domingo, 24 de abril de 2016

IMPEACHMENT

              EL “IMPEACHMENT” BRASILERO
La Presidenta Dilma Rousseuff alertó en Octubre de 2015 sobre un intento de "golpe a la paraguaya" que comenzaba a planificarse en su país, acusación completamente infundada –pues las condiciones son muy distintas– ya que aquello fue un invento para justificar la desvergonzada intromisión en los asuntos internos paraguayos. La advertencia se produjo apenas un año después de su triunfo electoral, donde 54 millones de brasileros optaron por el Partido de los Trabajadores, derrotando una vez más al PSDB. En aquel entonces la Derecha comenzó a hablar de la "tercera vuelta" electoral, en las calles, pidiendo la renuncia de la Presidenta durante los meses siguientes a la elección. Todo era pavimentado por el “tridente mediático” concentrado (O Globo, Folha de Sao Paulo, Estadao) que centraba su atención en Lava Jato (Operação Lava Jato: Operación lavado a presión”, también conocido en Brasil por Petrolão, es el nombre que se le da a una investigación llevada a cabo por la Policía Federal de Brasil) investigación donde paradójicamente Dilma no aparece.
El supuesto "golpe a la paraguaya" ya está en desarrollo ante nosotros, apenas seis meses después de aquella advertencia. Lo incubó la dupla Temer-Cunha, del PMDB, en alianza explícita con el PSDB de Neves-Alckmin-Fernando Henrique Cardozo. Como se ve, agrupaciones y nombres que aparecen tanto en Lava Jato como en los más recientes Panamá Papers. Pequeños Partidos evangélicos y Diputados ultraderechistas como los hermanos Bolsonaro agregaron el condimento final a la cocción de un “impeachment” verdaderamente inexplicable a la luz de la opinión pública internacional. La supuesta “Nueva Derecha”, saludada previamente por ríos de tinta que destacaban sus atributos democráticos, abrió paso a lo que verdaderamente es: una Derecha rancia, que se vale de las Instituciones para actuar contra esas mismas Instituciones, provocando el absurdo de que 367 Diputados influyan más que 54 millones de brasileros en los destinos de su país.
Pero como decía George Bernard Shaw, “hay que ver las cosas que están detrás de las cosas”, la conexión externa, además, es nítida: la agencia Reuters ratificó que la poderosa Corporación Goldman Sachs (El Grupo Goldman Sachs, The Goldman Sachs Group, Inc. o simplemente Goldman Sachs GS es uno de los Grupos de Banca de Inversión y Valores más grandes del mundo. Fue fundado en 1869) manejaría la economía de Brasil a través de la posible designación de Paulo Leme en el Gabinete Económico de Temer. Esto explica por qué diversos Analistas también consideran al “golpe institucional” en curso como un deliberado embate a los BRICS y los Países emergentes, que en los últimos años han creado mecanismos alternativos al FMI y Banco Mundial, como el Banco de Desarrollo y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras contra los cuales Washington diseña el TPP (Acuerdo Transpacífico).
Temer tiene un reto evidente: no ser velozmente descartado, ya que internacionalmente quedará ligado al “andamiaje golpista”, pretexto por el  cual Paraguay fue apartado velozmente del Mercosur. Temer, al servicio de la FIESP (Federação das Indústrias do Estado de São Paulo) y O Globo, cumple su mandado temporal: correr a Dilma, desbancar al PT. La relativa cautela en la Derecha Latinoamericana respecto al zarpazo institucional de Temer ilustra el desafío de éste: no convertirse velozmente en un personaje descartable, de mera transición.
De todos modos, esto viene a demostrar el momento de debilidad evidente por el que está atravesando la “Izquierda Bolivariana” en Sudamérica, ya que están cayendo como fichas de dominó las principales piezas (Venezuela, Argentina, Bolivia y ahora Brasil) y abre un panorama incierto en el concierto Latinoamericano con graves de riesgos de choques frontales donde puede correr sangre, dada la polarización de las fuerzas en disputa.-



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