domingo, 30 de noviembre de 2014

SARTRE Y DIOS

                     JEAN-PAUL  SARTRE  Y  DIOS                                               ¿Se arrepintió Sartre de su ateísmo antes de su muerte?
                                  
      El Siglo de Sartre de Bernard-Henri Levy es, según los principales críticos, señal de fraude intelectual, junto con la manipulación ideológica, así como La Esperanza Ahora de Benny Lévy, alias Pierre Victor: el diálogo entre Jean-Paul Sartre y Benny Lévy –diálogo sobre veinte páginas– que apareció en la edición número 800 de Le Nouvel Observateur del 10 de abril de 1980, cinco días justo antes de la muerte de Sartre, que se produjo el 15 de abril de 1980. Y es que en esa  última obra llamada “La Esperanza Ahora” que recoge una serie de entrevistas y conversaciones con su asistente y secretario personal… parece que Sartre se separa un poco del férreo Ateísmo de su pasado y comienza a “mirar hacia lo divino”. Una de las frases de este libro más aludidas para apoyar su “conversión” es: “No me siento que soy el producto de la casualidad, una mota de polvo en el universo, sino alguien que era de esperar, preparado, prefigurado. En pocas palabras, un ser que sólo un Creador pudo colocar aquí… y esta idea de una mano creadora hace referencia a Dios”.
      Pero ésta es una lectura muy personal de Bernard-Henri Levy. Lo cierto es que Jean-Paul Sartre comenzó esta conversación con su secretario, Benny Lévy, meses antes, pero decidió publicarla sólo unos pocos días antes de morir; él no solo estaba claramente ya disminuido físicamente, sino intelectualmente. Pero es aún más cierto que Benny Lévy de repente descubrió que, después de haber dado la prueba de la piel, manteniendo su extremismo, podía transferir allí –desde la política a la teología–un espíritu inveterado de talmúdica, así como un mesiánico avezado escándalo en Sartre francamente místico, como Bernard-Henri Levy titula un capítulo de su “Siglo de Sartre” en la medida en que era un Jean-Paul Sartre más "judío", con toda la apariencia que supone tal connotación religiosa –antes que existencialista– con las implicaciones políticas e ideológicas inherentes a ella, que empezamos a ver bien, disparando al mismo tiempo todo su edificio conceptual en el horizonte del pensamiento contemporáneo.  En resumen, lo que Sartre anunció a los lectores sorprendidos de  “Le Nouvel Observateur”, es que no hay mucho que pensar para un filósofo, en la Biblia que en Platón, en Rabí Akiva, en Hegel o Husserl y la articulación  de las dos fuentes; tanto como las dos religiones dan al pensamiento en forma de griego bíblico y discurso profético a logo centrado el discurso será –dice– si Dios le da vida, la urgencia del tiempo restante. Entonces, ¿qué acerca de este llamado Sartre último” que tendría también –como su secretario personal, Benny Lévy, lo da a entender– que encender repentinamente la cola para negar la base misma de su filosofía, y por lo tanto su conjunto de vida intelectual dedicada enteramente –incluso a través de un comunismo desagradable– a la causa del pueblo, para usar el título de uno de sus principales compromisos con la filosofía social y política?
      “Me gusta que me apoyen para refutar la interpretación excesivamente partidista e ideológica –plan escandalosamente orientado filosóficamente– que da Bernard-Henri Levy sobre la supuesta conversión final de Sartre al Judaísmo, que  Bernard-Henri Levy llama específicamente, en su “Siglo de Sartre”, el "último Sartre", como un espíritu verdaderamente teológico más bien, como leyó al autor de El Ser y la Nada, en esa dimensión esencialmente metafísica. Así que fui a verlo (a Sartre) para decirle acerca de mí, esta generación, que gracias a él finalmente rompimos con la ignorancia; pero, por una vez, este gran pensador, al final de su vida pero sin decir, se colocó en el asombro general para hacer de creyente de Lévinas dice Daniel Salvatore Schiffer (filósofo, escritor) en “La Filosofía de Enmanuel Lévinas”.(Filósofo judío, naturalizado francés. Inspirándose en la tradición hebrea, Lévinas busca pensar de otro modo la relación del hombre con el hombre; tiene el objetivo de salir del aislamiento de existir del Existencialismo [“el infierno es el Otro”]; el Otro, como rostro que me enfrenta y restituye, no es del orden de la representación, hay en él, la presencia ausente de la idea de infinito, que me ordena y que lo hace incapaz de ser dominado por mí.- N. del A.)  
       En todo caso esta última obra de Sartre, que salió a la luz pública muy poco antes de su muerte en Abril de 1980, generó, como era de esperarse, muchísima polémica y críticas, la mayoría de parte de un gran número de Sartrianos que veían en estas palabras una traición a toda la filosofía del gran pensador Francés.
       Pero… ¿Hasta qué punto son reales estas palabras de conversión? ¿Hay algo más detrás de todo esto?
       Es probable que su conversión no sea totalmente cierta, pero algo hubo. Un Sartre de casi 75 años de edad, ciego desde hacía casi una década, senil, gran consumidor de cigarrillos y alcohol, e incluso adicto a las anfetaminas y a la mezcalina… no es de extrañar que todo lo anterior, sumando su decrepitud y padecimientos finales… le hiciesen considerar la posibilidad de un Dios detrás de todo, inducido y manipulado por su hombre de confianza”.
        Los Sartrianos sintieron que su Maestro, en declive, estaba embrujado por abusivos protegidos y que Sartre testificó a falsos e indignos herederos desarmado en gratitud por la atención y el cuidado de que él era objeto. El cómplice del reciente fanatismo religioso de Benny Lévy, Bernard-Henri Lévy, su hermano gemelo en pseudo-judaísmo, se dió cuenta de que había una hazaña increíble, única, en ¡desnaturalizar el pensamiento de Jean-Paul Sartre para sus propios fines y de acuerdo con sus propios intereses!
      Hablar  de Sartre es hablar de Simone de Beauvoir. Su pareja sentimental de toda la vida en una relación abierta e individual. Es ella quien nos puede esclarecer un poco los últimos días del Gran Filósofo. Fue una Novelista y Filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monografías sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca dentro del Existencialismo al igual que Sartre. Dice Simone de Beauvoir en “La Ceremonia de Despedida”, testimonio directo, que había publicado en 1981, un año después de la muerte de Sartre: Victor (Benny Lévy) no expresa directamente sus puntos de vista: él se ha puesto en Sartre, jugando en nombre de quién sabe qué verdad revelada el papel de fiscal. El tono, la superioridad arrogante que asumió Sartre, hizo rebelar a todos los amigos que habían leído el texto antes de su publicación. Y estaban, como yo, horrorizados por el contenido de las confesiones obtenidas de Sartre. De hecho, Víctor había cambiado mucho desde que lo conoció Sartre. Al igual que muchos ex-Maoístas, se volvió hacia Dios: el Dios de Israel, porque era judío; su visión del mundo se convirtió en espiritual e incluso religioso. Frente a esta nueva dirección, Sartre se mostró reacio. Recuerdo una noche cuando había ventilado su disgusto: ‘¡Víctor quiere absolutamente que todo el origen de la moral esté en la Torá.  Pero yo no creo eso en absoluto!’ nos dijo. Y ya he dicho que, durante días, luchó contra Víctor, y luego cedió, cansado de la guerra”. Esta explicación que nos da en esta ‘Ceremonia de Despedida’ Simone de Beauvoir, que admite aquí estar "horrorizada" por el contenido de la entrevista infractora, es aún más esclarecedor, confirmada incluso por la versión que dio en el tiempo, Jean Daniel, Director de Le Nouvel Observateur”. (De Bernard-Henri Levy à Benny Lévy, via Sartre: imposture intellectuelle et manipulation idéologique” por: Daniel Salvatore Schiffer (Filósofo, escritor, Profesor de “Filosofía del Arte”: Bruselas, Bélgica, 31 de Octubre, 2013).    
      Durante sus últimos años, y tras participar impetuosamente en la revuelta estudiantil de Mayo del 68, Sartre ocupaba su tiempo en el  Flaubert  y en numerosos reportajes, artículos y conferencias, aunque con énfasis en acciones callejeras de izquierda militante, llegando a ser arrestado por la policía y “embutido” en una furgoneta con rejas mientras repartía “La Cause du Peuple” y “Libération”, dos beligerantes publicaciones de oposición al “Establishment”, a las que ayudó a fundar, llegó a dirigir y sirvió de mentor. Con ocasión de su arresto, la inmediata reacción del General De Gaulle, Presidente de Francia, para ordenar  su  libertad  inmediata,   fue  su  famosa   frase   de   que “a Voltaire no se le mete en la cárcel”, y Giscard d’Estaing advertía que no había favores imposibles si se trataba de Sartre, “un francés que con su pensamiento supo fecundar como ningún otro nuestro siglo”.
      Fue en 1973 cuando ya Sartre había perdido casi la totalidad de la visión, y ante este impedimento y sus enormes ganas de escribir, se vio obligado a contratar a un “secretario-asistente” a quien le dictaría sus ideas para que las plasmase en papel. El elegido fue Pierre Víctor un joven filósofo judío nacido en El Cairo, militante Maoísta que respondía al verdadero nombre de Benni-Lévi. Cuando Sartre conoció a Víctor, entre otras cosas decía: “…mi vista reducida hará que la lectura y la escritura me sean en adelante imposibles. Tengo por lo tanto necesidad de este muchacho para terminar mi obra. El me ayudará a rematar mi Flaubert… Víctor fue, entonces, su último interlocutor intelectual y políticamente válido, el sucedáneo que escogiera él libremente y con el cual pensaba no solamente revitalizarse sino remitir sus sueños de futuro, preservar su proyecto, prolongarse en su propio pensamiento.
       Luego de una gira de cuatro días por Israel en compañía de Arlette Alkaïm (su hija adoptiva) y Víctor, éste lo interroga y prepara un texto con tres reportajes que envía a Le Nouvel Observateur en donde no sólo tutea a Sartre, sino que firma: Sartre-Víctor. Además –según los  antiguos amigos– con conceptos débiles, ambiguos, contradictorios; una nueva filosofía vaga y blanda que Víctor le atribuye, dicen. “Lo arrastró a renegarse de sí mismo” afirma Simone de Beauvoir, “Arlette y Víctor lo estaban manipulando” agrega. Ese giro sorpresivo del pensamiento de Sartre no sería permitido. Se puso en acción una formidable fuerza de presión para impedir que se publicara. Es lamentable” le reclama airada Simone de Beauvoir a Sartre Déjalo, yo no le doy ninguna importancia” afirma ella que le respondió él. Y sin embargo, la lucha continuó por impedir la catástrofe, su publicación. Todos a una arreciaron en su empeño hasta cinco días antes de que el filósofo de la libertad, de la existencia y de la vida, muriera.
        Coda: El Existencialismo Sartriano, aunque entroncado con el de Heidegger, Jaspers y Husserl, y beneficiario de Kierkegaard, resulta más racionalista y aterrizado que el de aquellos para el conocimiento de nuestra naturaleza por cuanto, yuxtaponiéndose al Marxismo y al Materialismo Dialéctico –y por ello mismo– no  deja de subrayar y enfatizar en la libertad individual. Si de Marx puede decirse que trabajó y luchó por la libertad social del hombre, de Sartre podría afirmarse que se esforzó por hacer del hombre un individuo socialmente libre.         
       Sartre y Dios. Ateísmo y valores: Para el filósofo, la existencia de Dios es imposible, ya que el propio concepto de Dios es contradictorio, pues sería el en-sí-para-sí logrado (véase la entrega anterior: ¿Sartre, plagiario de Heidegger?”). Por tanto, si Dios no existe, no ha creado al hombre según una idea que fije su esencia, por lo que el hombre se encuentra con su radical libertad. Este ateísmo tiene una consecuencia ética: Sartre afirma que los valores dependen enteramente del hombre y son creación suya.
    En “El Existencialismo es un Humanismo” nos dice Sartre que la idea del hombre como un ser libre es una consecuencia inevitable del ateísmo. Compara la concepción creacionista, la concepción según la cual Dios ha creado al mundo y al hombre, con la visión técnica del mundo. En el caso de los objetos artificiales la esencia precede a la existencia; la esencia es el conjunto de rasgos que invariablemente deben estar presentes en un objeto para que este objeto sea lo que es. Cuando queremos fabricar un objeto primero nos hacemos una idea de él, nos formamos un concepto en el que se incluyen las cualidades que le van a definir y su utilidad, su finalidad; el concepto expresa en el nivel del pensamiento la esencia del objeto que vamos a fabricar. Así actuamos, por ejemplo, en el caso de un libro o un cortapapel: el artesano se ha inspirado en el concepto de libro o de cortapapel; intenta que en todo aquello a lo que llamamos libro o cortapapel estén presentes los rasgos que piensa mediante el concepto o idea correspondiente. En este sentido se puede decir que la esencia es anterior a la existencia, puesto que primero es el concepto del objeto y luego su existencia concreta; la existencia concreta se intenta acomodar a la esencia que se expresa en la definición del objeto. Según Sartre, los que conciben a Dios como creador lo identifican con un artesano superior, el artesano del mundo: cuando Dios crea las cosas del mundo las crea a partir de la idea que se ha hecho de ellas, del mismo modo que el artesano crea un libro a partir de la idea que de él se ha formado, y por ello el hombre individual es una realización del concepto de hombre que Dios tiene en su mente. En la Edad Moderna la noción de Dios entra en crisis, pero no ocurre lo mismo con la idea de que la esencia precede a la existencia; y, en el caso concreto del hombre, se sigue pensando que existe la naturaleza humana, y a cada hombre como un ejemplo del concepto hombre, exactamente igual que cada libro concreto es un ejemplo del concepto libro. El Existencialismo, añade Sartre, es un ateísmo coherente, pues afirma que “si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre... ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el Existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después y será tal como se haya hecho. Así pues no hay naturaleza, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere y como se concibe después de la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del Existencialismo. Con esta tesis Sartre declara la peculiar posición del hombre respecto del resto de seres: empieza existiendo, no teniendo un ser propio, empieza siendo una nada, y se construye a sí mismo a partir de sus proyectos; el hombre es lo que ha proyectado ser.
      Las posturas radicales y pesimistas de Sartre que aparecen en la novela  La náusea (1938) y en  El Ser y la Nada (1943) evolucionaron hacia una postura algo más optimista en El Existencialismo es un Humanismo (1946): ahí ya no insiste en que el hombre sea una “pasión inútil”, sino que el Existencialismo se presenta como una doctrina de la acción, aunque permanezca la angustia. El Humanismo Clásico admira a la humanidad en virtud de las producciones o valores de algunos hombres concretos, y considera que esencialmente el ser humano es el más perfecto de todos los seres, pues está hecho a semejanza del Dios trascendente. Este Humanismo Clásico es absurdo, dice Sartre. Frente a él, el Existencialismo es un humanismo porque es una filosofía de la acción y de la libertad: la dignidad humana radica en la libertad; gracias a ella el ser humano siempre trasciende su situación concreta, aspira al futuro sin estar determinado por su pasado, se traza metas y construye su ser.-
                             FUENTES.
 Las palabras (Les mots):Jean-Paul Sartre, autobiografía; 1964.-                       El Ser y La Nada: Jean-Paul Sartre; 1943.-                                                     El Existencialismo es un Humanismo: Ibídem; 1946.-                  Materialismo y Revolución: Ibídem; 1954.-                                              Crítica de la Razón Dialéctica: Ibídem; 1960.-                                               La Esperanza Ahora: Benny Lévy, alias Pierre Victor; Diálogo entre Jean-Paul Sartre y Benny Levy; 1980.-                                                                   Le Nouvel Observateur del 10 de abril de 1980.-                                        La Ceremonia de Despedida: Simone de Beauvoir; 1981.-                            Los Últimos Días de Sartre: Germán Uribe; 1997.-                                   Sartre, un siglo: Germán Uribe. Escritor colombiano; 1997.-
El Siglo de Sartre: Bernard-Henri Levy; 2001.-                                           La Filosofía de Enmanuel Lévinas: Daniel Schiffer; 2007.-                          De Bernard-Henri Levy a Benny Lévy, via Sartre: impostura intelectual y manipulación ideológica: Daniel Salvarore Schiffer; 2013.-                                                                             


martes, 25 de noviembre de 2014

¿FUE SARTRE UN PLAGIARIO?

       ¿FUE SARTRE UN PLAGIARIO DE HEIDEGGER?

      El periódico digital “EL COLORADO” ha aumentado mucho su nivel intelectual; y como en dicho Medio de Comunicación se ha publicado en fecha 13 de Noviembre: “Jean Paul Sartre, el mismo personaje plagiador de lo que él llamó “existencialismo” (ver Pigmalión y la cosa sucede) como si hubiera descubierto la piedra roseta y que ante el temor de su muerte inminente afirmó haberse equivocado al negar a Dios durante su existencia (Fuente: CRISTO HOY, Semanario Católico)”; vamos a tratar, en dos entregas, de dilucidar ambas cuestiones.
         En la comprensión Heideggeriana, el hombre es el ente abierto al ser, pues sólo a él “le va” su propio ser, es decir, mantiene una explícita relación de co-pertenencia con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el “ser-ahí” (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al “ser-ahí” como “ser-en-el-mundo”  o “estar-en-el-mundo”. De esa estructura parte la analítica existencial del Dasein, que en  Ser y Tiempo  juega el papel de ontología fundamental. La distinción de la  filosofía moderna, desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo totalmente ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el mundo, relación cuya forma de ser no consiste en un “comercio” entre sujeto y objeto, o en una teoría del conocimiento que también los implique, sino que es propia de la existencia (Dasein) como “ser-en-el-mundo”, y encuentra su fundamento ontológico en el “Cuidado” o "Cura".              Estas categorías (en rigor, existenciales o existenciarios [Existenzialien]) le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia entre una vida auténtica, que reconozca el carácter de “caída” que tiene la existencia (propiedad), es decir, la imposibilidad de dominar su fundamento (el ser), y una vida inauténtica o enajenada, que olvida el ser en nombre de los entes concretos (impropiedad). Ahora bien, si en Heidegger el Dasein es un “ser-ahí”, arrojado al mundo como “eyecto”, para Sartre el humano en cuanto “ser-para-sí” es un “pro-yecto”, un ser que debe “hacerse”. “El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del Existencialismo” (“El Existencialismo es  un Humanismo”).
    Sartre elucida la cuestión del Ser-en-Sí y el Ser-para-Sí. Analizando filosóficamente el Ser, encuentra “el ser del fenómeno” y “el ser de la conciencia” radicalmente otro, cuyo sentido “requerirá una elucidación particular” a partir de la “revelación-revelada” de otro tipo de ser, el ser-para-sí… y que se opone al ser-en-sí del fenómeno. Para Sartre, el “ser en sí” no es pasividad ni actividad, su consistencia está más allá de lo activo como de lo pasivo, más allá de la negación como de la afirmación, es una inmanencia que no puede realizarse porque el ser “está empastado de sí mismo”; de hecho “el ser es opaco a sí mismo”. El “ser en sí” no tiene un dentro que se oponga a un fuera, está aislado en su ser y no mantiene relación alguna con lo que no es él; esto significa que no puede ser derivado de lo posible ni reducido a lo necesario. “No conoce, pues, la alteridad; no se pone jamás como otro… No puede mantener relación ninguna con otro”.
    La característica de la conciencia, al contrario, está en que es “una descompresión de ser”, ella, en efecto, “ha-de-ser lo que es”; así Husserl ha puesto claramente de relieve el hecho de que “solo la conciencia reflexiva puede desolidarizarse de lo que pone la conciencia refleja”. Entonces, la ley del “ser-para-sí” como fundamento ontológico de la conciencia, consiste en ser él mismo en la forma de presencia a sí. Esta “presencia a sí” –dice Sartre–“ha sido tomada a menudo por una plenitud de existencia”, pero para nuestro filósofo “la presencia del ser a sí mismo implica un despegue del ser con respecto a sí” Y esto llega a la superficie por medio de la realidad humana porque este principio no puede denotar sino las relaciones del ser con el exterior y comprometido en el mundo. El “para sí” es el fundamento de su “ser-conciencia o existencia”. Esto significa que se determina a sí mismo pero no puede fundarse sino a partir del “en-sí” y contra el “en-sí”. Así, la realidad humana se capta en su venida a la existencia como ser incompleto, “es perpetuo trascender hacia una coincidencia consigo misma que no se da jamás”.
        Consecuentemente, para Sartre, en el ser humano “la existencia precede a la esencia”, que explica con un ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Los seres humanos, no son el resultado de un diseño inteligente, y no tenemos dentro nuestro algo que nos haga “malos por naturaleza” o “tendientes al bien”–como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído– y continúa: “Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos”, éstos nos son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como “proyecto”.
      ¿Fue Sartre un simple plagiario, un divulgador de ideas ajenas? Claro que no. "El Ser y la Nada" no es una traducción al francés de "Ser y Tiempo", como apresuradamente sugirieron muchos críticos, sino un Ensayo Filosófico que habla del entrelazamiento de la facticidad y el proyecto, idea que surge, casualmente, del desencuentro de su autor con Heidegger. Hay que destacar que Sartre se forma en la Fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger (discípulo éste de aquél). Pero se observa en su obra  la influencia que ejerce sobre Sartre el Racionalismo Cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia.
       Es cierto que Sartre, como todo intelectual, tenía muchas deudas: con Heidegger, con Gide, con Bergson, con Céline, con Nietzsche. Pero por ninguna de ellas hipotecó su originalidad.
      “En los ataques constantes de Periodistas y Escritores del Establishmenten los noventa– toda clase de infundios, calumnias y verdades a medias se dijeron sobre Sartre… que sólo fue un plagiario de Heidegger’, ‘que no lo entendió’…” “De pronto, y justo en el año 2000, uno de sus detractores más acérrimos, Bernard-Henri Lévy, publica un homenaje explosivo y apasionado de casi 600 páginas: “El Siglo de Sartre”, especie de declaración póstuma de amor, ceremonia de arrepentimiento, ‘mea culpa’ esplendoroso y abundante: resulta que ‘ese terremoto llamado Sartre’ fue “el intelectual más grande e indiscutible de su época”. (SARTRE Y NOSOTROS por Alicia Ortega Caicedo: Editorial El Conejo; 337 págs., Quito, Ecuador, 2007).-


lunes, 24 de noviembre de 2014

ALIANZA ELECTORAL

PORQUÉ DECIMOS NO A LA ALIANZA       ELECTORAL CON OTROS PARTIDOS
        Durante la última Convención Extraordinaria del Partido Colorado en la que, entre otras cosas, se propuso la modificación del Estatuto Partidario para permitir “Alianzas electorales con otros Partidos” nosotros acompañamos a los Correligionarios de todo el país en su rotunda negativa, basada en que consideramos que ello presenta un Problema Ideológico; un Problema Político; y un Problema Moral.
        Es un Problema ideológico: porque el Partido Nacional Republicano tiene divergencias inconciliables y muy grandes tanto con el Partido Liberal como con los Partidos de Izquierda,  ya fueren del Socialismo Marxista o Socialdemócrata. Con el Liberalismo, desde sus orígenes, como dijera el último Caudillo Colorado del siglo XX, Luis María Argaña, el 10 de Septiembre de 1993, en el local central del Movimiento de Reconciliación Colorada”, donde se realizó un acto recordatorio de la fundación del Partido Colorado, que expresó con palabras que no podrán borrarse de la historia: “Para quienes sostienen que el Partido Colorado es una rama del Liberalismo impuesto al Paraguay por la horrenda ‘cruzada libertadora’ de la Triple Alianza, el Manifiesto del 11 de Septiembre de 1887 constituye una valla insalvable. No hay manera de concertar los espejismos de la Doctrina Liberal con los postulados que, desde aquella fecha lejana, orientan la vida y el desenvolvimiento de nuestra poderosa Asociación Política… El Manifiesto de 1887 es una realidad objetivada por las circunstancias y si bien nacido en el apogeo de las ideologías liberales tiene el valor y el mérito de serle rotundamente antagónico”. Y lo reafirmó en su alocución a los Convencionales de la “Convención Ordinaria” del 19 de Septiembre de 1998: “La ideología del Partido Colorado condena tanto al Estado ausente como al Estado complaciente, como el que ha facilitado el descalabro financiero y económico cuyas secuelas sufrimos hasta el presente. El Partido concibe un Estado con mayores atribuciones sociales y, por ello, con un mayor número de controles. Apoyamos la Libre Empresa, como necesaria e indispensable para nuestro desarrollo, pro no consentiremos las empresas que buscan acumular ganancias a costa del sacrificio y el dolor de nuestro pueblo. La regulación y participación del Estado, en este contexto, es crucial para que exista el justo y humano equilibrio entre el capital y el trabajo. A los que alegan que no hay desarrollo sin el mercado, les respondemos que no habrá equidad social sin el Estado”.
        Y la DECLARACIÓN de dicha Convención dice en su  punto 3. “En vista del evidente estado de recesión generalizada de las actividades económicas del país, reafirmamos la necesidad imperativa del ejercicio de la función reguladora del Estado para promover la reactivación de las actividades productivas y comerciales, y particularmente de los sectores agrícolas e industrial. La participación que auspiciamos no tiene por objeto competir con la iniciativa privada sino crearle las condiciones más apropiadas para su reactivación y desarrollo”.
        En efecto, el Coloradismo propone un Estado Regulador fuerte y ordenador consecuente para la puesta en práctica de políticas activas, pero sin caer en la tesis Izquierdista “estadocéntrica” ni reemplazarla por la tesis Liberal “mercadocéntrica” y “dejar nomás” hacer todo al mercado, por lo cual nuestro razonamiento va más allá de  la simple “lógica de Mercado” y escapa a la estrecha “lógica de Estado”, porque consideramos que no puede plantearse un modelo de modernización transformadora que no contemple la solidaridad social y la lucha contra la desigualdad y la explotación. En esto nos diferenciamos del Neoliberalismo libertario y del Socialismo centralizador autoritario. Ni el Estado meramente subsidiario, “mirón” del Liberalismo, ni el Estado omnívoro, “atrapa todo” del Socialismo Izquierdista.
        Demás está decir que la ideología del Nacionalismo Republicano del Partido Colorado está también contrapuesta al laicismo antirreligioso, internacionalista e individualista del Liberalismo, como a la conculcación y desprecio de las tradiciones, del orgullo de la pertenencia a un terruño, del “Ser Nacional”, y al materialismo ateo del Socialismo de todas las vertientes. Como lo dijera el gran Filósofo Existencialista Alemán Martín Heidegger: “Sé, por la experiencia e historia humanas, que todo lo esencial y grande sólo ha podido surgir cuando el hombre tenía una patria y estaba arraigado en una tradición”.
           Es también un Problema Político: porque el Partido Colorado tiene una raigambre popular tan mayoritaria y tan imbuida de su sentido de pertenencia, una verdadera “sub-cultura” como dicen nuestros sociólogos, o, una “emoción nacional” como la calificara el mismo Gral. Bernardino Caballero; que al aprobarse una “Alianza” con extraños a su organismo social, se provocaría en sus masas un grado de desconfianza en sus propias fuerzas, un enervamiento (en el verdadero sentido, que significa depresión, decaimiento, no “ponerse nervioso” como se cree en nuestro medio) de su espíritu de lucha y una desorganización mayúscula al tener que compartir planes, acción y discursos con gente venida de afuera.
        El gran Partido Colorado siempre se ha bastado a sí mismo, y eso ha dado a sus bases mayor capacidad de organización y dinamismo como la cohesión necesaria para el combate y el triunfo. ¿Qué pensarían nuestros aguerridos Correligionarios al tener que recibir órdenes y directivas de Liberales, Febreristas y demás Izquierdistas, tan extraños a ellos?  Porque nuestro Partido se asemeja en cierta forma al Peronismo por su gran capacidad de movilización de masas y su mayoría aplastante como la que volvió a darle el Poder. Mientras que los Liberales han sido siempre como los Radicales del vecino país: los eternos segundones en las elecciones, excepto por la traidora revolución armada de 1904 y la “cópula contra natura” con la Izquierda marxista del 2008; en tanto que los demás son sólo “Partiditos”. Sería mayúsculo el problema político que se armaría con una extraña “alianza”.
           Y, por último, es un Problema moral: el gran Partido Nacional Republicano es todavía, a pesar de algunos desaciertos, un “haber colosal” de nuestra Patria y “una promesa inestimable para el futuro”. Tal es la dialéctica del proceso histórico, que el Coloradismo, aún en sus horas más difíciles, ha producido los Jefes de mayor visión y valor y ha dado la espalda a aquellos Dirigentes torpes y serviles. Pero los Dirigentes pasan… y el Partido queda. Por eso, los Colorados debemos seguir trabajando por la renovación de la Dirección y debemos jugarlo todo al impulso orgánico, profundo e irreprimible de las masas paraguayas de liberarse de la pobreza, la corrupción y el diletantismo Gubernamental.
      Esta tarea fundamental de nuestra época no ha cambiado, por la simple razón de que no se ha resuelto… y los Colorados no tenemos el menor derecho –a no ser que la desilusión y la fatiga se consideren “derechos”– a extraer la conclusión de que el Partido ha desaprovechado sus posibilidades políticas y debe renunciar a todas sus aspiraciones y resignarse… a no ser más el primero en la Política Paraguaya. Treinta o cuarenta años en la balanza de la Historia, cuando se trata de los cambios más profundos en los temas económicos y políticos que afectan la Patria, pesan menos que una hora en la vida de un hombre: Y ¿de qué sirve el individuo que, a causa de los reveses sufridos en una hora o un día, renuncia a un propósito que se ha fijado sobre la base de toda la experiencia de su vida?
      Por eso, “poner una cruz” sobre el Partido Colorado a causa de alguna “recaída episódica” y perder así toda perspectiva histórica, sería imperdonable. Porque, por el momento, solamente el Coloradismo tiene dentro de sí la estructura socioeconómica para una democracia social renacida y el espíritu Nacionalista que requiere la hora; y esto DEBE DEFENDERSE. ¿Y qué defendemos nosotros?: la Soberanía de la Patria y el Poder del Partido. Nosotros somos un Partido de Gobierno; no somos el Partido de la oposición irreconciliable… Cumplimos nuestra tarea patriótica exclusivamente a través del diálogo con el Gobierno y la educación y dirección de nuestro Pueblo, explicándoles a ambos lo que deben defender y lo que deben rechazar. Luchando sin concesiones a nadie, ¡aunque nos quedemos solos, porque al fin de cuentas, PARA CAER CON DIGNIDAD NO HACE FALTA COMPAÑÍA!.-


PORQUÉ DILMA ROUSSEF GANÓ...

Por qué Dilma Rousseff  pudo ganar las                . Elecciones Presidenciales de Brasil                        .                    
EL PAÍS HA REPORTADO AMPLIAMENTE  LOS PROBLEMAS PERO LAS MEJORAS EN LOS INGRESOS Y LAS CONDICIONES DE MUCHOS TRABAJADORES SIGNIFICÓ PARA UNA GRAN CANTIDAD  DE BRASILEÑOS QUE SE HA HECHO BIEN EN LA ÚLTIMA DÉCADA.
      La retadora Marina Silva estaba delante de la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hasta  unas semanas antes de los comicios y hubo una gran cantidad de entusiasmo en la Prensa de negocios de los Estados Unidos y los mercados financieros brasileños especialmente cuando se unió con el Candidato Socialdemócrata Aecio Neves, con lo cual la victoria parecía asegurada. El Partido de los Trabajadores de Rousseff (PT) ha estado en el poder durante 12 años, y un montón de gente rica y poderosa estaba lista para un cambio. La fortuna parecía favorecerles: la economía brasileña, después de haber disminuido considerablemente en los últimos años, oficialmente entró en recesión este año, algo que podría significar el fin para muchos Presidentes en funciones. Antes de eso, hubo protestas en la calle por el aumento del costo del transporte público y el gran gasto en la Copa del Mundo , evento en sí que terminó en un desastre con una humillante derrota por 7-1 para el equipo nacional a manos de Alemania, lo que contribuyó a empeorar los ánimos.
      Sin embargo, Rousseff se ha recuperado de cada golpe, y pudo llegar a la cima en la primera y segunda ronda de las Elecciones. ¿Cómo sucedió esto? Si fue reelegida, podría ser debido a que la mayoría de los brasileños están mirando el récord de 12 años de un Partido y –para aquellos de edad o lo suficientemente alfabetizados para recordar– comparar esto con el pasado. Para la gran mayoría, los cambios son bastante sorprendentes .
      A pesar de la desaceleración de los últimos años, y la recesión de 2009 en el mundo, el PIB de Brasil por persona creció en un promedio del 2,5% anual entre 2003 y 2014; esto fue más de tres veces la tasa de crecimiento durante los dos períodos anteriores del Presidente Fernando Henrique Cardoso , quien implementó el Consenso de Washington" y las políticas Neoliberales, por lo cual sigue siendo un Hombre de Estado mucho más preferido en la Capital Estadounidense. Antes de Cardoso hubo una década y media de insuficiencia económica aún peor, y el ingreso por persona en realidad cayó.
      Este retorno al crecimiento, además de la utilización por el Gobierno de un aumento de los ingresos para aumentar el gasto social, ha reducido la tasa de pobreza de Brasil en un 55% y la pobreza extrema en un 65%. Para aquellos en situación de pobreza extrema, el “Programa de transferencia condicional de efectivo del Gobierno” –Bolsa de Familia– de renombre internacional, proporcionaba   el 60% de sus ingresos en el 2011, frente al 10% en 2003.  Un fuerte aumento en el salario mínimo:    84% desde el año 2003 después de ajustar por la inflación, también ayudó un poco. El desempleo ha caído a un mínimo histórico de 4,9%  que fue de 12,3% cuando Lula da Silva asumió el cargo en 2003. La calidad de los empleos también ha aumentado: el porcentaje de trabajadores atrapados en el sector informal de la economía se redujo de 22%  a 13%.
      La Distribución del Ingreso en Brasil sigue siendo uno de los más desiguales del mundo, pero hubo avances significativos también en este caso: De 2003 a 2012, el 40% de la población debajo de la mediana casi duplicó su participación en el aumento de los ingresos del país, en comparación con la década anterior. Esto se produjo a expensas de los más ricos (10%). Los pobres se han beneficiado más evidentemente a partir de esta transformación de la economía brasileña, y esto se refleja en las urnas . Pero no son sólo los pobres los que mejoraron su bienestar: con un ingreso familiar promedio de sólo alrededor de $ 800, la gran mayoría de los brasileños se beneficiaron de los salarios crecientes, la reducción del desempleo y el aumento significativo de las pensiones que la última década había traído.
      Desde el punto de vista de las Élites, estas ganancias que los trabajadores ordinarios han obtenido no son tan buenas noticias; una Ley que obliga que los trabajadores domésticos  a   tiempo completo -de los cuales hay muchos en Brasil, a causa de su desigualdad aplastante- sean tratados como empleados formales , con las horas de trabajo máximas, los salarios mínimos y seguridad social, era otra molestia reciente para los "ricos". Todo lo señalado anteriormente puede explicar porqué en las Regiones poco desarrolladas del Nordeste, con un nivel de pobreza mayor que el Centro-Sur, la gente votó masivamente por el P.T. de Dilma Rousseff contribuyendo decisivamente a su victoria.
      Una contra-narrativa que el país bajo el PT está en el camino a la ruina” ha llenado los Medios de Comunicación en Brasil –que en su mayoría está en contra del Gobierno– y la Prensa Internacional: desde este punto de vista, la economía se ha ralentizado debido a que el Gobierno no es lo suficientemente amigable para los negocios”. La inflación, actualmente en la parte superior del rango meta -en el 6,5%- es demasiado alta, alimentada por un mercado de trabajo que se ve que es demasiado apretado, y el Gobierno, se argumenta, tiene que recortar el gasto. Otro de los temas de la Oposición en las últimas elecciones, que ha sido resucitado recientemente, es que Brasil debería ser más amable para con los EE.UU. y su Política Exterior altamente impopular en la región.
      La realidad en torno a la Política Económica del Brasil es que el Gobierno, ya a finales de 2010, ha escuchado a "las Grandes Finanzas" un poco demasiado, elevando las tasas de interés y la reducción del gasto cuando la economía estaba demasiado débil. Esperemos que no se repitan estos errores.
      Si Rousseff ganó, fue porque la mayoría de los brasileños tiene mucho más bienestar y por eso ellos votaron a favor. Pueden querer más, y deben, pero era poco probable que optaran por un retorno al pasado.-
      Este artículo se basa en datos publicados por el “Center for Economic and Policy Research” (CEPR); Washington D.C. en el Informe La Economía Brasileña en Transición: la Política Macroeconómica, Trabajo y Desigualdad”, donde  se describe cómo la pobreza, la desigualdad y el desempleo se han reducido significativamente en los últimos 10 años. Esto se logró a través de un mayor gasto social, un alto salario mínimo y las políticas macroeconómicas de apoyo. El economista americano Mark Weisbrot, Co-Director del CEPR, destaca las principales conclusiones en un artículo de opinión en “The Guardian”.-


domingo, 16 de noviembre de 2014

EL NORDESTE BRASILEÑO

   EL PROBLEMA DEL NORDESTE BRASILEÑO        
        A raíz de la victoria electoral de Dilma Roussef se publicó en varios Medios de Comunicación (Buenos Aires y Asunción), un mapa de los votantes con un breve diciendo que “los haraganes de la Región del Nordeste” votaron al P.T. Queremos disentir por considerarla una explicación muy simplista; y por ello presentamos este profundo estudio que procura dar a los lectores una clara perspectiva de la cuestión. Y lo hacemos basándonos en la obra intelectual, la dirigencia política y el accionar de un Nordestino mundialmente aclamado: CELSO FURTADO. Además notarán, por analogía, que la problemática del Nordeste brasileño tiene bastante similitud con la del Norte Paraguayo (San Pedro y Concepción). 
       Celso Furtado tiene que ser considerado como uno de los autores más renombrados si no "leídos". Hasta la fecha se habla de impresiones que superan el millón de textos. Por otra parte, si adoptamos como un mejor indicador de su "verdadera" reputación entre la comunidad intelectual aquél que señala el número de referencias que se hace a su trabajo, vemos a Furtado como una figura trascendental: el Social Science Citation Index  reporta unas 694 referencias entre los años 1971 y 1983. Además, entre los más destacados Homenajes a su  Obra  pueden mencionarse el que se realizó en Paraiba en 1991, y en París en 1997, y de paso señalemos que hasta la fecha de su muerte había recibido seis Docteur Honoris Causa.
      “En los cuatro siglos del feudalismo agrario -siglos de mucho sufrimiento y bastante poco progreso- que siguieron al primer descubrimiento del Brasil, casi nada cambió en esta tierra del Nordeste” (Josué de Castro: “Una zona explosiva de América Latina: El Nordeste brasileño; Buenos Aires, Editora Solar Hachete, 1965, p. 157. Autor de “Geografía del Hambre”; 1947).
       Así, al analizar el fenómeno de la pobreza en el territorio brasileño, constatamos que las formas de manifestación y de intensidad de este verdadero flagelo social son diferentes, consonantes con las características de la región en causa –Estados Industrializados y Urbanos” (como los del Sudeste) o “Estados Agrícolas y Rurales” (como los del Nordeste)– situación que está directamente relacionada con el propio modelo de desarrollo económico y territorial del Brasil, o con otras palabras, con los vectores esenciales de su geografía económica. Después del término de los grandes ciclos productivos asociados a la producción de bienes primarios, surgió en el Brasil del siglo XX, sobre todo desde los años cincuenta, una estructura industrial basada en la instalación de firmas multinacionales asociadas a la maquinaria y al material de transporte y localizada, mayoritariamente, en la Región Metropolitana de São Paulo (con destaque para la periferia industrial) y que acarreó  un padrón territorial de desarrollo marcado por el desequilibrio. Así, a las Regiones del Norte y del Nordeste con menores índices de desarrollo, en especial al nivel de la industria y de los servicios, se oponen los Estados del Sudeste, con especial destaque para São Paulo, en que el modelo económico garantiza la formación de niveles elevados de producto y la mayor diversidad de ramos competitivos.
       A estas causas hay que sumar la inmigración europea de gente calificada. El boom de la inmigración se produjo entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX, cuando cerca de cinco millones de europeos emigraron a  Brasil, la mayoría de ellos italianos, alemanes, españoles, polacos, portugueses, lituanos, ucranianos y judíos askenazíes, que se asentaron principalmente en la región de Sao Paulo y Río Grande do Sul.
      
Visión de Celso Furtado.                       .                                                           Furtado publicó más de 30 libros, entre ellos: "Formación económica de Brasil" (Formação econômica do Brasil);"La economía latino-americana"(A economíalatino-americana);"El mito del desarrollo económico" (O mito do desenvolvimento econômico) y "El capitalismo global" (O Capitalismo Global), siendo el primero el más conocido, y el segundo su libro que más circula fuera de Brasil. Muchos de sus libros han sido traducidos a 11 idiomas.
      Según Furtado, los Mercados sólo generan decisiones globalmente coherentes en Países con un avanzado grado de homogeneidad social. Así cuanto mayor sea la heterogeneidad social, mayor será la necesidad de una política nacional de desarrollo que priorice el bienestar social de toda la población y el crecimiento.
      Rara vez en la historia de las luchas sociales pueden encontrarse a intelectuales que lograron conjugar el Saber y el Poder tan admirablemente como lo hizo Celso Furtado. Como un primer acercamiento al análisis a dicha articulación (saber/poder) es que proponemos describir la evolución teórica y política de Furtado sobre la "Región" o territorio que comprende el Nordeste de Brasil. Región abrumada internamente por graves desigualdades económico-sociales que superan por mucho las que existen a lo largo del horizonte brasileño. Furtado afirma que Es un fenómeno secular, muy anterior al proceso de industrialización del sur del país. La causa básica de aquella decadencia está en la incapacidad del sistema para superar las formas de producción y utilización de los recursos establecidos en la época colonial”.
      Entre los años 1958 y 1964, Furtado puede considerarse –teóricamente hablando– como el "creador" de la problemática del Nordeste. Describiremos a través de sus escritos de esa época la forma originaria y titubeante en que se va constituyendo. Asimismo veremos la forma y curso que toma el desarrollo en el "Nordeste" después de su salida de la Dirección del Proyecto. En el año de 1957 Furtado se retira de la “Comisión Económica para América Latina” (CEPAL) e inmediatamente pasa un período en Cambridge a expresa invitación de Nicolas Kaldor. De vuelta de Cambridge en 1958, "re-ingresa" a la cúpula de la "Administración Pública" brasileña. Con opción a elegir el lugar y área de interés, Furtado pasa a ocupar la Dirección del Banco Nacional de Desarrollo Económico (B.N.D.E.) para la Sección del Nordeste, culminando con la creación teórica-política de la Superintendencia para el Desarrollo del Nordeste (SUDENE), convirtiéndose en su primer "Superintendente", que concluye con un corto mandato como Ministro de Planeación.
      El caso del Nordeste es sintomático al respecto. El proyecto de Furtado carecía de apoyos sociales y políticos específicos, si no burocráticos; allí está el talón de Aquiles y "fortaleza" de la política para el Nordeste. Endeble porque los "Nordestinos" aparecen como una variable más en los esquemas teóricos; no conformaron, ni tuvieron palabra alguna en el diseño de las políticas constituidas para el Nordeste; los Movimientos Sociales y Políticos, y sus objetivos, no fueron integrados en los planteamientos. Como veremos, a la SUDENE le estaba vedado hablar de "Reforma Agraria".
      Después de casi veinte años (1981-1985), Furtado retorna al tema, y su perspectiva presenta cambios sustanciales y hasta una autocrítica. Por otra parte, en los años ochenta Furtado se incorporará plenamente al proceso de la transición a la Democracia brasileña, y formará parte del Gobierno de Sarney como Ministro de Cultura.   
      Para entonces los escritos de Furtado ya habían presentado amplios ejemplos de disquisiciones y análisis contrapuestos a las versiones de la economía convencional y especialmente sobre el "desarrollo" y particularmente en torno a Brasil (Desarrollo y Subdesarrollo: cuarto y quinto capítulo; Editorial Universitaria de Buenos Aires; Bs. Aires, 1964). Estas versiones de la Ciencia Económica, eran difundidas y esgrimidas por el F.M.I. En los planes de "estabilización" y en términos de la Política Económica a seguir –entonces denominadas “monetaristas” hoy “neoliberales”–  eran el "pan de cada día" por aquella época, del mismo modo en que lo son hoy, después de un congelamiento de casi 25 años. (Carlos Mallorquín: La idea del subdesarrollo: el pensamiento de Celso Furtado; capítulo tercero y cuarto,  (1993); Tesis doctoral: tercer capítulo; Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM,).
      Desde el punto de vista de la Región de más baja productividad, el nudo del problema está en los precios relativamente elevados de los géneros de primera necesidad, lo que es un reflejo de la pobreza relativa de tierras o de la forma inadecuada como son utilizadas éstas (C. Furtado: Formación económica de Brasil; pp. 240, 242; 1959). A continuación Furtado pasa a hablar de "La decadencia de la región Nordestal" y plantea que el fenómeno... es un fenómeno secular, muy anterior al proceso de industrialización del sur del país. La causa básica de aquella decadencia está en la incapacidad del sistema para superar las formas de producción y utilización de los recursos establecidos en la Época Colonial (Ibídem).
      Brasil aparentaba entonces principiar una fase donde los intereses y Dirigencia de una clase: los cafetaleros, eran desplazados por una visión más "nacionalista", con los "industriales" del Centro-Sur a su cabeza, dando credibilidad a la idea de que la Ideología Desarrollista Nacionalista parecía conducir y transformar una "Nación" en potencia en una Nación industrializada.
      A pesar de las declaraciones retrospectivas de Furtado, la problemática de las "desigualdades regionales" y específicamente como lo diría el mismo: la de "mi pobre y desvalido Nordeste" (C. Furtado: A fantasia desfeita (La fantasía deshecha); Ed. Paz e Terra, Rio de Janeiro, 1989; p. 155 y p. 201), empieza a trazarse entre 1958 y 1959 cuando ingresa al B.N.D.E. encargado de la cuestión del "Nordeste". Subsecuentemente se hace público el clásico estudio que funda la problemática del Nordeste: Uma política de desenvolvimento económico para o nordeste (Una política del desarrollo económico para el Nordeste; Ed. Imprensa Nacional, Rio de Janeiro, 1959). Este fue el primer diagnóstico sobre el "Nordeste" que sale bajo la "autoría" de la GTDN (Grupo de Trabajo para el Desarrollo del Nordeste), pero se sabe que fue elaborado por Furtado, conformando subsecuentemente las bases para fundar la SUDENE.
      Por la región del "Nordeste" se entiende los Estados de Bahía, Sergipe, Alagoas, Pernambuco, Paraiba, Río Grande do Norte, Ceará, Piauí, y Maranhao, con una superficie de 1,55 millones de km. cuadrados, 18 % de la superficie del Brasil, y un tercio de la población a nivel nacional. La proporción relativa de la población de la región había declinado entre 1900 (39 %) y 1950 (32%). El ritmo de su crecimiento era menor que el de cualquier otra región del país lo cual se explica por el alto índice de emigración de ésta a otras regiones.
      En Uma política...1959, Furtado demuestra que el "Nordeste" había subsidiado la industrialización y acumulación del Centro-Sur (Joseph Love tipifica este fenómeno como de "colonialismo interno", consúltese "Modelling Internal Colonialism: History and Prospect", World Development [Modelado colonialismo interno: Historia y Perspectiva ", sobre el desarrollo mundial] , Vol. 17, No. 6, 1989); esto se debía a que la política de restricciones a ciertas importaciones de manufacturas y la tasa de cambio fija, o discriminatoria a favor de ciertos rubros, así como la política de fomento a la producción interna, vía la protección a las industrias locales, obligaba al Nordeste a comprar sus insumos del Centro-Sur. Allí los costos eran mayores respecto a los del exterior. Correlativamente esa región fue siempre una fuente importante de los ingresos de divisas por sus exportaciones tradicionales, y que usualmente se utilizaban para importar sus insumos (El Trimestre Económico; número 198, Abril-junio 1983; pp. 1028-1029). Ahora éstas pasaban a utilizarse para apoyar al creciente sector industrial del Centro-Sur en la capitalización de sus Empresas (Conceicao Tavares: De la sustitución de importaciones al capitalismo financiero (Ed. FCE., México, l979), p. 102).
      Furtado argumentaba que el Nordeste sufría de un fenómeno similar al que acosaba a los Países que se habían especializado en la exportación de productos primarios: se daba un deterioro en los términos de su intercambio respecto a los que producen bienes manufacturados, pero en esta ocasión se hacía en referencia a la relación con el Centro-Sur. De esta manera se iniciaba la explicación sobre la disparidad de crecimiento e ingresos entre ambas "regiones", disparidad que presentaba una brecha que se ampliaba.
      Una nueva política para el Nordeste tendría que dejar a un lado su tradicional característica "asistencial", y proveer de asesoría inicial y medios a las comunidades locales para que pudieran defenderse en períodos de sequías. El punto neurálgico de la propuesta sería la impostergable industrialización, que con el correr del tiempo se convertiría en el centro de atracción de la mano de obra superflua del campo. Posteriormente, la disposición de recursos humanos debería conducir a la producción de insumos industriales en y para la región, insumos que tradicionalmente se "importaban" del Centro-Sur.
      Furtado tenía claro que existía un "monopolio" en la tierra, concentrada especialmente en las haciendas productoras de azúcar, o las dedicadas a la pecuaria, y suponía que con una colonización de nuevas tierras, los nuevos "farmers" podrían echar a andar un sistema de producción de alimentos en las nuevas unidades de producción. Pero el hecho de que Furtado haya hablado de "monopolio" es una confesión de que gran parte de las relaciones sociales en el campo eran feudales, lo que significa mano de obra ligada a la tierra a través de algún mecanismo de endeudamiento; lo cual dificultaría realizar dicha transferencia de la población dada la resistencia de los terratenientes; queda claro que los campesinos eran sujetos constantemente "endeudados", y una que otra "sequía" los obligaba nuevamente a trabajar bajo el régimen social imperante. Esa descripción supone la concentración de la tierra en pocas manos por un lado, y por el otro, la proliferación de unidades productivas ("propiedades"). Ese binomio no puede explicar las relaciones sociales feudales y las unidades de "subsistencia", que son una de sus condiciones de existencia y que determinaron en el pasado la vida y "productividad" del campesino. Las grandes divergencias en los ingresos obedecen también a las características ecológicas, y a las particularidades estructurales e históricas de la producción nordestina del monocultivo con que se integró al mercado internacional desde los tiempos de la Colonia.
      Furtado quiere convertirlos en "farmers", olvidando que la "pobreza" de estos productores no radicaba únicamente en la ausencia del "progreso técnico", o simple y llanamente por razones ecológicas -que son importantes- sino en la hegemonía de las relaciones "feudales". Estas relaciones funcionaban espléndidamente para proveer de mano de obra a los "Señores de la tierra". La batalla contra el "Feudalismo" la dieron precisamente las "Ligas Campesinas", las cuales tenían claramente, como uno de sus objetivos centrales, la instauración de un "salario mínimo". Por otro lado, estaba por verse también si las "haciendas" hubieran cedido las parcelas de tierra dedicadas a la reubicación y plantación de "legumbres"; ello explica porqué ya no son aceptables las explicaciones sobre la "decadencia del Nordeste", expresadas como un fenómeno "universal" -en "Perspectiva de los próximos decenios"- convirtiendo asimismo en evidencia las "sospechas" allí vertidas de que el crecimiento de una región es resultado de la manera en que una región se articula productivamente a otra. Tanto el "primero" como el "segundo" plan para el Nordeste, los cuales son fruto de la época cuando Furtado está al frente de la SUDENE, fueron deliberadamente obstaculizados por un Congreso dominado por fuerzas políticas tradicionales con fuertes lazos latifundistas (Posteriormente en  A fantasia desfeita...(1989op. cit.), Furtado dice que: "Estaba consciente de que no contaba con el apoyo de ninguna fuerza política organizada, y me había hecho muchos y poderosos enemigos.... Hechos de ese orden me convencieron de que no tenía futuro en la gran política nacional." (op. cit. p. 100).    
      Uno de los mecanismos más importantes que se utilizaron para impulsar la industrialización del Nordeste fue el dispositivo 34/18 que se da a través de los incentivos fiscales. Este incentivo fiscal denominado "34/18" en razón del número de Ley de su creación (R. Moreira: Una política regional de industrialización. El nordeste brasileño: p. 49-91; Ed. SIAP, Buenos Aires, Argentina, l976) suponía que siempre que una Empresa desarrollara allí sus actividades productivas, sería beneficiada por un apoyo a sus inversiones convirtiendo como parte de éstas sus impuestos respectivos (Furtado: "Modernización versus Desarrollo…”; p. 81.). De esta forma se pensaba atraer el capital hacia el Nordeste, lo que a su vez supondría una mayor articulación e integración entre las diversas Regiones de la economía nacional. La inadecuación de dicha política sólo se entiende por los supuestos implícitos; al respecto Moreira dice que: “La teoría de la ‘homogeneización’ del espacio, tal como se la entiende clásicamente, estará siempre adscrita al proceso de exportación de capitales de una a otra Región, o sería producto de él” (Una política regional...op. cit., p. 89). La causa principal, desde luego, estaba en la arcaica estructura agraria, que producía simultáneamente excedente de población que emigraba al centro-sur y una economía extremadamente vulnerable en el Polígono de las Secas (El Trimestre Económico..., p. 1020).            El extraordinario esfuerzo realizado por el Gobierno Federal en el último medio siglo para hacer frente al problema de las sequías, fue desviado de su auténtico objetivo social para transformarse en instrumento de consolidación del latifundio ganadero, amenazado en las mismas bases por las calamidades sociales en que se habían transformado las sequías. Ningún esfuerzo consecuente se llevó a cabo para capacitar a la inmensa masa de trabajadores que viven en aparcería para enfrentar la sequía (R. Moreira: Una política regional...,  op. cit. p. 45. Puede verse por ejemplo para un historial de las políticas seguidas en el "nordeste": A. O. Hirschman: Journeys Towards Progress, Ed. The Twentieth Century Fund, New York, l963; existe traducción por F.C.E.; pueden verse también Stefan H. Robock: Brazil's Developing Northeast... y Riordan Roett: The Politics of Foreign Aid…). La "mirada", y su voluntad de saber, poco tienen de "humanitaria"; la penetración de los "cuerpos" presupone su previa construcción y constitución. Los "problemas" fueron exaltados por los propios latifundistas, para “exigir al Gobierno que en las épocas de calamidad se ocupara de dar empleo, real o ficticio, a la población, cerca de los lugares de trabajo con lo cual evitaba la dispersión de la mano de obra. También de este modo el Gobierno protegía al latifundio, que conservaba su excedente estructural de una agricultura antisocial (C. Furtado: Dialéctica del Desarrollo: Ediciones Fondo de Cultura Económica; México, 1965). Josué de Castro indica también el "problema": "El despoblamiento de la región proviene del hecho de que no sólo los animales domésticos sino también los que forman parte de la fauna indígena, emigran o son diezmados en gran parte durante las sequías prolongadas" (Geografía del hambre ; Ed. Solar Hachete, Buenos Aires, Argentina, l975; p. 172.). Mejorar las condiciones de vida de los trabajadores requería de una "reestructuración" de la agricultura del Agreste, zona muy seca, adaptada a niveles pluviométricos mínimos, que hablando técnica y políticamente era imposible, por la oposición de los latifundistas a ensanchar las propiedades de los aparceros. La inusitada lentitud con que las Clases Campesinas del Nordeste adquieren conciencia de sus problemas se explica si se toma en cuenta el carácter rudimentario de la vida de las comunidades confinadas dentro de los latifundios (Dialéctica del Desarrollo... 1964; op. cit., p. 154).
     El desarrollo económico debe ser desarrollo político-económico. Furtado tuvo amplia participación en la "construcción" de la problemática –el modo de plantear las preguntas así como sus respuestas– brasileña a partir de 1981. Desde esta óptica, un elemento que resurge una y otra vez en  El Brasil después del ‘milagro’: Ed. FCE, México, 1983, primera edición en portugués en 1981.  La nueva dependencia: Deuda Externa y Monetarismo; Ed. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1985, primera edición en portugués en 1982. Nao a' recessao e ao desemprego (No a la recesión y al desempleo): Ed. Paz e Terra; Rio de Janeiro, 1983; y  Cultura e desenvolvimento (Cultura y Desarrollo): Ed. Paz e Terra, Rio de Janeiro, 1984; es la recuperación del concepto de la "autotransformación" o "autogeneración" del Capitalismo Brasileño, a partir de su propia estructura productiva y mercado interno, idea que había desaparecido por muchos años. Habría que indicar que su perspectiva propositiva -como veremos a continuación- ha cambiado radicalmente. Sin duda alguna, observamos cambios importantes en la perspectiva de Furtado. En primer lugar otorga una alta prioridad a la promoción de la Autoadministración del Nordeste por parte de su población para que pueda resolver "sus" problemas. Es insistente también la tesis de que el nuevo modelo de desarrollo tendrá que ser inventado por los propios Nordestinos. Suma importancia se da a la necesidad de constituir "Cooperativas" y reconstituir el agro para liberar la "capacidad creativa" de la población local. Su discurso "anti-Tecnocrático" y desmistificante del "Príncipe" como guía del proceso demuestra que se han diluido considerablemente los aspectos más paternalistas y tecnocráticos de su concepción anterior.
      El predominio de los Grandes Complejos Agro-Industriales, y relaciones sociales mercantiles salariales indicarían ya "otro" tipo de "reforma agraria", que no puede partir de la idea de que existen grandes masas de población "sujetas" a la tierra por relaciones sociales feudales. El proceso de concentración de la tierra en grandes terratenientes capitalistas, y el océano circundante de "minifundios", implican que las relaciones salariales se implantaron firmemente en el campo. Sus trazos típicos: la subutilización de "tierras" por un lado, y "masas" de campesinos minifundistas "desempleados" por otro. Es precisamente el campesino sin posibilidades de sobrevivir en su parcela lo que hace factible la mano de obra salarial para las grandes Agro-Industrias. La "reforma agraria", entonces, debe adquirir, aparte de la repartición o distribución de tierras, otro matiz. A pesar de todo, es interesante que por estos años Furtado ya hable a favor de la constitución de Cooperativas de Produccción y de Comercialización, con el fin de intentar fortalecer a los pequeños productores para competir y defenderse de las Grandes Empresas.
   Los datos  revelan que poco más de la mitad de los productores nordestinos (57.5%) se declaran  propietarios legítimos de la tierra que ocupan y explotan (que representa cerca del 92% de la superficie total de los establecimientos rurales). Por otro lado, los productores no propietarios -arrendatarios, aparceros y ocupantes precaristas- constituyen cerca del 42% de los productores y ocupan una superficie inferior al 10% del total.
      Respecto de la relación entre propiedad y uso de la tierra, la dimensión del problema nordestino se aprecia al examinar los datos que muestra que, en el recatastro de los predios de 1978 cerca del 77% de los predios se clasificaban como minifundios, y ocupaban poco más del 15% de la superficie total, mientras que los latifundios (por explotación o tamaño) representaban aproximadamente el 22% del número y ocupaban más del 80% de la superficie; de los datos para 1984 se infiere que la situación se habría agravado, aumentando los latifundios. Se trata de un típico complejo latifundio/minifundio en que coexisten grandes extensiones sin utilizar (latifundios) y numerosos contingentes de productores con superficies insuficientes como para obtener una producción y un ingreso de subsistencia (minifundio). Por lo tanto y simultáneamente, la tierra y la mano de obra se encuentran subutilizadas y subempleadas (Expansión del cultivo de la caña de azúcar y de la ganadería en el Nordeste del Brasil: Ed. Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 1986; y Tulio Barbosa: La CEPAL; pp. 51-52). Además en la gran mayoría de los Estados se observaba el declive en la producción de alimentos, así como una creciente hegemonía de las Grandes Agro-Empresas.
      No se debe olvidar que el proyecto de la SUDENE para la transformación de la agricultura del Nordeste incluía, desde sus inicios, una política de industrialización. Se suponía que la industrialización fomentaría la creación de un "polo de desarrollo". De ello surgiría una fuerte presión e irradiación que promovería la especialización del sector agrícola para producir alimentos para las industrias y ciudades en expansión. Sucede, sin embargo, que la industrialización que se suscitó en el Nordeste fue simplemente la prolongación de un proceso que se venía dando desde el Centro-Sur. Fue una industrialización dominada por la lógica del Centro-Sur, la cual no procreó fuerzas, ni encadenamientos internos en la propia "región" del Nordeste. Sin embargo, las industrias que emergen en el Nordeste están en su totalidad dirigidas a producir y vender sus productos ("bienes intermedios") en el mercado del Centro-Sur. En otras palabras, se propagó un sistema industrial que "exportaba" sus productos fuera de la región, lo que implicó que el Nordeste no fuera un mercado viable. Por lo tanto, los beneficios fiscales que promovían el traslado e inversión hacia el Nordeste sólo lograron facilitar la expansión o la especialización de empresas del Centro-Sur, no su "integración" a la región en cuestión. Más exactamente, se debería hablar de una "dependencia" mayor de la industria nordestina respecto de la del Centro-Sur, tanto para sus ventas como para las compras de sus productos. Es por ello que en el Nordeste aparecen filiales de empresas establecidas originalmente en el Centro-Sur. Por lo tanto, es difícil calificar a la industria en el Nordeste como parte de un proceso sustitutivo de "importaciones". Es más exacto hablar de una diversificación de la producción a nivel nacional de algunas ramas como la química, petroquímica y metalúrgica, o la modernización de otras como la textil. Este es el proceso típico, si bien pudiera hablarse de casos aislados de un proceso de "sustitución de importaciones". Un verdadero proceso de sustitución de importaciones hubiera requerido el surgimiento de industrias aptas para competir con las industrias del Centro-Sur, donde los "costos" eran menores a los del Nordeste. Las industrias en el Nordeste no pasaron a competir con las ya instaladas a nivel nacional.
      Sustancialmente la "economía" nordestina no sufrió mutaciones; el sector industrial no elevó su participación relativa de manera estrepitosa, manteniendo el sector agrícola su importancia relativa. La ausencia de eslabones industriales intraregionales se explica por el predominio de las industrias "dinámicas", altamente dependientes del Centro-Sur por sus insumos. El propio mercado regional del Nordeste no absorbió gran proporción de los productos industriales elaborados en la región. Dada la articulación de la industria con la del Centro-Sur, los dos centros urbanos más importantes (Bahía y Pernambuco) no se constituyeron en polos de desarrollo, ni en partes interdependientes de una cadena industrial intrarregional. Este fenómeno, que se repitió en todo el Nordeste, produjo, un gran océano de "pobreza" al lado de una inmensa riqueza en ampliación concentrada en un espacio y grupo económico.
      En  A Fantasia desfeita...(1989) ya se puede ver una visión más pragmática y propositiva. El problema fundamental radicaba –dice Furtado– “no tanto en erradicar las desigualdades ni de eliminar diferencias en los niveles de ingreso, aún cuando eso es necesario en cierta medida, sino transformar la sociedad Nordestina a fin de que el desarrollo beneficie efectivamente a la masa de la población. Si no se eleva deliberadamente el nivel de vida del hombre rural nordestino, si éste sigue prisionero del hambre y la ignorancia, la estructura social del conjunto del país tenderá a permanecer semi-inmovilizada, reproduciendo agravadas las extremas desigualdades que la caracterizan en el momento actual. El objetivo estratégico debería ser abrir espacio para que los que están realmente abajo en la escala social se conviertan en agentes activos del desarrollo. Este primer impulso tendiente a romper las estructuras que aprisionan a los que están más abajo, sólo se producirá como fruto de una decidida voluntad política”(El Brasil después del “Milagro” [O Brazil pós-"milagre"] [Le Brésil après le miracle]: p. 121; Fondo de Cultura Económica, México, 1983).
      Posteriormente se demostró que existe una gran simbiosis entre el "Nordeste" –que empezó tardíamente la industrialización y mutación de las estructuras agrarias– y el Centro-Sur. El hecho de que exista "pobreza" en cierta área delimitada no significa que ella responda a cierta lógica general. Es sencillamente resultado del tipo de luchas sociales (o su ausencia) allí desarrolladas en torno a la "posesión en separación" de la tierra. Insistentemente Furtado pregona: que el Capitalismo sin alguna dirección o planificación, obviamente creará "riqueza" y concentración del ingreso por un lado y marginación por otro.
      El problema político esencial para el intelectual –subraya Michel Foucault– no es criticar los contenidos ideológicos que estarían ligados a la ciencia o hacer de tal suerte que su práctica científica esté acompañada de una ideología justa. Es saber si es posible constituir una nueva política de la verdad. El problema no es "cambiar la conciencia" de las gentes o lo que tienen en la cabeza, sino el régimen político, económico, institucional de la producción de la verdad ("Verdad y Poder"; en Microfísica del Poder: p.189;  Ed. La Piqueta, Madrid, 1980).-
      N. del A.: Para este trabajo hemos consultado, además de los autores citados, básicamente el extraordinario Tratado “La Construcción de la Cuestión Regional del Nordeste Brasileño en el Pensamiento de Celso Furtado”. (Carlos Mallorquín: Doctor en Estudios Latinoamericanos (UNAM). Master en Sociología (Universidad de Londres). Profesor del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (Universidad Autónoma de Puebla. México).-