundo lugar, la afirmación de la primacía del individuo, productor, consumidor, innovador; es él, en su interacción con sus semejantes, quien debe establecer las reglas: la regulación social ya no es vertical, no depende de normas establecidas desde arriba según principios exteriores y superiores a los individuos, sino que cada cual debe ser dejado en absoluta libertad para maximizar su utilidad individual, evaluada y medida con la vara del valor monetario.
                En tercer lugar, otro elemento importante es la supremacía del “mercado”: es el modelo que permite la optimización de las transacciones y la distribución de la riqueza imponiéndose sobre las comunidades solidarias ya sean organismos asistenciales, cooperativas, mutuales, el Estado, etc. Y de ésta forma, la “economía de mercado” se transforma en la “sociedad de mercado”.
               En cuarto lugar, cambia el concepto de “equidad” y se desecha el concepto mismo de “justicia social” pues es el “mercado” el que da al individuo, al permitirle entrar en competencia, la posibilidad de hacerse cargo de sí mismo y de asegurar su bienestar a partir de su iniciativa y creatividad; en cambio el Estado benefactor, solidario, que interviene, es injusto porque su política redistributiva y con planes indicadores, penaliza y traba la iniciativa individual. Por ejemplo tomemos la desocupación: para la “Sociedad de Mercado” Neoliberal, el individuo puede hallarse desocupado por no haberse formado profesionalmente, por haber cometido errores en su carrera, o por no haber sido suficientemente competitivo; pero es culpa suya y no de la sociedad o del Estado; se da cuenta Ud. cómo la noción del “derecho al trabajo” se troca por la “demostración de empleabilidad”.
               Esto demuestra la amplitud del cambio ideológico que propone el Neoliberalismo, base ideológica de los Partidos Liberales y Conservadores; fíjese que el Gobierno Liberal de Federico Franco, a comienzos del año pasado, contrató como “Asesor” a Jeffrey Sachs, el mismo que diagramó y asesoró la política Neoliberal aplicada por Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, con los resultados que conocemos y provocó una furibunda reacción popular, con más de un centenar de muertos, que llevó al Poder a Evo Morales. Hay que desconfiar de los Liberales, porque con su ideología Neoliberal la responsabilidad se transfiere del Estado y la Sociedad a cada Individuo.
                El quinto elemento es la contraposición de la “Empresa Privada” a la “Empresa Pública”: La empresa privada es el “summum” de la excelencia porque es la organización que mejor asegura la coordinación de las transacciones en el marco de la libre competencia y permite así la redistribución más justa de los costos y beneficios de la riqueza.
               En sexto lugar tenemos la “santificación” total del Capital al que se considera como el origen del valor, la medida para todo bien, material e inmaterial, incluida la persona humana. Así, reducido a su calidad de “recurso humano” el individuo deja de tener valor si ya no es “rentable”: su valor será en función de su contribución a la rentabilidad del capital financiero. En ésta concepción ideológica fundamenta su legitimidad esa sociedad de los excluidos, de lo descartable, de los residuos, tan exactamente descripta por Viviane Forrester en “El horror económico”. Los imaginativos argentinos han ideado una frase estereotipo –durante el período de Menem-Cavallo– para  describir a los marginados: “cayó del sistema”.
               Pregunta: Hemos hablado del Neoliberalismo en su aspecto ideológico. Ahora, ¿qué me dice de sus resultados prácticos?
               Respuesta: ---Para responder acertadamente a su pregunta es menester diferenciar la aplicación de las recetas neoliberales en los países desarrollados del 1er. Mundo de los resultados de la misma en nuestros países subdesarrollados, con un orden económico incipiente y deficiente, de éste llamado “tercer mundo”. Y después de más de un cuarto de siglo de comenzada esta experiencia, ya en plena globalización y en la segunda década del 3er. Milenio, vemos que las perspectivas económicas y sociales de los países de la periferia son cada vez más inciertas: a pesar de las privatizaciones, el despido masivo de funcionarios públicos y los sucesivos y severos ajustes, el peso de la deuda externa aumentó a pasos agigantados haciendo imposible el equilibrio de las cuentas públicas; simultáneamente la caída del precio internacional de las materias primas y la apertura indiscriminada de los mercados provocó graves déficits en las balanzas comercial y de pagos; además la especulación financiera internacional vuelve frágil cualquier estrategia económica y convierte a los Gobiernos en simples ejecutores de decisiones foráneas; estallaron por doquier escándalos y desplomes bancarios y bursátiles (como aquí durante la era Wasmosy); vemos que, a pesar de un crecimiento macroeconómico, la riqueza se concentra en una pequeña élite de ingresos ofensivos y consumo ostentoso mientras la clase media se desliza hacia la pobreza, la gran masa popular sobrevive apenas en una extrema precariedad, aumenta el desempleo, disminuyen y se deterioran los servicios de salud y educación, y aumenta geométricamente el grupo de marginados que ingresa a la delincuencia, y los estallidos sociales cada vez más frecuentes y violentos convierten al Gobierno en un ente represor de sociedades desesperadas. El futuro, si seguimos este camino sin rectificarlo, se presenta así como de desigualdad y fragmentación, desorden, chatura y dependencia, haciendo peligrar a corto término el Sistema Democrático.
               Pregunta: ¿Significa eso que Ud. está en contra de las privatizaciones, la liberalización económica y la globalización?
               Respuesta: ---De ninguna manera; no tengo dudas de que la liberalización económica y la reforma de un Estado prebendario y corrupto beneficiará a los países en desarrollo y que la globalización es irreversible. Como lo dijera el Dirigente del radicalismo argentino Rodolfo Terragno: “Por antipática que sea la globalización, se trata de una realidad que tenemos que transformar en una oportunidad; no nos engañemos, el resto del mundo puede vivir perfectamente sin nosotros”. Pero la liberalización económica debe ser balanceada y debe reflejar los problemas del mundo subdesarrollado. Debe ser equilibrada en el programa, en el proceso y en los resultados, y esto requiere algo más que privatizar, achicar el Estado y eliminar la inflación: también requiere un Estado regulador de un sistema financiero sano, una política que regule la competencia, y políticas para facilitar la transferencia de tecnología y alentar la transparencia, además de incluir el desarrollo sostenible, con igualdad de oportunidades, asistencia social a los desposeídos y el desarrollo constante de las instituciones democráticas. Y esto no lo digo solamente yo sino personalidades de relieve mundial que ya inician la superación del Neoliberalismo como por ej. Joseph Stiglitz, ex Economista Jefe y Vice-Presidente Superior del Banco Mundial, además de Premio Nobel de Economía 2001.
               Pregunta: ¿Cuál es esa diferencia que Ud. mencionó entre los países del 1er Mundo y los nuestros, que hace inviable la aplicación de las mismas recetas neoliberales?
               Respuesta: ---Le voy a contar algo: en 1989 el “International Center for Economic Growth” (Centro Internacional para el Desarrollo Económico), y el Banco de la Rca. de Colombia, patrocinaron una Conferencia sobre el tema de cómo estimular el crecimiento y reducir la pobreza en los países en desarrollo. Para el efecto, en Paipa, Colombia, se reunieron Economistas, expertos en Ciencia Política y encargados de las políticas de una extraordinaria cantidad de países. Entre los participantes estaban prestigiosas figuras como Pankah Tandon, Doctor en Economía por Harvard y Asociado del Programa de Empresa Pública de la Universidad de Boston; Ingo Vogelsang, autor del libro “Venta de Empresas Públicas: Una Metodología de Costo-Beneficio”; Merilee S. Grindle, Experta en Ciencia Política del “Instituto para el Desarrollo Internacional de Harvard” y catedrática en la “Escuela Kennedy de Estudios Gubernamentales” en Harvard; doctorada en el “Massachusetts Institute of Technology” (el famoso MIT), ha escrito extensamente sobre el análisis comparativo de la formulación de políticas, aplicación y administración pública en los países en desarrollo, y en ese momento era una de las principales investigadoras de Harvard en los proyectos para mejorar los programas de ayuda para el desarrollo.
                Pues bien, las conclusiones más estudios e investigaciones que siguieron en los dos años posteriores, fueron publicados en el libro La Política y La Formulación de las Políticas en los Países en Desarrollo”. Señalaban cuatro temas que deseo subrayar: 1) No son partidarios de un Estado mínimo. Expresan que los teóricos que abogan por la reducción del alcance del sector público “se han concentrado en los países más desarrollados” pero que “en el caso de los países subdesarrollados aún se pueden esgrimir argumentos convincentes a favor de políticas públicas”. 2) Si bien reconocen que el Estado excesivamente extenso es un Estado negativo, sin embargo formulan dudas con respecto a la “utilidad de la nueva política económica neoliberal para los países en desarrollo”. 3) Indican que “pese a que la nueva economía política neoliberal ha sido útil para explicar las políticas económicas irracionales, los modelos de economía política adoptados de la experiencia de los EE.UU. no son especialmente pertinentes para la mayoría de los países en desarrollo”. 4) Con respecto a la “privatización de las empresas públicas” llegaron a la conclusión de que “…muchos de los factores que se aunaron en los países desarrollados para desencadenar una tendencia hacia la privatización, están ausentes en los países subdesarrollados”, y resumiendo tales factores señalan: que el crecimiento económico tiende a conducir a mercados competitivos en los cuales proliferan las empresas eficientes y el alto nivel de vida vuelve innecesario subsidiar el avance social, cosa que no se da en los países periféricos; también, que los países del Tercer Mundo tienen mercados de capital poco evolucionados lo que hace difícil el éxito de la privatización acelerada; y que las empresas privadas no son dechados de eficiencia en éstos países; aunque el bienestar bajo la conducción pública no es óptima, lo mismo sucede bajo la conducción privada.
               Pregunta: ¿Qué receta ofrece Ud. entonces para sacar a nuestro país de ésta situación en que se encuentra?
               Respuesta: ---Hay recetas económicas, políticas, éticas y jurídicas: frente al Estado mínimo, meramente subsidiario, “mirón”, del neoliberalismo por un lado, y por el otro frente al modelo estatista, omnívoro “atrapa-todo” del socialismo marxista, y la subvención generalizada de bienes y servicios a costa de altísimos impuestos y rigideces burocráticas de la Social-democracia tradicional, yo estoy a favor del Estado Regulador, ordenador y solidario, que, como lo proclama nuestro ideario Colorado, sólo interviene en la vida económica para corregir los abusos o desidia de la actividad privada. Vuelvo a repetir que ante la liberalización de la economía internacional y la revalorización del mercado, se impone una retirada del Estado de acciones productivas que pueden ser asumidas por empresas privadas; pero de ahí a sostener la tesis del “Estado mínimo” hay una gran distancia; las nuevas circunstancias de una economía globalizada exigen un nuevo rol del Estado pero no su desaparición o desmantelamiento; y eso porque las demandas que los nuevos tiempos imponen al Estado son aún mayores que en el pasado, y ello supone un esfuerzo nacional por modernizar sus estructuras y procedimientos. En lo referente a las tan mentadas privatizaciones mi postura es la siguiente: primero hay que ver si los caminos intermedios no serán más provechosos tanto para el Estado como el pueblo en general, sobre todo en aquellos sectores en que la competencia no es viable como en los llamados monopolios naturales”; no debemos llevar una cuestión que debe ser empírica a una convicción ideológica como lo hacen los Neoliberales que acusan a toda la labor pública de ineficiente y ensalzan todo lo privado como siempre superior. En los casos de los Monopolios Naturales y Empresas Político-Estratégicas yo abogaría primero por la capitalización, la “golden share” (acción dorada) o la corporatización que mantiene la propiedad gubernamental pero lleva a las Firmas hacia rígidas restricciones presupuestarias y la autofinanciación. Mediante este resorte, se toman medidas que aseguran el manejo ciento por ciento comercial y profesional de las Empresas del Estado que por las razones antedichas deberían permanecer en propiedad pública. Éste es el sistema aplicado con gran éxito en sociedades tan dispares como Nueva Zelanda y China Popular. Demás está decir que la transparencia y legitimidad del Régimen Gubernamental son esenciales para una correcta política de reformas.
               Pregunta: En lo que respecta a las recetas políticas, éticas y jurídicas que mencionó: ¿Cuáles son ellas?
               Respuesta: ---Lo que mencioné recién es fundamental: la Reforma Política va del autoritarismo centralista a una democracia descentralizada y participativa cuya base debe ser legalidad y legitimidad. El reconocimiento de la legitimidad de un régimen puede basarse en una variedad de situaciones o ideas pero sólo tendrá éxito si la mayoría de la población, la clase dirigente y los factores de presión nacionales como internacionales puedan llegar a aceptar por haberse convencido de que lo que ha sucedido está justificado porque es correcto.
               La receta ética va por la reforma social en que la intermediación y la focalización social hará que haya una mayor delegación y transferencia de funciones en el ámbito social a niveles subnacionales de Gobierno, y la incorporación de Organismos No Gubernamentales y Cooperativas en la provisión de servicios y bienes en el campo social, focalizando su acción en aquellas áreas que no son suficientemente atractivas para la empresa privada, con aumento y priorización del gasto social, todo acompañado de fuertes medidas de control y evaluación que hacen parte de lo esencial que todos reclamamos: lucha contra la corrupción. También debemos idear mecanismos de estímulo y compensación para alentar la honestidad tanto en lo público como en lo privado; los premios deben ir de la mano con las sanciones. En Corea por ej. se han instaurado hasta premios y honores nacionales para las Empresas y los Trabajadores más eficientes convirtiéndolos en verdaderos héroes de la patria. Eso sin contar las compensaciones económicas que alientan la ambición por mejorar. Lo que digo nos lleva a la Reforma Administrativa que hace el tránsito de la Burocracia procedimentalista, politizada y prebendaria, a la Gerencia Pública de calidad juzgada por resultados.
               En cuanto a la Reforma Jurídica, hace tiempo que todos clamamos por ella, de modo que no me extenderé más que para decir que la seguridad jurídica, junto a la educación, salud y óptimos sistemas de comunicaciones constituyen lo que los economistas llaman “virtuos circle” (círculo virtuoso) que harán que las grandes industrias transnacionales vengan a invertir; porque la globalización trae aparejado éste fenómeno: ya no hay lugar de origen natural; el sitio donde esas industrias se instalan dependerá del país que organice la capacidad para atraerlas y eso significa no sólo desarrollar un sistema educativo que incentive la investigación y desarrollo tecnológico, sino organizar de arriba abajo la fuerza laboral a fin de que tenga la capacidad intelectual necesaria para ser experta en la nueva producción y en las tecnologías de distribución que le permitirán ser los productores mundiales de más bajo costo y mayor eficiencia, que es la productividad.
                 Pregunta: En fin, ¿qué más puede agregar como colofón de esta entrevista?
                 Respuesta: ---Que debemos rescatar “lo Político” en su más pura y real acepción y retornarlo a un campo del cual los Neoliberales piensan que debe estar definitivamente excluido al cabo de tres décadas de desmantelamiento sistemático del Estado y su reemplazo por el economicismo del Mercado; porque entre nosotros la política está secuestrada por los malandrines y es necesario rescatarla; devolvérselas a los Dirigentes naturales que muestran al pueblo que se trata de una noble e imprescindible actividad a la que solo es preciso devolver dignidad, prestigio y altura de miras. Porque nuestro caso es ése: nuestros supuestos Políticos que han convertido la política en un páramo donde el debate de ideas no es bueno ni malo: simplemente no existe. Nuestros “políticos” no hacen política, sino clientelismo de la peor especie, y viven en permanente campaña electoral, solo atentos a su provecho económico, las encuestas, las cámaras de televisión y los titulares de los diarios. Y la urgencia de “lo político” sólo puede ser satisfecha a través de la promoción del bien común. Esto significa la salvaguarda o el restablecimiento de condiciones vitales de existencia para nuestro pueblo, lo que nos conducirá a entender qué significa para un Partido Nacionalista, Republicano y Social, como el nuestro, el tan vapuleado Sector Público: es el símbolo, junto a la seguridad social, del freno al capitalismo despiadado. Los que están buscando lucrar con ello, con la venta del patrimonio del Estado, se están olvidando de la calle, y la calle existe. Cuando el pueblo sale a la calle desesperadamente el Estado subdesarrollado hace implosión y se transforma en una entidad caótica ingobernable: el Gobierno ya no es capaz de mantener el territorio nacional y la población bajo su control; imperan los narcotraficantes y las mafias; la legalidad, el orden público y cualquier atisbo de sociedad civil se volatilizan. Y es eso lo que los auténticos políticos queremos evitar.-


lunes, 8 de diciembre de 2014

LA NUEVA DERECHA EUROPEA

          LA “NUEVA DERECHA” EUROPEA
        La Nueva Derecha (Nouvelle Droite  en francés) es un Movimiento Ideológico de nacimiento reciente (a través de El Manifiesto: La Nueva Derecha del Año 2000 escrito por Alain de Benoist). Ellos mismos exponen que no son ni la Derecha Tradicional ni la Izquierda.
       Con la denominación de “Nueva Derecha”, heredera directa de los autores de la llamada Revolución Conservadora, se hace referencia a un estilo ético y estético de pensamiento político dirigido al repudio de los dogmatismos, la formulación  antiigualitaria, el doble rechazo de los modelos Capitalista y Comunista, la defensa de los particularismos étnicos y regionales, la consideración de Europa como unidad, la lucha contra la amenaza planetaria frente a la vida, la racionalización de la técnica, la primacía de los valores espirituales sobre los materiales. El eje central de la crítica al Sistema Político “Occidental” lo constituye la denuncia del Cristianismo                           dogmático, el Liberalismo y el Marxismo, como elementos niveladores e igualadores de una Civilización Europea, perdida y desarraigada, que busca, sin encontrarla, la salida al laberinto de la “identidad específica”. En el núcleo de esta civilización europea destaca la existencia del hombre europeo multidimensional”, tanto al nivel biológico, que en su concepción sociológica reafirma los valores innatos de la jerarquía y la territorialidad, como al específicamente humano, caracterizado por la cultura y la conciencia histórica. Constituye, en el fondo, una reivindicación de la “herencia” –tanto individual como comunitaria– fenómeno conformador de la historia evolutiva del hombre y de los pueblos, que demuestra la caducidad de las ideologías de la nivelación y la actualidad de la rica diversidad de la condición humana. Se comienza de nuevo intentando reconstruir los fundamentos ideológicos del Conservadurismo revolucionario sin caer en la “tentación totalitaria” y eludiendo cualquier “desviacionismo nacionalsocialista”.
      Ahora bien, hay dificultades de la “Nueva Derecha Europea” con el NeoConservadurismo Norteamericano y los AngloSajones en general: La primera de estas dificultades es la falta general de interés por el debate intelectual en el mundo anglosajón. Los Ingleses, y más aún los Estadounidenses, pretenden ser “pragmáticos”: En Filosofía, se adhieren mayoritariamente al Empirismo y al Positivismo, cuando no a una Filosofía puramente Analítica. En su ansia por los “hechos” se olvidan de que estos hechos no pueden disociarse de la hermenéutica, esto es, de un marco de interpretación. La famosa distinción de David Hume entre juicios de hecho y juicios de valor (el indicativo y el imperativo, lo que es y lo que debería ser) sólo puede tener un valor relativo. En cuanto a la Teoría Política, con algunas notables excepciones, a menudo se reduce a consideraciones prácticas que definen la agenda de la clase dominante. Esto explica por qué los Estadounidenses consideran indignos a los intelectuales, y por qué los intelectuales no han ocupado nunca el papel de árbitros morales, como sucede en otros países, especialmente en Francia.
      La expresión “Nueva Derecha” presenta además otras dificultades. Ya había “nuevas derechas” inglesa y americana pero, lejos de estar relacionadas con la Nueva Derecha Europea, representaban justo lo contrario. Combinando el fundamentalismo religioso, el atlantismo occidental, la defensa del Capitalismo y el apoyo a la Ideología de Mercado, estas “nuevas derechas” representaban, de hecho, todo lo que la Nueva Derecha Europea había criticado radicalmente. Simpatizantes de estas “nuevas derechas”, que podían haberse sentido intrigados por la “Nueva Derecha Europea”, sin duda deben haber sido decepcionados. En general, y a pesar de todos los malentendidos que pueden haber sido causados por una etiqueta, debe haber sido muy difícil encontrar un equivalente a la NDE al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, la “Derecha” en realidad se compone de dos grandes corrientes: una corriente principal, moderada y de clase media, que corresponde a los círculos “Conservadores” (ellos mismos divididos en numerosas camarillas), cuya Causa principal es el apoyo al Capitalismo: un sistema económico cuyo fundamento es la destrucción de todo lo que los Conservadores deberían conservar. Por otro lado, hay una minoría radical, representada por pequeños grupos extremistas que se hacen llamar “racistas”, cuya ideología se reduce a una mezcla de nacionalismo y xenofobia.
      No sólo la NDE no se identificó nunca con ninguna de estas camarillas derechistas anglosajonas, sino que ha luchado constantemente contra sus principios y presupuestos. Otras ambigüedades están relacionadas con el vocabulario. Vamos a dar sólo un ejemplo: en el ámbito de las ideas de la NDE se ha señalado consistentemente al Liberalismo como uno de sus principales adversarios. Sin embargo, la palabra “Liberal” tiene significados radicalmente diferentes en Europa Occidental y en los Estados Unidos. En Estados Unidos un “liberal” es un hombre inclinado al centro-izquierda que aboga por un Estado redistributivo; también es tolerante en cuanto a las costumbres sociales y tiende a ser un gran defensor de la ideología de los Derechos Humanos; en Francia se lo llama “Progresista. Por el contrario, en Europa, un “liberal” es, ante todo, un defensor del individualismo y el libre comercio, un opositor al Estado y también un partidario de América. Si se pregunta a un francés que nombre a un político liberal conocido, Reagan y Thatcher les vienen a la mente de inmediato. En otras palabras, lo que llamamos “liberal” se corresponde en gran medida a lo que los americanos llaman “conservador” y, por tanto, lo contrario de un “liberal”. Esta diferencia tiene orígenes históricos: los Estadounidenses han conservado el significado original de la palabra “liberalismo” que, cuando apareció por primera vez en el siglo XVIII, era realmente una corriente “izquierdista” de pensamiento, siendo el principal heredero de la filosofía de la Ilustración. En Europa, por el contrario, los Liberales fueron empujados gradualmente hacia la Derecha por el ascenso del Socialismo y del Comunismo, hasta el punto de que, a finales del siglo XIX, comenzó a identificarse con la Burguesía Conservadora. Uno puede ver inmediatamente los desprecios –y los falsos amigos– que un Libro que representa una corriente “anti-liberal” podía tener en América.
   Finalmente, la crítica a los Estados Unidos y la americanización                      global, que resulta de la afirmación progresiva de la hegemonía estadounidense, ha sido un tema estándar en la NDE. Esto difícilmente podría atraer a los Estadounidenses, que conciben a su País como la “Tierra Prometida”, la encarnación de la  mejor  sociedad   posible   y –por esa misma razón– como un modelo que merece ser exportado a todo el mundo. Es muy significativo que muy pocos textos de autores de la NDE hayan sido traducidos al inglés, a pesar de hayan sido traducidos a otros quince idiomas. La NDE, como una emanación de la “Vieja Europa” (o del “resto del mundo” que los Estadounidenses no alcanzan a comprender a menos que esté totalmente americanizado), sigue siendo una “terra incógnita” para la gran mayoría de los Americanos.
      Nosotros añadiríamos que la crítica a los Estados Unidos por parte de la NDE nunca ha derivado en americanofobia”; todo lo contrario: La NDE ha acogido a una serie de escritores y pensadores de los países de habla inglesa. Son pocos en número, pero no sin importancia, como los teóricos del comunitarismo, como Michael Sandel, el canadiense Charles Taylor, el inglés Alasdair McIntyre y, especialmente, Cristopher Lasch, un teórico del “socialismo populista”, una expresión que nos trae a la memoria al gran George Orwell, cuyas ideas también se han popularizado.
        Alain de Benoist:
        Alain de Benoist de Gentissard es un Académico francés. Líder e ideólogo principal del think-thank de la Nueva Derecha y del grupo GRECE. Edita desde 1968 el periódico Nouvelle Ecole y desde 1988 Krisis”. En 1978 recibió el Gran Premio de Ensayo de la Academia Francesa. Célebre intelectual que se formó en la Sorbona, habiendo estudiado Derecho, Filosofía, Sociología e Historia de las Religiones, de Benoist es poco conocido fuera de su país aunque sus obras han sido muy influyentes en el pensamiento de la Derecha Europea. En sus textos ataca y critica el fenómeno de la Globalización, la inmigración descontrolada y el Liberalismo considerándolos como contraproducentes con el concepto de Estado-Nación. Se muestra esperanzado en que dentro de los límites de la Democracia, las consecuencias negativas de estos fenómenos generen un intenso debate social que acabe reflejándose en el mismo sistema. Se adhiere a la teoría del marxista Antonio Gramsci de que antes de producirse un cambio político, es necesario conseguir la hegemonía cultural, esto es, conseguir que las ideas a implantar sean aceptadas por los ciudadanos.
        Ahora que tenemos la publicación en español del Libro de Tomislac Sunic “Contra la democracia y la igualdad. La Nueva Derecha Europea”(Editorial Fides); ofrecemos a nuestros lectores el Prefacio que Alain de Benoist escribió para la Edición Inglesa de 2009. Interesante recorrido por los principales temas de debate de la Escuela de Pensamiento Europea conocida como “Nouvelle Droite”, escrita precisamente por su Líder intelectual e ideológico:    
    Hay que destacar, sin embargo, que la Nueva Derecha Europea nunca ha sido hostil a la democracia y la igualdad. Por supuesto, ha sido crítica con el Igualitarismo y ha puesto de relieve los límites del Liberalismo y de la Democracia, pero eso es un asunto muy diferente.
       Entre la igualdad y el igualitarismo existe más o menos la misma diferencia que entre la libertad y el liberalismo, o lo universal y el universalismo, o el bien común y el comunismo. El Igualitarismo tiene como objetivo introducir la igualdad donde no tiene lugar y no se corresponde con la realidad, como la idea de que todas las personas tienen las mismas habilidades y dones. Pero, sobre todo, el Igualitarismo entiende la igualdad como "igualdad total”, es decir, lo contrario de la diversidad. Sin embargo, lo contrario de la igualdad es la desigualdad, no la diversidad. La igualdad de hombres y mujeres, por ejemplo, no borra la realidad de la diferencia entre los dos sexos. Del mismo modo, la igualdad de derechos políticos en la democracia no debe presuponer que todos los ciudadanos son iguales, ni tienen los mismos talentos, sino que todos deben disfrutar de los mismos derechos políticos, ya que, en sus relaciones políticas, se considera a todos los ciudadanos por igual, en virtud de la pertenencia al mismo sistema de Gobierno”.
      La Nueva Derecha Europea siempre ha denunciado lo que yo llamo la “ideología de la igualdad”, es decir, la ideología universalista que, en sus formas religiosas o profanas, busca reducir la diversidad del mundo –es decir, la diversidad de las culturas, los sistemas de valores y las formas arraigadas de la vida– a un modelo uniforme. La implementación de la ideología de la “mismidad” conduce a la reducción y erradicación de las diferencias; siendo básicamente etnocéntrica, a pesar de sus pretensiones universalistas, legitima sin cesar todas las formas de Imperialismo. En el pasado, fue exportada por los misioneros que querían convertir al planeta entero al único Dios; a continuación, en el mismo sentido, por los colonizadores que, en nombre del "sentido de la historia" y el culto del "progreso”, quisieron imponer su forma de vida a los "pueblos indígenas". Hoy, en el nombre del Sistema Capitalista, la ideología de “lo mismo” reduce todo a los precios del mercado y transforma el mundo en un vasto y homogéneo mercado, lugar donde todos los hombres –reducidos al papel de productores y consumidores para luego convertirse ellos mismos en productos básicos– deben adoptar la mentalidad del homo economicus. En la medida en que trata de reducir la diversidad, que es la única verdadera riqueza de la humanidad, la ideología de la “mismidad” es en sí misma una caricatura de la igualdad. De hecho, se crean desigualdades del tipo más insoportable. Por el contrario, la igualdad, que debe ser defendida siempre que sea necesario, es harina de otro costal.
       En cuanto a la Democracia: a la Nueva Derecha Europea nunca le gustó el despotismo o la dictadura, y mucho menos el totalitarismo. La Democracia, cuyo principio fundamental es la igualdad de los derechos políticos, no puede ser el mejor régimen posible, pero es el que mejor satisface las necesidades de nuestros tiempos. Pero primero debemos entender su significado exacto”.
        La Democracia es el Régimen en el que la soberanía reside en el pueblo. Pero para ser verdaderamente soberano, el pueblo debe ser capaz de expresarse libremente, y aquellos a los que designa como sus Representantes deben actuar de acuerdo con sus deseos. Es por ello que la verdadera Democracia es la Democracia Participativa, es decir, la Democracia que permite a las personas ejercer su soberanía lo antes posible y de forma permanente, y no sólo durante las elecciones. En este sentido, el sufragio universal es sólo un medio técnico para evaluar el grado de acuerdo o consentimiento entre gobernantes y gobernados. Tal como se entendía por los antiguos Griegos, la Democracia, en su análisis definitivo, es un sistema que permite a todos los ciudadanos participar activamente en los asuntos públicos. Esto significa que la libertad en la democracia se define principalmente como la posibilidad de no participar activamente en la esfera pública, sin duda como la libertad para convertirse en algo ajeno a la esfera pública o de retirarse a la esfera privada”.
        Una Democracia puramente Representativa es, como mucho, una democracia imperfecta. En última instancia, el poder político debe ejercerse en todos los niveles, y no sólo en la parte superior, gracias al principio de subsidiariedad (o de competencia suficiente), lo que significa que las propias personas puedan tomar decisiones sobre lo que se relaciona con ellos tanto como sea posible, delegando sólo aquellas decisiones que interesan a las Comunidades más grandes para que se adopten en un nivel superior”. En momentos en que los Representantes están cada vez más aislados de la gente, cuando los Funcionarios no electos tienen cada vez más poder que los elegidos, cuando los Políticos se ven ellos mismos desposeídos de sus prerrogativas por un sistema Burocrático de expertos Técnicos”, que los sueños del Gobierno sobre los hombres adoptan los modelos de gestión de la Empresa o de una Administración de las cosas, la prioridad esencial es la renovación de la Democracia Participativa –la  democracia de base, la democracia directa– y el renacimiento de una esfera pública activa, que es la única capaz de mantener el vínculo social y garantizar el ejercicio de los valores compartidos(Alain de Benoist).
    “Con la crisis ha muerto la Dictadura de los Mercados”.
       Cuando la actual debacle financiera, que empezó en 2008, hizo estremecer a los pobres comentaristas Liberales que no sabían donde ponerse, Alain de Benoist realizó un Análisis que resultó extraordinariamente premonitorio y sirve de base para nuestra reflexión. En efecto,  cuando el entonces Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, hablaba de refundar el Capitalismo o declaraba que "la ideología de la Dictadura de los Mercados ha muerto con la crisis financiera"; cuando tan extraordinarias cosas sucedían, bueno era, y es, escuchar a Alain de Benoist, alguien que sí sabe donde ponerse: ahí donde siempre estuvo, rechazando el Socialismo, denunciando los desmanes del Capitalismo y previendo su actual Crisis Estructural. 
        En efecto, consideremos una cifra que resume la amplitud de la actual Crisis Financiera que se arrastra desde entonces. Desde el principio de aquél año, las grandes plazas bursátiles internacionales han visto como se esfumaba cerca de la mitad de su capitalización: 25 billones de dólares, o sea unas dos veces el producto interior bruto (PIB) de los Estados Unidos.
        “La Ideología de la Dictadura de los Mercados y de la Impotencia Pública murió con la crisis financiera”, declaraba Nicolás Sarkozy el 23 de octubre de 2008, al mismo tiempo que anunciaba la creación de “fondos soberanos” destinados a readquirir las acciones de las Grandes Empresas Industriales de importancia “estratégica”. Fue ello un giro radical que ha sido acogido pésimamente en Alemania: “una idea descabellada”, declaraba el Financial Times Deutschland.                        .

        La nueva Política Francesa marcaba, en efecto, una indiscutible vuelta al protagonismo económico del Estado. Se hablaba hasta entonces de libre comercio, de competencia abierta, de mercados financieros independientes. Se habla hoy –a seis años de distancia– de   volver al Proteccionismo, al Intervencionismo y al Capitalismo de Estado; en suma, a una “Política Económica Europea”. Este giro es muy bien acogido en Francia y en España, donde todos los sondeos ponen de manifiesto que los ciudadanos adhieren sumamente a la idea de que el Estado regule los Bancos, los Fondos de Inversión y los de Pensiones. En cambio, este giro suscita fuertes reticencias en los Estados miembros que, empezando por Alemania, desconfían del Estatismo, sobre todo de origen Francés.
        Frente a la amplitud de la crisis, ¿cabe, sin embargo, hacer otra cosa? Se trata de una Crisis Estructural, de la crisis del modelo neoliberal de crecimiento o de acumulación que se ha establecido a partir de los años ochenta. En un clima de desregulación generalizada de las operaciones Bancarias y de las inversiones Financieras, este modelo se ha caracterizado por la captura casi total de las ganancias de productividad por parte de los beneficios en detrimento de los salarios, ya que la riqueza ha dejado de provenir principalmente de las rentas del trabajo, derivándose en cambio de los patrimonios financieros (Predominio del Capital Financiero, efecto directo del NeoLiberalismo). Esta deflación salarial, que amenaza al compromiso social de la posguerra, ha tenido efectos negativos que no se han podido compensar mediante el endeudamiento. Es este Régimen el que hoy ha quedado roto. Las grandes crisis financieras son como los terremotos: después de la fuerte convulsión inicial, cabe esperar réplicas escalonadas temporalmente. Dicho más claramente: tras la fase de impacto, se asiste a un proceso en espiral, cuyos efectos acumulativos pueden conducir a situaciones de caosdice A. de Benoist.
        No cabe ninguna duda de que las Economías de Europa Occidental y de América del Norte seguirán experimentando una recesión profunda y de larga duración, que tendrá por efecto un aumento del desempleo. Ello debería de originar un descenso importante de los beneficios, que repercutirá inevitablemente en los mercados y las cotizaciones bursátiles. El vínculo entre la economía especulativa y la real es en efecto indudable, pues las Empresas dependen sumamente del Sistema Bancario, aunque solo sea por el crédito que necesitan para sus inversiones. Ahora bien, la crisis hace que los Bancos reduzcan ahora brutalmente sus créditos (es el credit-crunch). Es probable que esta contracción del crédito se produzca no sólo junto con una vertiginosa caída de las acciones y de los bienes inmuebles (como pasa en los EE.UU.), sino también con una fuerte devaluación del capital de los Fondos de Pensiones que cubren las Jubilaciones.
       En la zona del euro, la recesión ya es especialmente grave en España y en Inglaterra. Pero también Francia y Alemania podrían entrar en recesión desde finales de este año. Para evitar que la recesión se transforme en depresión, las Economías Occidentales van a verse obligadas a aceptar un fuerte aumento de la inflación, al mismo tiempo que el regreso del Estado como agente económico principal (como sucede en Rusia, China o Brasil). El fenómeno ya se observa en el sector Bancario, donde los Gobiernos se han hecho fiadores de los Bancos y Compañías de Seguros. El próximo paso podría consistir en restablecer las Protecciones Arancelarias,  reglamentar los Flujos Financieros Internacionales (que, por ej., en Sudamérica Argentina ha hecho), regresar a “políticas industriales” activas, o incluso que se acabara el dogma de la independencia de los Bancos Centrales y se transformara el Estatuto del Fondo Monetario Internacional (FMI). No cabe excluir tampoco una crisis del euro, y por tanto de las Instituciones Europeas.

        “Si hay un hecho decisivo que surge de esta crisis —declaró también en su momento Nicolás Sarkozy— es la vuelta de la política”. Pero ¿disponía verdaderamente de medios para ello? ¿No significaba ello ignorar la naturaleza propia del Capitalismo? “El Capital siente cualquier límite como un obstáculo”, decía ya Karl Marx, y Sarkozy pagó con su cabeza el precio de su sinceridad. La lógica de la acumulación del capital es la ilimitación, el rechazo de cualquier límite, el arrasamiento del Mundo por parte de la Razón Mercantil, la transformación de todos los valores en mercancías, el Gestell de que hablaba Heidegger. Ante la irresistible potencia del “turbocapitalismo” en cuanto a liberarse de cualquier límite, los esfuerzos de Nicolás Sarkozy, como vemos, resultaron vanos y hoy está fuera del Poder. El pensamiento de la Nueva Derecha Europea no deja, pues, de ser interesante y bien vale su análisis.-

sábado, 6 de diciembre de 2014

SARTRE, SIMONE DE BEAUVOIR Y LA NADA

  SARTRE, SIMONE DE BEAUVOIR, Y LA MORAL
      El Director de EL COLORADO, Dr. Osvaldo Bergonzi, de gran bagaje intelectual y exquisita cultura, tiene razón cuando critica la “inmoralidad” de Jean-Paul Sartre y su compañera sentimental Simone de Beauvoir. En realidad, ambos fueron –para nuestra moral convencional que tradicionalmente respetamos los Colorados– más que inmorales verdaderos “amorales”: Sartre fue un borrachín que bebía whisky a granel, fumaba mucho y se estimulaba con anfetaminas y aún con mezcalina, además de mujeriego promiscuo que prefería a las jovencitas; mientras que Simone de Beauvoir practicó el “amor lésbico” (algunas de sus amantes pasaron luego a manos de Sartre) y tuvo también profusión de amantes masculinos. En los Estados Unidos, entabló una relación pasional con el escritor americano Nelson Algren con quien mantuvo una intensa relación epistolar, llegando a intercambiar unas trescientas cartas por las cuales asistimos a una historia de amor con todos los componentes típicos del mundo poco convencional de Beauvoir. Un relato con las grandezas y miserias de lo que se quiere vivir al margen de las normas sociales. Para ello nada mejor que complementarlo con la lectura del tomo de su autobiografía que corresponde a esta época: La fuerza de las cosas. Allí comprenderemos que lo que hizo saltar por los aires esta relación fue la no aceptación de Algren de compartir a Beauvoir con Sartre. Y comprenderemos también que a pesar de las medias verdades que esconden estas cartas, el retrato que debe permanecer de Beauvoir es el de alguien que sacrificó su vida para construir un destino literario que vigilaba la mirada luciferina y displicente de Jean Paul Sartre y las luces doradas del mundo literario y político de París.; él (Algren) le propuso matrimonio, que ella rechazó por “fidelidad” a Sartre, a quien contó todos los detalles de aquella relación, tal como también Sartre lo hacía con las suyas. Ellos fueron amantes hasta el final de su vida pero nunca se casaron ni vivieron bajo un mismo techo, manteniendo relaciones sexuales con otras personas “normalmente”.
       Simone de Beauvoir en su obra “El Segundo Sexo” (1949) sirvió como propulsora y fue una de las iniciadoras del Movimiento Feminista y también del “Gay”. Su consagración literaria tuvo lugar ese año 1949: la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos. El Vaticano, por ejemplo, se mostró contrario al ensayo.  El segundo sexo se tradujo a varios idiomas: en los Estados Unidos, se vendieron un millón de ejemplares, y se convirtió en el marco teórico esencial para las reflexiones de las fundadoras del Movimiento de liberación de la mujer. De Beauvoir se convirtió en precursora del Movimiento Feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad. Este análisis desató un escándalo, en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al aborto, entonces equiparado al homicidio. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse.
      Sin embargo, ambos fueron de los más grandes intelectuales del siglo XX e irreductibles defensores de la libertad política e individual; así como criticaban a los EE.UU. por lo que llamaban su “genocidio” en Viet-Nam, también lo hacían con la URSS por su dictadura y violación de los Derechos Humanos. Jean-Paul Sartre inclusive rechazó la Condecoración de la Legión de Honor” francesa y el “Premio Nobel de Literatura” en 1964, por no perder su independencia de los Poderes e Instituciones. Pero su conducta amoral tal vez en gran parte se deba a su ateísmo pesimista y su sensación de la “Nada”; recordemos sus frases como “el hombre es una pasión inútil”, “el Ser se diluye en un incesante devenir de la Nada”, “el infierno es el Otro”, “la Nada está en el corazón del Hombre como el gusano que corroe el corazón de una manzana”, “el Hombre es una chispa entre dos Nadas”, “el Hombre es un ser para la muerte” “venimos de la Nada y vamos a la Nada”. Así que tal vez acertemos cuando consideramos que Sartre ensalza el individualismo más burdo y feroz, el culto del individuo solitario, divorciado completamente de la sociedad. Lleva a sus lectores por la vía de la degradación moral e intelectual, ya que el hombre, separado de la sociedad y en oposición a todo lo existente, deja de ser hombre, convirtiéndose en un humúnculo asustado y tembloroso que teme a la muerte y no sabe qué hacer con su vida. El hombre, pues, encerrado artificialmente en la cáscara impenetrable de su yo queda frente a los enigmas insolubles del Ser”, pierde la alegría de conocer y se priva del goce que proporciona una fecunda actividad humana. Se halla condenado a la angustia y la vida misma se le revela como un trágico absurdo”, siendo un individuo sin convicciones firmes y francamente amoral. Por eso, teniendo en cuenta todo lo anterior, decidimos ahondar y   hacer una exégesis de la percepción de:
 LA NADA EN EL PENSAMIENTO DE JEAN-PAUL SARTRE:
       La filosofía de Sartre, su “Existencialismo”, está expuesta técnica y acabadamente en “EL SER Y LA NADA” (“L’ être et le néant”), un libro de 760 páginas de no fácil lectura al cual los mismos Profesores de Filosofía lo han calificado de “difícil y muy técnico” ya que, en verdad, tiene un estilo abstruso y premioso a fuerza de precisión. No resulta fácil, pues, resumirlo en unas cuantas páginas ya que se trata de su pensamiento filosófico fundamental, mientras que su evolución hacia la ideología y filosofía política se halla en los dos tomos de su “CRÍTICA DE LA RAZÓN DIALÉCTICA en la cual intenta acercarse al Marxisno y convertir al Existencialismo, hasta entonces –según él– “una ideología parásita surgida al margen del Saber”, en un instrumento válido para las estructuras de la acción humana que comentaremos en otra entrega.
       
En busca del Ser y el encuentro del Hombre y la Nada:

       Sartre  empieza explicando que el pensamiento moderno ha realizado un progreso considerable al “reducir el existente a la serie de apariciones que lo manifiestan” logrando suprimir cierto número de dualismos que causaban embarazos a la filosofía y reemplazarlos con el monismo del fenómeno. Así se ha eliminado en primer lugar ese dualismo que opone en el existente lo interior a lo exterior. Ya no hay un exterior del existente que sea la verdadera naturaleza del objeto, aquello que los idealistas llaman “ESENCIA”. Sartre niega que exista un mundo de esencias (pp. 11-14) ya que la existencia precede a la esencia y los únicos existentes son: este mundo concreto (la naturaleza) y la libertad. “Si llamo ‘no yo’ al mundo, solo puedo entender este ‘no yo’ de acuerdo a mi existencia” dice; porque la supuesta “verdadera naturaleza”, si ha de ser la realidad secreta de la cosa, que puede ser presentida o supuesta pero jamás alcanzada porque es “interior” al objeto considerado, tampoco existe. “La apariencia remite a la serie total de las apariencias y no a una realidad oculta que haya drenado hacia sí todo el ser del existente”. Por eso, en fin, podemos rechazar el dualismo de la apariencia y la esencia. “La apariencia no oculta la esencia, sino que la revela: es la esencia. La esencia de un existente no es ya una virtud enraizada en lo hueco de ese existente”, la esencia es lo que debe poder ser manifestado por una serie infinita de manifestaciones individuales; y si la esencia de la aparición es un parecer que no se opone a ningún ser, se presenta un problema: el del ser de ese parecer que Sartre lo soluciona explicando el fenómeno del ser y el ser del fenómeno resumiendo que “La aparición no está sostenida por ningún existente diferente de ella: tiene su ser propio” (p. 15) y que el ser del fenómeno, aunque coextensivo al fenómeno, debe escapar a la condición fenoménica –que consiste en no existir algo sino en cuanto se revela– y que, en consecuencia, desborda y funda el conocimiento que de él se tiene. Y para dar más precisiones acerca del fenómeno del ser, Sartre elucida la cuestión del Ser-en-Sí y el Ser-para-Sí.
      Analizando filosóficamente el Ser, encuentra “el ser del fenómeno” y “el ser de la conciencia” radicalmente otro, cuyo sentido “requerirá una elucidación particular” a partir de la “revelación-revelada” de otro tipo de ser, el ser-para-sí… y que se opone al ser-en-sí del fenómeno. Para Sartre, el “ser en sí” no es pasividad ni actividad, su consistencia está más allá de lo activo como de lo pasivo, más allá de la negación como de la afirmación, es una inmanencia que no puede realizarse porque el ser “está empastado de sí mismo”; de hecho “el ser es opaco a sí mismo”. El “ser en sí” no tiene un dentro que se oponga a un fuera, está aislado en su ser y no mantiene relación alguna con lo que no es él; esto significa que no puede ser derivado de lo posible ni reducido a lo necesario. “No conoce, pues, la alteridad; no se pone jamás como otro… No puede mantener relación ninguna con otro”.
        La característica de la conciencia, al contrario, está en que es “una descompresión de ser”, ella, en efecto, “ha-de-ser lo que es”; así Husserl ha puesto claramente de relieve el hecho de que “solo la conciencia reflexiva puede desolidarizarse de lo que pone la conciencia refleja”. Entonces, la ley del “ser-para-sí” como fundamento ontológico de la conciencia, consiste en ser él mismo en la forma de presencia a sí. Esta “presencia a sí” –dice Sartre–“ha sido tomada a menudo por una plenitud de existencia”, pero para nuestro filósofo “la presencia del ser a sí mismo implica un despegue del ser con respecto a sí” Y esto llega a la superficie por medio de la realidad humana porque este principio no puede denotar sino las relaciones del ser con el exterior y comprometido en el mundo. El “para sí” es el fundamento de su “ser-conciencia o existencia”. Esto significa que se determina a sí mismo pero no puede fundarse sino a partir del “en-sí” y contra el “en-sí”. Así, la realidad humana se capta en su venida a la existencia como ser incompleto, “es perpetuo trascender hacia una coincidencia consigo misma que no se da jamás”.
          La realidad humana es padeciente de su ser, porque surge al ser como perpetuamente infestada por una totalidad que ella es sin poder serla...(pp. 32-36-124-142-145: loc. cit. et passim). Pero nosotros, superando el existencialismo sartriano del “ateísmo pesimista” agregamos que la conciencia (alma-manas) no se trasciende en modo alguno hacia su aniquilación, no puede perderse en el “en-sí” de identidad en el límite de su trascender, y el “para-sí” reivindica el “ser-en-sí” para el “ser-para-sí” en tanto que tal, y para un destino trascendente y superior.
        Para hacerlo más inteligible a los lectores no duchos en las disquisiciones filosóficas diremos que el filósofo existencialista, analizando el Ser, encuentra “el ser del fenómeno” y “el ser de la conciencia” lo que lo lleva a designar dos regiones singulares del Ser; el “Ser-en-sí” cuya característica es la de la opacidad, no tiene una conciencia de sí, está aislado en su ser y no mantiene relación alguna con lo que no es él, no tiene “actividad consciente” en el sentido de disponer medios con vistas a un fin. Y la otra región es el “Ser-para-sí” que al contrario, designa al ser de la conciencia cuya ley consiste en ser él mismo en la forma de “presencia a sí”; denota las relaciones del ser con el exterior y comprometido en el mundo por medio de la realidad humana, consciente, reflexiva. Esto significa que el Ser-para-sí es el Fundamento de su conciencia y es totalmente responsable de su ser convirtiendo la vida en “destino”, reivindicando la existencia hacia algo trascendente y superior.
        Ahora bien, las investigaciones antedichas conducen al seno del ser; pero Sartre aún no ha podido establecer en esta etapa la vinculación entre las dos regiones del ser que ha descubierto: el ser del fenómeno  y el ser de la conciencia cuyo sentido requerirá una elucidación particular a partir de “la revelación-revelada de otro tipo de ser, el ser-para-sí que se opone al ser-en-sí del fenómeno; pues para Sartre la conciencia es un ser cuya esencia implica la existencia, es decir, cuya apariencia exige ser. Aplica a la conciencia la definición que Heidegger reserva para el Dasein, diciendo que “es un ser para el cual en su ser es cuestión de su ser” (“Pour lequel il est dans son être question de son être”), pero la completa formulándola así: la conciencia es un ser para el cual en su ser es cuestión de su ser en tanto que este ser implica un ser otro que él mismo. (p. 31). “Ser cuestión de” implica a la vez que para la conciencia “se trata” de su ser, que al ser de la conciencia “le va” su propio ser, y que “cuestiona” o “pregunta por su ser”. Por eso, decir que la conciencia es conciencia de algo, es decir que debe producirse como revelación-revelada de un ser que no es ella misma y que se da como ya existente cuando ella lo revela.
        Todo esto lo lleva al problema de la negación y el origen de la nada, y a “esa totalidad que es el hombre-en-el-mundo”(p.42) preguntándose: 1º) ¿Cuál es la relación sintética a la que llamamos el ser-en-el-mundo? 2º) ¿Qué deben ser el hombre y el mundo para que la relación entre ambos sea posible? Y esta investigación misma lo lleva a otra pregunta: ¿Hay una conducta capaz de revelarme la relación del hombre con el mundo? Y al admitir la posibilidad de una respuesta negativa el interrogador se pone en estado de no-determinación: él no sabe si la respuesta será afirmativa o negativa; así, la interrogación “es un puente lanzado entre dos no-seres: no-ser del saber en el hombre, posibilidad de no-ser en el ser trascendente”. Habiendo pues partido en busca del ser, “he aquí que una ojeada a la interrogación misma, en el momento en que creíamos alcanzar la meta, nos revela de pronto que estamos rodeados de nada”(p.44). Pues la posibilidad permanente de no-ser, fuera de nosotros y en nosotros, condiciona nuestras interrogaciones sobre el ser. Y la respuesta se circunscribe a esto: “lo que el ser será se recortará necesariamente sobre el fondo de lo que el ser no es. Entonces, “El ser es eso y, fuera de eso, nada”.
         En efecto: “El Ser se refiere a la Esencia como lo inmediato a lo mediato. Las cosas, en general, “son”, pero su ser consiste en manifestar su esencia. El Ser pasa a la Esencia; esto podría expresarse diciendo: “El Ser presupone la Esencia”… El Ser retorna a su fundamento; “el Ser se trasciende en la Esencia(Hegel: Esquema de la Lógica). Así, el Ser, escindido de la Esencia que es su fundamento, se convierte en “la simple inmediatez vacía”. Y, en efecto, así lo define la Fenomenología del Espíritu, que presenta al ser puro, “desde el punto de vista de la verdad” como lo inmediato. “Ese ser puro –escribe Hegel en la Lógica Menores la abstracción pura y, por consiguiente, la negación absoluta, la cual, tomada también en su momento inmediato, es el no-ser”. Entonces Sartre se pregunta: La nada ¿no es, en efecto, simple identidad consigo misma, vacío completo, ausencia de determinaciones y de contenido? El ser puro y la nada pura son, pues, la misma cosa. Eso significa concretamente que “Nada hay en el cielo y en la tierra que no contenga en sí el ser y la nada” (Hegel: Lógica Mayor, cap. I.).
        Sartre penetra en la concepción fenomenológica de la nada, admitiendo que se puede concebir de otra manera la complementaridad del ser y la nada. “Se puede ver en uno y en otra dos componentes igualmente necesarios de lo real, pero sin ‘hacer pasar’ el ser a la nada, como Hegel, ni insistir como nosotros intentábamos, sobre la posterioridad de la nada: al contrario, se pondrá el acento sobre las fuerzas recíprocas de expulsión que el ser y el no-ser ejercerían mutuamente, y lo real sería, en cierto modo, la tensión resultante de esas fuerzas antagónicas”(p.57). Hacia esa orientación que es una nueva concepción va Heidegger (¿Qué es Metafísica?). Existen, incluso, numerosas actitudes de la “realidad humana” que implican una “comprensión” de la nada: el odio, la prohibición, el pesar, etc. Hasta hay para el Dasein (ser-ahí) de Heidegger una posibilidad permanente de encontrarse “frente a” la nada y descubrirla como fenómeno: es la angustia. Empero, Heidegger, aun estableciendo las posibilidades de una captación concreta de la Nada, no cae (Sartre dixit) “en el error de Hegel y no conserva al No-ser un ser, así fuera abstracto: la Nada no es: se nihiliza.
        Sabido es que, para Heidegger, el ser de la realidad humana se define como “ser-en-el-mundo”. Pero la realidad humana  no puede hacer parecer al ser como totalidad organizada en mundo sino trascendiéndolo. Toda determinación, para Heidegger, es un trascender, ya que supone retroceso, toma de perspectiva. Este trascender el mundo, condición de la surrección (surgimiento) misma del mundo como tal, es operado por el Dasein hacia sí mismo. La característica de la ipseidad (ser sí mismo), en efecto, es que el hombre está siempre separado de lo que él es por toda la amplitud del ser que él no es. El hombre se anuncia a sí mismo del otro lado del mundo, y retorna a interiorizarse hacia sí mismo, a partir del horizonte: el hombre es “un ser de alejamientos”. Pero esta aparición del sí-mismo allende el mundo, es decir, allende la totalidad de lo real, es una emergencia de la “realidad humana” en la nada. Solo en la nada puede ser trascendido el ser. Esto significa, por una parte, que la realidad humana surge como emergencia del ser en el no-ser, y por la otra, que el mundo está “suspendido” en la nada. La angustia es el descubrimiento de esta doble y perpetua nihilización. La contingencia del mundo se aparece, pues, a la realidad humana en tanto que ésta se ha instalado en la nada para captarla. Y Sarte, luego de analizar a Heidegger, afirma contundentemente:La nada, si no está sostenida por el ser, se disipa en tanto que nada, y recaemos en el ser. La nada no puede nihilizarse sino sobre fondo de ser; si puede darse una nada, ello no es ni antes ni después del ser ni, de modo general, fuera del ser, sino en el seno mismo del ser, en su meollo, como un gusano”. (p.62).
             Pero, la Nada ¿de dónde viene?: Si se quiere ceñir el problema –dice Sartre contradiciendo a Heidegger– es preciso reconocer primeramente que “no podemos conceder a la nada la propiedad de “nihilizarse”, porque “solo el Ser puede nihilizarse, ya que, para nihilizarse, es necesario ser. Pero la Nada no es. Podemos hablar de ella sólo porque posee una apariencia de ser, un ser prestado. La Nada no es; la Nada no se nihiliza, la Nada “es nihilizada”. Resulta, pues, que debe existir un Ser, el cual tenga por propiedad nihilizar la Nada, soportarla por su propio ser, desplegarla perpetuamente desde su propia existencia: un ser por el cual la Nada advenga a las cosas”.
        Pero,¿cómo ha de ser este Ser con respecto a la Nada para que, por medio de él, la Nada advenga a las cosas? En primer lugar, dicho ser no puede ser pasivo con respecto a la Nada: no puede recibirla. Por otra parte, el Ser por el cual la Nada llega al mundo no puede producir la Nada permaneciendo indiferente a esta producción. Sería inconcebible que un ser que fuese plena positividad mantuviera y creara fuera de sí una Nada de ser trascendente, pues no habría nada en el Ser por medio de lo cual el Ser pudiera trascenderse hacia el No-Ser. El Ser por el cual la Nada adviene al mundo debe nihilizar la Nada en su Ser a raíz de su ser. “El Ser por el cual la Nada adviene al mundo es un ser para el cual, en su Ser, es cuestión de la Nada de su Ser: el ser por el cual la Nada adviene al mundo debe ser su propia Nada. Y ha de entenderse por esto no un acto nihilizador, que requeriría a su vez un fundamento en el Ser, sino una característica ontológica del Ser requerido”. (p.64).
         Ahora falta averiguar en qué delicada y exquisita región del Ser encontraremos ese Ser que es su propia Nada. Para ello, es preciso volver a la interrogación; y hemos visto antes, que toda interrogación pone, por esencia, la posibilidad de una respuesta negativa: queda siempre abierta una posibilidad de que se devele como una Nada. Pero, a la vez, la interrogación emana de un interrogador que se mueve en su propio ser como preguntante, despegándose del ser. La interrogación es, pues, por definición, un proceso humano. El hombre se presenta, por ende, al menos en este caso, como un ser que hace surgir y desplegarse la Nada en el mundo, en tanto que, con ese fin, se afecta a sí mismo de no-ser. Así, la surrección del hombre en medio del ser que “lo inviste” hace que descubra un mundo. Pero el momento esencial y primordial de esa surrección es la negación. Así, hemos alcanzado el término primero de este estudio: EL HOMBRE ES EL SER POR EL CUAL LA NADA ADVIENE AL MUNDO.-

      En otro Artículo se analizará el pensamiento de J. P. Sartre en “El Ser y la Nadacon respecto a EL HOMBRE, LA LIBERTAD, LA MUERTE y DIOS; para luego, examinar los fundamentos de la “Crítica de la Razón Dialécticay comparar qué tenía en común con  Lev Trotsky y Niccolò Machiavelli.-