ENTREVISTA IMAGINARIA SOBRE EL
NEOLIBERALISMO.
Pregunta: ¿Cuál es su apreciación de la subida al poder del
Kirchnerismo en Argentina, el caso de Hugo Chávez, la formación de los Estados
Bolivarianos del ALBA y la crisis de las reformas Neoliberales?
Respuesta: ---Indudablemente sus pueblos votaron por el cambio. Pero
quiero señalar también un hecho indubitable: En todos aquellos países en que se
ha impuesto a rajatabla, en forma brutal, sin gradualismo, la política de
“Shock” del Neoliberalismo, luego de transcurrido un tiempo suficiente como
para apreciarse sus resultados, los Partidos que la aplicaron sufrieron su
derrota más estrepitosa. Vamos cronológicamente a algunos ejemplos: el régimen de Pinochet, que comenzó lo que llaman la más exitosa experiencia
neoliberal, para 1982 –por el colapso socioeconómico sobreviniente– tuvo que despedir a los “Chicago Boys”,
discípulos de Milton Friedman, y aún así para 1990, luego de 17 años de
neoliberalismo, vio cómo su candidato Hernán Büchi era contundentemente
derrotado. En Gran Bretaña, Margaret
Thatcher comienza con la experiencia neoliberal en 1979 con la sigla
propagandística TINA (There is no alternative=No hay alternativa) pero después
de 13 años de “thatcherismo” el Partido Conservador sufrió su peor derrota del
siglo. En Francia, Jacques Chirac a
pesar de ser un “Gaullista” intentó aplicar rápidamente una política neoliberal
y en la primera elección anticipada que convocó fue barrido por el Socialista Lionel
Jospin con quien tuvo que cohabitar en el poder teniendo que rever su política
para consolidarse en la
Presidencia de la Rca. Y no
olvidemos que el mismo intento de aplicar la política de “shock” neoliberal,
como propugna la “Escuela de Chicago”, ha provocado tumultos populares tan
violentos como el “Caracazo” de 1989
contra Carlos Andrés Pérez, con más de 500 muertos, que causó en unos años la
caída de la “partidocracia” venezolana, llevando a Chávez al poder;
así como la de Bucaram en Ecuador,
y de Sánchez de Lozada en Bolivia
con el entronizamiento de Evo Morales. Y volviendo a su pregunta, 30 años es
mucho tiempo para evaluar los resultados de una determinada política económica
y social con respecto a los beneficios al pueblo, y el pueblo de esos países ha
dado su veredicto. Y pensar que los pontífices del Neoliberalismo arguyen
siempre que los resultados se verán luego de algunos años y recomiendan aplicar
esta fórmula globalizada brutalmente, sin anestesia; me recuerda la experiencia Comunista que llevó por el lado
opuesto a sufrir 75 años a sus pueblos, 75 años de sacrificios reales a cambio
de esperanzas etéreas; los ideólogos Neoliberales
parecen pretender otro tanto; yo los llamaría “Bolcheviques al revés”.
Pregunta: ¿Qué significa entonces para Ud. ideológicamente el
Neoliberalismo?
Respuesta: ---El Neoliberalismo puede ser definido como la
expresión teórica e ideológica de la internacionalización de un nuevo modelo
de acumulación y dominación del capitalismo. La crisis de los ’60, el
avance de nuevos patrones de acumulación, la revolución científico-tecnológica,
y el predominio definitivo del capital financiero a escala mundial,
determinaron la quiebra del Keynesianismo
y el despliegue de una versión renovadora del Liberalismo, favorecido, además,
por la caída estrepitosa de la Unión Soviética
y el “Socialismo real” de Europa Oriental.
Pregunta: ¿Es el mismo Liberalismo clásico aplicado a nuestra época
que está de vuelta?
Respuesta: ---Este Neoliberalismo no es igual al Liberalismo
clásico. Aunque lo proclamen, basados en
la apariencia, al Neoliberalismo actual no le interesa ni puede reproducir el
libre mercado del siglo XIX. Ahora imperan las Transnacionales con su
lógica centralizada del dinero, la regulación de sus precios y las ganancias, y
la planificación de su gestión que modifica el carácter de la competencia en el
mercado. Éste capital, muy concentrado, hegemoniza los procesos de acumulación,
mientras los grandes espacios económicos introducen nuevas formas de
cooperación e integración entre los países industrializados del 1er. Mundo y de
interdependencia entre ellos. Unido a eso, surgen modalidades más complejas de
competencia derivadas de la celeridad y profundización de la revolución
científico-tecnológica que Alvin Toffler describe certeramente en dos de sus
libros: “La Tercera Ola ”
y “El Cambio del Poder”. Aunque Milton
Friedman, el “Gurú” de los neoliberales, repetía la conocida máxima de Adam
Smith en el sentido de que la mejor forma de servir lo social es promoviendo la
iniciativa privada individual sin regulación de ninguna clase, no pasa de ser
una frase simbólica; y es así porque
el
sujeto actual de la propiedad privada individual, el más poderoso, es la Empresa Transnacional
o Multinacional –si se prefiere ese término– que es otro radicalmente
diferente del sujeto del siglo antepasado. Entonces el Neoliberalismo no es
un regreso al pasado Liberal: es una
respuesta nueva del Capitalismo a otra fase de su desarrollo, siendo a la
vez un modelo económico que opera a nivel social como una ideología.
Pregunta: ¿Cuáles serían los fundamentos de esa ideología?
Respuesta: ---En primer lugar la
idea del “Estado subsidiario” unida al antinacionalismo; se argumenta
contra la pertinencia, utilidad y eficacia del Estado Nacional ante la
globalización de la economía y los avances en las comunicaciones y la
circulación; entonces, desposeído de
hecho del dominio sobre su territorio y su mercado, el Estado-Nación ya no
tendría mucho por aportar en tanto sujeto y lugar de la regulación política y
económica. Se minimiza “lo político” y
se maximiza “lo económico”.
En segundo lugar, la afirmación
de la primacía del individuo, productor,
consumidor, innovador; es él, en su interacción con sus semejantes, quien
debe establecer las reglas: la
regulación social ya no es vertical, no depende de normas establecidas desde
arriba según principios exteriores y superiores a los individuos, sino que cada
cual debe ser dejado en absoluta libertad para maximizar su utilidad
individual, evaluada y medida con la vara del valor monetario.
En tercer lugar, otro elemento
importante es la supremacía del
“mercado”: es el modelo que permite la optimización de las transacciones y
la distribución de la riqueza imponiéndose sobre las comunidades solidarias ya
sean organismos asistenciales, cooperativas, mutuales, el Estado, etc. Y de
ésta forma, la “economía de mercado” se transforma en la “sociedad de mercado”.
En cuarto lugar, cambia el concepto de “equidad” y se
desecha el concepto mismo de “justicia social” pues es el “mercado” el que da
al individuo, al permitirle entrar en competencia, la posibilidad de hacerse
cargo de sí mismo y de asegurar su bienestar a partir de su iniciativa y
creatividad; en cambio el Estado
benefactor, solidario, que interviene, es injusto porque su política
redistributiva y con planes indicadores, penaliza y traba la iniciativa
individual. Por ejemplo tomemos la desocupación:
para la “Sociedad de Mercado” Neoliberal, el individuo puede hallarse
desocupado por no haberse formado profesionalmente, por haber cometido errores
en su carrera, o por no haber sido suficientemente competitivo; pero es culpa
suya y no de la sociedad o del Estado; se da cuenta Ud. cómo la noción del
“derecho al trabajo” se troca por la “demostración de empleabilidad”.
Esto demuestra la amplitud
del cambio ideológico que propone el Neoliberalismo, base ideológica de los
Partidos Liberales y Conservadores; fíjese que el Gobierno
Liberal de Federico Franco, a comienzos del año pasado, contrató como “Asesor”
a Jeffrey Sachs, el mismo que
diagramó y asesoró la política Neoliberal aplicada por Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia,
con los resultados que conocemos y provocó una furibunda reacción popular,
con más de un centenar de muertos, que llevó al Poder a Evo Morales. Hay que desconfiar de los Liberales, porque con su ideología Neoliberal la responsabilidad se transfiere del
Estado y la Sociedad
a cada Individuo.
El quinto elemento es la contraposición de la “Empresa Privada” a
la “Empresa Pública”: La empresa privada es el “summum” de la excelencia
porque es la organización que mejor asegura la coordinación de las transacciones
en el marco de la libre competencia y permite así la redistribución más justa
de los costos y beneficios de la riqueza.
En sexto lugar tenemos la “santificación” total del Capital al
que se considera como el origen del valor, la medida para todo bien,
material e inmaterial, incluida la persona humana. Así, reducido a su
calidad de “recurso humano” el individuo deja de tener valor si ya no es
“rentable”: su valor será en función
de su contribución a la rentabilidad del capital financiero. En ésta concepción ideológica fundamenta su legitimidad esa
sociedad de los excluidos, de lo descartable, de los residuos, tan
exactamente descripta por Viviane Forrester en “El horror económico”. Los
imaginativos argentinos han ideado una frase estereotipo –durante el período de
Menem-Cavallo– para describir a los
marginados: “cayó del sistema”.
Pregunta: Hemos hablado del Neoliberalismo en su aspecto
ideológico. Ahora, ¿qué me dice de sus resultados prácticos?
Respuesta: ---Para responder acertadamente a su pregunta es
menester diferenciar la aplicación de las recetas neoliberales en los países
desarrollados del 1er. Mundo de los resultados de la misma en nuestros países
subdesarrollados, con un orden económico incipiente y deficiente, de éste
llamado “tercer mundo”. Y después de más de un cuarto de siglo de comenzada
esta experiencia, ya en plena globalización y en la segunda década del 3er.
Milenio, vemos que las perspectivas económicas y sociales de los países de la
periferia son cada vez más inciertas:
a pesar de las privatizaciones, el despido masivo de funcionarios públicos
y los sucesivos y severos ajustes, el peso de la deuda externa aumentó a pasos
agigantados haciendo imposible el equilibrio de las cuentas públicas; simultáneamente la caída del precio
internacional de las materias primas y la apertura indiscriminada de los
mercados provocó graves déficits en las balanzas comercial y de pagos; además
la especulación financiera internacional vuelve frágil cualquier estrategia
económica y convierte a los Gobiernos en simples ejecutores de decisiones
foráneas; estallaron por doquier
escándalos y desplomes bancarios y bursátiles (como aquí durante la era Wasmosy); vemos que, a pesar de un crecimiento macroeconómico, la riqueza
se concentra en una pequeña élite de ingresos ofensivos y consumo ostentoso
mientras la clase media se desliza hacia la pobreza, la gran masa popular
sobrevive apenas en una extrema precariedad, aumenta el desempleo, disminuyen y
se deterioran los servicios de salud y educación, y aumenta geométricamente el
grupo de marginados que ingresa a la delincuencia, y los estallidos sociales cada vez más frecuentes y violentos convierten
al Gobierno en un ente represor de sociedades desesperadas. El futuro,
si seguimos este camino sin rectificarlo, se presenta así como de desigualdad y
fragmentación, desorden, chatura y dependencia, haciendo peligrar a corto
término el Sistema Democrático.
Pregunta: ¿Significa eso que Ud. está en contra de las
privatizaciones, la liberalización económica y la globalización?
Respuesta: ---De ninguna manera; no tengo dudas de que la
liberalización económica y la reforma de un Estado prebendario y corrupto
beneficiará a los países en desarrollo y que la globalización es irreversible.
Como lo dijera el Dirigente del radicalismo argentino Rodolfo Terragno: “Por
antipática que sea la globalización, se trata de una realidad que tenemos que
transformar en una oportunidad; no nos engañemos, el resto del mundo puede
vivir perfectamente sin nosotros”.
Pero la liberalización económica debe ser balanceada y debe reflejar los
problemas del mundo subdesarrollado. Debe ser equilibrada en el programa, en el
proceso y en los resultados, y esto requiere algo más que privatizar,
achicar el Estado y eliminar la inflación: también requiere un Estado regulador de un sistema
financiero sano, una política que regule la competencia, y políticas para
facilitar la transferencia de tecnología y alentar la transparencia, además de
incluir el desarrollo sostenible, con igualdad de oportunidades, asistencia
social a los desposeídos y el desarrollo constante de las instituciones
democráticas. Y esto no lo digo solamente yo sino personalidades de relieve
mundial que ya inician la superación del Neoliberalismo como por ej. Joseph Stiglitz, ex Economista Jefe y
Vice-Presidente Superior del Banco Mundial, además de Premio Nobel de Economía
2001.
Pregunta: ¿Cuál es esa diferencia que Ud. mencionó entre los países
del 1er Mundo y los nuestros, que hace inviable la aplicación de las mismas
recetas neoliberales?
Respuesta: ---Le voy a contar algo: en 1989 el “International Center for Economic Growth” (Centro
Internacional para el Desarrollo Económico), y el Banco de la Rca. de Colombia, patrocinaron
una Conferencia sobre el tema de cómo estimular el crecimiento y reducir la
pobreza en los países en desarrollo. Para el efecto, en Paipa, Colombia, se reunieron Economistas, expertos en Ciencia
Política y encargados de las políticas de una extraordinaria cantidad de
países. Entre los participantes estaban prestigiosas figuras como Pankah
Tandon, Doctor en Economía por Harvard y Asociado del Programa de Empresa
Pública de la Universidad
de Boston; Ingo Vogelsang, autor del libro “Venta de Empresas Públicas: Una
Metodología de Costo-Beneficio”; Merilee S. Grindle, Experta en Ciencia
Política del “Instituto para el Desarrollo Internacional de Harvard” y
catedrática en la “Escuela Kennedy de Estudios Gubernamentales” en Harvard;
doctorada en el “Massachusetts Institute of Technology” (el famoso MIT), ha
escrito extensamente sobre el análisis comparativo de la formulación de
políticas, aplicación y administración pública en los países en desarrollo, y
en ese momento era una de las principales investigadoras de Harvard en los
proyectos para mejorar los programas de ayuda para el desarrollo.
Pues bien, las conclusiones más
estudios e investigaciones que siguieron en los dos años posteriores, fueron
publicados en el libro “La Política y La Formulación de las
Políticas en los Países en Desarrollo”. Señalaban cuatro temas que deseo
subrayar: 1) No son partidarios de un Estado mínimo. Expresan que los
teóricos que abogan por la reducción del alcance del sector público “se han
concentrado en los países más desarrollados” pero que “en el caso de los países
subdesarrollados aún se pueden esgrimir argumentos convincentes a favor de
políticas públicas”. 2) Si bien
reconocen que el Estado excesivamente extenso es un Estado negativo, sin
embargo formulan dudas con respecto a la “utilidad de la nueva
política económica neoliberal para los países en desarrollo”. 3) Indican que “pese a que la nueva
economía política neoliberal ha sido útil para explicar las políticas económicas
irracionales, los modelos de economía política adoptados de la experiencia
de los EE.UU. no son especialmente pertinentes para la mayoría de los
países en desarrollo”. 4) Con
respecto a la “privatización de las
empresas públicas” llegaron a la conclusión de que “…muchos de los factores
que se aunaron en los países desarrollados para desencadenar una tendencia
hacia la privatización, están ausentes en los países subdesarrollados”, y resumiendo tales factores señalan: que el crecimiento económico tiende a
conducir a mercados competitivos en los cuales proliferan las empresas
eficientes y el alto nivel de vida vuelve innecesario subsidiar el avance
social, cosa que no se da en los países periféricos; también, que los países
del Tercer Mundo tienen mercados de capital poco evolucionados lo que hace
difícil el éxito de la privatización acelerada; y que las empresas privadas
no son dechados de eficiencia en éstos países; aunque el bienestar bajo la
conducción pública no es óptima, lo mismo sucede bajo la conducción privada.
Pregunta: ¿Qué receta ofrece Ud. entonces para sacar a nuestro país
de ésta situación en que se encuentra?
Respuesta: ---Hay recetas económicas, políticas, éticas y jurídicas: frente al Estado mínimo, meramente subsidiario,
“mirón”, del neoliberalismo por un lado, y por el otro frente al modelo
estatista, omnívoro “atrapa-todo” del socialismo marxista, y la subvención
generalizada de bienes y servicios a costa de altísimos impuestos y rigideces
burocráticas de la Social-democracia
tradicional, yo estoy a favor del Estado
Regulador, ordenador y solidario, que, como lo proclama nuestro ideario
Colorado, sólo interviene en la vida económica para corregir los abusos o
desidia de la actividad privada. Vuelvo a repetir que ante la liberalización de
la economía internacional y la revalorización del mercado, se impone una
retirada del Estado de acciones productivas que pueden ser asumidas por
empresas privadas; pero de ahí a sostener la tesis del “Estado mínimo” hay una
gran distancia; las nuevas circunstancias de una economía globalizada exigen un
nuevo rol del Estado pero no su desaparición o desmantelamiento; y eso porque las
demandas que los nuevos tiempos imponen al Estado son aún mayores que en el
pasado, y ello supone un esfuerzo nacional por modernizar sus estructuras y
procedimientos. En lo referente a las tan mentadas privatizaciones mi postura es la siguiente: primero hay que ver si los caminos intermedios no serán más
provechosos tanto para el Estado como el pueblo en general, sobre todo en
aquellos sectores en que la competencia no es viable como en los llamados “monopolios naturales”; no debemos llevar una cuestión
que debe ser empírica a una convicción ideológica como lo hacen los
Neoliberales que acusan a toda la labor pública de ineficiente y ensalzan
todo lo privado como siempre superior. En los casos de los Monopolios Naturales
y Empresas Político-Estratégicas yo abogaría primero por la capitalización, la “golden share” (acción dorada) o
la corporatización que mantiene la propiedad gubernamental pero lleva a las
Firmas hacia rígidas restricciones presupuestarias y la autofinanciación.
Mediante este resorte, se toman medidas que aseguran el manejo ciento por
ciento comercial y profesional de las Empresas del Estado que por las razones
antedichas deberían permanecer en propiedad pública. Éste es el sistema
aplicado con gran éxito en sociedades tan dispares como Nueva Zelanda y China
Popular. Demás está decir que la transparencia y legitimidad del Régimen Gubernamental
son esenciales para una correcta política de reformas.
Pregunta: En lo que respecta a las recetas políticas, éticas y
jurídicas que mencionó: ¿Cuáles son
ellas?
Respuesta: ---Lo que mencioné recién es fundamental: la Reforma Política va del
autoritarismo centralista a una democracia descentralizada y participativa cuya
base debe ser legalidad y legitimidad. El reconocimiento de la legitimidad de
un régimen puede basarse en una variedad de situaciones o ideas pero sólo tendrá
éxito si la mayoría de la población, la clase dirigente y los factores de
presión nacionales como internacionales puedan llegar a aceptar por haberse
convencido de que lo que ha sucedido está justificado porque es correcto.
La receta ética va por la
reforma social en que la intermediación y la focalización social hará que haya
una mayor delegación y transferencia de funciones en el ámbito social a niveles
subnacionales de Gobierno, y la incorporación de Organismos No Gubernamentales y Cooperativas en la provisión de servicios y bienes en el campo
social, focalizando su acción en
aquellas áreas que no son suficientemente atractivas para la empresa privada,
con aumento y priorización del gasto social, todo acompañado de fuertes medidas
de control y evaluación que hacen parte de lo esencial que todos reclamamos: lucha
contra la corrupción. También debemos idear mecanismos de estímulo y
compensación para alentar la honestidad tanto en lo público como en lo privado; los premios deben ir de la mano con
las sanciones. En Corea por ej. se
han instaurado hasta premios y honores nacionales para las Empresas y los Trabajadores
más eficientes convirtiéndolos en verdaderos héroes de la patria. Eso sin
contar las compensaciones económicas que alientan la ambición por mejorar. Lo
que digo nos lleva a la Reforma
Administrativa que hace el tránsito de la Burocracia
procedimentalista, politizada y prebendaria, a la Gerencia Pública de calidad
juzgada por resultados.
En cuanto a la Reforma Jurídica,
hace tiempo que todos clamamos por ella, de modo que no me extenderé más que
para decir que la seguridad jurídica, junto a la educación, salud y óptimos
sistemas de comunicaciones constituyen lo que los economistas llaman “virtuos
circle” (círculo virtuoso) que harán que las grandes industrias transnacionales
vengan a invertir; porque la globalización trae aparejado éste fenómeno: ya no hay lugar de origen natural; el sitio donde esas industrias se
instalan dependerá del país que organice la capacidad para atraerlas y eso
significa no sólo desarrollar un sistema educativo que incentive la
investigación y desarrollo tecnológico, sino organizar de arriba abajo la
fuerza laboral a fin de que tenga la capacidad intelectual necesaria para ser
experta en la nueva producción y en las tecnologías de distribución que le
permitirán ser los productores mundiales de más bajo costo y mayor eficiencia,
que es la productividad.
Pregunta: En fin, ¿qué más puede agregar como colofón de esta
entrevista?
Respuesta: ---Que debemos rescatar “lo Político” en su más pura y real acepción y retornarlo a un
campo del cual los Neoliberales piensan que debe estar definitivamente excluido
al cabo de tres décadas de desmantelamiento sistemático del Estado y su
reemplazo por el economicismo del Mercado;
porque entre nosotros la política está secuestrada por los malandrines y es
necesario rescatarla; devolvérselas
a los Dirigentes naturales que muestran al pueblo que se trata de una noble e
imprescindible actividad a la que solo es preciso devolver dignidad, prestigio
y altura de miras. Porque nuestro caso es ése: nuestros supuestos Políticos que han convertido la política en un
páramo donde el debate de ideas no es bueno ni malo: simplemente no existe.
Nuestros “políticos” no hacen política, sino clientelismo de la peor especie, y
viven en permanente campaña electoral, solo atentos a su provecho económico,
las encuestas, las cámaras de televisión y los titulares de los diarios. Y la
urgencia de “lo político” sólo puede
ser satisfecha a través de la promoción del bien común. Esto significa la
salvaguarda o el restablecimiento de condiciones vitales de existencia para
nuestro pueblo, lo que nos conducirá a entender qué significa para un
Partido Nacionalista, Republicano y Social, como el nuestro, el tan vapuleado
Sector Público: es el símbolo, junto
a la seguridad social, del freno al capitalismo despiadado. Los que están
buscando lucrar con ello, con la venta del patrimonio del Estado, se están
olvidando de la calle, y la calle existe. Cuando el pueblo sale a la calle desesperadamente el Estado
subdesarrollado hace implosión y se transforma en una entidad caótica
ingobernable: el Gobierno ya no es
capaz de mantener el territorio nacional y la población bajo su control; imperan los narcotraficantes y las
mafias; la legalidad, el orden público y cualquier atisbo de sociedad civil se
volatilizan. Y es eso lo que los
auténticos políticos queremos evitar.-
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