PARAGUAY: ¿EXIT DEL MERCOSUR Y
ENTER A LA ALIANZA DEL PACÍFICO?
En un Artículo titulado “Paraguay Exit del Mercosur”, publicado el 28 de Junio ppdo. por el CATO
INSTITUTE de los EE.UU., el economista paraguayo Víctor Pavón considera
que así como el Brexit podría resultar en una mayor liberalización
comercial para el Reino Unido, la salida de Paraguay del
MERCOSUR seguramente resultaría en lo mismo. Por casi la misma fecha
el INSTITUTO CATO publicó también dos Artículos muy ilustrativos de su posición:
“Alianza del Pacífico” del costarricense Juan Carlos Hidalgo y “El
Modelo del Pacífico” de Ian Vázquez, que instan a las Naciones
Latinoamericanas a ingresar en esa Asociación porque “a pesar de que ha
disminuido el crecimiento económico mundial, el modelo del Pacífico sigue firme, lo cual posiciona mejor a los países que
lo conforman y augura bien para el futuro. El modelo del Atlántico, por otro
lado, está cada vez más en crisis"; de lo cual colegimos que el Sr. Pavón,
a tono con la ideología del Instituto CATO al que pertenece, indirectamente
está propugnando dicha política para el Paraguay. Esta es una
respuesta tentativa a esa proposición Neoliberal.
Paraguay
asistió a la XI reunión de la Alianza del Pacífico
celebrada en la
ciudad chilena de Puerto Varas, Región de Los Lagos, que culminó el 1º
de Julio, en la que participaron la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y
los Presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; México, Enrique Peña Nieto, y
Perú, Ollanta Humala. El ingreso de
Paraguay como “Estado Observador” a la Alianza del Pacífico (bloque regional
compuesto por México, Colombia, Perú y Chile como Estados Parte) fue saludado
desde diversos Medios de Comunicación Neoliberales de nuestro País, que
pretenden ver en la noticia el certificado final de defunción –tantas veces
anunciado– del pelotón de instancias de integración autónomas: UNASUR,
MERCOSUR, ALBA y PetroCaribe. En contraposición a eso, la noticia no generó
mayor repercusión en la Prensa Latinoamericana que cubre con más énfasis el
deterioro de la situación social argentina y los escándalos offshore del
Presidente Macri que su política internacional. También ahora Argentina
ha ingresado como Estado Observador.
Por el momento, el ingreso Argentino como
el Paraguayo no es más que un saludo genérico a una instancia abarrotada de
Estados Observadores, con casi 50 países en esa condición, contra sólo 4 con
membresía plena. No hace falta más que ver el mapa que presenta la propia Alianza
del Pacífico en su web para darse cuenta de ello, con una gran
proliferación del bloque EEUU-UE en esta clase de membresía
parcial que otorga voz en reuniones (y no mucho más). En su afán de no mirarse
en soledad en una América Latina y el Caribe que aún sigue contando con mayoría
de Gobiernos nacionalistas/populares y de izquierda –aunque no con el énfasis
de años pasados, claro está– Macri como Cartes orientan su
Política Exterior rumbo a países que no han demostrado grandes logros en
materia económica y social. Esto queda evidenciado en las propias
Estadísticas de la OCDE, que hablan de una desigualdad creciente en los
Estados Parte de esta Organización apadrinada por Washington.
Un elemento interesante se desprende de
una lectura inicial del Acuerdo Macro de la Alianza del Pacífico,
firmado en Junio de 2012 en Chile: tres de los cuatro suscriptores han
salido -o están camino a hacerlo- de la Presidencia de sus respectivos países.
Hacemos referencia a Piñera, Calderón y Humala, que dejan en soledad a un Juan
Manuel Santos que ganó agónicamente la segunda vuelta de 2014. Es decir:
hablamos de países con volatilidad política creciente, muy elogiados por
la Prensa Corporativa pero con modelos político-económicos poco refrendados por
sus habitantes en las urnas.
Pero “Alianza del Pacífico” tiene
un problema adicional de dimensiones: viene atado al combo del “Acuerdo
TransPacífico” (TPP). Intentar sacrificar el “MERCOSUR”
–es preciso “flexibilizar” sus condiciones dicen otros como el
paraguayo Víctor Pavón– para ir corriendo tras un mega-acuerdo que
intenta contrariar a China en el marco del progresivo declive de EEUU
no parece ser la opción más razonable para Paraguay ni Argentina:
para ello Macri y Cartes deberían firmar dos Tratados de
Libre Comercio -es decir, con la mitad de sus miembros plenos- para intentar
ser “Estado Parte” de la Alianza del Pacífico en el futuro.
Paradójicamente, a 25 años de la firma de un MERCOSUR que fue
concebido en pleno auge Neoliberal, es este Tratado el que impide que la Argentina
del PRO se tire de cabeza a la “pileta librecambista” que ofrece la Alianza
del Pacífico y lo mismo pasa con Paraguay. ¿Se animará a aún más el
tándem Macri-Cartes? ¿Buscarán romper el MERCOSUR por el
capricho de “pertenecer” a los mega-acuerdos que exige EEUU?
Debemos tener en cuenta que a Estados Unidos y a la Unión
Europea, el aumento de Poder o “masa crítica” regional
siempre les restará espacios para negociar acuerdos favorables a sus intereses.
En este sentido, no se deben olvidar las palabras de Henry Kissinger a
principios de los años noventa, cuando sostuvo que “si Estados Unidos
incitaba a la Argentina a firmar un acuerdo bilateral comercial o,
incluso, a ser parte asociada del naciente Nafta, Washington
hubiera logrado una decisiva ganancia de Poder, pues su consecuencia habría
sido la disgregación del MERCOSUR y, por tanto, el
mantenimiento de la división interestatal en la región”.
Por
supuesto que no ignoramos que la crisis del MERCOSUR refleja ahora, con
claridad meridiana, los defectos del Tratado de Asunción y los sucesivos
Protocolos, que se estuvieron aplicando contra viento y marea en estos años. Ya
no cabe duda alguna de que es necesaria una revisión total cuyos mayores
lineamientos deben estar en la forja de Instituciones para la integración,
retomando la idea del modelo flexible y gradual que se pensó al
principio, y el rechazo de las extralimitaciones del “Aparato Político” que
cree que basta el voluntarismo del Poder para impulsar la justicia, el
sistema productivo y la creación de riqueza. De todos modos, Paraguay
debe continuar dentro del MERCOSUR, como tan atinadamente lo expresó Horacio
Cartes desde el principio de la crisis del 2012 en varios discursos,
tomando con serenidad los avatares que sufrimos; y recordemos lo que
dijo Napoleón, que “para gobernar se debe tener el corazón en la cabeza”.
Porque, a pesar de todo, Paraguay ha obtenido ventajas de la integración:
el volumen de sus exportaciones e importaciones con los países del bloque
alcanza a sumar casi el 40% de su PBI y lo recibido del “Fondo de
Inversión” es muy superior a lo aportado; además su condición de
mediterraneidad le hace necesitar de un tránsito sin obstrucciones para la
salida de sus productos y estamos seguros que con un Gobierno Republicano, que
volverá más temprano que tarde a su ideología de centro-izquierda Nacionalista
de sus orígenes, las negociaciones serán más fáciles y positivas en todos los
órdenes, se limarán asperezas y se será más comprensivo con los problemas de la asimetría entre sus componentes.-
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