lunes, 10 de noviembre de 2014

SUPER RICOS

          SUPER-RICOS
      Como en los Medios se le ha dado mucha publicidad a ciertas posibilidades de acuerdos económicos con instancias Gubernamentales y Empresariales de Gran Bretaña, queremos que los lectores examinen las circunstancias que la política socio-económica del actual Gobierno Conservador depara al Reino Unido. 
       “La brecha entre los super-ricos y el resto de la sociedad se ha disparado en los últimos años, siendo ello más notorio en el Reino Unido, donde el 1% más rico obtiene más ingresos que en el resto de ciudadanos de Europa”. Según el articulista Danny Dorling del Diario 'The Guardian' (Agosto de 2014), el 1% de la población más adinerada de Gran Bretaña ha amasado su fortuna a expensas del resto de la sociedad.
Entre el 1% de los más ricos no hay Médicos ni Profesores.
      En Inglaterra para ingresar al privilegiado club del 1% de las mayores rentas se necesitaría un ingreso anual mínimo de 160.000 libras esterlinas (unos 258.000 dólares). Según Dorling, hasta hace poco los Profesores y Médicos contaban con algunos de los mejores salarios en el país. Sin embargo, en los últimos años sus ingresos han sido superados con creces por los de Financieros, Administradores, Contables y Abogados de las grandes Empresas. Ahora incluso los mejores maestros y médicos son parte de la mayoría de la población que tiene que endeudarse para pagar las tasas universitarias de sus hijos.                 .
      Londres acoge al 1% más rico del mundo.
      En la capital británica reside la mayor cantidad de multimillonarios del mundo, que cuentan, al menos, con un patrimonio de 30 millones de dólares en activos, además de sus lujosas residencias. Según datos recientes de la Consultora Inmobiliaria Knight Frank, en Londres residen 4.224 familias multimillonarias, que se ven atraídas no solo por la historia de la ciudad sino también por el laxo régimen fiscal del Reino Unido.
Los super ricos ven a los pobres como una   especie inferior.
      Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Princeton,  EE.UU., las personas menos afortunadas son vistas como una especie inferior por los millonarios. En este trabajo participaron varios estudiantes, en su mayoría de familias acomodadas, a quienes se les mostró fotografías de personas sin hogar, y al ver las imágenes la reacción de los universitarios ricos fue como si se hubieran “tropezado con un cúmulo de basura”. Cuanto más grande es la brecha social, menor es la compasión que se manifiesta por los demás, indicaron los investigadores. 
 En los últimos años la desigualdad ha aumentado    vertiginosamente.
      Uno de los tópicos repetidos por las élites es que los empleados peor remunerados de una Empresa tienen suerte de contar con un trabajo gracias a la benevolencia del 1% más rico. Se dice que, al obtener más ganancias, la élite adinerada crea más puestos de trabajo (Teoría del Goteo), pero esto no ocurre en la realidad.
      Más impuestos reducirían la codicia.
      Para reducir la desigualdad en términos de riqueza es necesaria una Reforma Impositiva que debería introducir mayores impuestos al patrimonio y a los ingresos. Estas medidas ayudarían a contener la codicia de un pequeño grupo de personas que exigen mayor remuneración. El autor del artículo insta también a las Empresas a abstenerse de contratar o pagar salarios astronómicos a una o pocas personas solo por el hecho de ser reconocidas. Una distribución más equitativa de pago permitiría, por el salario de una o dos celebridades, que un grupo mayor de personas generase una mayor productividad para la empresa”, agrega.
Mantener la desigualdad es un castigo para los   pobres.
      El Gobierno Británico redujo el tipo máximo de gravamen del 50 al 45%, y ahora estudia otras medidas neoliberales que afectarían a los pobres. Según el articulista, estas disposiciones incentivarán los ingresos solo de un 1% de la sociedad británica. Otro 20% verá un ligero aumento de sus ingresos netos en los próximos años, mientras que todos los demás se empobrecerán.              
Los niños son los que más sufren por la reducción de gastos.
     De acuerdo con la información de Dorling, con el conjunto de medidas y recortes económicos en el Reino Unido, los hogares con niños serán los más damnificados. Como promedio, las parejas sin hijos perderán un 4% de sus ingresos netos; las parejas con niños los verán bajar un 9% y los padres solos se quedarán sin un 14% de sus ingresos netos.                          .
En algunos países del mundo la desigualdad 'se contrae'.
        A partir de 2005 la brecha de la desigualdad mundial se ha reducido, según algunas estadísticas. No obstante, Dorling sostiene que en estas estadísticas no se tomaron en cuenta la riqueza y los ingresos de los más ricos. A inicios de este año, un reporte de Oxford reveló que únicamente las 85 personas más ricas del mundo tienen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial.                              
      La concentración de la riqueza es insostenible.
      Para un sistema económico es dañina la concentración de la riqueza en unas pocas manos, asegura el autor del artículo. Anteriormente Economistas de Harvard y otras Universidades estudiaron las tendencias desde 1961 en nueve países con altos ingresos y notaron que, debido a la concentración de la riqueza en pocos sectores, su crecimiento económico fue lento.              .
Nadie sabe cuándo llegará la verdadera equidad social.
      Podemos notar un creciente desacuerdo, ira y cambio de actitud moral hacia los más ricos, pero el punto de inflexión hacia el fin de la inequidad aún está lejos, lamenta Dorling. De acuerdo con el articulista, la desigualdad económica es tan vil como el racismo; tan perjudicial en sus efectos para la sociedad y tan beneficiosa para un pequeño grupo de personas que creen que solo ellos deben tener más porque valen más.-

 Consecuencias de las  Privatizaciones  y las   Reformas Neoliberales en el Sistema de Salud Británico.
       El modelo de privatización de la Sanidad Británica parte de los fundamentos ideológicos planteados por Margaret Thatcher a final de su mandato y continuados por su sucesor en el cargo de Primer Ministro, John Major. Lo que en un principio se planteó como un modelo paradigmático de gestión sanitaria, terminó siendo un fracaso, pese a lo cual sus principios básicos siguen rigiendo la Sanidad Pública Británica.
              Camino a la Privatización.
      Los cambios efectuados en el sistema sanitario británico formaron parte de una serie de privatizaciones, que comenzaron durante una fuerte contracción económica vivida en dicho país durante los años 80. Geoffrey Howe (Diputado Conservador) se convirtió entonces en el principal defensor de la “gestión privada” como forma de lograr una mayor eficiencia en los servicios públicos.
      La influencia de las teorías de Friedrich Hayek (“Camino de Servidumbre”;Londres,1944) en la Primera Ministra era evidente,        y más cuando se introdujeron múltiples servicios públicos en la libre competencia de la feroz economía de mercado mediante la privatización. Esto fue así con Empresas como British Airways, British Telecom, Jaguar, Rolls Royce, etc…
      En principio se trataban de servicios alejados del Estado de Bienestar (Wellfare State), pero esto no impidió que se produjera cierto malestar público hacia la posibilidad de que se privatizara el Sistema Sanitario. Esta situación parecía inevitable desde que se aprobó el “Compulsory Competitive Tendering” (Licitación Competitiva Obligatoria), que suponía que los Gestores de los Servicios Públicos de Salud debían sacar a concurso servicios secundarios como la lavandería, la limpieza, la restauración o la conserjería; y ahora en 2014 ¡inclusive el Servicio de Ambulancias! El criterio generalmente se basaba en los precios y supuestamente las Empresas que querían mantenerse en los hospitales debían reducir sus márgenes.
      Ya con John Major como Primer Ministro (1990-97) se siguió avanzando en materia de privatización con el objetivo de seguir avivando la competitividad en la sanidad, además de seguir la fuerte senda de privatizaciones (National Power, British Rail, British Coal…). Por tanto, representó un paso más de la Ideología Conservadora Neoliberal de la época, orientada a la “libre economía de mercado”.
¿En qué consistió el nuevo modelo sanitario británico?
        Ya con algunos servicios hospitalarios privatizados, Margaret Thatcher publicó la hoja de ruta que seguiría John Major: “White Paper Working for Patients” (Libro Blanco de trabajo para los pacientes) en el año 1989, uno antes de dejar el Cargo. En este caso las teorías más radicales de Friedrich Hayek se modularon con las de la “Competencia Regulada” de Alain Enthoven. La ideología de los cambios se basaba en que la falta de competencia, aún en un servicio público tan esencial, producía problemas de calidad, productividad y rentabilidad.
      El paso que se dio fue el de proporcionar “libertad a la gestión hospitalaria”, ya que no dependerían directamente de las autoridades sanitarias locales, sino de criterios privados. Los Centros dispondrían de un presupuesto público que podrían utilizar para cubrir las necesidades de los pacientes de forma independiente.
      Esto extendió la competencia en materia de precios entre los proveedores de diversos servicios, por lo que muchos Centros se orientaron hacia la especialización, aprovechando la economía de escala que suponía mayor rentabilidad. Como resultado, los servicios menos habituales desaparecieron en ciertos casos o se atendían de forma poco adecuada por no ser muy rentables.
      La libertad de elección que se esperaba lograr con la competitividad dentro del sistema sanitario no fue la que se esperaba, pues muchos Centros realmente no competían entre sí por un servicio concreto, sino que se especializaban en diversas áreas, reduciendo la calidad en los menos lucrativos (o menos rentables según su coste o volumen).
      Todo esto supuso un gran aumento de los gastos de administración, pues la negociación, la contratación de servicios a los proveedores, el control de costes y otras gestiones absorbían muchos esfuerzos, así como mantener actualizadas las listas de espera de los pacientes que eran remitidos a centros especializados en sus dolencias, etc…
                        Un sistema fracasado.
      El modelo supuso el encarecimiento del sistema entre 4 y 5 veces su coste original, no solo por los costes indirectos ya comentados, sino porque las Empresas además de cubrir costes deben producir beneficios, que pueden rondar entre el 10 y 25% de la inversión.
      Como extremo podemos ver el ejemplo del Hospital Universitario Norfolk y Norwich, cuyos inversores obtuvieron una rentabilidad del 70%. Aún con esto, resulta difícil evaluar la eficiencia de la gestión privada pues en el mismo momento en el que se introdujeron se aplicó un nuevo sistema de revisión de cuentas.
      Hoy en día, el propio Partido Conservador –vuelto al Poder porque los Laboristas no cumplieron su promesa electoral de parar privatizaciones y reformar el sistema– que inició el camino de la privatización de la Sanidad Británica ha tenido que aceptar los grandes problemas del modelo. Se incrementó la afluencia en urgencias por la poca calidad del servicio en los servicios primarios y los costes en general fueron contrarios al objetivo que se buscaba en un principio. Pero aún así se continúa con la privatización, como ya apuntamos, tercerizando hasta el servicio de ambulancias como en los EE.UU.
      En 2009 el Ministerio de Sanidad Británico publicó un informe en el que se afirmaba que había aumentado la mortalidad en los hospitales, y los datos obtenidos del Strafford Hospital terminaron en escándalo, pues se calculó que entre 400 y 1.200 personas perdieron la vida en este Centro de gestión privada (NHS Foundation Trust) al primar el interés económico entre 2005 y 2009 (ya bajo un Gobierno Laborista). Se comprobó que la mayoría de las enfermeras no estaban lo suficientemente cualificadas, que los pacientes más críticos estaban a cargo de médicos sin experiencia (para pagarles menos) y que existía cierta arbitrariedad a la hora de establecer las urgencias. Todo esto produjo que el propio Primer Ministro, David Cameron (que actualmente sigue en el Cargo)pidiera perdón de forma pública.
      Ahora, al menos 8 centros más están siendo investigados ante las sospechas de mala gestión sanitaria producidas al superar de forma notable los ratios de mortalidad esperada, pero pese a esto, el Gobierno Inglés se ve abocado a realizar importantes recortes que seguirán afectando a su servicio sanitario.- (Datos extraídos de publicaciones del Periódico “The Guardian”).-


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