LOS
POSIBLES PASOS DE MACRI
(PRIMERA PARTE)
Aunque es todavía temprano para ser certeros con la
política que seguirá Mauricio Macri,
sin embargo podemos atisbar lo que podría tomar como rumbo, teniendo en cuenta
sus discursos electorales, sus primeras medidas y su tradición ideológica.
Especialmente queremos hacer hincapié en que la euforia demostrada por los
periodistas Neoliberales, como el artículo de
Agustina Vergara Cid: “Desafío: erradicar el Kirchnerismo”,
de furioso corte reaccionario Neoliberal, que tuvo extrañamente un destaque
enjundioso en el periódico digital “EL COLORADO” el 16 de Diciembre de 2015, dado su contenido totalmente adverso a la
doctrina e ideología del Coloradismo,
no tiene mucho asidero, como lo analizaremos a continuación.
Para empezar, consignemos que Macri ganó con la diferencia más
pequeña que registra la historia electoral argentina (2,5%) y tiene minoría en el Congreso (en ambas Cámaras) lo que le
hará difícil producir un cambio muy importante en la superficie sociopolítica
de la Argentina. En primer lugar,
habría que tener claro hasta qué punto Mauricio Macri va a ser
capaz de iniciar y luego mantener el nuevo rumbo prometido, porque las
condiciones no le son nada favorables. En política interna va a tener que
hilar muy fino. Las dos Cámaras del Congreso siguen todavía en manos del Peronismo
opositor y volver a la senda del crecimiento económico, aplicando recortes
presupuestarios como se hace en Europa, afectaría a las clases menos
favorecidas. "Cualquier intento de estabilizar la economía que concentre los
costes en la mayoría social sería un suicidio político",
considera Dante Caputo, Politólogo y ex-Ministro de Asuntos
Extranjeros con Raúl Alfonsín. "Si Macri consigue resolver las
tensiones entre austeridad y equidad, ganará una batalla decisiva. No será
fácil", añade.
Pero es indudable que a partir del 11
de Diciembre de 2015 la política argentina transcurre a través de nuevas
escenas, lenguaje y actores. ¿Por cuánto tiempo se sentirán sus réplicas y
hasta dónde llegarán? Es la pregunta que se impone. Pero antes analicemos, ¿por
qué ganó Macri y perdió Scioli? Para responder es útil hacer
una comparación con lo que pasó en 2009
en Chile donde Michelle Bachelet dejó el Poder, ante la imposibilidad
constitucional de la reelección, con un muy alto grado de popularidad, quedando
como Candidato de la hasta entonces invicta “Concertación Oficialista” Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien carecía
del mismo carisma y estaba ubicado más “a la Derecha de Bachelet”, y perdió
ante Sebastián Piñera, un candidato
Liberal pero ubicado más a la “Izquierda
de la Derecha”, que no estaba sindicado
como “Pinochetista” pues había votado al famoso “NO” que puso fin a la
Dictadura, y con postulados menos reaccionarios que la habitual Derecha
chilena. Con Daniel Scioli pasó algo
parecido en Argentina: él no se
identificó plenamente con el “Gobierno Kirchnerista” y no contó con el amplio
respaldo electoral ni discursivo de Cristina
Fernández, quien también dejaba el Poder con un alto grado de aceptación de
su gestión ("La Presidenta
tiene hoy en día una imagen positiva del 55%", le dijo a BBC Mundo Juan Manuel Germano, Director
de la firma Isonomía Consultores.
"Esta es la transición con mayor nivel de apoyo desde la vuelta de la
Democracia en 1983", aseguró). Para aumentar la similitud señalemos
que el Movimiento electoral de Piñera se denominó “Coalición para el Cambio” y el de Macri “Cambiemos”. Y terminemos esta similitud señalando que el
Oficialismo chileno había también sufrido un importante desprendimiento: el de Marco Enríquez-Ominami, que le
sacó bastantes votos a la candidatura de Eduardo Frei, reuniendo un 20%, lo
mismo que Sergio Massa desvió del
Kirchnerismo hacia el PRO.
Además no es
cierto que el “Macrismo” haya
desalojado los contenidos políticos “Kirchneristas”
en su campaña; todo lo contrario: aceptó la gravitación de un “clima
ideológico Kirchnerista” y adaptó explícitamente su discurso y sus propuestas
al nuevo “Zeitgeist” que es originalmente una expresión del idioma alemán que significa “el espíritu (Geist) del tiempo (Zeit)”; se refiere al clima intelectual y cultural de una era. Y eso lo hizo Mauricio Macri con absoluta disciplina
discursiva interna y a contramano de su propia minoría Neoliberal; prometiendo,
por ejemplo, que de ser electo Presidente, “NO privatizaría Aerolíneas
Argentinas, YPF, ni siquiera ‘Futbol para todos’, como diciendo: ¿quieren Estado? pues tendrán Estado”,
teniendo en cuenta que, según las encuestas, la sociedad argentina se encuentra
mayoritariamente inclinada a una activa participación del Estado (la
radiografía ideológica de todas la encuestas muestran que el 70% de los
argentinos prefiere un Estado que intervenga activamente sobre la economía). En
el discurso electoral del PRO no
encontramos siquiera vestigios de aquellos que, como la publicitada inexplicablemente
por EL COLORADO, Agustina Vergara Cid,
quieren irrumpir con un Grupo de Gerentes que desde afuera vendría a
regenerar la Política y sustituirla por la Administración y que “El Presidente entrante deberá revertir el daño hecho por el Kirchnerismo,
y hacerlo, no predicando algún tipo de moralidad (lo cual no es una
función legítima del Gobierno), sino precisamente reduciendo el
adoctrinamiento altruista-solidario que el Estado ha venido realizando. Su
desafío es llegar al fondo de esas ideas y arrancarlas de raíz, aunque
para ello tenga que enfrentarse a los propios adoctrinados”(sic).
Habiendo hecho
esta precisión, ahora tratemos de explorar las tradiciones político-ideológicas
en que se inscribe, como una forma de anticipar –muy tentativamente– el camino
que recorrerá. Lo más evidente, primero,
es que Macri es una expresión
sintomática del cruce tenso entre un “Liberalismo
Social” y un “Conservadurismo
Reaccionario” que caracteriza a las “Nuevas
Derechas Globalizadas” que, al menos en el caso Latinoamericano, han ido
moderando sus programas ortodoxos para reconocer algunos aciertos económicos de
los Gobiernos del “Giro a la Centro-Izquierda” , incorporando a su propuesta la
promesa de no descender del piso de beneficios sociales construido en la última
década. Así, si antes de llegar al Poder la nueva Centro-Izquierda se vio
obligada a ofrecer garantías de gobernabilidad económica y garantía
democrática, ahora la Nueva Centro-Derecha promete gobernabilidad social.
En segundo lugar, a lo largo de su campaña
Mauricio Macri ha insistido en que
su Gobierno será por sobre todo Desarrollista.
Y como prueba explícita señalaba que en su Despacho de Jefe de Gobierno de
la Ciudad Capital, tenía colgado el retrato de un solo Dirigente Político: el ex-Presidente Arturo Frondizi, padre del Desarrollismo
argentino. Ideológicamente el
Desarrollismo no es Neoliberal pero sí moderno, procura atraer al Capital
extranjero pero es cuidadoso de los intereses nacionales, no es populista pero
apuesta a la Industria Nacional; busca insertar al País en el mundo pero
reconoce los límites del esquema Centro-periferia. Considerado en su acepción
argentina, el Desarrollismo aparece como un Peronismo benigno o un Radicalismo
progresista. Aunque por su carácter equívoco el Desarrollismo así entendido
puede aplicarse a casi cualquier país del “Tercer Mundo” que dejó inconclusa su
Revolución Industrial, quizá algunas de sus líneas maestras resulten útiles
para intentar resolver los problemas del presente. Así, es importante su idea
de impulsar, mediante el ingreso de inversiones extranjeras, industrias
intensivas en capital, tecnología y mano de obra calificada que permitan
sortear los “cuellos de botella” de la economía, que son los que generan el
déficit de divisas que ponen un techo al crecimiento. Como sabemos, el gran
problema de la economía argentina sigue siendo su estructura industrial
desequilibrada, que hace que los ciclos de crecimiento y consumo disparen una
demanda de Dólares que los superávits del Agro no llegan a cubrir. El
Desarrollismo pretende, a través de la industrialización acelerada y modernizante,
resolver este problema. Por supuesto,
impulsar un programa verdaderamente “Desarrollista” implica, además de la
atracción de los capitales que lo financien, un fuerte rol del Estado como
orientador del proceso y, sobre todo, voluntad política. Nos parece difícil
imaginar a Macri en este rol, aunque
sólo el tiempo dirá si el Desarrollismo se transforma en un verdadero Plan de
Gobierno o queda como un simple “slogan” de campaña electoral.
Economía: nubarrones preocupantes.
Después de
aclarar lo anterior, sin embargo debemos preocuparnos sobre algunos aspectos
preocupantes del Plan Económico del nuevo Gobierno tal como se presentó el
objetivo de aumentos de precios para el periodo de Gobierno de Mauricio Macri. Ahora el plan se llama “Metas de Inflación”. El esquema divulgado propone una tasa de inflación del 20 al 25 por ciento
para este año. El manejo de tasas de interés altas y el ajuste fiscal son
componentes esenciales de ese plan, que hoy reúne el consenso del mundo de la
ortodoxia económica. El Gobierno prevé cerrar este año con un
nivel de inflación de entre el 20 y 25 por ciento anual, a partir de la apuesta
de una reducción en la inercia de precios a partir del segundo semestre derivado
de un ajuste del gasto.
El nuevo Ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Alfonso Prat-Gay, ofreció
el Miércoles 13 de Enero una Conferencia
de Prensa en la que presentó los objetivos de la política ortodoxa para los
próximos años.
Alfonso Prat-Gay, había dicho el 5 de
noviembre, en campaña electoral, que una devaluación no provocaría grandes
costos en materia inflacionaria porque en la práctica la economía se manejaba
con la cotización de otros tipos de cambio, como el contado con liquidación o
el blue. “Con nuestra propuesta, que será coherente con un programa económico,
lo que va a suceder es que subirá el dólar oficial, que prácticamente no afecta
a nadie, y van a bajar los otros, que afectan a la gran mayoría de la
población”, afirmó. “El dólar a 9,50 no
existe”, aseguraba más desafiante el propio Mauricio Macri. Las advertencias sobre los riesgos de ocasionar
una estampida de precios al mover el dólar de 9,65 a 15 pesos, como
estimaba el Candidato en aquel momento, eran descartadas, y quienes las
hacían eran tratados de ignorantes. “Es algo que Daniel Scioli no
entiende”, apuntaba por ejemplo Prat-Gay. El ahora Ministro de Hacienda y
Finanzas cumplió la primera parte de su promesa. Empezó a delinear un programa
económico que arrancó con la eliminación
de las restricciones a la compra de divisas y la consecuente devaluación. Las
principales medidas en el primer mes de Gobierno ubican a los sectores Financieros y Agroexportadores como privilegiados, elevando sus márgenes de
rentabilidad por distintas vías. A
los primeros, por ejemplo, con la suba de las tasas de interés, la
eliminación de la obligación de compensar a los ahorristas por ese aumento del
costo del dinero, la generación de incentivos para la llegada de capitales
golondrina y la emisión creciente de deuda pública. Para el Agro, la devaluación, la quita y rebaja de retenciones y la
supresión de cupos a la exportación significan una transferencia de miles de
millones de pesos.
Lo que no
ocurrió fue la segunda parte de la consigna, que el incremento del dólar no
tendría impacto sobre precios. Por el contrario, desde que Prat-Gay
anticipó la devaluación a principios de Noviembre se produjo una disparada
inflacionaria, de acuerdo con las mediciones de la totalidad de las Consultoras
Privadas, mientras que el Indec
(Instituto Nacional de Estadística y Censos) en este momento ya no
continuará la Publicación Oficial porque no habrá una medición oficial hasta
el año próximo debido a que el Gobierno de Mauricio Macri determinó la “Emergencia Administrativa del
Sistema Estadístico”. El índice del Congreso también desaparece como
referencia, pero pese a ello es claro que en el último bimestre de 2015 la
suba de precios triplicó el ritmo que traía hasta entonces. Lejos de asumir cualquier responsabilidad
por esa situación, que significa un golpe al poder adquisitivo de trabajadores,
jubilados y sectores de ingresos fijos, Prat-Gay se desentendió de las
consecuencias de sus decisiones. Ahora
resulta que el dólar de 9,65 existía, pero era “ficticio”, por lo
cual “el sinceramiento” es parte de “la herencia”. El Ministro no hizo ninguna referencia a que antes sostenía que el
dólar oficial “no afecta a nadie” y que por lo tanto su incremento no
impactaría en los precios. Ahora consideró lógico lo contrario,
que se hubiera producido un alza de la inflación, pero se congratuló de que lo
peor haya quedado atrás. La nueva promesa es que la inflación terminará el
año en un rango de entre 20 y 25 por ciento, y en función de ello reclamó a
los Gremios que moderen sus pretensiones en las Paritarias. Sería la
forma de completar la gigantesca
transferencia de ingresos desde sectores Trabajadores a Banqueros y Ruralistas
que supone el nuevo “programa económico coherente”. La redistribución
regresiva de la riqueza, que empezó con la devaluación, es la verdadera
herencia de Prat-Gay.
Las viejas recetas recesivas.
El Ministro de Hacienda y
Finanzas Públicas, en su Conferencia
de Prensa, el Miércoles 13 de Enero, en la que se esperaban anuncios sobre
las negociaciones llevadas adelante en Nueva York con los fondos buitre, dijo poco y nada. Se limitó a compendiar la
visión que Mauricio Macri expresó
desde el día cero del fallo de Thomas
Griesa: pagar sin chistar discutiendo, en el mejor de los casos, sobre la
acumulación de intereses: “el taxi” que sigue corriendo. En suma, una perspectiva más acorde a su
viejo empleo –pues recordemos que Prat-Gay
ha hecho gran parte de su carrera en el J.P. Morgan– que a la del Titular
del área económica de un País Soberano. Así, las trabas al crecimiento de
la economía durante los últimos cuatro años habrían sido una consecuencia de no
arreglar con los acreedores más litigiosos, lo que habría devengado un costo
adicional de intereses de más de 6.000 millones de dólares. “No les hacemos un favor a los argentinos al pelearnos con los
buitres”, consideró el ministro Prat-Gay, en un giro de 180 grados de la
política kirchnerista. En la semana del 25 de enero las partes presentarán
sus propuestas, incluidos los llamados “me
too” (yo también, en inglés) que obtuvieron el tratamiento extraordinario
previsto en la sentencia original de Griesa aunque su reclamo todavía se encuentra
en proceso de apelación.
Para el Gobierno de Macri, lograr un entendimiento es condición necesaria para
rehabilitar el acceso al mercado de crédito internacional sin riesgo y a menor
costo. Sin embargo, la lógica de las Agencias Calificadoras de Riesgo evidencia
cómo siempre existen requisitos adicionales para mejorar las perspectivas
financieras de los países “desobedientes”. Por eso, el cierre de la disputa
es solo un eslabón más en el proceso donde se inserta el compromiso de
reducción del déficit fiscal, achicamiento del Estado y la instalación de un
régimen de metas de inflación. El camino de Grecia. Durante la Conferencia
de Prensa, el Ministro presentó a los buitres como inversores
genuinos que adquirieron sus títulos antes del default cuando que los propios
demandantes reconocen la adquisición de esos papeles post-crisis de 2001,
incluso después del primer canje de 2005. Una clausura de la disputa
requerirá que la totalidad del 7,6 por ciento de los tenedores de los papeles
todavía en default también alcancen un acuerdo con el país. La suma nominal
total ronda los 5.700 millones de dólares pero su valor varía ya que son más de
150 tipos de bonos distintos, denominados en diferentes monedas cuyas
cotizaciones se mueven todos los días. Si todos los tenedores de bonos en Default
accedieran a la fórmula pari passu
que consiguieron NML, Dart y Aurelius, los fondos más agresivos, el monto a desembolsar trepa hasta los 20.000
millones de dólares. (Pari
passu es una frase en Latín que
literalmente significa “con igual paso”. Lo
que se traduce a veces como “en igualdad de condiciones”, “al mismo nivel”,
“con igual fuerza”, o “moviéndose en forma conjunta” y por extensión, “en forma
equitativa”, “en forma imparcial y sin preferencias”. Pari
passu es un término utilizado en finanzas, Bancos, títulos y valores financieros; se establece como una cláusula en un
contrato financiero para precisar que los créditos deberán de guardar las
mismas igualdades de derechos y obligaciones en relación con otras deudas
similares de un mismo emisor). La intención del Equipo
Económico es cancelar la mayor parte emitiendo
nueva deuda externa, un escenario viable dado el bajo nivel de endeudamiento en dólares heredado del kirchnerismo. Pero un hipotético desembolso de esta magnitud equivale a 9 de cada 10 dólares en las reservas del Banco
Central al 23 de Noviembre, el primer día de Macri como Presidente electo, o la mitad de toda la inversión
social realizada entre 2003 y 2014. Aunque en el Equipo Económico de Macri entienden que el guarismo
se ubica más cerca del margen inferior, de todos modos se trata a todas luces
de mucho dinero.
El clima festivo que
genera entre Banqueros y Empresarios la estrategia del nuevo Gobierno contrasta
con los históricos señalamientos provenientes desde la vereda de enfrente del
pensamiento económico. Utilizar los fondos que ofrezca el Mercado Financiero
para financiar gastos corrientes representaría
una peligrosa y fallida estrategia que fue abandonada por los Gobiernos
Kirchneristas. Aunque el desendeudamiento aleja la posibilidad de una crisis de
deuda, si esa estrategia se profundiza no pueden soslayarse los riesgos
asociados a la lógica de la valorización financiera –desindustrialización,
extranjerización, precarización y fuga– que
dominó el proceso de acumulación entre 1976 y 2001. La
necesidad de divisas no justifica una reinserción subordinada en el Mercado
Financiero Internacional, al tiempo que el anunciado aumento de las tasas
de interés de la FED impone un clima de incertidumbre para la sustentabilidad
del ciclo de “crédito abundante y barato” para las economías emergentes. Otro
desafío será obtener el Visto Bueno del
Congreso para legitimar la operación financiera: en primer lugar, se requiere derogar la Ley sancionada en 2013
que obliga a ofrecerles a los buitres
las mismas condiciones financieras que recibieron el 92,4% de los acreedores
que participaron de los canjes; en
segunda instancia, será necesaria validar Legislativamente la ingeniería y la
fórmula de pago propuestas.
Pero el pago sin chistar a los buitres, que amenaza con retrotraer
la situación de la deuda pública en divisas a etapas anteriores a la
reestructuración, no fue el centro de la exposición. El objetivo principal
del Ministro fue relatar los objetivos
económicos de la nueva Administración, una remake de lugares comunes de la
ortodoxia, a los que sumó una cargada dosis de voluntarismo al momento de
exponer los factores que explicarán la potencial reactivación, la que ahora
se produciría recién a partir de 2017.
Prat-Gay empezó por “la herencia
recibida”. Según sus números, el déficit fiscal que habría dejado la anterior
administración no sería de apenas 2,3 puntos del PIB, sino del 5,8: “El déficit
primario más alto de los últimos 30 años”, que sería producto del derroche y de
gastar mal en un año con “recaudación
record en los últimos 200 años”. Raro, todo funciona mal, pero la recaudación es record histórico. A la herencia recibida el Ministro
sumó la inflación. Lo hizo de una manera particular, pues consideró al pico
producido entre fines de noviembre y todo diciembre –un subproducto de las
promesas devaluatorias y la posterior devaluación llevada adelante por su
Fuerza Política– como responsabilidad del Gobierno anterior, pero también,
por partida doble, como un éxito en el proceso de sinceramiento de precios
relativos que acompañó la salida del “cepo cambiario”, pues según sus
mediciones, las previsiones para la primera quincena de Enero serían de una
inflación similar a las de Septiembre y Octubre. Así, la devaluación apenas se habría
expresado en “una joroba”; sin dudas un dato para anotar cuando todavía no se
produjeron los ajustes tarifarios.
La proyección del Gobierno para los
próximos cuatro años es de una inflación del 20-25 por ciento en 2016, del
12-17 en 2017, del 8-12 en 2018 para terminar en 2019 en el 5 por ciento. El
dato notable aquí es que estos números no se compararon con el realmente
importante: el crecimiento esperado
del PIB para el período. El dato
saliente es que el Ministro cree que en 2016 no habrá tiempo para que ya
“liberadas las fuerzas productivas reprimidas” se recupere el nivel de
actividad, hecho que ahora se trasladó a 2017. Pero el dato verdaderamente
preocupante es que Prat-Gay crea que “terminar con el derroche” será suficiente
para que la economía se reactive. Hasta
ahora, todo lo anunciado son las viejas recetas del Neoliberalismo recesivo sin
nada que tire del carro del crecimiento.
El techo a las Paritarias.
Con la advertencia de una caída de
ventas a las Empresas y de una pérdida de empleo a los Sindicatos, el Ministro
de Hacienda definió el marco de negociación salarial para este año. No habrá
índices de inflación oficial para ordenar las Paritarias. Los despidos de las Empresas privadas en las últimas
semanas “son parte de la herencia”. La
negociación de los salarios para 2016 no tiene que tomar como referencia los
fuertes incrementos de precios generados por la devaluación, la quita de
retenciones y el ajuste que viene sobre las tarifas públicas. Estas fueron
dos definiciones centrales del ministro Prat-Gay para no perder de vista que la
política económica tiene como principal objetivo alterar la distribución del
ingreso a favor de grupos concentrados, en los cuales se destacan Multinacionales
exportadoras y financieras. El funcionario volvió a sugerir que las Paritarias
deberían negociarse entre el 20 y 25 por ciento para que no escale el ajuste en
materia de desocupación y de consumo. Prat-Gay aseguró que los casos de recorte
de personal en firmas privadas no son fruto de las medidas de Mauricio Macri, sino de “inconsistencias
acumuladas” en el Gobierno anterior, el
cual, sin embargo, finalizó el mandato
con desocupación de 5,9 por ciento, para marcar la cifra más baja de los
últimos 30 años. Empleó un argumento llamativo para justificar que la
prioridad del equipo económico es cuidar a los trabajadores. “Cuando el
Presidente dice que vamos a cuidar el empleo se lo toma muy en serio. Y así ya
lo hizo en casos bien concretos. Una de las rebajas que anunciamos fue la
reducción del insólito impuesto sobre autos de lujo. Sin eso hubiera caído
todavía más la producción y el empleo del sector”. Pero el 80 por ciento de los autos con ese recargo
impositivo son importados, con lo cual no implican ni un solo operario en
los establecimientos productivos. El
Ministro advirtió a los Sindicatos que no deberán tomar los fortísimos aumentos
provocados principalmente por la corrección del dólar del 40 por ciento como
una referencia para el reclamo salarial del 2016. “En la medida en que acomodemos
los precios relativos (tipo de cambio, salarios y tarifas), se va a ir
acomodando también la tasa de inflación”. Prat-Gay aseguró que la
“Emergencia Estadística” que declaró el Indec
(Instituto Nacional de Estadística y Censos) y por la cual no se publicarán
datos de precios durante los próximos meses no es un impedimento para el
desarrollo de las Paritarias.
Por su parte, El Presidente del
Bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Héctor Recalde, salió al cruce de los anuncios del Ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y afirmó que “no se puede extorsionar con las Paritarias"
porque "la naturaleza jurídica del salario es alimentaria y estos son
derechos humanos”. También rechazó la declaración del Ministro sobre "la
grasa de la militancia" y sostuvo que "la descalificación a los
militantes políticos es una ofensa al ser humano”. Insistió que “no se puede
extorsionar con las Paritarias, es tremendo, porque no se puede plantear que se debe
elegir entre sueldo y empleo porque esto es jugar con el estado de necesidad
del pueblo”. En ese contexto, Recalde afirmó: “Yo quiero llamar a la mesura porque la naturaleza jurídica del
salario es alimentaria y estos son derechos humanos”.
Ajuste oculto de 3,6 puntos.
La presentación de
Prat-Gay expone una reducción de 2,3 puntos en el déficit, pero la magia
contable hizo desaparecer un ajuste adicional: el beneficio para Exportadores y el Agro más concentrado que otros
pagarán. El Ministro dedicó buena parte de su exposición a tratar de
demostrar que había descubierto en las cuentas fiscales un déficit escondido
mucho más grande que el confesado por el Gobierno saliente. Se refirió a ello
como “la basura que nos dejaron, que no es nuestra pero vamos a resolverlo”.
Aseguró que se encontraron infinidad de “ingresos mal incluidos” así como
“gastos no computados”. Y entre los primeros mencionó los recursos aportados
por el Banco Central y el Fondo de
Garantía de Sustentabilidad de ANSES
(Consulta de Liquidación de Asignaciones
Familiares y CUIL: Código Único de Identificación Laboral) para financiar al
Tesoro Nacional, que consideró prudente separar, criterio que no comparte ni el FMI ni aplican los Países Centrales de
la economía mundial.
Hacia el final de su presentación se entendió el sentido de tanto
esfuerzo: creyó demostrar que el
déficit primario del año 2015 no había sido de 2,3 por ciento del Producto Bruto
Interno, como informó el Gobierno saliente, sino del 5,8 por ciento, y que si
se logra el objetivo de alcanzar un déficit primario de 4,8 por ciento este
año, se “reduciría en un punto”. Evitó así exponer que, en realidad, las medidas que ha resuelto aplicar el Gobierno
de Mauricio Macri significan un ajuste por aumento de tarifas de Gas y Electricidad
por 1,5 puntos del producto bruto; otro ajuste por Cesantías de Personal y recortes de otros gastos por el equivalente
de 0,8 puntos del PIB; y finalmente un redireccionamiento de recursos por medidas
impositivas a favor de Exportadores y Grandes Productores Agrícolas, por 1,3
puntos del PIB, que se les restarán a otros Sectores o transferencias del
Estado. En total, lo que queda disimulado es un ajuste de 3,6 puntos del
PIB que el Gobierno Nacional dispondrá en 2016. Es decir, por una cifra que
podría rondar los 190 mil millones de pesos, considerando los valores estimados
del producto para 2015. Por otro lado, estimó que el ahorro en el gasto por la eliminación de subsidios a las tarifas de
Gas y Electricidad será el equivalente a 1,5 puntos del PIB. Ese impacto
positivo será acompañado, prometió Prat-Gay, por otra reducción de 0,8 puntos
proveniente de “Reordenamiento del gasto”. En este rubro se explayó sobre la
existencia de “licitaciones irregulares”, “ñoquis” y reparticiones “llenas de
militantes”, que es lo que el Gobierno de Macri empezó a ajustar con despidos masivos (más de 10.000 hasta
ahora) sin analizar la composición del personal ni la responsabilidad laboral
de cada uno.
La compleja exposición
del Ministro diluyó el impacto fiscal
del beneficio a Exportadores y Productores Agropecuarios por la quita de
retenciones, al imputarlo
arbitrariamente a 2015 como si ya hubieran estado vigente entonces. El gasto adicional
aparece así expuesto como si fuera un gasto que se repite de un año a otro.
Pero al no ser así, la transferencia de
recursos a favor de estos sectores concentrados significará que se la detraerán
a otros sectores. Aunque este último ajuste, de 1,3 punto del PIB, haya quedado
oculto en la exposición del Ministro.-
FUENTES: “Le Monde
Diplomatique”; “Página 12”; “Clarín”; “La Nación”; “The Guardian”; “Revista
Noticias”; Comentarios y reportes de la Prensa en general.--
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