lunes, 24 de noviembre de 2014

ALIANZA ELECTORAL

PORQUÉ DECIMOS NO A LA ALIANZA       ELECTORAL CON OTROS PARTIDOS
        Durante la última Convención Extraordinaria del Partido Colorado en la que, entre otras cosas, se propuso la modificación del Estatuto Partidario para permitir “Alianzas electorales con otros Partidos” nosotros acompañamos a los Correligionarios de todo el país en su rotunda negativa, basada en que consideramos que ello presenta un Problema Ideológico; un Problema Político; y un Problema Moral.
        Es un Problema ideológico: porque el Partido Nacional Republicano tiene divergencias inconciliables y muy grandes tanto con el Partido Liberal como con los Partidos de Izquierda,  ya fueren del Socialismo Marxista o Socialdemócrata. Con el Liberalismo, desde sus orígenes, como dijera el último Caudillo Colorado del siglo XX, Luis María Argaña, el 10 de Septiembre de 1993, en el local central del Movimiento de Reconciliación Colorada”, donde se realizó un acto recordatorio de la fundación del Partido Colorado, que expresó con palabras que no podrán borrarse de la historia: “Para quienes sostienen que el Partido Colorado es una rama del Liberalismo impuesto al Paraguay por la horrenda ‘cruzada libertadora’ de la Triple Alianza, el Manifiesto del 11 de Septiembre de 1887 constituye una valla insalvable. No hay manera de concertar los espejismos de la Doctrina Liberal con los postulados que, desde aquella fecha lejana, orientan la vida y el desenvolvimiento de nuestra poderosa Asociación Política… El Manifiesto de 1887 es una realidad objetivada por las circunstancias y si bien nacido en el apogeo de las ideologías liberales tiene el valor y el mérito de serle rotundamente antagónico”. Y lo reafirmó en su alocución a los Convencionales de la “Convención Ordinaria” del 19 de Septiembre de 1998: “La ideología del Partido Colorado condena tanto al Estado ausente como al Estado complaciente, como el que ha facilitado el descalabro financiero y económico cuyas secuelas sufrimos hasta el presente. El Partido concibe un Estado con mayores atribuciones sociales y, por ello, con un mayor número de controles. Apoyamos la Libre Empresa, como necesaria e indispensable para nuestro desarrollo, pro no consentiremos las empresas que buscan acumular ganancias a costa del sacrificio y el dolor de nuestro pueblo. La regulación y participación del Estado, en este contexto, es crucial para que exista el justo y humano equilibrio entre el capital y el trabajo. A los que alegan que no hay desarrollo sin el mercado, les respondemos que no habrá equidad social sin el Estado”.
        Y la DECLARACIÓN de dicha Convención dice en su  punto 3. “En vista del evidente estado de recesión generalizada de las actividades económicas del país, reafirmamos la necesidad imperativa del ejercicio de la función reguladora del Estado para promover la reactivación de las actividades productivas y comerciales, y particularmente de los sectores agrícolas e industrial. La participación que auspiciamos no tiene por objeto competir con la iniciativa privada sino crearle las condiciones más apropiadas para su reactivación y desarrollo”.
        En efecto, el Coloradismo propone un Estado Regulador fuerte y ordenador consecuente para la puesta en práctica de políticas activas, pero sin caer en la tesis Izquierdista “estadocéntrica” ni reemplazarla por la tesis Liberal “mercadocéntrica” y “dejar nomás” hacer todo al mercado, por lo cual nuestro razonamiento va más allá de  la simple “lógica de Mercado” y escapa a la estrecha “lógica de Estado”, porque consideramos que no puede plantearse un modelo de modernización transformadora que no contemple la solidaridad social y la lucha contra la desigualdad y la explotación. En esto nos diferenciamos del Neoliberalismo libertario y del Socialismo centralizador autoritario. Ni el Estado meramente subsidiario, “mirón” del Liberalismo, ni el Estado omnívoro, “atrapa todo” del Socialismo Izquierdista.
        Demás está decir que la ideología del Nacionalismo Republicano del Partido Colorado está también contrapuesta al laicismo antirreligioso, internacionalista e individualista del Liberalismo, como a la conculcación y desprecio de las tradiciones, del orgullo de la pertenencia a un terruño, del “Ser Nacional”, y al materialismo ateo del Socialismo de todas las vertientes. Como lo dijera el gran Filósofo Existencialista Alemán Martín Heidegger: “Sé, por la experiencia e historia humanas, que todo lo esencial y grande sólo ha podido surgir cuando el hombre tenía una patria y estaba arraigado en una tradición”.
           Es también un Problema Político: porque el Partido Colorado tiene una raigambre popular tan mayoritaria y tan imbuida de su sentido de pertenencia, una verdadera “sub-cultura” como dicen nuestros sociólogos, o, una “emoción nacional” como la calificara el mismo Gral. Bernardino Caballero; que al aprobarse una “Alianza” con extraños a su organismo social, se provocaría en sus masas un grado de desconfianza en sus propias fuerzas, un enervamiento (en el verdadero sentido, que significa depresión, decaimiento, no “ponerse nervioso” como se cree en nuestro medio) de su espíritu de lucha y una desorganización mayúscula al tener que compartir planes, acción y discursos con gente venida de afuera.
        El gran Partido Colorado siempre se ha bastado a sí mismo, y eso ha dado a sus bases mayor capacidad de organización y dinamismo como la cohesión necesaria para el combate y el triunfo. ¿Qué pensarían nuestros aguerridos Correligionarios al tener que recibir órdenes y directivas de Liberales, Febreristas y demás Izquierdistas, tan extraños a ellos?  Porque nuestro Partido se asemeja en cierta forma al Peronismo por su gran capacidad de movilización de masas y su mayoría aplastante como la que volvió a darle el Poder. Mientras que los Liberales han sido siempre como los Radicales del vecino país: los eternos segundones en las elecciones, excepto por la traidora revolución armada de 1904 y la “cópula contra natura” con la Izquierda marxista del 2008; en tanto que los demás son sólo “Partiditos”. Sería mayúsculo el problema político que se armaría con una extraña “alianza”.
           Y, por último, es un Problema moral: el gran Partido Nacional Republicano es todavía, a pesar de algunos desaciertos, un “haber colosal” de nuestra Patria y “una promesa inestimable para el futuro”. Tal es la dialéctica del proceso histórico, que el Coloradismo, aún en sus horas más difíciles, ha producido los Jefes de mayor visión y valor y ha dado la espalda a aquellos Dirigentes torpes y serviles. Pero los Dirigentes pasan… y el Partido queda. Por eso, los Colorados debemos seguir trabajando por la renovación de la Dirección y debemos jugarlo todo al impulso orgánico, profundo e irreprimible de las masas paraguayas de liberarse de la pobreza, la corrupción y el diletantismo Gubernamental.
      Esta tarea fundamental de nuestra época no ha cambiado, por la simple razón de que no se ha resuelto… y los Colorados no tenemos el menor derecho –a no ser que la desilusión y la fatiga se consideren “derechos”– a extraer la conclusión de que el Partido ha desaprovechado sus posibilidades políticas y debe renunciar a todas sus aspiraciones y resignarse… a no ser más el primero en la Política Paraguaya. Treinta o cuarenta años en la balanza de la Historia, cuando se trata de los cambios más profundos en los temas económicos y políticos que afectan la Patria, pesan menos que una hora en la vida de un hombre: Y ¿de qué sirve el individuo que, a causa de los reveses sufridos en una hora o un día, renuncia a un propósito que se ha fijado sobre la base de toda la experiencia de su vida?
      Por eso, “poner una cruz” sobre el Partido Colorado a causa de alguna “recaída episódica” y perder así toda perspectiva histórica, sería imperdonable. Porque, por el momento, solamente el Coloradismo tiene dentro de sí la estructura socioeconómica para una democracia social renacida y el espíritu Nacionalista que requiere la hora; y esto DEBE DEFENDERSE. ¿Y qué defendemos nosotros?: la Soberanía de la Patria y el Poder del Partido. Nosotros somos un Partido de Gobierno; no somos el Partido de la oposición irreconciliable… Cumplimos nuestra tarea patriótica exclusivamente a través del diálogo con el Gobierno y la educación y dirección de nuestro Pueblo, explicándoles a ambos lo que deben defender y lo que deben rechazar. Luchando sin concesiones a nadie, ¡aunque nos quedemos solos, porque al fin de cuentas, PARA CAER CON DIGNIDAD NO HACE FALTA COMPAÑÍA!.-


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