domingo, 23 de febrero de 2014

LIBERALES QUERIAN DESTITUCION DE WASMOSY POR OVIEDO



          LA CÚPULA DEL P.L.R.A. ESTABA DE ACUERDO CON LA
         DESTITUCIÓN DE WASMOSY EL 22 DE ABRIL DE 1996.
          (del Libro: “LINO OVIEDO, MÁS ALLÁ DEL GOLPE”.
            2ª. Edición mejorada).

          El “ataque” al patrimonio del entonces Pte. de la Rca. –por el rechazo Parlamentario a la construcción del segundo puente sobre el rio Paraná– fue la chispa que encendió el polvorín, pero éste ya estaba dispuesto desde tiempo atrás. El movimiento definitivo de las piezas necesarias para el verdadero Golpetuvo su ajuste un mes antes, durante los Idus de Marzoen una secreta reunión en la casa de Luis Andrés Argaña, hijo del Líder de Reconciliación Colorada” Luis María Argaña, presente en la reunión, además de Juan Carlos Wasmosy, sus validos Galaverna y Juan Ernesto Villamayor, el Vice-Pte. Ángel Roberto Seifart, el Senador Martín Chiola (+) y el Líder Partidario Bader Rachid Lichi. En esa reunión el verdadero golpe –contra Oviedo– entró en su fase final de ejecución al conocerse, por boca del Diputado Villamayor, la aprobación del ex-Presidente General Andrés Rodríguez, y la neutralizaciónde ciertos Altos Mandos que rodeaban al Comandante del Ejército, en especial el General Santiago Zaracho. Se resolvió que después de Semana Santa cada fecha entraba ya en la línea rojade alerta para la ejecución del Golpe en el momento propicio... que se presentó increíblemente pronto y fácil.
          El Sábado 20 de Abril, J.A. Ramírez Díaz de Espada confirmó la noticia de que el Decreto de relevo estaba firmado faltando sólo la fecha, y prestamente se lo comunicó al General, quien no lo creyó. Y el Lunes 22 cuando a la siesta las emisoras propalaban la noticia, volvió a reunirse con su amigo en presencia del Dr. José Francisco “Baby” Appleyard, recibiendo la respuesta de que todo estaba tranquilo y controlado; del mismo modo, el General Zaracho, Comandante del 1er. Cuerpo de Ejército, recibió la noticia de boca del mismo General Oviedo quien hizo el lacónico comentario de que el Documento de relevo del Cargo entregádole “carecía de validez, porque no contenía algunos puntos esenciales como: día, hora, lugar de entrega y otros, pero que él resolvería el problema y que me había convocado al solo efecto para poner a mi conocimiento (sic) dicha situación y que me podía retirar, ocasión en que le pregunto si qué Orden tenía para el 1er. C.E., respondiéndome ninguna y que las actividades se desarrollen normalmente” (Gral. Santiago Zaracho Frucadez: “Informe aclaratorio elevado al Comandante del Ejército Gral. de Div. Oscar Díaz Delmás”; 7 de Junio de 1996).
          Así las cosas, el alboroto de gallinero–causado por la pública intervención de la Embajada Yanki y la denuncia por Televisión del Pte. de la Rca. de que el Gral. Oviedo se ha negado a obedecer mi orden– era ya infernal para cerca de la medianoche cuando el Senador Liberal Radical Auténtico Fermín Ramírez (+) realizó una misteriosa llamada telefónica, y treinta minutos después ingresaba desapercibidamente a la residencia del Dr. Domingo Laíno, por aquel entonces máximo Líder del Partido Liberal Radical Auténtico, un hombre de mediana estatura, algo rechoncho, rubio, de de tez rojiza coloradote”, de movimientos muy discretos, quien fue recibido con mucha cordialidad por el autor de la llamada.
          Tras estrecharse las manos ingresaron rápidamente al salón. El singular rostro surcado de arrugas del influyente Senador Ramírez (que le valiera el marcantede apepú) reflejaba una profunda preocupación. El hombre misterioso, indudablemente cercano al Gral. Oviedo a juzgar por el tono de la conversación, fue introducido en la amplia estancia donde el Dr. Laíno presidía una animada discusión con más de una veintena de altos Dirigentes del PLRA; a decir verdad, la crema y nata del Lainismo se hallaba reunida discutiendo la situación creada por la llamada telefónica (a Laíno) del Presidente de la República para encomendarle una gestión con el Presidente del Congreso –el escribano Milciades Rafael Casabianca–anunciándole su intención de renunciar junto con el Vice-Pte. Seifart (Declaración del Dr. Domingo Laíno ante el Juez que investigaba la Causa).
          Siguieron discutiendo unos minutos más entre ellos, mientras Laíno, advertido de la llegada del visitante, se levantó saludándole como si ya lo conociera. El hombre procuraba pasar lo más inadvertido posible parándose en un cono de sombra cerca del dirigente liberal. Después de un intercambio de palabras amistosas, el Dr. Laíno le comentó al visitante que él (Laíno) y sus principales tenían concertada una entrevista muy importante con el General Oviedo por lo que mucho les interesaba conocer el “ambiente” que reinaba en el 1er. Cuerpo de Ejército y sus alrededores.
          El visitante, en un tono tranquilo y como muy seguro de lo que decía, les expresó que por esos lugares no se observaba nada alarmante, ni siquiera fuera de lo normal, Es más, el desplazamiento de personas y vehículos dentro y fuera del predio, aparte de la expectativa que creaban los Medios de Comunicación, se desarrollaba sin contratiempo. Que dentro del predio del 1er. Cuerpo de Ejército todo el personal estaba en sus lugares habituales, las familias residentes estaban en sus viviendas, todas las luces de la Unidad continuaban encendidas, y lo que era más significativo, en el denominado “Parque de la República” (Linódromo), colindante con el 1.C.E., estaban reunidas más de un millar de personas, en un ambiente casi festivo, sin reflejar ningún temor ni apuro de alguna clase” (Testimonio escrito del protagonista: Abog. Armando Correa López).
          Luego las discusiones cesaron. Era ya pasada la medianoche y todos esperaron respetuosamente la palabra final del Líder en cuyas manos habían puesto la decisión. El ambiente era tenso como una cuerda sosteniendo un tremendo peso, que debía ser cortada por el filo de la voz de Laíno. El Senador Ramírez y el hombre misterioso también dejaron de cuchichear entre ellos y aguardaron quedamente.
          Domingo Laíno, puesto tal vez en la más dura prueba de su carrera política, se colocó la máscara de la impasible calma. En aquellos momentos cruciales para la joven democracia paraguaya, el héroe de cien batallas contra la Tiranía, el Líder reverenciado por las masas liberales, era un jugador: las apuestas eran altas; si ganaba se lo llevaba todo: el Gobierno, la salvación de la transición democrática, el Poder, la gloria y el honor. Pero si perdía, ¡ay de él, ay del Paraguay y del Partido Liberal, que lo habrían elegido para su destrucción! Pero Domingo Laíno nunca pensaba en la derrota.
          Laíno habló con voz tranquila pero firme: --“¡Este Wasmosy no va más, es un fracaso!” exclamó, para luego dar a conocer su sibilina decisión: --Lo que hay que hacer, se hace”. Después siguió explicando brevemente las posibles opciones para la resolución de la crisis asintiendo todos los presentes, poniendo énfasis en que Wasmosy debía ser removido, a tal punto que “Papilín” Ramírez Montalbetti, subido a una silla, lo reclamó con un violento discurso. También resolvieron firmemente que se debía evitar que la Presidencia provisional recayese en el Encuentrista Casabianca, acordándose, al final, formar una “Comisión Mediadora” que partiría de inmediato a  “la Caballería” para entrevistarse con el General Oviedo. El hombre misterioso, que no había pronunciado palabra en  todo el tiempo, se despidió con cortesía y partió raudamente; indudablemente solo era un testigo calificado de las “buenas intenciones” de los Liberales que partieron tras suyo. Los periodistas alertados, los siguieron cual sabuesos tras su presa, pero al promediar la Avda. Artigas, el automóvil del hombre misterioso torció el rumbo y, puestos en la disyuntiva, los reporteros prefirieron seguir a los automóviles de Laíno y su comitiva que enfilaban ya hacia la Caballería. El hombre misterioso se perdió –como dicen los poetas– “en el piélago de sombras de la noche…”
          Llegados a la Unidad Militar, fueron llevados sin dilación a la presencia del Comandante del Ejército ante quien Laíno expresó más o menos lo mismo, exponiendo su conformidad con el relevo del Ejecutivo agregando, sin embargo, que todo debía ir dentro de los marcos Constitucionales”. Se estaba hablando dentro de la expectativa creada por la noticia de la presunta renuncia de Wasmosy y Seifart. Oviedo, que los había recibido en compañía del Dr. José Francisco Appleyard, los despidió sin emitir opinión alguna.-
     (Esta 2ª. Edición mejorada se halla en venta en las Librerías: COMUNEROS, QUIJOTE, EL LECTOR, EDITORIAL                      DOMÍNGUEZ, SERVILIBRO, y el QUIOSCO “FERNÁNDEZ” de Chile y Estrella).-      
              

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