sábado, 18 de julio de 2015

LA "TERCERA VÍA"


          LA “TERCERA VÍA” EN EL PARTIDO COLORADO
        Ante el enfrentamiento, cada vez más ríspido, entre el Movimiento Oficialista dirigido  por el Pte. Cartes y el Movimiento “Colorado Añeteté” de Marito Abdo Benítez, que, dadas sus características e intereses encontrados, ha de prolongarse más allá de las Elecciones internas del 26 de Julio, está surgiendo la prédica de una “Tercera Vía” de Dirigentes muy lúcidos y experimentados, que trata de ofrecer una solución que preserve la unidad, cohesión y el futuro del Partido Colorado. Por ello es interesante hacer una “disección” de la política de ambos contendientes y lo que parece ofrecer esta última.
        En el “Cartismo” gubernamental sigue la frialdad con el Partido Colorado cuyas bases, aunque aún no se manifiesten públicamente, mascullan su descontento en voz baja y pueden llegar a dar la espalda al Poder como pasó con Duarte Frutos. El Gobierno tiene que apoyarse más en el Partido que es el que mantiene la gobernabilidad y sirve de “correa de transmisión” con el pueblo. Eso será más eficiente y eficaz para levantar la imagen del Gobierno antes que “consejos” de entornos sin experiencia política.
        Es de capital importancia el Partido Político en la consolidación del Poder, el mantenimiento del Orden y la Gobernabilidad. Condición indispensable en la edificación del Poder del Gobierno es la presencia y  actividad del Partido Político que lo sustenta; y la importancia del Partido Político se eleva aún más después de conquistado el Poder Estatal. De ahí que todos los intentos de separar la actividad de tales o cuales órganos del Gobierno o Entes Administrativos Estatales y Paraestatales de la presencia del Partido, de sustraerlos al mismo, son profundamente nocivos y se oponen a los intereses del Gobierno y el pueblo. El zafarse del Partido conduce a fracasos en el trabajo y al divorcio respecto de las masas.
            Decía el Dr.  Luis María Argaña en su “Memoria Política” dirigida a los Convencionales de la “Convención Ordinaria” del Partido Colorado, el 19 de Septiembre de 1998: “Este es el momento propicio para aclarar que doctrinariamente el Partido no es el Gobierno, ni el Gobierno es el Partido. Aunque en el pasado se dio tal confusión, como resultado de largos años de alineación grosera, es bueno aclarar hoy que el Partido Colorado ya no puede  conceder cheques en blanco a quienes administran el país”.
         “Que los Gobernantes de turno pertenezcan a las filas de la Asociación Nacional Republicana no implica que la Junta de Gobierno y el pueblo colorado tengan que permanecer indiferentes y cómplices ante la desviación de los principios o la inobservancia de los programas del Partido Colorado. Al contrario, es en estas circunstancias en que debe acrecentarse nuestra responsabilidad de vigilante y contralor del cumplimiento de la Doctrina Política y Social de nuestra Organización Partidaria. El pueblo es amparo y reparo del Gobierno”.
          “En estas circunstancias, reiteramos, los Colorados nos reservamos el derecho de condicionar el apoyo al Gobierno conforme respete y desarrolle o no los ejes doctrinarios que dieron origen y sustentación al Partido Colorado”.
          “Tengo fe en que el Gobierno habrá de optar, finalmente, por los mejores hombres para manejar la cosa pública, suprimiendo la aberrante práctica de anteponer la obsecuencia a la capacidad y a la honestidad”.
       A esta altura de su Gobierno ya queda claro para cierto sector de la Clase Política Colorada, que el Pte. Cartes ejecuta una política Neoliberal para empresarios amigos y con prescindencia del Partido Colorado. Y se vislumbra que desearía la reelección y que si ello no fuere posible, trataría de que su sucesor sea otro de su Clase Empresarial, no pudiendo desecharse la posibilidad de que busque una alianza con el Partido Liberal para el 2018. Lo apuntado (que ya es evidente para esos altos círculos políticos) traería aparejada la consecuencia de que muchos de los principales Políticos Colorados quedarían, en su mayoría, excluidos de la Lista Oficialista y, por ende, del apoyo para su permanencia en los importantes Cargos electivos del Congreso y las Gobernaciones.
        Esta circunstancia es la que mueve a dicha Clase Política Colorada a reaccionar fuertemente para proteger sus intereses y busque la manera de contrarrestarla con alianzas políticas que le den el respaldo suficiente y el sustento económico para dar la batalla defensiva, pasando ya desde el “vamos” a la defensa más efectiva que es el ataque, la ofensiva en todos los frentes. Para ello, y para consolidar su posición, busca, además de explotar el gran descontento partidario, la alianza con los sectores que más están creciendo electoralmente y poseen el apoyo económico financiero en gran escala que se necesita para contrarrestar al “Cartismo” empresarial.
       “Calé” Galaverna y sus compañeros de ruta están pretendiendo hacer lo que los Liberales hicieron en el 2008, pero al revés; no en balde a “Marito” le acompañan en la Presidencia del Senado, el izquierdista Carlos Filizzola como vice Pte. 1º, y Carlos Amarilla, uno de los Líderes del ala izquierda del PLRA, como Vice Pte 2º; y esto trae aparejado un riesgo muy grande: que el “Golpe”, si resulta, se les escape de las manos y se convierta en una “Revolución” inmanejable para ellos y sean los desplazados por una Izquierda bien organizada y disciplinada. Y será sí porque un Movimiento, Partido o Gobierno imbuido de tal ideología dedica grandes recursos y mucha energía a la tarea de configurar las percepciones del público y resulta claro que protege con mucho celo su monopolio en ese aspecto; dicho monopolio es una característica habitual de las sociedades impositivas, donde la voluntad de controlar la conducta no sólo se manifiesta en la tendencia a la economía planificada y centralizada, sino también en todas las esferas de la sociedad, desde la ciencia hasta la educación moral. No hay concesiones de ninguna clase a la discrepancia: la dependencia inflexible de la visión mítica de la realidad crea un peso muerto que gravita sobre el proceso de cambio o modernización; y lleva indefectiblemente a un totalitarismo que fatalmente sacrifica a sus “compañeros de ruta”; y el intento de su desmantelamiento, una vez ya instalada, podría abrir la puerta a un extremismo aún más desastroso y radical, una “huida hacia adelante” o bien al contraataque de los Conservadores reaccionarios. En ambos casos la Nación va al fracaso. Por eso nos preguntamos: ¿Es esta “Alianza” meramente coyuntural para enfrentar al Ejecutivo en el Congreso, mientras se continúa ganando influencia en el Partido, y se la abandonará en el 2018 para las Elecciones Generales tal como lo hizo el MOPOCO con el “Acuerdo Nacional” en 1989? ¿O se llegará hasta el fin con una reedición del “Gobierno de Unidad Nacional” con la Oposición que fructificó en el “Marzo Paraguayo” de 1999?
        A raíz de lo examinado, todos los elementos de la política que se ofrecen a la “Tercera Vía” están unidos aquí: la convicción de la incompatibilidad de un sistema de Liderazgo Gubernamental “perturbador” y absolutista, con una Comunidad Republicana organizada descontenta que casi ve como “anti-Colorado” ese sistema; la desconfianza de las Bases, la falta de neutralidad del Ejecutivo y de la Presidenta de la Junta de Gobierno, la “contra” del entorno gubernamental, el fracaso del Oficialismo en obtener un “Candidato de consenso”, la flexibilidad de las tácticas para la obtención de una meta que no es en modo alguno imposible, aunque parezca remota al principio.
        Esta es entonces la política que las circunstancias proponen a la “Tercera Vía”: mantener abiertas todas las opciones, conservar la libertad de acción al máximo, pero limitar todos los compromisos ante la necesidad de ganarse la confianza del Pueblo y las Bases tradicionales coloradas sin “chocar” frontalmente con el Pte. Cartes y su Gobierno, que, al fin de cuentas, es un Gobernante electo por 1.200.000 colorados. Y esto se debe a que la condición de la supervivencia, el progreso, y posterior éxito de la “Tercera Vía” es un relajamiento de la presión que Cartes puede ejercer sobre el Partido. Pero esa presión no se evitará, ni menos aliviará, y las negociaciones de “persuasión” que los Dirigentes de la “Tercera Vía” podrían hacer no tendrían sentido sin un marco de confianza. Y la confianza supone un principio que Cartes, el “Oficialismo” y las masas Coloradas tradicionales puedan aceptar, por lo menos hasta cierto punto; pero, ¿cómo conciliar las pretensiones de dominio absoluto (de Cartes) con las del equilibrio independiente (que propone esta “Tercera Vía”); las del Gobernante “perturbador” para el que todo límite a su Poder es un reto, con las del Movimiento que busca más Poder, Orden y Libertad para el Partido y para quien precisamente la limitación del “absolutismo” Gubernamental es la condición de su supervivencia?
        Sin embargo, hay un punto débil en la estructura “Cartista”: que la legitimidad de una pretensión de Poder sobre el Partido depende de la aceptación, no de la imposición; y que a pesar de toda la fortaleza política que da el Gobierno, todo depende de la conducta de un solo hombre: el Presidente. En consecuencia, este Movimiento puede apelar a la sensación de inseguridad de la aceptación de las masas coloradas  por parte de aquél para crear el único lazo que Cartes reconocería como una necesidad”. Sería como trocar la seguridad que da la legitimidad de las pretensiones Partidarias por el tiempo, una “garantía” de permanencia en el Poder sin sobresaltos ni disgustos por una promesa de supervivencia y coexistencia; el Movimiento de la “Tercera Vía” puede convertirse en el “mediador” que arregle las diferencias entre Cartes y el descontento Partidario. Tiene que presentarlo como un objetivo abstracto y perentorio aun sin perseguirlo realmente en la práctica hasta el momento oportuno. Se trata simplemente del problema de la credibilidad planteado de manera insólitamente complicada pero real, porque nosotros, en la intimidad, debemos comprender que, por desgracia, las realidades políticas no son tan simples.
        En esta forma salvará la “Tercera Vía” –cualquiera sea quien triunfe en las Elecciones de este Julio u obtenga un resultado importante– el vacío que parece abrirse ante el Gobierno, utilizando audazmente el concepto de legitimidad –el único que la Democracia reconoce– en su favor, porque así como los éxitos de Cartes se debieron a que sus oponentes no pudieron concebir una política de objetivos ilimitados, el derrumbe de la autoridad moral de Cartes puede sobrevenir si demuestra incapacidad para comprender la inestabilidad que aqueja al Partido Colorado en todos sus estratos, así como la doblez de las relaciones personales, familiares y de los Poderes Fácticos que lo circundan.
        Pero, ¿hay posibilidades de consolidación de una “Tercera Vía”? Esto parecen pensarlo afirmativamente significativos Dirigentes políticos que ya salen al ruedo sin apoyar a una u otra Candidatura opuesta o no al Oficialismo. Indudablemente se busca el surgimiento de una Corriente de veteranos Dirigentes del Partido como Bader Rachid Lichi, Atilio R. Fernández  y gente joven, que busque un Partido Colorado renovado y moderno, apoyada por un Empresariado no Corporativo auténticamente capitalista, y que tenga impacto en las masas campesinas, con influencia también en la Clase Media citadina.
        Así pues, la prueba de que el Presidente de la República puede ser un Estadista, será su capacidad para reconocer la relación real de las fuerzas y para hacer que este conocimiento sirva a los fines de la estabilidad, el equilibrio, el orden y la libertad. Y que ello surja y se afiance en un Paraguay como parte del concierto internacional puede en gran parte deberse a los esfuerzos y perspicacia de este Magistrado solitario. Y de esta manera, el camino que siga el Gobierno será el correcto, y si supera la falta de firmeza que corte el nudo gordianode las indefiniciones su fracaso solo podría sobrevenir si se fija tareas que excedan a la capacidad de sus materiales (personas y recursos): ya sea por una visión global de la “burbuja” irrealista que da el Poder que ignore a la concepción de la estructura interna del Partido Colorado y de la Nación, o por un esfuerzo aislado y aislacionista imposible en este estado de cosas.
        En cuanto a la “Tercera Vía”, deberá seguir la política más interesante de todas: embanderarse con las reivindicaciones masculladas por un Pueblo Colorado descontento por la preterición del Partido en la toma de decisiones, el nombramiento indiscriminado de Opositores en los Cargos Públicos de relevancia, la obsecuencia –excesivamente servil– de  la Presidenta de la Junta de Gobierno y su Comisión Ejecutiva a los dictados del Ejecutivo, el “autismo” de éste último respecto a los Caudillos de las Bases; tal como lo hiciera Luís María Argaña, con Rodríguez primero (en 1992) y contra Seifart-Wasmosy (en 1996) derrotando en ambas ocasiones al Poder Político del Gobierno y a los inmensos recursos económicos de sus contendientes.
        Por eso una de las pautas que es importante analizar, es “el estilo de la “Tercera Vía”:
La sabiduría consiste en buscar contra-poderes. Un Jefe Político sólo conoce dos límites: la sanción popular y su sentido del deber” (François Mitterrand:“Memoria a Dos Voces”; París, 1995). Estas frases del hombre que durante 14 años ejerció la monarquía republicanaque en Francia significa ser Presidente, merced a la Constitución de la V República legada por el Gral. De Gaulle, no la hemos notado en absoluto, toda una generación de paraguayos, en nuestros Gobernantes de turno ninguno de los cuales se ha comportado como el Estadista que, como decía Platón en su Alcibíades”, debe ser tejedor de voluntades ciudadanas…y aún en la inmediatez de sus actos, enmarcar el futuro del horizonte avizorado para la República”.
        La “Tercera Vía” debe cimentar un estilo de Liderazgo menos providencial que el de Argaña, pero más imbuido de idoneidad, que comunique en un plano mayor de simetría entre el Dirigente y los ciudadanos. Los Colorados, en una buena parte, tienden a buscar algo como la encarnación de una mezcla de tradicional y nuevo estilo político demandado por los sectores más populares y carenciados de la sociedad, que simbolice una actitud más sensible del Dirigente en la captación de las preocupaciones de los dirigidos. Y los Colorados tradicionales, en particular, lo ven como la última y única esperanza capaz de frenar la demolición del Aparato Político Partidario y su estructura social e ideológica, que costó edificar más de un siglo de vivencia constante, por parte de un redivivo “Neo Decoudismo-Egusquicismo Rojiverde” ahora presentado en un deformado Neo-Liberalismo criollo (ahora Roji-Azul).
         La “Tercera Vía” debe crear los contra-poderes independientes de la Estructura Estatal y  la Cúpula Partidaria mediante una compacta aunque descentralizada organización de cuadros de los “indignados”, enfatizando el trabajo propiamente ideológico recuperando el concepto del “Partido Nacional Republicano” Agrarista, Nacionalista y de democracia social del Republicanismo de sus orígenes, pero sumando a ello el aggiornamento”: la actualización y desarrollo de la ideología acorde con los aportes recibidos en el curso de la historia; pero aún más, procurando incorporar a la Dirigencia de Base afiliados con mayor razonamiento y conciencia del porqué y del para qué de una determinada acción colectiva partidaria.

        Ante el peligro inminente de división funesta que se presenta en nuestro Partido, la “Tercera Vía” pues, ya está en un camino sin retroceso posible; solo debe pronunciar, como César, la célebre sentencia: “¡Alea iacta est, cúmplase destination!” (¡La suerte está echada, cúmplase el destino!).--

martes, 7 de julio de 2015

GRECIA, EUROPA Y SYRIZA

           GRECIA, EUROPA Y SYRIZA                                                    (Lecciones para nuestros países)
        Este 5 de julio los griegos en su mayoría votaron en contra de las medidas de austeridad propuestas por la Troika, lo que inmediatamente generó una ola de opiniones sobre el futuro de la deuda griega y el destino del país Heleno dentro de la eurozona. 
        Según el analista político español Sergio Hernández-Ranera Sánchez, aunque nadie sabe qué va a pasar mañana”, el resultado del referéndum no solamente va a afectar a Grecia, sino a los propios Fundamentos Estatutarios de la Unión Europea, ya que se ha demostrado que las políticas Neoliberales de austeridad han sido un fracaso para Grecia. La posición griega ha conseguido que todo el mundo vaya entrando en razón de que la deuda griega era impagable matemáticamente,  lo que  reconoció el propio Fondo Monetario    Internacional (FMI)”, dijo el experto en una entrevista.
       Acerca del futuro político de Alexis Tsipras, Hernández-Ranera Sánchez opina que el líder heleno “sale muy reforzado, porque no hay una figura política en Grecia tan potente como la suya. De hecho, si hubiera perdido el referéndum y se hubieran convocado a elecciones, seguramente las iba a ganar de nuevo”, aseguró. 
       La victoria en el referéndum ayudó a la pequeña Grecia, en su debilitada posición, a tener de repente más 'armas' para ir a la negociación sobre su deuda nacional”, concluyó el experto.
       Por eso queremos recordar que, en su mensaje final al pueblo Griego, el Primer Ministro Tsipras citó la célebre frase de Franklin Delano Roosevelt al hacerse cargo de la Presidencia de los EE.UU. en 1933, el peor momento de la “Gran Depresión”, cuando decretó el cierre de los Bancos por cuatro días y dijo a los Norteamericanos: En estos momentos, de lo único que tenemos que tener miedo es de TENER MIEDO”.
        Pero veamos los antecedentes, causas y otros aspectos de la crisis para poder juzgar con propiedad lo que puede pasar.                     
         ¿Qué consecuencias trajo la “Troika”?
       En la primavera del 2010, cuando el Estado Griego soportaba un exceso de deuda, los demás Estados de la Unión Europea decidieron evitar que entrara en quiebra. Los Ministros de Finanzas de la Unión mantuvieron la solvencia de Grecia por medio de la concesión de miles de millones en créditos y préstamos de emergencia. A cambio, los griegos debían acatar las decisiones de una institución que no estaba prevista en ningún tratado o Constitución europea: la Troika.
       La “Troika” es un proyecto conjunto del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea. Se dotó a un pequeño grupo de funcionarios, no elegidos en las urnas, del Poder para cambiar radicalmente todo un País conforme a la voluntad de los acreedores. Hasta ahora, la labor de estos funcionarios no es responsabilidad de ningún Parlamento.
           ¿A qué se debió la crisis en Grecia?
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        La crisis llegó a Grecia debido a que durante décadas el Gobierno Griego había gastado más de lo que ingresaba. A pesar de que ya padecía un elevado índice de deuda, el país se benefició al principio de la bajada de las tasas de interés cuando se unió a la eurozona. Esto llevó a los Políticos griegos a crear miles de nuevos puestos de trabajo para los simpatizantes de sus Partidos y a financiar proyectos prestigiosos como los Juegos Olímpicos del 2004 por medio de préstamos aún mayores que Bancos de toda Europa concedían sin titubeos. Los estadios deportivos, que actualmente amenazan ruina, costaron en torno a 7000 millones de euros.
            Pero todavía más dinero se gastó en armamento: Grecia, pese a tratarse de un país pequeño, tenía en términos relativos el mayor presupuesto de defensa de toda la OTAN. Las Empresas de armamento francesas y alemanas ganaron miles de millones proporcionando a los griegos tanques, fragatas y submarinos, recurriendo incluso al soborno para asegurarse la firma de esos contratos. Eso convierte a Francia y a Alemania en los principales beneficiados del auge de la deuda griega. Pero cuando Grecia se encontró al borde de la bancarrota en el 2010, los Gobiernos de París y Berlín decidieron ignorar la parte de responsabilidad que correspondía a sus Bancos y a aquellos que pagaron los sobornos.
           “Hay una dramática relación entre la austeridad y la recesión económica”, dice Paul Krugman, Premio Nobel de Economía. “Lo que a la gente le cuesta entender es que la economía es un ciclo. Eso es algo que a los Alemanes, por lo visto, les resulta especialmente difícil de entender. La economía es un ciclo: el dinero fluye”.
       Es decir, tú me compras a mí, yo te compro a ti. Mis gastos son tus ingresos, y mis ingresos son tus gastos. Si le dices a la gente que debe gastar menos y todo el mundo, en efecto, reduce sus gastos a la vez, entonces los ingresos también caerán. Así que si alguien dice: ‘bueno, el sector privado está sobre-endeudado y tendrá que hacer recortes, pero es que el sector público también va a tener que recortar’, en ese caso, ¿quién va a comprar a quién? Algo así no puede funcionar si todo el mundo lo hace a la vez”.
          Los alemanes se fijan en su propia experiencia y dicen: “bueno, nosotros también recurrimos a la austeridad en 1999 y en el 2000”. Y es verdad que a finales de los 90 Alemania pasó por ciertos problemas económicos, pero rectificó y ahora les va muy bien. Así que lo que se preguntan es por qué los demás no pueden hacer lo mismo.
            Lógicamente, la respuesta es que Alemania lo hizo bien porque fue capaz de mantener un enorme superávit comercial, y si mantuvo ese enorme superávit fue gracias a la prosperidad financiada por la deuda que existía en lugares como España. Ahora Alemania le está diciendo a España: Ustedes hacen lo que hicimos nosotros, pero nosotros no vamos a hacer lo que hicieron ustedes. Cuando Alemania afirma que la austeridad funciona, lo hace fijándose solo en su propia experiencia, sin darse cuenta de que el contexto también importa concluye Krugman.
      Grecia rechaza cooperar con la Troika y pedir una prórroga del rescate
        El Gobierno de Tsipras y el Presidente del Eurogrupo chocan en su primera reunión. Era una reunión informativa, no ejecutiva, pero se convirtió en un choque de trenes. La visita del Presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, a Atenas para conocer la agenda económica del nuevo Gobierno Griego –basada en dos puntos fundamentales, el abandono del rescate y la reestructuración de la deuda– concluyó en medio de una tensión eléctrica, con caras de circunstancias y un esquinado apretón de manos con su interlocutor, el Ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, que quedó congelado ante las cámaras como imagen del desacuerdo. Al acabar la comparecencia, el holandés susurró algo al oído del griego, que respondió “guau”. Según los medios locales, Dijsselbloem dijo: “Acabas de matar a la Troika”. (Periodista alemán Harald Schuman para “Der Spiegel”).
    “Grecia no reconoce a la Troika ni el acuerdo de rescate”, dijo Varoufakis. Los     problemas de la economía griega no desaparecieron con las elecciones; Atenas debe seguir la vía de las reformas”, replicó el Presidente del Eurogrupo y titular de Finanzas holandés. De no haber sido porque la comparecencia de ambos, en la sede del Ministerio de Finanzas, se produjo después del cierre de la Bolsa de Atenas, la sesión no habría terminado sólo con una leve caída del 1,59%, desde un alza inicial del 3% al inicio de la jornada, sino con un solemne batacazo.
    Al rechazar el quinto y último tramo pendiente del rescate (7.000 millones de euros, antes del 28 de Febrero, cuando concluía la prórroga de dos meses aprobada por el Eurogrupo en Diciembre), Varoufakis demostró que no iba a ser un negociador fácil, tuviese quien tuviese delante en el futuro. “No estamos dispuestos a trabajar con una Delegación tripartita antieuropea que no tiene razón de ser, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo”, dijo, aunque se mostró abierto a dialogar “con las Instituciones Internacionales”, esto es, con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional como socios. Las tres Entidades conforman la troika de prestamistas que desde 2010 supervisaban la marcha de la economía griega a cambio de dos rescates de 240.000 millones de euros. “El Gobierno Griego fue elegido con un Programa que rechaza el actual programa de rescate y el pago de la deuda actual”, que asciende al 175% del PIB; “el Estado tiene viabilidad, pero lo que no tiene viabilidad es una deuda imposible de pagar”, añadió. El titular de Finanzas, no obstante, subrayó la intención del Ejecutivo de Alexis Tsipras de cooperar plenamente con sus socios europeos. Varoufakis inició el 12 de Abril una ronda de contactos que le llevó a Londres, París y Roma. “Intentaremos convencer a todos los socios, a Alemania, a Finlandia, para hallar una solución que beneficie al interés común europeo”, anunció a mitad de comparecencia, cuando la sintonía, aun fría y protocolaria, incluso parecía posible.
   “Como socios de la Unión Europea, existe el compromiso de alcanzar una posición común”, recordó Dijsselbloem, pero descartó por completo la propuesta griega de celebrar una Conferencia Internacional sobre la deuda, similar a la celebrada en Londres en 1953 y que perdonó a Alemania la mitad de su pasivo. “Esa Conferencia ya existe, y se llama Eurogrupo”, dijo, mientras la tensión en la sala se disparaba. “El Eurogrupo está decidido a apoyar a Grecia a condición de que Grecia cumpla sus compromisos”, añadió, sin adelantar cuáles serían los próximos pasos de la Troika en vista de la postura de Atenas (conocida de antemano por figurar en el Programa electoral de Syriza, pero verbalizada ese viernes por Varoufakis). “No hay ninguna conclusión al respecto”, aseguró. (Ibídem, para “Der Spiegel”: 8-Abril-2015).
         Varoufakis sí se dice abierto a dialogar “con las Instituciones Internacionales”.
           El Ministro holandés de Finanzas manifestó su temor a que “el presupuesto griego      descarrile en breve” si el Ejecutivo de Alexis Tsipras sacaba adelante sus promesas electorales, e instó a Atenas a proseguir la vía de las reformas. Pero el portazo a la Troika por parte de Atenas no implica el abandono de las reformas. Al revés, Varoufakis manifestó que su Gobierno “mantiene la firme decisión de aplicar profundas reformas” para impulsar la competitividad del país y lograr “con garantías para el pueblo y para nuestros socios un superávit primario duradero y sostenible”. El Ejecutivo de Tsipras pretende rebajar este objetivo del 4,5% establecido por la Troika (“objetivos irreales”, según el Ejecutivo) hasta el 1%-1,5%.
     Durante su visita relámpago a Atenas, el Presidente del Eurogrupo se entrevistó también con el Primer Ministro Tsipras, aunque sin comparecencia ante la Prensa, y con la plana mayor del Gobierno, es decir, el Viceprimer Ministro Yanis Dragasakis –número dos del Ejecutivo y coordinador de la política económica– y el titular de Economía, Yorgos Stathakis, quienes, con Varoufakis, conforman el núcleo duro del nuevo Gobierno. En declaraciones a la revista alemana Der Spiegel, Stathakis reiteró que la intención de Grecia era seguir en el euro y negociar la deuda “con los Gobiernos Europeos”, que poseen la mayor parte de la misma.
     Pero la salida de Grecia de la eurozona sería inevitable si las partes no llegaban a un acuerdo sobre la deuda de Atenas, había pronosticado Günther Oettinger, de la Comisión Europea. Haremos todo lo posible para que los griegos puedan mostrar que están preparados para reformarse. El 'Grexit' no es nuestro objetivo, pero será inevitable si no hay una solución para una fecha próxima”, había especificado Günther Oettinger, el Comisario de la UE para la Economía Digital y Sociedad ante la emisora de radio Deutschlandfunk, citada por la agencia Reuters. Oettinger detalló, además, cuáles son los puntos de discrepancia en el diálogo del momento. Destacó que la propuesta griega se centra más en la subida de impuestos y menos en reducir gastos.
     Las concesiones que ofrece Grecia para desbloquear el rescate pasan por retrasar la  edad de jubilación hasta los 67 años y penalizar las prejubilaciones; por una subida del IVA de hasta el 23% (el tipo reducido del 13% se limitará únicamente a la energía, los alimentos básicos y los hoteles, mientras que habrá un tipo super reducido del 6% para suministros médicos y libros), informa Europa Press. Además, el Primer Ministro griego Alexis Tsipras plantea aumentar el impuesto de Sociedades del 26 al 29%, aplicar una tasa extra del 12% a los beneficios Empresariales superiores al medio millón de euros, recortar ligeramente el presupuesto de Defensa el año que viene y aumentar el impuesto al lujo, incluidos los yates privados.
     En ausencia de un acuerdo con el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno Griego deja al país de cara a una posible bancarrota. Según el Jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, los Ministros de Finanzas de la eurozona se reunieron para hacer balance de las negociaciones de Atenas con los acreedores.

                      ¿La izquierda en un solo país?
  En un mundo estrechamente interconectado, para llevar a cabo políticas distintas a las actuales es necesario organizarse a nivel supraestatal.  “Syriza no calibró bien su fuerza en el contexto Europeo”:punto de vista de los Analistas Neoliberales.
       ¿Qué promesas electorales son éticamente aceptables? ¿Deberían castigar los electores a aquellos Partidos que formulen propuestas de imposible cumplimiento? A veces los Programas electorales se parecen más a una incoherente subasta cuyo único fin es obtener votos que a un conjunto de medidas coherentes y viables, fruto de una reflexión sobre los problemas de un País, acordes con unos principios y valores no contradictorios entre sí; dicen los críticos.
     Una de las funciones críticas que debería practicar el buen Periodismo es cuantificar los gastos e ingresos que pueden suponer las medidas que proponen los Programas electorales, explicar las dificultades políticas y legales de su aplicación, detectar sus posibles incongruencias. Más allá de ideologías, de posiciones de Izquierda y Derecha, al elector le debería interesar una cuestión previa: que los Programas no le engañen, que los Partidos no le mientan con el fin de obtener su voto de manera fraudulenta. En política, como en la vida, los peores siempre son los farsantes.
Según el Análisis Neoliberal esto es lo que está pasando en Grecia con Syriza: “Según los sondeos, sus votantes empiezan a desencantarse por las promesas electorales incumplidas. Y algo peor: aquellas que se cumplen son perjudiciales para la finalidad pretendida. La economía griega empeora desde las elecciones y los problemas se han agravado, en buena parte, porque el Gobierno de Tsipras ha intentado ser congruente con sus promesas electorales” (Francesc de Carreras: “El País”; España, 8 de Mayo de 2015).
En efecto, el nuevo Gobierno Griego llegó al Poder porque convenció a sus votantes de que aplicando unas sencillas medidas se solucionarían los problemas. Todo parecía muy fácil. Pero las medidas resultaban ser milagrosas, casi mágicas, y en economía no hay milagros, ni creemos que los Dirigentes de Syriza, menos aún economistas como Varoufakis, crean en ellos. De modo que lo único que querían era ganar las elecciones y llegar al Poder, una ambición natural y legítima siempre que no sea a cualquier precio, sobre todo si lo pagan otros. Porque quienes acabarán pagando el precio de estos planteamientos electoralistas de Syriza son los griegos, los ilusionados y sufridos griegos que les votaron sin conocer las inconsistencias de su Programa y las debilidades estratégicas para implantarlo (Ibídem).
En realidad, en primer lugar Syriza no calibró bien su situación ni su fuerza política en el contexto europeo. Sobrestimó su capacidad de negociación con las autoridades de la UE y ni siquiera pensó que los Estados del sur de Europa, en quienes confiaban, difícilmente podían ser sus aliados. Italia ha pasado apuros para defenderse a sí misma, Francia tres cuartos de lo mismo y en cuanto a España y Portugal, para superar su desastrosa situación han llevado a cabo, precisamente, los sacrificios a los que Grecia se niega, dice el análisis Neoliberal.
Además, medidas como, por ejemplo, doblar el salario mínimo, es natural que no sean aceptadas por otros países –como es el caso de los Bálticos o de Eslovenia– con un salario mínimo que es aproximadamente la mitad del actual griego. ¿Cómo pueden justificar ante sus ciudadanos las ayudas a Grecia cuando su situación es mucho peor? ¿Hay que salvar a Grecia mientras ellos se sacrifican? En estos momentos, los otros 27 Estados de la Unión tienen razones para negarse a aceptar las propuestas griegas. Ser consecuentes con sus demagógicas promesas electorales, tan carentes de realismo, ha conducido al Gobierno Griego a un total aislamiento, que solo puede romper si incumplen sus promesas electorales, con la consiguiente decepción para sus votantes. Quienes acabarán pagando el electoralismo de Tsipras son los sufridos votantes griegos”(Francesc de Carreras: Ibídem).
 Para nosotros, el caso de Grecia recuerda en cierta forma una célebre polémica que tuvo lugar en la Rusia Soviética, allá por los años veinte del siglo pasado, cuyos protagonistas fueron Stalin y Trotsky: ¿El Socialismo puede consolidarse en un solo país o bien para triunfar de verdad necesita extenderse mediante una revolución permanente? Como es sabido, Stalin defendió la primera posición, basándose en la ley del desarrollo desigual del Capitalismo”. Trotsky, siguiendo a Marx y a Lenin, sostuvo la segunda alegando que “un País Socialista cercado nunca podría sobrevivir y acabaría siendo derrotado”. Prevaleció el criterio de Stalin pero lo que se consolidó no fue un País Socialista sino un Capitalismo de Estado, de “Colectivismo Burocrático” mantenido gracias a una férrea Dictadura totalitaria.
Pues bien, la Grecia de Syriza, jaqueada por el “Establishment” Neoliberal, ejemplifica hoy, bajo supuestos teóricos bien distintos, los límites de la autonomía de una política de izquierdas en un solo país. Obviamente, la situación ha cambiado de forma substancial respecto de la época de Stalin y Trotsky y las posiciones de la Izquierda también. Los Estados ya no son los escenarios donde se desarrollan los cambios sociales y económicos. Los Mercados determinaron hace varios siglos el ámbito de los Estados Nacionales. La enorme ampliación de estos Mercados determina hoy, por causas muy parecidas, otras formas políticas.
Este es el caso de la Unión Europea. El proceso de unidad europea es muy sigiloso y quizás no percibimos bien su evolución. Pero la concentración de competencias en las Instituciones europeas es enorme y, paso a paso, va socavando los Poderes Estatales. Muchas veces se dice que el proceso de unidad europea se tambalea, está débil, incluso en peligro, cuando la realidad demuestra lo contrario y las Instituciones Europeas van adquiriendo cada día más Poder” (Francesc de Carreras: Ibídem).
Por otro lado, no es solo la UE el ámbito que condiciona el Poder de los Estados. También Instituciones de ámbito mundial, que actúan en el marco de Naciones Unidas, ejercen Poderes decisivos en Política Económica y en otros campos que de ella derivan. El grado de Globalización al que se ha llegado tiene estas consecuencias. Menospreciar el poder del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio, para poner algunos ejemplos, es una equivocación que se puede pagar muy cara.
Un solo Estado puede enfrentarse a estas Instituciones Europeas y Mundiales pero, en ese supuesto, su derrota es más que previsible. David casi nunca ha vencido a Goliat, la espada suele ser más efectiva que el tiro de piedra con honda. Decir que no se obedecerá a la Troika de momento queda bien, pero cuando luego no hay más remedio que obedecerla, resulta difícil encontrar excusas. Repetimos: Los Estados ya no son hoy los escenarios donde se desarrollan los cambios sociales y económicos.
No hagamos, pues, demagogia. Es decir, no simplifiquemos los problemas, no ignoremos la época en que vivimos ni escondamos la realidad evidente de que estamos en un mundo estrechamente interconectado, en un sistema Global que nos condiciona queramos o no. ¿Es esto, pues, una Democracia? Sí, lo es, los Estados y los ciudadanos participan en las Instituciones de la Unión Europea y de otros Continentes y, conjuntamente con el resto de los Estados mundiales, también en Naciones Unidas. No podemos escapar a las Resoluciones de estas Instituciones pero sí participar en ellas. Ahí está la clave.
Si la Izquierda Nacionalista pretende llevar a cabo políticas distintas a las actuales lo que debe hacer es organizarse a nivel supraestatal, formar Partidos que actúen en las instituciones de estos ámbitos regionales y mundiales para formular allí sus políticas al objeto de influir en las decisiones que se adopten. No hay atajos. La Izquierda en un solo país –como le pasó al Socialismo Soviético– está condenada hoy al fracaso. Por eso la Izquierda Bolivariana está tratando de “copar” toda Sudamérica a cualquier precio.
En cambio, en Europa y en el mundo, con las crecientes desigualdades que están a la vista de todos, a la Izquierda le queda un amplio campo para recorrer y es tan necesaria para el progreso humano como siempre lo ha sido. Pero también como siempre, la única posibilidad de que David venza a Goliat radica en la inteligencia, en la habilidad táctica y estratégica, en el conocimiento del terreno que se pisa, en el apoyo popular, en la búsqueda de aliados para alcanzar los objetivos que se pretenden. Es decir, en definitiva, en todo lo que no han hecho ni hacen Tsipras, el Gobierno Griego y Syriza. Por todo ello, sus promesas electorales no eran éticamente aceptables y merecen el castigo de sus electores dicen los analistas Neoliberales. Vamos a su contrario.

              Análisis desde la Centro-Izquierda Nacionalista Republicana.
            Como vemos por el análisis anterior,  el Establishment Neoliberal (que domina el Eurogrupo y las Instituciones negociadoras de la deuda, tales como el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI, claramente influenciadas por el Capital Financiero y por el Partido Conservador de la Sra. Merkel en Alemania), está intentando, por todos los medios, expulsar al Partido Syriza del Gobierno, a fin de recuperar el Gobierno Conservador anterior, conocido por su vasallaje a estas instituciones. Veamos los datos.
     Lo que Syriza pide es lo que el Gobierno Alemán pidió antes.
         Miremos primero qué ocurrió cuando el Estado Alemán estaba en una situación semejante a la que se encuentra el Estado Griego hoy. Al terminar la II Guerra Mundial, el Estado alemán tenía una deuda pública enorme. Como perdedor de aquel conflicto, había sumado a la deuda pública (con la que financió su armamento) los fondos de recuperación por los daños causados a los vencedores. En realidad, un objetivo político de estos –los Aliados– era impedir que Alemania se recuperara y volviera a ser una amenaza militar e industrial. La Unión Soviética, el Reino Unido y EEUU, en el Tratado de Postdam (agosto de 1945), habían pactado destruir e incapacitar a la industria alemana, para que no pudiera dar pie a otro rearme alemán. Como resultado de ello, la producción de acero, de automóviles y de muchos otros componentes del sector industrial de la economía alemana descendió en picado. Los Aliados vieron así casi realizado su sueño: Alemania se convertiría en “un país predominantemente agrícola y pastoril” como constaba en el Tratado de acuerdo al “Plan Morgenthau”. (En 1944, Henry Morgenthau, Secretario del Tesoro de EE.UU., judío, propuso el Plan Morgenthau para la posguerra de Alemania, llamando para que Alemania perdiera la industria pesada y la región del Ruhr: “no sólo debe ser despojada de todas las industrias existentes en la actualidad, pero de manera hábil y controlada para que no se pueda en un futuro previsible convertirla en una zona industrial”. Dicho plan también incluía la esterilización en masa de los hombres alemanes menores de 40 años. Lo que hubiera equivalido a la exterminación del pueblo germano. El plan enfrentó la oposición de Stalin, y en el Gabinete de Roosevelt sobre todo de Henry L. Stimson, Secretario de Guerra, y cuando el plan se filtró a la prensa, no hubo críticas públicas por parte de Roosevelt, quien negó los reportes de Prensa. Como consecuencia de ello, Morgenthau se disgustó con Roosevelt por un tiempo. (Nota del Autor de este Artículo).
             El perdón de la deuda alemana.
             En 1946, sin embargo, la política de los Aliados cambió sustancialmente. Bajo la dirección del Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Federal de EEUU, el Sr. James F. Byrnes, los vencedores de la II Guerra Mundial permitieron que Alemania se desarrollara sin cortapisas, ayudándola a que explotara su gran potencial, poniendo como condición que además de abandonar cualquier orientación bélica, se integrara de lleno en la Comunidad Europea. Como parte de esta cultura de ayuda y soporte, se le perdonó nada menos que la mitad de toda su deuda pública, facilitándole, además, el pago de la deuda restante, condicionando tal pago al crecimiento de la economía alemana. Se reconocía así que, a no ser que la economía alemana creciera, nunca podría pagar su deuda.
    Como resultado de estas medidas, Alemania no solo se recuperó, sino que hoy es el Estado que está liderando la Eurozona. Y lo que, además de paradójico, es cruel, es que el Gobierno Alemán –que, por cierto, nunca pagó a Grecia las reparaciones debidas por su ocupación de aquel País, ocupación que fue particularmente dañina y brutal, pues durante más de un año, Syriza ha hecho campaña para instar abiertamente a Alemania a que pague por los crímenes nazis cometidos en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial. “Vamos a exigir una reducción de la deuda y el dinero que Alemania nos debe de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo las reparaciones”, afirmó hace unos meses Tsipras, informó 'The Washington Post'. Un estudio de 2013 realizado por el anterior Gobierno Griego estima que Alemania debe a Grecia 200.000 millones de dólares por los daños ocasionados durante la ocupación nazi, el coste de la reconstrucción de las infraestructuras así como los préstamos que las autoridades germanas de la época obligaron a pagar a Grecia entre 1942 y 1944. Otro estudio eleva la cifra a los 677.000 millones de dólares. Desde un punto de vista moral, Alemania debe pagar estas indemnizaciones y el 'préstamo de guerra' que obtuvo durante su ocupación”, afirma Gabriele Zimmer, Eurodiputada alemana del Partido Die Linke (La Izquierda)que este mismo Gobierno Alemán  esté liderando las demandas de que el Gobierno Griego pague la totalidad de la deuda pública a costa de continuar los enormes sacrificios y recortes de gasto público que han llevado al pueblo griego a un enorme desastre humano. Y su mayor aliado en esta exigencia ha sido el Gobierno del Partido Popular Español, cuyo Presidente, el Sr. Mariano Rajoy, lo es también de un Partido fundado por personajes pertenecientes a la nomenclatura del Estado dictatorial de Francisco Franco, el cual fue producto de una insurrección militar que fue exitosa debido al apoyo del Gobierno Nazi Alemán y del Fascista Italiano. Las políticas impuestas por tal Gobierno han dañado enormemente el bienestar de la población española.
             ¿Qué es lo que pide Syriza?
          Lo que pide Syriza es que se permita crecer de nuevo a Grecia y que se le facilite el poder pagar la deuda (que alcanza el 180% del PIB), pues es obvio que, con las políticas actuales, es imposible hacerlo. La deuda pública Griega (como está pasando también con la deuda pública Española) continúa creciendo a pesar de que los recortes del gasto público en Grecia han alcanzado niveles nunca antes vistos en un país en tiempos de paz. Lejos de ser rígido, el Gobierno Syriza ha aceptado gran número de elementos del tratado firmado entre la Troika (el BCE, la Comisión Europea y el FMI) y el Gobierno Griego anterior, tales como las privatizaciones, el establecimiento de superávits en sus cuentas públicas, la disminución de las posibilidades de jubilación en edad anterior a la legal, y una larga lista de cesiones, algunas en claro conflicto con su Programa electoral. Pero esto no es suficiente para los Establishments Neoliberales, que exigen también una reducción notable de las Pensiones y debilitar los Convenios Colectivos al máximo, deteriorando todavía más el mercado de trabajo, forzando a un descenso incluso mayor del que ya ha ocurrido con los Salarios. Tsipras subrayó que Atenas estuvo negociando con sus acreedores europeos con "determinación, firmeza y dignidad", pero se enfrentó a la insistencia por parte del FMI de abandonar la propuesta de gravar a los ricos. Nos pidieron que coloquemos de nuevo la carga sobre los hombros de los pensionistas y trabajadores, explicó. Como bien ha indicado el Premio Nobel de Economía, el Sr. Joseph Stiglitz, tales exigencias son abusivas e injustificables (“Europe is Last Act”; Social Europe Journal [Europa es último acto"; Diario de la Europa Social] 8 de Junio de 2015). La argumentación de que las Pensiones son excesivas ignora que la mayoría de las pensiones no lo son. Antes al contrario, son muy bajas. Y la exigencia de la Troika de que el Estado no financie parte de las Pensiones es una demanda que entra en contradicción con una práctica generalizada de todos los países de la Eurozona, incluyendo Alemania, en las que el Estado contribuye a la Seguridad Social (“Drawing the Right Lessons from the Greek Pension Crisis”, [Dibujando las lecciones correctas de la Pensión en la Crisis Griega] Andrew Watt, 8 de Junio de 2015). Todas estas exigencias tienen un objetivo común, pues constituyen un ataque frontal a la Clase Trabajadora Griega, realizado por el mundo del Capital Europeo y Griego.
Y ahí está el quid de la cuestión: Es la lucha de clases sin cuartel, realizada victoriosamente por el Capital hegemonizado por el Capital Financiero, en contra  de la Clase Trabajadora, que es el eje de las clases populares. Lo que le importa a la Troika y al Gobierno Merkel no es un objetivo Económico, sino Político. En realidad, el Gobierno Syriza ha tomado decisiones clave –como establecer una agencia tributaria independiente, intentar seriamente corregir el fraude fiscal masivo, cambiar la política fiscal altamente regresiva– sin que esto cuente para nada. Lo que quieren es destruir los instrumentos que las clases populares tienen en su defensa –Syriza y los Sindicatos– para continuar dominando a Grecia. Esta es la realidad ocultada en los Medios de información y persuasión Neoliberales. Incluso dentro del FMI, su sección de investigación ha reconocido que las medidas de austeridad han sido contraproducentes, habiendo sido denunciadas por Miembros del Consejo Ejecutivo de tal institución, que ha acusado al FMI de anteponer los intereses de los acreedores a los del País, es decir, Grecia. El Representante de Brasil en tal Consejo lo dijo bien claro: El rescate no ha sido el rescate a Grecia, sino a los acreedores que fueron las Instituciones Financieras Europeas”, incluidas las Alemanas. Y nada menos que el que fue uno de los Directores del FMI, el Sr. Ashoka Mody, indicó recientemente que “deberíamos haber aprendido de lo que ha ocurrido en los últimos cinco años, que ha sido un gran error continuar insistiendo en las políticas de austeridad en un país que está en un ciclo deflacionario. Personas que han sufrido un accidente tienen que recuperase antes de exigírseles que corran un maratón”. Pero el Poder del Capital Financiero es tal que continúan insistiendo e insistiendo, y lo hacen –como hemos repetido en varias ocasiones al analizar el Neoliberalismo– a sabiendas y conociendo que estas medidas perjudicarán a Grecia, como sucedió con todos los Países en que se han aplicado, pues su objetivo no es económico sino político: controlar aquel País, recuperando su vasallaje. Así de claro.--

sábado, 4 de julio de 2015

LOS PACTOS POLÍTICOS

               LOS  PACTOS  POLÍTICOS

        A raíz del sorprendente Pacto político de una fracción del Partido Colorado y las fuerzas de Izquierda neo-marxistas, surge el recuerdo de los varios pactos que tuvieron lugar en nuestra patria entre los Partidos Políticos tradicionales y lo que puede diferenciarlos del que se viene ahora. Empecemos haciendo un poco de historia.
        Los principales actores visibles de estos pactos son colectivos, en algunos casos, como el Partido Nacional Republicano y el Partido Liberal, o sus respectivas facciones y desprendimientos principales; pero casi siempre fue decisiva la intervención de sus Jefes históricos, como el General Bernardino Caballero, el General Benigno Ferreira, Antonio Taboada y el General Juan Bautista Egusquiza. Como iremos recordando, los pactos nunca fueron sometidos a la aprobación popular y en todos los casos fueron decisiones de las respectivas cúpulas partidarias, las que a su vez actuaron bajo la irresistible influencia de aquellos Jefes históricos, incluso contra la indisimulada reticencia de los miembros de las respectivas Comisiones Directivas de sus Partidos. Los propósitos perseguidos por los firmantes de los Pactos fueron: Pactos de Paz, luego de enfrentamientos armados, para devolver la paz a la República y la estabilidad a las Instituciones; Pactos Revolucionarios para derrocar Gobiernos; y Pactos electorales para integrar los Parlamentos.
        Así tenemos los “Pactos Revolucionarios” para la conquista del Poder como el suscrito entre Caballero y Ferreira en 1909, o el de la “defensa del Poder Público” como el del Presidente Rojas en 1911 sostenido militarmente por el Partido Colorado; y también el “Pacto de Corrientes” de 1912, en que Jaristas, Liberales Democráticos y Republicanos acordaron la conquista del Poder por medio de la revolución armada. En cuanto a los “Pactos de Paz”, con alcances políticos institucionales, están los de 1874 y 1904, por los cuales fue modificada la autoridad Gubernamental, del propio Poder Ejecutivo  en su figura Presidencial, o la modificación del Gabinete y otros Cargos menores, que fundamentalmente incluían el fin de las operaciones militares. En estos dos casos fue visible la injerencia extranjera, la Brasileña en 1874 y la Argentina en 1904, que fueron actores importantes para el arreglo de Paz. En cuanto a los “Pactos Parlamentarios” fueron formalizados para la concurrencia a elecciones para renovar el Parlamento con listas elaboradas de común acuerdo y con reserva de un número fijo de los Registros Electorales para cada uno de los Partidos. El acuerdo dejaba en libertad a cada Partido para que designase como Candidato a cualquiera de sus afiliados, no extendiéndose el acuerdo a la digitación de nombres. Estos acuerdos tuvieron la particularidad de ser resultado de las negociaciones interpartidarias, patrocinadas por sus respectivos Directorios, y en general fueron respetados por el electorado, que concurría a sufragar por los Candidatos oficiales. Tuvieron éxito en los años 1895, 1897, 1899, 1901, 1906 y 1912, significando una evolución cívica nunca más repetida en otros períodos de nuestra historia política.
        Ahora, cabe preguntarse: ¿qué consecuencias tuvieron esos Pactos en el orden político e institucional? Lo que parece claro es que durante el breve tiempo de vigencia de las acuerdos Parlamentarios, se calmaron las pasiones desenfrenadas y se aquietaron los ímpetus revolucionarios desapareciendo la amenaza de la guerra y violencia. Otro aspecto importante es la disminución del exclusivismo político, una práctica constante que puede definirse como la distribución de Cargos de importancia dentro del círculo que controlaba el Poder Político y, como contrapartida, la exclusión de quienes no pertenecían a esa minoría privilegiada. Esto se vio disminuido durante ese período de seis años como consecuencia del ambiente conciliador que reinaba en la escena. También apuntemos que con los Pactos Parlamentarios los viejos amigos, luego devenidos en adversarios, de nuevo volvían a reunirse a discutir el destino de sus respectivas instituciones cívicas y el rol que ellas cumplirían en la vida nacional. Los Pactos demostraron, en general, que no existían adversarios y/o enemigos irreconciliables, y que el transcurso del tiempo era capaz de borrar las viejas heridas, como ya lo dijera hace 2.000 años Plinio el Viejo y lo repitiera Plinio el Joven: “El tiempo borra todas las huellas”. Y, en verdad, ¿Quién pensaría que Caballero y Ferreira se unirían en un Pacto de tanta significación como el de 1909, ya que fueron adversarios de toda la vida, y se enfrentaron en los campos de batalla de 1873 y 1904, para finalmente unirse en el común propósito de la búsqueda del Poder?
        Y también cabe preguntarse: ¿Por qué fueron posibles esos Pactos? Al respecto es importante señalar otro aspecto de la cuestión: el origen social común de los Dirigentes de los Partidos en los tiempos de los susodichos Pactos. Además, no es desconocido el hecho que esos Dirigentes integraban ciertas Fraternidades, las que constituían escenarios de encuentros, diálogos y acuerdos… El “Diccionario de la Masonería Paraguaya” del Dr. Amadeo Báez Allende, es ilustrativo para analizar este aspecto que podría haber sido influyente en la conformación de las Acuerdos Políticos. Y a estos factores debemos sumar otro, aún mas decisivo e importante para el objeto de este análisis: que los dos Partidos Tradicionales no tenían posiciones doctrinarias extremistas y totalmente enfrentadas, ya que ambos propugnaban un mismo modelo de Estado: el democrático, policlasista y de respeto a las instituciones republicanas, sin totalitarismo ni revolución social maximalista. La excepción a esto fue la aparición del Radicalismo en el Partido Liberal que tuvo como norma invariable su tenaz oposición a toda forma de Pacto político. En cuanto los Radicales se consolidaron en el Poder terminaron con los Pactos y la conciliación que caracterizaron el período anterior. Y esto puede y va a suceder si la Izquierda neo-marxista llega al Poder, como pasaremos a estudiar.
        Y sucederá así porque la Izquierda extremista busca una transformación total de la estructura socio-económica y política de toda la sociedad y está dominada por el poder mítico de una Ideología inflexible que debemos considerar. En su libro “Opinión Pública Soviética e Ideología”, escrito en 1986, el sociólogo, entonces emigrado, Vladímir Shlapentokh ha descrito la Ideología como “un conjunto de doctrinas, complejo y relativamente flexible, que se desenvuelve en dos niveles: el pragmático (reflejo de las realidades de la vida material) y el mitológico (creador de valores abstractos que propician el consenso)” y la caracteriza como “un sistema de valores y creencias, más o menos cohesivo, que define las necesidades primordiales y las normas morales de conducta que existen en una sociedad, y que sirve también para justificar o legitimar el orden prevaleciente en la misma” (Vladímir Shlapentokh: Soviet Public Opinion and Ideology: Mythology and Pragmatism in Interaction [La Opinión Pública Soviética y la Ideología: mitología y pragmatismo en interacción]; Nueva York, Praeger, 1986). El Gobierno imbuido de tal ideología dedica grandes recursos y mucha energía a la tarea de configurar las percepciones del público y resulta claro que protege con mucho celo su monopolio en ese aspecto; dicho monopolio es una característica habitual de las sociedades impositivas, donde la voluntad de controlar la conducta no sólo se manifiesta en la economía planificada y centralizada, sino también en todas las esferas de la sociedad, desde la ciencia hasta la educación moral. No hay concesiones de ninguna clase a la discrepancia: la dependencia inflexible de la visión mítica de la realidad crea un peso muerto que gravita sobre el proceso de cambio o modernización; acusa a la “Clase Dominante” de haber diseminado un concepto distorsionado de la realidad con el único propósito de proteger su Poder y sus intereses. La compleja, refinada e intrincada edificación del mundo subjetivo de los ciudadanos es en verdad totalitaria: su combinación de engaño e hipocresía, que permite involucrar prácticamente a todos los miembros de la sociedad dentro de un juego masivo de desempeño de papeles, envenena la moral pública; además, el efecto perjudicial de la mitología sobre la vida económica se ha evidenciado desde hace mucho tiempo.
        La exposición que presentamos plantea un interrogante que estaba implícito desde el comienzo: ¿es en verdad posible que un Gobierno o una élite obtenga algún beneficio de una ideología falsa, fallida en sí misma, contraproducente y antitética con respecto al progreso y la modernización? Podemos responder de manera indirecta a este acertijo. La ideología marxista impuesta es un obstáculo para el progreso y la modernización y lleva indefectiblemente a un totalitarismo que fatalmente sacrifica a sus “compañeros de ruta”; y el intento de su desmantelamiento, una vez ya instalada, podría abrir la puerta aun extremismo aún más desastroso y radical, una “huida hacia adelante” o bien al contraataque de los Conservadores reaccionarios. En ambos casos la Nación va al fracaso.
        En nuestro caso actual, el Programa de Lugo es como una respuesta ideológica frente a las deficiencias del Gobierno de Cartes en el terreno de la política y de la economía; la visión conservadora neoliberal que éste tiene de la sociedad, su glorificación del Poder, su desconfianza hacia el pueblo Colorado y su tolerancia a la actitud morosa y “convenienciera” de su Burocracia, son a su vez una respuesta “ideológica” pobre a los afanes utópicos, los proyectos atolondrados y al “voluntarismo” de la ideología izquierdista extremista de Lugo, que, sin embargo, encandilan al pueblo sumido en la pobreza.
        En cambio, la Ideología Nacionalista Republicana tiene un significado bastante preciso. Esta ideología incluye, por ejemplo, el respeto al carácter inalienable de los Derechos Humanos; la elevación e incluso casi la “santificación” del Pueblo; el concepto de “Contrato Social” entre Gobernantes y gobernados (que si los primeros llegan a infringir pueden ser desconocidos por los segundos); la limitación y el control de las facultades del Gobierno; la tolerancia de gran variedad de intereses cual es el “Policlasismo”; y el establecimiento de una demarcación clara      –protegida por la Ley– entre los ámbitos público y privado. Conforme a estas normas resulta difícil decir que Lugo –y el “Luguismo”– sea demócrata. La definición que ofrece Shlapentokh de la ideología introduce en el “Luguismo” una contradicción de términos que sólo aumenta la confusión de lo que éste quiere representar. En la ideología del Coloradismo se exalta la primacía del Pueblo sin sacrificar al individuo, la santidad de los derechos naturales, y, por tanto, la imposición de límites al Gobierno. En ella se ha consagrado la competencia en una economía de mercado como el medio de lograr el bien común, con intervención del Estado solo para reparar las fallas e inequidad en la distribución de la riqueza, en lugar de condenar dicha competencia como un elemento destructivo de la armonía social. En cambio, la ideología neo-marxista es consistente, cuenta generalmente con un vigoroso sector de partidarios fanatizados (entre los que está incluida una poderosa Burocracia), resulta compatible con la maquinaria política que está dispuesta a recurrir a la represión y enardece la patriotería (como en Venezuela y Cuba).
        El ambicioso experimento social que al parecer tendría como resultado una nueva y gloriosa sociedad basada en la libertad, la búsqueda colectiva del bien común y la abundancia material no se puede juzgar precisamente como un éxito histórico. A pesar de que las aspiraciones utópicas expresan la visión más optimista y los ideales más elevados de la humanidad, han resultado particularmente perniciosas en la práctica, sobre todo porque en su búsqueda de la perfección humana pierden hasta el menor vestigio de compasión hacia las flaquezas que a todos nos afligen. Por su naturaleza misma, las utopías son al mismo tiempo idealistas y autoritarias. El poder de la Ideología para configurar la percepción de la realidad y el comportamiento es evidente, y los “Pactistas” con la Izquierda utópica y mítica deben evaluar los peligros a los que se exponen de caer en manos de un Régimen que utilice la ideología como instrumento para el control social y para la transformación de la naturaleza humana. Como lo escribiera sagazmente un escritor Comunista, Ilya Ehrenburg: “Nuestros contemporáneos pueden saber con exactitud cuál es la órbita que describirá un satélite que se ha lanzado al cosmos; sin embargo, nosotros todavía no podemos saber cuál será la órbita en la que se desplazarán las emociones y las actividades humanas”.--