ENRIQUE
RIERA ESCUDERO: UN PÁJARO DE CUENTAS
El flamante
Ministro de Educación y Cultura es un personaje ubicuo, que según el Diccionario significa: “Que está o puede estar
presente en varios lugares al mismo tiempo”. Aludimos con esto a su falta de
postura consecuente y coherente. En efecto, repasemos un poco de su historial
político para sacar conclusiones. Cuando la caída del Stronismo en 1989, él ya
tenía 31 años y aunque pertenecía nominalmente a la juventud del MOPOCO, del
cual era Dirigente su padre, no se le conoce ninguna actuación relevante que
haya supuesto un peligro para su persona. Fue un personaje anodino cuya carrera
política recién comenzó cuando ya no hubo peligro ni molestias, luego del Golpe
que puso fin al Régimen. Así fue como poco después de la asunción presidencial
del Gral. Andrés Rodríguez, su padre
Enrique Riera Figueredo, logró que aquél lo nombrara Secretario General del Ministerio del Interior, cargo desde el cual
perpetró su primera traición a la democracia y al Partido Colorado, al firmar
la orden para que la Policía atracase la Junta de Gobierno del Partido Colorado
para robar, “manu militari” la victoria lograda por el Dr. Luis María Argaña para la Candidatura Presidencial en las
elecciones internas del 27 de Diciembre de 1992. Si hubiese tenido una pizca de
dignidad hubiera renunciado a un Cargo –que no necesitaba económicamente– antes
que firmar tal ignominiosa orden. Pero esta obediente acción le valió también
el reconocimiento del “vencedor” fraudulento, Juan Carlos Wasmosy, quien cuando fue Presidente, gracias al robo
descarado y violento, lo nombró “Secretario
de la Juventud” (que ahora es Vice-Ministerio). Años después, viendo que el
Poder de Wasmosy tocaba a su fin, se acercó al Gral. Lino César Oviedo, “chupándole las medias” y ganándose así su
buena voluntad lo que hizo que, con
votos Oviedistas, lograse la elección a Diputado, para luego traicionar muy
arteramente al Oviedismo cuando con su voto solitario dirimió el resultado
en la Cámara de Diputados a favor del Juicio Político al Presidente
Constitucional Raúl Cubas, inclinando la balanza durante el “Marzo
paraguayo” a favor de la oposición Argañista, Liberal, Encuentrista. Este
“mérito” le ganó la voluntad del Argañismo,
con ayuda del cual consiguió ser electo Intendente
de la Ciudad de Asunción donde tuvo un quinquenio de actuación desastrosa
que puede verificarse consultando los Periódicos de la época y el informe y declaraciones
de su sucesora, Evany de Gallegos.
Su pobre y corrupta administración lo desprestigió tanto que estuvo recluido
por cinco años en el limbo reservado a los políticos fracasados que intentaron
emprender algo muy superior a su capacidad. Volvió del “invernadero” en el 2011
postulándose como “Candidato Presidencial” con la altisonante declaración que
“no descabalgaría de su Candidatura por ningún motivo y menos para intentar una
banca Senatorial” diciendo que “la flecha está lanzada y nada la detendrá”, para
después hacer exactamente lo contrario, con tan poca fortuna –pues el
pueblo no olvidó su pasado– quedando en el último lugar de la lista de los 45
Senadores y como el Partido logró 23 Bancas, estuvo fuera, sin rumbo fijo. Ello
no lo amilanó y se acercó a Cartes,
“chupándole las medias” como hizo con Rodríguez, Wasmosy y Oviedo, hasta
conseguir que Cartes lo nombrara representante del Ejecutivo ante el Consejo de
la Magistratura. Enrique Riera Escudero nunca
cuestionó a ningún Gobernante durante los desastrosos Gobiernos que se
sucedieron durante la “Transición Democrática” buscando –y logrando– el acomodo
con todos ellos, sin excepción alguna. Ahora ha conseguido la “presea” de Ministro de Educación, un “presente
griego”. Y ya algunos apologistas
suyos, como el Periodista entrevistador de ABC, Hugo Ruiz Olazar, que ya años
atrás lo calificara como “una isla de credibilidad en el Partido Colorado”,
gritan a voz en cuello que “logró solucionar en un día el problema estudiantil”
sin parar mientes en que hizo lo que cualquier otro hubiese hecho: aceptar todas las demandas de los
estudiantes, y, por supuesto, con eso más el logro de la renuncia de la Ministra Lafuente, todo estuvo
solucionado, “muerto el perro se acabó la rabia”. Pero a Enrique Riera le
aguardan “las tareas de Hércules” que creemos –vistos sus antecedentes– superan
en mucho sus capacidades administrativas e intelectuales así como sus
cualidades morales. Enrique Riera
Escudero debe su Cargo Ministerial al hecho de que es un pillo que apareció en
el momento oportuno.-
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