lunes, 17 de agosto de 2015

CRISIS GRIEGA (II)

                Crisis Griega (II)
      El pueblo de Grecia derrotó al Bangsters
      financiero. Pero su Gobierno se entregó
      ¿Qué hacer  ahora?
Consideraciones desde el Nacionalismo Republicano.
“La soberanía y dignidad no son comercio de trueque                                    ni objeto de   soborno” (Dr. Bader Rachid Lichi).
       Este Artículo está basado en gran parte en las opiniones de Carlos Santa Maria, Analista internacional, Ph.D. en Ciencias de la Educación por la Universidad de Barcelona (España), Trabajador Social de la Universidad Católica de Valparaíso (Chile), Psicólogo social por la UNAD (Colombia), especialista en estudios Latino Americanos, Educación e Investigación por la Universidad de Nariño. Columnista, Profesor universitario, Conferencista internacional, ha publicado quince libros en el campo político, humano y Académico.
       Después de someter a Grecia a un terrorismo económico, financiero, mediático, especulativo, social, por parte de  la Troika asociada a la Banca Internacional y los Medios de Comunicación Multinacionales, es decir, con todo el Poder mundial falsificando y manipulando la realidad, el pueblo griego ha optado en su gran mayoría por la soberanía y la dignidad. “Oxi” (No) ha ganado el referéndum por amplia mayoría en un triunfo histórico.
       Lo anterior conduce a tres preguntas que deben ser respondidas: una, ¿cuáles son las formas en que la Banca Internacional y Líderes ultraneoliberales mienten, manipulan o aterrorizan a los pueblos?; dos, ¿es legítima la deuda que tiene Grecia o ya ha sido cancelada con creces?; tres, ¿qué ocurrirá ahora con nuevas condiciones efectivas?
       Terrorismo mediático y Troika autoritaria
       La necesidad de hacer un acto reflexivo científico y exponer quienes fueron los que endeudaron al país y que ganó éste, deja clara la realidad. Si se descontextualiza, típico de medios propagandísticos interesados en ocultar la verdad, se puede atemorizar haciendo de la ignorancia un utensilio peligroso. Por ello, es importante preguntarse si la Unión Europea implementa un sistema de Dictadura implacable.
       La U.E. en términos formales es la unidad de 28 países ubicados en un territorio delimitado compartiendo un Estatuto común y una moneda transitada en varios de éstos. En la práctica es una Estructura de las grandes Transnacionales Corporativas a través de sus organizaciones de Poder, sin instancias de legitimidad democrática comprobables pues, como un solo ejemplo, el Presidente de la Comisión Europea, brazo ejecutivo del bloque, no es elegido por sus pares sino que es nombrado por el Consejo Europeo, conformado por los Gobiernos vigentes. El poder de decisión final hoy lo posee Alemania. Esta institución es la que ha indicado al mundo lo que pasaría si triunfase el No: seguirían sufriendo la deuda impagada e impagable y por esa razón nadie invertiría en ese País, afectándose con alta inflación y devaluación de la moneda, con mercado negro de euros y dólares, soportando una estructura de deterioro progresivo y sin camino de regreso. Incluso, de modo despectivo, se ha sugerido que tendrían que vender su patrimonio histórico. Según los acreedores el referéndum es un acto populista al negarse a realizar las Reformas previstas: privatización del país, desregulación, descenso del presupuesto social, reducción de salarios y pensiones junto a una disminución del gasto público en salud y educación, apertura, endeudamiento colectivo, todo debido a la falta de disciplina de los griegos y sus altísimos salarios o modo de vida ostentoso”.
       Apoyando este diagnóstico implacableel Ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha sugerido que  Grecia podría salir temporalmente del euro asegurando que el resto de la Unión Europea está protegida y que, por lo tanto, el riesgo de contagio de esta crisis es "bastante bajo". Rajoy, el Presidente Español, ha afirmado que la consulta fue convocada "como instrumento de extorsión en lugar de un referéndum como elemento de clarificación política”. El Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, dijo que el no debilita a Grecia. El Ministro austríaco de Finanzas, Hans Jörg Schelling, afirmó que el voto negativo provocaría "dificultades para llegar a un acuerdo". El Presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, confirmó que la derrota del no llevaría a preguntarse si la Nación saldría del euro definitivamente.
       En síntesis, es una “ruleta rusa” que conduciría a la huida de capitales humanos, financieros, comerciales, produciendo una tragedia mayor que “apretarse el cinturón”.
       Sin embargo, los resultados han demostrado que la Troika no es tan poderosa ni la gente se amedrenta fácilmente ya que la conciencia de los pueblos es superior puesto que se tiene claro que el terrorismo no sólo fue mediático, como lo aseguró el Ministro Varufakis, sino que obligó a cerrar los Bancos para asustar a la gente, provocar desesperación y votar a favor del “orden”. Atrás han quedado las cifras dadas por la manipulación informativa que hablaban de una cerrada batalla a favor del sí. Toda esta estructura mediática y concreta de ataque no pudo con la conciencia griega de soberanía y dignidad.

        La verdad sobre la supuesta deuda griega
       Al respecto, cabe mencionar que los “préstamos” no fueron para el pueblo griego, es decir, para subir salarios, mejorar pensiones, aumentar los gastos sociales, etc., sino entregados a la Banca utilizando al País como fiador, o sea, un simple acto de hipoteca con un carácter macro en este caso pues se dejó en prenda no sólo el territorio sino la soberanía. Como se conoce hoy, Grecia adeuda principalmente a Bancos alemanes y franceses 360.000 millones de euros en un plan de rescate que se prolongaría hasta el año 2054. La posible cesación de pagos, tras la decisión de no cancelar una cuota de 1.500 millones de euros que vencía el pasado 30 de junio, fue uno de los detonantes que  ha llevado a plantear la posible salida del país helénico de la zona euro.
       El problema de Grecia, entonces, radica en el préstamo indiscriminado de fondos que fue facilitado por los beneficios de pertenecer a la U.E., cuyo trato consistía en que si Grecia no pagaba en el tiempo acordado, Alemania la cancelaba y Grecia luego pagaba a Alemania… hasta que la deuda fue tan alta que fue insuficiente para continuar absorbiéndola, lo que crea un efecto dominó en la Banca Internacional al afectar a toda la estrategia financiera y mercados internacionales.
       La explicación es nítida para determinar el origen: los sucesivos Gobiernos de Derecha endeudaron al país obteniendo beneficios personales, prueba de las denuncias actuales en este campo, endeudándose especialmente en rubros innecesarios al convertirse en el mayor importador de armas convencionales de Europa y ocupar incluso el quinto lugar del mundo después de China, India, los Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur, siendo su gasto militar el más alto de la Unión Europea en porcentaje respecto al producto interior bruto. Basta confirmar que en 2010 cuando Grecia era gobernada por Partidos Conservadores, la UE y el FMI concedieron al país un paquete de “rescate” de más de 240.000 millones de euros para solventar su economía, lo que significó la aplicación de recortes sociales que ahogaron a los griegos y sólo rescató a los Bancos franceses y alemanes, tal y como lo demostró el Informe Preliminar del “Comité de la verdad sobre la deuda pública en Grecia” presentado por el Parlamento de ese país, que la calificó como “ilegal, ilegítima, abominable e insostenible”.
       Por tanto, pese a la retórica de la deuda legal, la única salida que tiene un deudor acosado por negocios de anteriores negociantes no es claudicar sino establecer la legitimidad de ésta y, si es del caso, concertar condiciones. No hay que olvidar lo que ocurrió con Argentina en 2001, en Islandia en 2008, en Chipre en 2013.  Como decía el premio nobel de Economía, Joseph Stiglitz, el rescate es para los Bancos Alemanes, no a Grecia.        
       Las opciones son variadas: frente a esta deuda no solicitada por el pueblo griego y de la cual ya se ha beneficiado la Banca, debería auditarse por una Comisión Oficial y luego reestructurarla. Éticamente basta recordar que según determinados informes Suiza guarda 80.000 millones de defraudadores y evasores griegos, lo que podría implicar que  el FMI reclame a Suiza el dinero que Grecia no puede pagar.

       ¿Qué hacer? ¿Qué sucederá?
       La respuesta se puede dar de modo relativo aunque como tendencia en la medida en que se sumen dialécticamente algunos factores importantes de considerar, entre ellos, los siguientes: la Banca Internacional no puede actuar ahora como lo hace con sus acreedores pequeños que los arruina y los expulsa de sus casas pues hay una decisión mayoritaria de un pueblo y eso pesa; la vinculación de Grecia con Rusia significa un “peligro” para la Alianza Occidental; salir de la zona euro es un “mal ejemplo” para los denominados peyorativamente PIGS (PIGS es un acrónimo peyorativo en inglés que también significa “Cerdos” con el que  Medios Financieros Anglosajones se refieren al grupo de países de la Unión Europea conformado por Portugal, ItaliaGrecia y España [Spain], donde se requiere incidir en los problemas de déficit y balanza de pagos de dichos países); existe una opinión pública internacional que ve a los grupos financieros como un enemigo de las Naciones lo que redunda en el debilitamiento de la Banca Transnacional, ante lo cual debe actuar con principios del negocio pues su cliente puede “fugarse” y no pagar definitivamente si la coacción es total; la intervención por sobre la legalidad nacional (extraterritorialidad) puede conducir a una crisis de proporciones si los castigos exceden la resistencia de Grecia y la condena a un genocidio.
       Estos elementos complementados con la nueva realidad geopolítica, puede incidir en lo siguiente: I, la Troika se ve condicionada a aceptar la propuesta griega pues mantiene el negocio intacto aunque a mayor tiempo y no le impide continuar con su rentabilidad lucrativa; II, las amenazas continúan y se obliga a Grecia a aceptar condiciones lesivas, aunque no enormes. En ambos casos el país no tiene ninguna posibilidad de pagar sustantivamente y es factible finalizar en el caos en tiempo próximo. Una tercera opción era la negociación con nuevas condiciones que no implique devaluar la soberanía y ofrezca garantía de iniciar un camino de desarrollo nacional minimizando el papel privatizador y acentuando el rol del Estado como garante de derechos. La cuarta era que en una decisión suicida los “Banksters” negasen toda opción a Tsipras y lo condicionaran a un todo o nada. Algunos creían que ésta podía ser la única oportunidad integral de iniciar el camino de Argentina que ha logrado salir de su deuda eterna-externa e iniciar el tránsito paulatino –con obvias contradicciones– hacia una sociedad de ciudadanos de primera.
       Lo cierto es que ésta no era una decisión Económica simplemente sino Política esencialmente ya que la Banca podría asumir parte de las pérdidas pues posee una reserva inverosímil. La Corporatocracia Financiera”, pese a que recuerda que Grecia no apoyó las sanciones a Rusia, tampoco desea perder el negocio ya que está hipotecado un país y es una buena garantía. Por tanto, era factible un acuerdo cerrado aunque con oportunidades.
       Consideraciones fundamentales
       La primera discusión es si los Estados y sus Gobiernos deben someterse a Instituciones que se han puesto sobre la Legislación Internacional y aplican Leyes extraterritoriales desestabilizando Naciones, condenando a la pobreza a su población o avalando intervenciones violentas para apoderarse de las riquezas naturales de éstas. Debe quedar claro que el pueblo no aceptará ese chantaje ni la violación de la soberanía condenándolos a una vida de miseria. También Italia, España, Portugal, pueden estar en la mira definitivamente.
       El Primer Ministro Griego debió haber optado por la diplomacia de la transparencia soberana pues lo acechaban interlocutores amenazantes –sin desmayar en el mandato del pueblo– especialmente las recientes declaraciones de personajes que blindan la Corporatocracia y que así lo han constatado. El Presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, había planteado que Grecia debía presentar una nueva propuesta ya que no estaba ahora "en una mejor posición para negociar" después del Referéndum, alimentado por el Vicecanciller alemán Sigmar Gabriel, quien ha sentenciado que Tsipras ha roto los últimos puentes que Grecia y Europa podrían haber cruzado para llegar a un compromiso.
       Respecto a la deuda, la coyuntura trae aparejada las respuestas: por una parte, no se puede desconocer los préstamos aceptados por Gobiernos deshonestos que ampararon a la Banca y no al país; sin embargo, por otra deben estudiarse claramente los datos existentes y una Comisión Gubernamental tiene la obligación ética de analizar paso a paso si la deuda es impagable, cuánto han ganado la Instituciones prestamistas y si lo recaudado ya es suficiente. Además, está vigente el reclamo millonario a Alemania que debe una reparación inmensa por los daños causados en la II Guerra Mundial.
            ¿Es posible vivir sin la Troika?
        Con absoluta certeza sí y además con un camino soberano para crecer social y económicamente. Es una gran oportunidad con desafíos no sólo para Grecia sino también para la Unión Europea pues sus pérdidas pueden ser cuantiosas integralmente. En el mundo comienza a instalarse con mayor fuerza la idea de una gobernanza soberana que supere el verdadero poder político y económico en el viejo continente manejado por la Troika lo que redundará en la apertura socializadora al progreso en equidad.
       Tal vez sea hora de hacer tronar las palabras de Alexis Tsipras nuevamente: “En estas horas cruciales, debemos recordar que Europa es la casa común de sus gentes. En Europa no hay dueños ni esclavos. Grecia es una parte indispensable de Europa y Europa una parte indispensable de Grecia. Pero Grecia sin democracia es una Europa sin dignidad ni dirección. Os llamo a tomar una decisión a la altura de nuestra dignidad, de nosotros. Por nosotros, por las generaciones futuras, por la historia de Grecia. Por la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo”.
      Pero, ¿qué pasó? Seamos realistas: ¿Se podía aplicar a Grecia la experiencia Argentina de impago?
      La crisis económica que sufrió Argentina a inicios del siglo XXI se parece en numerosos aspectos a la que afronta actualmente Grecia, opinan varios Economistas. ¿Podía la solución que encontró el País Latinoamericano ser también una 'receta' para los problemas de la deuda griega?
      Desde la llegada al poder de Fernando de la Rúa (1999-2001), su Gobierno siguió la política de Menen-Cavallo convirtiendo a Argentina en uno de los mejores alumnos de EE.UU. y el Fondo Monetario Internacional (FMI), recuerda en un nuevo artículo el Periodista especializado en Economía y Profesor de la Universidad de Buenos Aires Fernando Krakowiak: El Político Liberal-Conservador aplicaba todos los recortes que le exigían los acreedores pero la situación económica del País Latinoamericano seguía siendo desastrosa. Un panorama muy similar al que se vive actualmente en Grecia.
      Para el año 2001 la deuda argentina alcanzaba los 100.000 millones de dólares mientras que el desempleo y el índice de pobreza se habían ubicado en los niveles más altos de la historia. El 3 de diciembre de 2001 el Gobierno decretó un corralito Bancario (parecido a los que ha impuesto el Gobierno griego) de 90 días con restricciones a la extracción de efectivo mientras que las negociaciones con los acreedores se convirtieron en un callejón sin salida. 
      Al mismo tiempo, en el Estado latinoamericano empeoró gravemente la situación social: los saqueos de comercios y las múltiples protestas contra De la Rúa obligaron al Presidente a presentar su renuncia el 19 de Diciembre. Argentina declaró el mayor impago de su historia y el 2 de enero de 2002 devaluó su moneda y puso fin al tipo de cambio fijo, lo que inicialmente agudizó la crisis pero acabó siendo el inicio de la recuperación económica en los siguientes años pese a desoír las recomendaciones del FMI.

Caso Argentino, ¿una “receta” para Grecia 2015?                                       La experiencia Argentina llevó a algunos expertos mundialmente reconocidos, como el Nobel de Economía Paul Krugman, a recomendar al Gobierno Griego seguir el camino Argentino, declarar un impago, salir de la zona euro y adoptar las reformas necesarias sin recomendaciones de sus acreedores. ¿Pero salvaría este escenario a Atenas del caos económico? Para el ex-ministro de Finanzas griego Yanis Varufakis, la respuesta es “no” debido a tres grandes diferencias entre la situación en Argentina y en el País Heleno: Primero, el PIB Argentino creció un promedio de un 8% entre 2003 y 2008 estimulado por dólares provenientes de la cosecha de soja, de trigo y la exportación de carne. Sin embargo, los griegos no disponen ni de soja ni de ningún otro tipo de producto agrícola-ganadero que se pudiera exportar en semejante escala. Grecia sólo tiene “el mar y el sol” para el turismo y tiene que importar todo. Segundo, por otra parte, Grecia no tiene un régimen de convertibilidad con el euro (ya que usa esta divisa) como tenía el país latinoamericano con el dólar. En el caso de una posible salida de la eurozona, el País Heleno tardaría meses en introducir una nueva moneda y régimen cambiario. Por último, el impacto que les generó Argentina a sus socios comerciales al salir de la convertibilidad no fue significativo mientras que Grecia, al salir del euro, perdería subsidios a la agricultura, fondos para el desarrollo y, en general,  la cooperación económica con otros Países Europeos empeoraría, sostiene Varufakis.
       Pero, nuestro citado Fernando Krakowiak asegura que independientemente de si el caso Argentino pudiera o no servir de ejemplo para Atenas, el País Latinoamericano demuestra qué se puede lograr si se renegocia la deuda y se toman distancias de las políticas de ajuste impuestas por el FMI.

      ¿Y cuáles son las consecuencias de esta decisión del Gobierno de Tsipras?
      “Europa tiene ahora una neocolonia en el Mar Egeo” escribe el rotativo belga “Le Vif”. El Periódico sostiene que Berlín obliga a Atenas a renunciar a sus últimos restos de autodeterminación. El Estado de Derecho prácticamente ha dejado de existir: todas las decisiones del País Heleno deben primero recibir el visto bueno de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, y solo luego se presentan a su propio Parlamento y al público”. Cualquier política autónoma desde ahora no está permitida sin la aprobación de Alemania”, señala.
      Además, el Diario destaca que el pequeño país en el mar Egeo debería vender todo lo que pueda interesar a las grandes Multinacionales: agua, electricidad, puertos, infraestructura y vías férreas. Esto le aportaría un total de 50.000 millones de euros, que no serían suficientes, lo que obligaría a Grecia a vender más tarde algunas de sus islas. Sin embargo, el dinero no se puede utilizar para las inversiones. La mitad se destinará a pagar la deuda externa y la otra para recapitalizar los Bancos”, explica Le Vif, “de este modo, Grecia recibe ahora una suerte de nuevo status de neocolonia, en una Unión Europea que en otra oportunidad era vendida como un proyecto de paz, progreso y solidaridad”,  afirma la edición belga.
      ¿Y ahora qué?                                                                           .                Ya avalado el acuerdo político financiero con el Eurogrupo por una amplia mayoría en el Parlamento griego, es definitivo aclarar el fundamento sostenido por Alexis Tsipras para solicitar el voto aprobatorio. Lo que ha planteado es que Alemania se opuso rotundamente a este proyecto, que no pudo concretar debido a que fracasó en la pugna donde se definió levemente la aceptación. Lo que no manifestó, y que los analistas comprendieron, es que Merkel pretendía sacar a Grecia de Europa y ponerla en tal situación que la Dictadura Militar o un Gobierno reaccionario implacable fuese la única forma posible para controlar el caos que sobrevendría. Bien pensado desde una perversa mirada. Según su exposición, las tres posibilidades eran: 1) aceptar el ultimátum o chantaje (aunque Tsipras así no lo dijo), con el fin de dar aire, liquidez y respiro, implicando una drástica recesión al pueblo; 2) provocar la destrucción del Estado de Derecho de tal modo que la anarquía o la fuerza derrotase la democracia avalada por una Nación; 3) salir de la zona euro devaluando toda la riqueza nacional, quedando en iliquidez absoluta, haciendo del heroísmo un absurdo y propiciando un caos inimaginable. Por ello, propuso la primera opción sabiendo el riesgo que significaba por ser realmente la única oportunidad posible.
      Lo que no disertó con absoluta claridad es que Grecia queda obligada a entregar su soberanía a los acreedores internacionales, entre ellos, la Troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), más el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (¡!), al que debe 131.000 millones de euros del total de la deuda (312.000 millones), quienes decidirán sobre la aceptación de las Leyes de la República pues, en la medida que vayan contra el acuerdo”, no podrán ser presentadas al Parlamento. Esto implica una renuncia impresentable en pleno siglo XXI y demuestra que el chantaje sí existe de modo nítido.
     Igualmente no comentó con precisión meridiana que otra exigencia es que la riqueza nacional, hidrocarburos, telecomunicaciones o electricidad, por ejemplo, pase de lo público a lo privado, con el fin de financiar más de 50.000 millones de deuda. De modo similar que las medidas anti-Pensionales y anti-Laborales deberán ser implementadas rápidamente, tales como el debilitamiento de la Libertad Sindical y de  su Organización, el papel de los Empresarios en el despido, etc., propias del Neoliberalismo extremo. Entre otras ideas no menos lesivas.
      Lo cierto es que numerosos Periódicos europeos estudiaron el proyecto catalogándolo como una imposición, Golpe de Estado, venganza, revancha, humillación, la nueva neocolonia, que dieron como conclusión una versión propia del mito, aunque real en su expresión: Drácula se ha apoderado de la otrora Nación insigne pues el vampirismo ejecutará hasta el final el desangramiento de ese pueblo, de su gente, de la niñez y la ancianidad incluida, como un maligno ente diabólico”, lo dijo, atinadamente, el prestigioso comentarista Carlos Santa María (locus citato e passim).
      Y las cifras indican que el "rescate" de 86.000 millones de euros será invertido en el más alto porcentaje para el pago de deudas a la Banca y solo un 25% para inversión, lo que deja las arcas vacías y próximas a una nueva solicitud de sangre fresca para ser exprimida, tal como lo manifestaron aquellos que se opusieron en el Parlamento. Hay que recordar que antes de Septiembre debe ser cancelado, de lo prestado”,  cerca de 10.000 millones de euros en intereses y capital adeudado. Lo concluyente es que el mismo FMI ha considerado la deuda helena impagable.
      Sin embargo, hay tres alternativas que estudiar desde ahora y todas llevan a independizarse paulatinamente de la eurozona y convertirse en un País desarrollado, libre y no sujeto a imposiciones sobre su identidad soberana, en la medida que lo agudo de la situación no conduzca a un camino complejo. Primera, en la medida que transcurra este difícil momento y una vez recibido el dinero pactado, el Gobierno deberá implementar una sólida política de autodesarrollo industrial y comercial incrementando significativamente el rol del Estado con Leyes antimonopolio y Reforma Fiscal hacia las grandes fortunas. Segunda, iniciar un acercamiento reservado con el BRICS, el Banco Asiático u otras Organizaciones que puedan proveer préstamos a largo plazo que le permitan recuperarse y volver sustentable su economía. Esto es factible ya que el criterio despiadado ha sido desplazado por la inteligencia solidaria donde la ganancia no está ligada al exterminio del otro, como lo ha hecho la Troika: extraer toda la sangre de quien se oponga y quedarse con la carne hecha territorio y riqueza natural”(ibídem). Tercera, insistir con valentía en que esta situación muestra con claridad el papel de Alemania y sus aliados avasallando a fuego y dinero a todo aquel que tenga un pensamiento libertario. Hitler ha sido superado en este nuevo siglo por el neonazismo liberal que no solo extermina ejércitos sino que exprime hasta su último aliento a miles de millones en el mundo, amparado en las leyes del poder” (Carlos Santa María: ibídem).
      Lo importante para el mundo es comprender, aunque medios parcializados no lo   explicitan, que la Banca Occidental Neoliberal jamás condona a ningún deudor como política esencial, intransable, sin la cual desaparecen; que esta toma todo lo que puede           –camas, habitaciones, sueldos, casas, herramientas… y Naciones enteras– con el fin de autosaciarse; y que las lágrimas, suicidios, razones y vidas humanas son secundarias ante la avaricia. Por tanto, es un peligro para la humanidad pues su principio existencial es: quien controla la deuda… controla el país (Ibídem).
      La hipótesis no puede ya ser ocultada: Merkel desea que la Germania sea nueva potencia imperial en el mundo financiero, cueste lo que cueste, y por ello la debacle próxima en España, Portugal, Italia, Chipre, Francia, dejaría una Europa con Hitler nuevamente renacido. Todo en la oscuridad, tal como lo sentenciaba alguien invitando a recordar a Drácula, sediento de líquido, oscuro y próximo a desangrar totalmente al Pueblo Griego”(C. Santa María: ibídem).
      Sin embargo, nosotros, los Nacionalistas Republicanos, abrigamos la esperanza de que Grecia logrará superar este trance, que es fundamental, puesto que, de hacerse efectivo todo el paquete político crediticio, le costaría más de tres generaciones de semiesclavos, propiciado sin arrepentimiento por una Unión Europea que ha impedido la libertad de palabra y pensamiento, aún menos de acción, a todo aquel que ose discutir su supremacía, guiado sin remordimiento por los teutones (ibídem).
      Lo bello de este proceso es que Syriza se ha opuesto con el Pueblo Griego, en un Referéndum, a aceptar sin pensar una imposición extrema; que haya sido obligado por el Poder déspota es otra decisión que marca a las Dictaduras implacables. A Alexis Tsipras le queda en estos tiempos la posibilidad de demostrar que nada es imposible y que acceder a una orden absoluta es un compromiso ineludible, sin renunciar a reflexionar en la búsqueda de nuevos aliados, nuevos caminos, coherencias ideológicas, nueva liquidez, con un rostro altivo y la oportunidad de comenzar la auténtica historia para esta moderna Grecia. O en su defecto, mostrará que la retórica fue un simpe discurso emocional sin corazón de guerrero real. Seguramente en este caso, que se espera que no ocurra jamás, el Pueblo Griego pasaría factura y tendría razones. En este proceso no se puede servir a Drácula y cuestionarlo. Abandonar su castillo es la única posibilidad, incluso siendo perseguido. Sin embargo, los andares se hacen más fuertes cuando los principios de Soberanía se convierten en estandartes (C. Santa María: ibídem).
      Finalmente, la lección de Grecia no es un ejemplo a seguir por otros Países en situación similar en tanto coaccionada y casi sin salidas en la coyuntura, sino para pensar desde ahora en nuevas formas que permitan emigrar de una domesticación Europea que denigra el trabajo de los trabajadores, que convierte la labor en un castigo y que como un dios autoproclamado cree que la avaricia es la reina de la verdad. Lo que puede ocurrir internamente en Grecia después del No en el referéndum, contrastando con la aprobación Parlamentaria, es incierto: es posible que despierte el día con la angustia y conciencia activa expresada en la calle.
      Afortunadamente en la teoría del Geopoder, donde lo humano determina los caminos y sus fuentes, se indica que la compensación existe en el mundo y así como se comportan los Estados, sus Gobiernos, las Instituciones, expresión de sus acciones, de igual modo fluye su retorno.--


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